enero 31, 2018

Specific Rules #4 for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style: Joint publication



Two organizations may co-publish a report.

Use the first organization appearing in the publisher position on the title page or the verso (back) of the title page as the publisher.

Place the name of the second organization as a note at the end of the citation, if desired.

Monahan C, Szpur MV, Evans M, Craik D, Kubale MG, Maloney MM. Focus on Children community planning manual: needs assessment and health planning for children, including children with special health care needs. Rev. ed. Chicago: University of Illinois at Chicago, Division of Specialized Care for Children; 1996 Oct. 136 p. Grant No.: DHHS/PHS/HRSA MCJ-175005. Joint publication of the Division of Family Health, Illinois Department of Public Health, Springfield.


Do not give more than one name as publisher.



Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Abbreviated words in publisher names

Specific Rules #2: Non-English publishers

Specific Rules #3: Government agencies and other national and international bodies as publisher

Specific Rules #4: Joint publication

Specific Rules #5: Multiple publishers

Specific Rules #6: No publisher can be found

Examples for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 30, 2018

«Apuntes para una lectura ideológica de la cronística medieval: el caso de la Crónica de tres reyes»



Pablo Enrique Saracino
«Apuntes para una lectura ideológica de la cronística medieval: el caso de la "Crónica de tres reyes"»

Anclajes, vol. 21, n.º 1 (2017)

Anclajes | Universidad Nacional de La Pampa | Facultad de Ciencias Humanas | Instituto de Investigaciones Literarias y Discursivas | Santa Rosa | ARGENTINA


Extracto de páginas 82 a 85 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.




«En palabras de Walter Ong, “[l]a naturaleza no ‘enuncia’ hechos: éstos se presentan sólo dentro de los enunciados producidos por los seres humanos para referirse al tejido sin hilos de la realidad que los circunda” (72).

»Al ser captados por una estructura narrativa, al ser seleccionados y organizados en una trama, los hechos de la realidad necesariamente adoptan una coherencia en la cual entran en relación con los elementos de una fábula, lo cual les asigna una imbricación necesaria para ser asimilados en tanto materia narrable, y por ende, poseedora de alguna verdad. Jaume Aurell explica que, en el abordaje de White, “la historia no queda vaciada de contenido, porque la narración misma forma parte de dicho contenido” (132).

»En este punto, resulta indispensable recurrir a algunos conceptos de la narratología que pueden echar luz acerca del modo particular a través del cual esta operación se realiza. Mieke Bal plantea que una narración se vuelve accesible ya que responde a una “lógica de los aconteci-mientos”, la cual se define como “un desarrollo de acontecimientos que el lector experimenta como natural y en concordancia con el mundo” (20). La clave de la narración histórica como herramienta ideológica radica en presentar la trama como natural, como previa a la configuración narrativa, como una cualidad que los hechos poseen a priori de su narrativización.

»Así, esta actividad netamente ideológica se define no tanto como una “falsa conciencia” sino más bien como una herramienta necesaria que permite asir la realidad y, en este caso, el pasado, el cual se vuelve inteligible al ser convertido en historia, produciéndose así una “necesaria constitución simbólica de la realidad” (Ariño 137), al ser atravesado y ordenado por una lógica narrativa. Asimismo, en el texto historiográfico, se lleva a cabo una segunda operación, ya señalada por Roland Barthes (“El discurso”), a través de la cual esta narración se propone como espejo del pasado, mostrándolo en toda su dimensión y complejidad al articular los significantes de los que dicho texto se vale, no con su correspondiente significado, sino directamente con el referente.

»Es decir, que esta equivalencia semántica se lleva a cabo a través de una homología estructural entre las fábulas de las narraciones y las históricas que vuelve inteligibles a ambas recíprocamente; las fábulas ficcionales se asemejan estructuralmente a las reales, y estas se vuelven significativas al adoptar una forma narrativa que las inserta en la gran matriz que organiza la historia de la humanidad y le otorga un sentido dentro de las denominadas “narrativas maestras” (fatalismo griego, redentorismo cristiano, progresismo burgués o utopismo marxista) (White 163).

»Dentro de estos grandes esquemas, cada sociedad “se narrativiza, construyendo una serie de personajes sociales o roles a representar por sus miembros [...]; una trama o curso ideal de desarrollo de las relaciones que presuntamente existen entre sus tipos de personajes reconocidos”. Es decir, la ideología no agrega nada al contenido, sino que lo determina en el plano formal, lo vuelve asequible a una comunidad portadora de la organización narrativa necesaria para decodificar y producir sentido en una cadena de hechos determinada, es decir, para señalar, articular y aclarar la experiencia temporal. Para Aristóteles el término mŷthos refiere a la “estructuración que requiere que hablemos de «elaboración de la trama» antes que de trama”, por lo tanto, estamos hablando de un proceso de selección y disposición de acontecimientos que hará que la fábula devenga historia (Ricoeur 480-481).

