abril 03, 2023

El análisis del discurso constituye uno de esos aprendizajes permanentes indispensables para reflexionar y comprender el mundo



Ángela María García Caballero y Bárbara Maricely Fierro Chong
«La competencia analítico-textual/discursiva: un aprendizaje permanente»

Atenas, vol. 1, n.º 37 (2017).

Atenas | Universidad de Matanzas «Camilo Cienfuegos» | Facultad de Educación | Matanzas | CUBA


Extracto de páginas 36 a 42 y 45 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




La actividad discursiva explicativa posibilita exponer los usos de los recursos que brinda la lengua en dependencia de la situación comunicativa en que se encuentre el hablante, integrando explicaciones sintácticas, semánticas y pragmáticas.

La actividad discursiva reflexiva no se limita a registrar que los textos/discursos indican algo, sino que establece el nexo entre lo que ellos sugieren y la posibilidad de que esa sugerencia se realice y también que pueda remitir a otra. En la interpretación, se trata de sacar a la luz los significados implícitos en el texto, tratar de extraer de la reflexión una significación que profundice por debajo de los significados superficiales y obvios presentados por la información acumulada a lo largo del proceso. En este sentido, Hernández y Alvarado consideran que: «esta cadena de relaciones permite al lector enfrentarse al significado; que se abre a una «semiosis ilimitada» en la cual cada significado remite a otro posible.

La reflexión implica abstracción, meditación, discernimiento, es un proceso en que el sujeto productor o interpretante, da nuevos significados a las ideas del texto/discurso, considera detenidamente el sentido que se actualiza, establece juicios probables a partir de la meditación sobre las señales o indicios, asume nuevas alternativas en el análisis, decide las acciones a seguir. La actividad discursiva valorativa resulta de vital importancia a partir de la consideración de que la valoración «constituye el punto culminante de cualquier tipo de análisis por su gran carga subjetiva, en correspondencia con cómo el sujeto productor o interpretante capte la significación social del mensaje». Representa el resultado de la influencia de una compleja integración de factores objetivos y subjetivos (necesidades, intereses, fines, conocimiento, experiencia precedente, ideales, concepción del mundo) que interactúan en la relación lector-texto-contexto-autor.

La valoración está en estrecha relación con los procesos afectivo-emocionales, pues ambos son la expresión de la significación de los objetos y fenómenos para el hombre y su actividad. La capacidad de expresar emocionalmente la relación valorativa del hombre con el mundo es solo un modo de manifestación de la interacción de la valoración y las emociones. «Por el vínculo que tienen las emociones y la valoración con el significado de fenómenos y objetos para el hombre, se acompañan mutuamente; esto es tan general, que puede decirse que donde hay valoración hay emociones».

La valoración se ocupa de la expresión lingüística de la actitud y la emoción. También las emociones pueden ampliar la función de valoración. La valoración incluye todos los usos evaluativos del lenguaje mediante los cuales los hablantes y escritores adoptan posturas de valor particulares y negocian estas posturas con sus interlocutores reales o potenciales.

La formación humanista de los estudiantes de la carrera Español-Literatura está muy relacionada con la necesidad de despertar emociones, el desarrollo de la sensibilidad y la espiritualidad en la interpretación y explicación de los procesos históricos, sociales y culturales en los que el estudiante interviene, con el desarrollo de un estilo de pensamiento y actuación en función de la transformación de la realidad.

En la enseñanza del análisis del discurso, en la formación de los estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Español-Literatura, es fundamental entrenarlos en la reflexión y valoración de los aspectos lingüístico, textual y contextual de la lengua:

Aspecto lingüístico: Reflexión acerca del sistema de la lengua, sus unidades y reglas de funcionamiento, el uso de los medios lingüísticos (reflexión sintáctica). Es a partir del análisis de los usos del lenguaje que el estudiante «descubre» la funcionalidad de las estructuras discursivas, se apropia de conceptos, asume modos de actuación y se familiariza con el metalenguaje indispensable para referirse a los códigos, formas elocutivas, medios léxicos y gramaticales, así como a los recursos estilísticos y retóricos que caracterizan el discurso.

Aspecto textual: Reflexión sobre las estructuras del discurso en los diferentes niveles, los valores semánticos de los cuales el texto es portador, del significado y el sentido que se actualiza en un texto específico (reflexión semántica), las inferencias que permitan hallar el significado literal y el sentido intencional de los enunciados a partir de un saber interiorizado (reflexión inferencial), los requerimientos estilísticos de las diferentes tipologías textuales, las variedades lingüísticas (reflexión estilística), los mecanismos que garantizan la coherencia y cohesión de los enunciados en los niveles de superficie, micro y macro del texto/discurso (reflexión construccional-textual), las estrategias de comunicación para iniciar, continuar, o finalizar el proceso de comunicación (reflexión estratégica).