»La crónica medieval intenta configurar un pasado que sea fundamento, explicación y legitimación del presente. Alrededor de 1344 Alfonso XI ha logrado acabar con las pretensiones de la nobleza levantisca que desde tiempos de Alfonso X había mantenido en jaque a la realeza. Por lo tanto, uno de los objetivos de Crónica de tres reyes será evidenciar los efectos nocivos que dicho estamento habría causado en el reino de Castilla durante los reinados de sus antepasados, y a la vez otorgar a Alfonso XI un rol de monarca capaz de poner fin al período de incertidumbre. De esta manera, la selección y organización de los acontecimientos narrables, no hace otra cosa que explicar y justificar el presente desde el cual y para el cual se construye la historia.

»De hecho, otra cuestión que Alfonso XI necesita resolver es la legitimación de su propio linaje, un linaje “maldito” a partir de los conflictos sucesorios acaecidos durante los últimos años de Alfonso X, narrados detalladamente en los últimos capítulos de Crónica de Alfonso X. Creemos que es necesario señalar, para comprender el rol de estas crónicas en función de una reivindicación linajística, que la mera exaltación de un monarca y sus antepasados no puede ser entendida en sí misma como una cuestión ideológica.

»Para alcanzar una comprensión más abarcadora de las particularidades que definen a este subgénero cronístico específico, debemos trabajar con un concepto de ideología que la ubique en un plano más general, formal e independiente de las coyunturas sociales, que la considere una cosmovisión del orden social que necesariamente ha de trascender las épocas y sus avatares políticos, los cuales, al ser recogidos en un texto de intención historiográfica, habrán de ajustarse al modelo propuesto por la ideología para no contradecir el “sentido” de la Historia, es decir su estructura narrativa.

»Si, en términos de Louis Althusser (142-143), la ideología es la que interpela al individuo en tanto sujeto, asignándole un sentido y un lugar dentro el orden social, resulta indispensable para estudiar la ideología en un contexto medieval preguntarse acerca del tipo de sujeto que estas crónicas presuponen en el lector en tanto hechos ideológicos. Es decir, qué tipo de lector cumplidor de la ley se diseña en el plano textual a la vez que refleja el imaginario social vigente, ya que −como señala Michel De Certau− en una sociedad en la cual la práctica discursiva hegemónica consiste en un sistema escriturario “el público se ve moldeado por lo escrito [...], se vuelve parecido a lo que recibe, es decir que está impreso por medio del texto y a semejanza del texto que se le impone” (179).

»Así, la cronística medieval (y la historiografía en general) acaso cumpla una función equivalente a aquella que para Frye desempeñan los contenidos religiosos, función que Jameson amplía al campo de la literatura en tanto acto socialmente simbólico.

»Las figuras religiosas se vuelven entonces el espacio simbólico en que la colectividad se piensa a sí misma y celebra su propia unidad; de tal manera que no parece un paso siguiente demasiado difícil, si, con Frye, vemos a la literatura como una forma más débil de mito o un estado más tardío de ritual, concluir que en ese sentido toda literatura, por débilmente que sea, debe estar informada por lo que hemos llamado un inconsciente político, que toda literatura debe leerse como una mediación simbólica sobre el destino de la comunidad. (Jameson 57)


»Esta mediación simbólica es posible a través de un proceso en el cual se habrán de someter los elementos constitutivos de la experiencia vital a las reglas de la materia narrable. Por ejemplo, con respecto al tipo de lector que la crónica exige, vemos que al tratarse esta de un texto cuya fábula establece una identidad entre el actante sujeto y el personaje rey, el lector necesariamente ha de asumir en la figura regia el eje alrededor del cual se ordenarán todos los demás elementos de la fábula.

»Contar la historia −haya sido esta gestada en un ámbito oficial o nobiliario− es contar los “fechos” del rey (es decir, los acontecimientos funcionales relacionados con el sujeto) y de todo lo que se refiera directamente a él. Los únicos hechos y personajes que habrán de ser mencionados serán aquellos que ingresen dentro del “aura” regia. Es decir que lo narrable se halla determinado por los elementos significativos de la fábula y, dentro de este conjunto de acontecimientos, los que cobrarán un mayor relieve serán los relacionados con actividades bélicas, ya sea contra el moro o bien contra la nobleza rebelde.

»De esta manera, en términos narratológicos, el objeto del sujeto-rey será mantener la paz dentro de las fronteras del reino, así como también luchar contra el moro, enemigo político y religioso. Estos objetos serán los que determinen sus acciones durante todo el período que ocupa la Reconquista, cualquiera sea el texto narrativo historiográfico del que estemos hablando.

»Es decir que, en este caso, la ideología funciona como límite formal en la frontera de lo relevante, de lo historiable, al imponer a la historia un modelo narrativo básico y dejando fuera versiones antagónicas de los hechos así como todo acontecimiento que no pueda (o no deba) ser relacionado con el campo de acción del rey.

»En el mismo sentido, la estructura capitular analística del relato (presente en Crónica de Sancho IV y, en menor medida, en Crónica de Fernando IV) establece un calendario en el que la referencia temporal fundamental será el año de reinado en el cual suceden los hechos. De este modo, todo hecho histórico narrado tendrá como marco los “fechos” de un determinado rey y encontrará una ubicación cronológica precisa en relación con los años de su reinado.»





Specific Rules #3 for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style: Government agencies and other national and international bodies as publisher



When citing publishers that are national bodies such as government agencies, if a nationality is not part of the name, place the country in parentheses after the name, using the two-letter ISO country code (see Appendix D).

National Cancer Institute (US)

National Society on Alcoholism and Drug Dependence (NZ)

Royal Society of Medicine (GB)

Royal College of Physicians (AU), Paediatrics & Child Health Division

but

St. John's (NL): Government of Newfoundland and Labrador, Department of Health & Community Services; 2002.


Do not confuse the publisher with the distributor, who disseminates documents for the publisher. For example, the most common distributors of US government agency publications are the US Government Printing Office (GPO) and the National Technical Information Service (NTIS). Designate the agency that issued the publication as the publisher and include distributor information as a note, preceded by the phrase "Available from: ".

Ewing RE, Flournoy L, Wall J, Wild J, Crooks R (Texas Engineering Experiment Station, College Station, TX). Disaster Relief and Emergency Medical Services (DREAMS): Texas A&M digital EMS and the detection and remediation of chemical threat agents. Annual report 1 Oct 2003-30 Sep 2004. Washington: Department of the Army (US), Medical Division; 2004 Oct. 36 p. Contract No.: DAMD170020010. Available from: NTIS, Springfield, VA; ADA435629.



Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Abbreviated words in publisher names

Specific Rules #2: Non-English publishers

Specific Rules #3: Government agencies and other national and international bodies as publisher

Specific Rules #4: Joint publication

Specific Rules #5: Multiple publishers

Specific Rules #6: No publisher can be found

Examples for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 26, 2018

«Lonergan, lector del Ensayo para contribuir a una gramática del asentimiento»



Francisco Vicente Galán Vélez
«Lonergan, lector del Ensayo para contribuir a una gramática del asentimiento»

Open Insight, vol. 8, n.º 13 (2017)

Open Insight Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV) (@CISAV) | Querétaro | MÉXICO


Extracto de páginas 218-219, 224 y 231-236de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.




«Es bien conocido por los estudiosos de la obra de Lonergan que éste reconoció la Gramática del Asentimiento (GA) de Newman como su influencia fundamental y su guía filosófica. En este trabajo, analizo dicha influencia en la principal obra filosófica de Lonergan: Insight:Estudio sobre la comprensión humana.

»La influencia principal de la GA es lo que Newman llamó “sentido ilativo”. Aunque, como trataré de mostrar, Lonergan recoge con mucho detalle el sentido ilativo en los capítulos centrales del Insight dedicados al análisis del papel del juicio en el conocimiento, lo curioso es que este concepto no aparece en el Insight, ni tampoco el nombre de Newman. Mi propósito no es únicamente histórico, sino que, como considero vigente la propuesta de Lonergan, trato de mostrar la pertinencia de la propuesta de Newman.


»[...]


»El capítulo diez investiga el fundamento inmediato del juicio y lo encuentra en la aprehensión del incondicionado virtual, una idea que fue precedida en mi pensamiento por cierta familiaridad con el sentido ilativo de Newman. Es diferente del realismo ingenuo y de la opinión empirista, la cual considera a la verificación como un asunto de atender a los datos, y no como una tarea de encontrar los datos que encajen con una hipótesis. Y difiere, además, por supuesto, de la vieja noción de que juzgar es un asunto de comparar conceptos y descubrir que uno implica al otro (Lonergan, 1974: 273).