Aspecto contextual: reflexión acerca de las relaciones de las estructuras del discurso con las propiedades del contexto, la adecuación de los medios lingüísticos a las necesidades de la comunicación, los modos de actuación lingüística y social (reflexión contextual), los diferentes tipos de discurso con arreglo a los principios de textualidad y enunciación (reflexión pragmática), la elección de un modo enunciativo, una modalidad de enunciación y modalidades de enunciado, en correspondencia con la relación que quiere establecer con su interlocutor, y la capacidad de modalizar su enunciado en función de su actitud hacia los contenidos denotados (reflexión modal), la fuerza ilocutiva que conllevan los enunciados [texto/discursos] cuando son utilizados en situaciones reales de comunicación (reflexión ilocutiva), la movilización de las palabras de otro para hacerlas funcionar en su propio discurso; o el reconocimiento en un texto/discurso dado de la presencia de fragmentos de otros (reflexión intertextual).


La ejecución de este conjunto de saberes en el análisis del discurso implica en lo procedimental, el desarrollo de habilidades analíticas: realizar inferencias, razonar deductivamente, evaluar ideas e hipótesis, desarrollar una actitud crítica y valorativa, así como un conjunto de acciones analíticas en su doble rol de emisor-receptor:

Inferir, deducir, inducir, razonar por analogía los contenidos pragmáticos y semánticos implícitos en la recepción o interpretación del texto/discurso, horadar en el sentido transitando por los diferentes niveles de análisis, elegir los patrones lingüísticos, modo enunciativo, modalidad de enunciación, modalidades de enunciados, fuerza ilocutiva, en función de la relación que se quiera establecer con el interlocutor en la producción de significados.

Describir y explicar los recursos estilísticos fonéticos, morfosintácticos y semánticos del texto/discurso, clasificar o construir un tipo de texto/discurso según su tipología, revelar las relaciones intratextuales e intertextuales.

Construir juicios evaluativos por medio de los cuales se valora el comportamiento de las personas y la apreciación, para establecer valoraciones estéticas y de otro tipo, de los textos/discursos.

En lo actitudinal implica el desarrollo de una cultura analítica indispensable para los procesos de comprensión y construcción, «una actitud de búsqueda, de establecimiento de relaciones, de pensamiento profundo, un estado de curiosidad que incentiva la lectura profunda y el análisis» y una actitud de valoración en dependencia del lugar del sujeto productor o interpretante en el marco de las relaciones sociales.

Solo son posibles la comprensión y la construcción de significados y sentidos mediados por el análisis y a su vez el análisis solo existe en la medida en que se realiza la comprensión y se concreta en la construcción de un nuevo texto.

Se coincide con Montaño en la consideración de la lectura como «proceso integral, interactivo y transaccional estrechamente relacionado con los procesos cognitivos de comprensión, análisis y construcción que realiza el emisor al producir un mensaje o el receptor para comprenderlo, que implican la producción de significados, asociados al componente afectivo-emocional», esenciales en la formación de los estudiantes de la carrera Español-Literatura.

La comprensión de lectura es un proceso en el cual el pensamiento y el lenguaje están involucrados en continuas transacciones», es un proceso de interacción entre pensamiento y lenguaje en el cual la comprensión es la construcción del significado del texto por parte del lector.

Desde el punto de vista del análisis del discurso, la lectura no solo muestra la capacidad del lector de comprender e interpretar mensajes, obtener información y aprender, sino también es base y estímulo del opinar y el valorar, del enjuiciar y contextualizar, del resignificar sus contenidos desde la experiencia individual y colectiva de toda una sociedad.

El lenguaje en tanto código, manifiesta, como todo sistema codificado, su semiosis a través de funciones básicas, y posee tanto carácter finito como leyes socialmente aceptadas, que regulan sus combinatorias y permiten la emergencia y organización de significados para la construcción de sentido.


Si en la comprensión el sujeto interpretante parte de la dimensión sintáctica, se apoya en la pragmática, para llegar a la semántica, lo hace a partir de la asunción de una posición de análisis reflexivo que permite el recorrido semasiológico de las tres dimensiones del texto/discurso por sus diferentes ciclos: sensoperceptual (percepción auditiva y visual, reconocimiento de las palabras y su significado en el contexto en que se significa), sintáctico (reconocimiento de las relaciones de las palabras, oraciones y segmentos o párrafos que integran el discurso) y semántico (comprensión de los significados del texto/discurso).