»[...]


»El incondicionado virtual

»En el capítulo diez del Insight, “La comprensión refleja”, se profundiza en la comprensión de las operaciones que intervienen en el juicio y, además, se advierte que hay diferentes tipos de juicios, en gran medida porque hay diferentes contextos o campos semánticos. No es lo mismo la verdad de un juicio matemático que la de un juicio de la física o de uno de sentido común. Juzgar es afirmar que uno tiene evidencia para decir que algo es así. Sin la evidencia, estamos adivinando y no querer asentir cuando algo es evidente es una insensatez. El capítulo diez analiza, pues, cómo se pesa esa evidencia.

»Dijimos que la primera operación para juzgar es preguntarse si es verdad o no lo que uno entendió. Esto significa preguntar si uno tiene la evidencia para afirmar que lo comprendido (“juicio prospectivo”), es o no algo incondicionado, o solo depende de que así lo queramos ver. Cuando nos preguntamos si es así o no, procedemos a reflexionar sobre nuestros datos de experiencia, nuestras preguntas orientadas a entender, nuestros conceptos y formulaciones. Ordenamos la evidencia y, sobre todo, la ponderamos. Es decir, nos preguntamos si tenemos todos los datos, si los observamos bien, si son pertinentes, si son coherentes las ideas que tenemos sobre ellos unas con otras, etcétera.

»La pregunta operante es qué condiciones tendría que satisfacer el prospecto de juicio para poder afirmar que es así, y no tan solo que así se me ocurrió. “Captar que la evidencia es suficiente para un juicio prospectivo es aprehender el juicio prospectivo como virtualmente incondicionado” (344). Un incondicionado virtual se distingue de uno formal, algo o alguien que de suyo no tuviera ninguna restricción ni condición en su modo de inteligir, lo que obviamente no es nuestro caso. Para nosotros, un juicio verdadero es un juicio que si bien tenía condiciones, se hizo incondicional por el proceso, por la fuerza (virtud) de satisfacer las condiciones:

»“Un incondicionado virtual comporta tres elementos, a saber: (1) un condicionado, (2) un nexo entre el condicionado y sus condiciones, y (3) el cumplimiento de las condiciones. Por tanto, un juicio prospectivo será virtualmente incondicionado, si (1) es el condicionado, (2) sus condiciones son conocidas y (3) las condiciones se cumplen” (344).


»Todo juicio verdadero es algo absoluto, incondicional. No es así “para mí”. Es así, y punto. No era incondicional. Fue la comprensión refleja la que lo transformó de juicio prospectivo y condicionado “al estado de incondicionado virtual; y la comprensión refleja consuma esta transformación al aprehender las condiciones del condicionado y su cumplimiento” (344).

»La inferencia deductiva es un ejemplo de este esquema general de la comprensión refleja. En el modus ponens, decimos: Si A, entonces B; Es así que A; Luego, B. La premisa mayor vincula al condicionado B con sus condiciones A. La menor, afirma que se cumplieron las condiciones y, por tanto, que la conclusión es incondicionada. “La función, por tanto, de la forma de la inferencia deductiva es mostrar una conclusión como virtualmente incondicionada. El acto de intelección refleja aprehende la estructura y, por coerción racional, se sigue el juicio” (345, énfasis mío). Sin embargo, “la inferencia deductiva no puede ser el ejemplo básico del juicio, pues presupone que otros juicios son verdaderos” (345). Es sólo una ilustración.

»La forma del acto mismo de intelección refleja es mucho más general que la forma de la inferencia deductiva. Si ha de haber una deducción, el nexo entre el condicionado y sus condiciones debe ser un juicio y el cumplimiento de las condiciones debe ser otro juicio. Ahora bien, los juicios son los productos finales del proceso cognoscitivo. Antes de que el nexo entre el condicionado y las condiciones se presentara en el acto de juicio, ya existía en un estado más rudimentario en el proceso cognoscitivo mismo. Antes de que el cumplimiento de las condiciones se hiciera patente en otro acto de juicio, ya estaba también presente en un estado más rudimentario en el proceso cognoscitivo. El hecho notable acerca del acto de intelección refleja es que puede valerse de esos elementos más rudimentarios del proceso cognoscitivo para alcanzar el incondicionado virtual (Lonergan, 1999: 345, énfasis mío).


»Está hablando Newman más que Lonergan, o mejor dicho está hablando Newman con los términos de Lonergan. En el proceso cognoscitivo, está inscrito en forma rudimentaria la manera de establecer el nexo entre condicionado y condiciones, y la manera de saber si se alcanzaron éstas o no. Por eso comienza Lonergan su análisis con los juicios fácticos concretos: los juicios que el hombre de la calle ejerce desde siempre.

»El ejemplo que encontramos no es: “El Reino Unido es una isla”, sino el hombre que regresa del trabajo a su hogar, encuentra las ventanas destrozadas, humo en el ambiente y charcos en el suelo, y entonces emite el juicio fáctico extremadamente limitado “Algo pasó”.

»Lonergan muestra cómo hay un nexo entre las presentaciones sensibles al momento de llegar y las que recuerda al salir, cómo está operando en él la noción de “cosa” como algo que permanece en el tiempo, pero que, si presenta propiedades diferentes, es debido a un cambio. Sin embargo, los señalamientos del tipo anterior, son juicios, dice Lonergan, y “antes, empero, de ser o bien enunciados o bien juicios, existen como estructuras o procedimientos no analizados, inmanentes y ejercidos en el proceso cognoscitivo” (347).

»Una gran cantidad de presentaciones, de ideas, de situaciones, quedan integradas en el juicio: “Algo pasó”. El ejemplo nos muestra que “el nexo entre el condicionado y las condiciones que han de cumplirse es una estructura inmanente y operativa en el proceso cognoscitivo. No es un juicio. No es un conjunto formulado de conceptos, como lo es una definición. Es sencillamente una manera de hacer las cosas, un procedimiento dentro del campo del conocimiento” (346).

»Tales juicios fácticos se basan en intelecciones sobre situaciones concretas. “Intelección” porque, si bien suponen el procedimiento analítico de ordenar y ponderar la evidencia, hay un momento sintético en el que se aprehende que ya se alcanzó la suficiencia de la evidencia. Los insights forman conglomerados unos con otros, de tal modo que unos llevan a diversas preguntas relacionados con otros. De aquí surge una distinción con la que operamos espontáneamente: hay intelecciones vulnerables e invulnerables.

»Las intelecciones son vulnerables cuando todavía quedan más preguntas por hacer sobre el mismo asunto. Pues las nuevas preguntas conducen a nuevas intelecciones, las cuales ciertamente complementan la intelección inicial, modifican en mayor o menor grado su expresión y sus implicaciones, y tal vez lleven a un parecer enteramente nuevo sobre el asunto. Pero, cuando ya no hay más preguntas, el acto de intelección es invulnerable. Pues sólo mediante nuevas preguntas es como surgen nuevas intelecciones, que completan, modifican o revisan el punto de vista y la explicación iniciales (Lonergan, 1999: 349).


»Mas no se trata de que ya no haya preguntas ulteriores posibles, sino de que no haya preguntas ulteriores pertinentes posibles. Lonergan se sitúa en su epistemología entre la búsqueda de la certeza tipo Descartes, que pediría que ya no haya preguntas ulteriores posibles, y las diversas formas de escepticismo, que señalarían que siempre habrá preguntas ulteriores y nunca se llega a un fin. Tampoco se trata de que ya no se me ocurran preguntas ulteriores a mí, sino que ya no las haya. Por ello, se involucra la responsabilidad personal en el juicio, lo que podríamos denominar “la razonabilidad”, la prudencia del justo medio, entre el que, a las primeras de cambio afirma que algo es así, y el indeciso que, a pesar de tener la evidencia para afirmar algo, se muestra vacilante.

»No puedo ahora entrar en mayores detalles epistemológicos, lo que quiero señalar es que Lonergan está siguiendo a Newman, al afirmar que el procedimiento cognoscitivo que opera es espontáneo, rudimentario si lo comparamos con la lógica formal; es auto-correctivo y, lo más importante: en muchas situaciones, llega a un fin. Tal vez sea en esta afirmación en la que se encuentra la influencia más profunda de Newman sobre Lonergan. Es decir, que somos capaces de hacer juicios verdaderos, que somos capaces de llegar a lo incondicionado, a lo absoluto.

»No está de más aclarar que lo absoluto del juicio verdadero no significa que sea exhaustivo, en el sentido de que uno conociera todo de todo. El juicio, dice Lonergan, es un compromiso limitado, lo que significa que su validez es solo respecto a lo que se ha preguntado y se ha comprendido. Por supuesto que no basta con estos juicios fácticos; sin duda, revisten mucha importancia los juicios científicos, basados en generalizaciones, o en la búsqueda de leyes universales. Está, también, la complejidad de la verdad de los juicios matemáticos y de otras formas lógicas de los juicios, como las tautologías, pero todos ellos tienen como fundamento la estructura dinámica cognoscitiva que se ejerce en el hombre de la calle, en el “mixe” y en el scholar de Harvard.