El proceso de análisis se realiza a partir de la unidad de contenido y forma del texto en relación con el contexto de significación, que explica la relación entre las dimensiones sintáctica, semántica, y pragmática de este, y hace posible demostrar la pertinencia de las estructuras lingüísticas en dependencia de la intención comunicativa y lo que quiere significar en un contexto dado.

Si en el proceso de construcción, parte de la dimensión semántica, tiene en cuenta la pragmática y construye sintácticamente el discurso; también lo hace a partir de la asunción de una posición de análisis reflexivo que permite el recorrido onomasiológico de las tres dimensiones del texto/discurso por sus diferentes ciclos: semántico (motivación, dominio del tema y organización de las ideas), sintáctico (selección de los medios comunicativos funcionales según el contexto/discurso, determinación del estilo funcional y la tipología textual) y sensoperceptual (percepción auditiva, y visual).

La construcción textual es un proceso de significación a partir de los conocimientos, las capacidades y las habilidades que el sujeto activa para comunicarse a través de discursos orales o escritos en los que se evidencia su personalidad y cultura, en contextos específicos, ante un receptor determinado y teniendo en cuenta las variables lingüísticas y estilísticas de conformación de esos discursos.

Se coincide con Montaño, en el papel que le concede al análisis en la relación dialéctica entre los procesos de lectura, comprensión, análisis y construcción, cuando expresa:

La reflexión o el análisis de la lengua podrán concebirse como un componente funcional al servicio de poder mejorar los niveles de comprensión y de construcción de significados, de textos de diversa naturaleza: procesos estos en los cuales la reflexión y el análisis actúan como mediadores desde los cuales se aporta y se profundiza en el sistema conceptual que servirá de soporte regulador de los disímiles usos y conductas verbales.


El contacto del lector con el texto/discurso facilita interactuar con una tipología específica que se inserta en un contexto inclusivo de las condiciones individuales y sociales en que se produce el proceso lector.

La riqueza de esa base cognoscitiva y de su experiencia lectora es la que justamente le permitirá al lector conectar su voz con la del autor y con las voces del texto/discurso en sí mismo para entrar en consonancia con ellas y optar por una de las vertientes de sentido construidas a partir de las múltiples relaciones textuales que se pueden suscitar en el proceso de lectura».


La integración de las relaciones lector-texto-contexto-autor y lectura-comprensión-construcción textual, se produce a través del análisis del discurso en su orientación semántica, sintáctica y pragmática. Al revelar la intencionalidad de lo que se dice y cómo se dice, el análisis repercute en la capacidad para comprender y construir significados y sentidos.

El análisis del discurso constituye el eje a través del cual el lector se pone en contacto con el entorno lingüístico, textual y contextual de los cuales depende el sentido de un discurso, en las condiciones de recepción, interpretación y producción de significados y sentidos. Posibilita el tránsito de la forma al contenido en la comprensión y del contenido a la forma que mejor expresa ese contenido según el contexto, en la construcción.


A partir de los postulados anteriores, se considera que la enseñanza del análisis del discurso debe orientarse hacia el desarrollo de la competencia analítico-textual/discursiva de los estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Español-Literatura como subcompetencia de la competencia comunicativa.




Conclusiones

La competencia analítico-textual/discursiva se refiere al proceso analítico de descripción, explicación, reflexión y valoración de los elementos y reglas que el sistema de una lengua ofrece para comprender y producir significados, que posibilita la selección adecuada de los patrones lingüísticos según sus características y funciones (texto), y las pautas discursivas que mejor sirven para cada finalidad (discurso), en correspondencia con el conjunto de conocimientos que el sujeto posee sobre el mundo, que ponen en funcionamiento el sistema de interpretación y evaluación del universo referencial que se manifiesta en el comportamiento.

En la formación de estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Español-Literatura, el desarrollo de la competencia analítico-textual/discursiva, implica no solo la apropiación de los contenidos socioculturales, lingüísticos y discursivos aplicables a su futuro desempeño, sino que pueda transferirlos a sus alumnos, mediante el desarrollo de sus competencias profesionales, lo que le permitirá reflexionar críticamente acerca de su práctica y recrearla en la dirección de un proceso educativo, formador de sujetos discursivos capaces de comprender, analizar y construir la significación de los procesos sociales y culturales en los cuales se insertan, para poder transformarlos.




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