»En el caso de Newman y Lonergan, es fundamental para su retórica que su lector (es decir, yo) aprenda esta racionalidad, esta coerción, esta fuerza racional como algo inherente en él (en mí), tan subjetivo como los deseos y los temores, y que descubra, por tanto, que la objetividad del conocimiento no solo no es algo contrapuesto a la subjetividad, sino que tiene a ésta, a la consciencia, como su fundamento.»





Specific Rules #2 for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style: Non-English publishers



Give publisher names appearing in the roman alphabet (French, Spanish, Italian, etc.) in their original language.

Montreal (QC): Agence d'Evaluation des Technologies et des Modes d'Intervention en Sante;

Rome: Istituto Superiore de Sanita;


Romanize names given in Cyrillic, Greek, Arabic, Hebrew, Korean

Moscow: Rossiiskaya Akademiya Nauk, Institut Sotsial'no-ekonomicheskikh Problem Narodonaseleniya;


Romanize names or translate names presented in character-based languages (Chinese, Japanese). Place all translated publisher names in square brackets unless the translation is given in the publication.

Tokyo: Tokyo-to Kenko Anzen Kenkyu Senta;

Beijing (China): [Chinese Academy of Social Sciences, Population Research Institute];

Peking (China): Mei tan gong ye bu zhi ye yi xue yan jiu suo;

[Note that the concept of capitalization does not exist in Chinese. Therefore in transliterating Chinese publisher names only the first word and proper nouns are capitalized.].


If desired, follow a non-English name with a translation. Place all translated publisher names in square brackets.

Tokyo: Tokyo-to Kenko Anzen Kenkyu Senta [Tokyo Metropolitan Institute of Public Health];


If the name of a division or other part of an organization is included in the publisher information, give the names in hierarchical order from highest to lowest

Valencia (Spain): Universidade de Valencia, Instituto de Historia de la Ciencia y Documentacion Lopez Pinero;


As an option, you may translate all publisher names not in English. Place all translated publisher names in square brackets unless the translation is given in the publication.

Tokyo: [Tokyo Metropolitan Institute of Public Health];



Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Abbreviated words in publisher names

Specific Rules #2: Non-English publishers

Specific Rules #3: Government agencies and other national and international bodies as publisher

Specific Rules #4: Joint publication

Specific Rules #5: Multiple publishers

Specific Rules #6: No publisher can be found

Examples for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 25, 2018

«Una reeducación crítica: emergencia de revistas literarias digitales chilenas en el transcurso de la primera década del siglo XXI»



Paulina Soto
«Una reeducación crítica: emergencia de revistas literarias digitales chilenas en el transcurso de la primera década del siglo XXI»

Estudios Avanzados, n.º 28 (2018)

Estudios Avanzados | Universidad de Santiago de Chile | Instituto de Estudios Avanzados | Santiago de Chile | CHILE


Extracto del apartado en páginas 126- de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.




«Confluencias digitales: hacia una reinscripción del acto lector

»La cuestión a la que apunta la reflexión literaria ya no es la instrucción, ni la crítica en su connotación judicial. Esta implica la producción de umbrales creativos cuyo objetivo es proponer la apertura de relaciones erógenas diversas respecto a la sociedad de consumo. Como plantea Walter Benjamin, se atisba la imposibilidad del lugar artístico de la asimilación o mediación sociopolítica. Se reconoce que, de seguir esa cadena de producción, el texto se juzga como subsidiario a otras discursos sin que el poeta encuentre lugar posible para su quehacer. La creación –tal como muestran estas nuevas publicaciones- requiere una ingeniería de suyo.

»El autor es un productor por sí mismo que, siguiendo la aproximación de Benjamin, se desentiende del antinómico mito del arte espiritualista versus burgués. Por el contrario, su oficio se entiende como la creación de una ingeniera destinada al desarrollo de su propia poiesis. Desmitificar mitos como el erguido entre este binomio, vanguardismo versus lucha por el progreso posdictatorial yergue uno de las campañas. No hay producción que no conciba a un lector y por ende, una técnica de producción de su escritura (Benjamin 11). La tecnología y las nuevas formas de comunicación e interacción hacen lo suyo pero también el disfraz del crítico como lector.

»En ocasiones, los escritores se presentan como investigadores. Como cualquier sujeto anónimo, que se enfrenta a la lectura desprejuiciada una obra determinada. En esta línea, Lilian Elphick, editora de Letras de Chile, declara que dado que la crítica pura sobre un texto o un autor le aburre, prefiere entender la literatura como una forma de contemplar de forma mágica el mundo. La lectura le permite “tener una pantalla, un tarot: el mío es la literatura” (Elphick, Cuestionario).

»60 wattscoincide en la metáfora del lente existencial literario con una simbología diversa. La literatura es vital como una ampolleta, pero sus watts, tal como una tirada de tarot, solo iluminan márgenes ocultos a ser expandidos: “La idea que está involucrada es la de la precariedad: la literatura es un hacer marginal, una lucha por una luz que es escasa. No se trata de ser “marginal” porque sí, ni como una pose, sino de iluminar elementos de la literatura, la música, el arte que en general pasan desapercibidos”.

»El encuentro con las obras se propone como una experiencia espontánea sujeta a movimientos, transformadora. Los textos se explayan en narrar la experiencia de encuentro con la misma, a través del peregrinar reflexivo por las fronteras del tomo de un volumen y luego en el recogido presuroso de sus páginas y las impresiones relevadas en ellas. Con frecuencia se indican los parajes del deambular lector. La entrada deslumbrada o dubitativa y paulatina por las primeras escenas, el tránsito desconcertado o monótono que media el transcurrir de la fábula y sus paisajes y, finalmente, el punto de salida que se caracteriza por implicar sugerencias no taxativas sino que más bien contemplativas.

»El crítico, quien parece desnudarse de su capital cultura, se presenta como un lector conmovido o desconcertado frente a las voces que susurran a través de su lectura. Actúa como un extranjero que descubre un nuevo espacio de alteridad. En ocasiones posee una firma reconocida, pero eso no afecta este estilo.

»De hecho, el proceso narrativo traviste la noción de lectura lineal y transforma el ejercicio instructor en un acto lúdico, laberíntico, relacionado con una búsqueda existencial personal. Se escribe a modo de confesión íntima y si se consigna el gusto o disgusto por el autor pero solo como capricho personal.

»La revista Plagio entrega especial valides y visibilidad a la vocación de resignificar el acto lector. Como es común en algunas de estas revistas, Plagio se conforma por un equipo interdisciplinario que integra a gestores culturales, sociólogos, diseñadores, realizadores audiovisuales, programadores web y periodistas, entre otros. Carmen García, integrante del equipo fundador de la publicación, apunta a una experiencia lectora que comprende y adopta diversos discursos. Prepondera en ella el desarrollo de un tipo de empatía que no puede ser subsumida a discurso alguno más que a la expansión de la idea del diálogo lector (García, Cuestionario).

»Asimismo, el blog de Letras.s5, http://opinaenletras.blogspot.cl comprende la lectura como una experiencia de incertidumbres y encuentros. Letras.s5, paralelamente archivo crítico que eleva un modelo para diversas publicaciones posteriores, enfatiza su desvinculación de las revistas académicas. Luis Martínez, fundador, abre a la ciudadanía un archivo inédito, gratuito, plural. El lenguaje utilizado es accesible pues integra géneros segregados del canon como entrevistas, comentarios o breves artículos. Martínez recoge “pequeñas partículas creativas” para de ese modo,

»conformar este verdadero “patrimonio”, con los pareceres y pensamientos, análisis e ideas de los creadores literarios. En estos fragmentos se expone al creador a la pregunta cotidiana, a la explicación del hacer rutinario de su oficio, a su pensamiento político, a sus odios y sus amores, junto a dar a conocer su realidad como hombre o mujer de oficio creador, sus tribulaciones y demandas en un mundo cargado de conflictos y que ve en él un referente, un hacedor de opiniones, una guía que ilumina el camino a la redención y el entendimiento colectivos. (Luis Martínez, Cuestionario)


»A pesar de que, en ocasiones, en las revistas se cuelan juicios taxativos sobre determinadas obras, la renuncia logocéntrica es general. Juan Uriarte de 60 watts, reseña El Tercer Reich de Roberto Bolaño. En el fragmento declara su parcialidad en tanto admirador del autor, evita el uso de metalenguaje acostumbrado en la academia y declara, a priori, que entre el canon de Bolaño no es su obra favorita. Insiste en explicar que no es su deseo negar autoritariamente el valor de la obra. Su tendencia taxativa es un tic visceral, una tentación que intenta, infructuosamente, combatir. El Tercer Reich explica,

»nos lleva a buscar paralelismos entre lo que sucede en el campo de batallas del wargame con lo que pasó en la Historia, para ver si aquí Bolaño apela a algún juego con el simbolismo, pero el combate nos saca de esa suposición y nunca termina de colmar las ansias de cierto éxtasis que sí se vive en diversos pasajes de otras obras de este autor, incluso de épocas cercanas a la de este volumen. No busco ser taxativo y afirmar que esta novela es pésima, olvidable. Sí pretendo, aún desde la posición de admirador –por no decir fanático–, relativizar las pasiones que todo nuevo libro de Bolaño desata. Salir a anunciar a los cuatro vientos la genialidad de El Tercer Reich es una mentira del tamaño de la esperanza de Borges, es decir, gigante. (Uriarte, “Bolaño, la transparencia”)


»En otras ocasiones, la retórica usada adquiere ribetes surrealistas. Se privilegia la discusión de obras no realistas, que integren, en cambio, figuraciones extrañas, oníricas, uncanny. También en 60 watts, Diego Zúñiga escribe sobre “Un monstruo maravilloso y vulnerable…”. Enfatiza que lo importante de la obra, no es la profundidad de los personajes, ni las reflexiones morales o la originalidad de la novela, sino las escenas proyectadas inexplicables y surrealistas que despiertan la emoción. Así, Zúñiga desafía al lector a superar los prejuicios sobre la seriedad de la pluma literaria. Lo invita a que se entregue al ejercicio de juegos que se abren a través de puertas liminares a desconocidos mundos contiguos. Describe la novela mediante una retórica de instantáneas que van develando el inexpresable sentimiento de sorpresa lectora que experimenta a través de

[e]sos hilos a la deriva, esa saturación de la que hablaba Patricia Espinosa tienen coherencia en una obra como la de Patricio Jara. Y un oso pardo en mitad del mar es similar a las ranas volando desde el cielo en la película Magnolia, de Paúl Thomas Anderson: cosas reales que no pasan en la realidad, pero que emocionan.

»Momentos epifánicos que nuestra narrativa ha olvidado por temor a ser incomprendida, pero que finalmente son esos instantes que el lector nunca olvida, que el lector consigue conectarse con algo que va más allá de cualquier convención. Ahora ya no se trata de recibir un mensaje, de saber si la estructura es novedosa o si los personajes están bien delineados.

»Tampoco se trata de que la novela plantee grandes reflexiones acerca de la vida y la literatura. Esto, un oso en mitad del mar, es un quiebre como los que uno percibe en los cuentos de Borges, en la poesía de Juan Luis Martínez, en las novelas de Kafka: un lugar en el que realidad y ficción se cruzan para no volver a juntarse nunca más. Un lugar que todo lector, por un instante, busca encontrar y quedarse ahí, conmovido, sorprendido, desahuciado.


»El tono de estas críticas se desea amplio y congregante. Junto a Grínor Rojo, Patricia Espinosa es frecuentemente apuntalada como exponente de un paradigma anquilosado de crítica que no da pie a diálogos intersubjetivos que amparen guiños afectivos.

»En Letras de Chile, Ramiro Rivas escribe sobre El Cumpleaños de Rolando Rojo. Describe el personaje protagónico de esta nouvelle: Alberto, el narrador, que mediante una suerte de corriente de conciencia, va exponiendo, desarrollando y cuestionando una existencia fallida, fracasada y sin sentido. Rojo pondera que, para entender esta obra y comprender a cabalidad al personaje, resulta ineludible recurrir al absurdo sartreano. Sartre nos asegura que nuestro ser es absurdo en su término y en su origen.

»La realidad humana es “conciencia desgraciada, sin posibilidad alguna de sobrepasar el estado de desgracia”. La narrativa de Rolando Rojo se caracteriza por esta posición nihilista de la vida. Desde la primera línea de la narración expresa que “Todo el mundo sabe que morirá, lo que desconoce es cómo y cuándo. Solo el suicidio tiene claro su fin” (Rivas, “El cumpleaños de Rolando Rojo”).

»No hay puerta de salida para este sujeto que enfrenta al mundo como un inadaptado, abandonado por su mujer y sus escasos amigos, despreciado hasta por la prostituta Soraya que se desenvuelve en el mayor de los desamparos

»La historia suena demasiado conocida, pero Rivas se ve dominado por el espíritu fraternal que caracteriza a estas revistas y culmina felicitando la novela. “Creemos que Rolando Rojo, con esta nouvelle, da un nuevo paso de consolidación en su carrera literaria. Desde sus primeros cuentos sociales, signados por un realismo duro, ha devenido en una escritura de mayor hondura filosófica. Esta nueva novela lo confirma y enaltece” (Rivas, “El cumpleaños…”).

»Ahora bien, más allá de las redes de compañeros elevadas por este quehacer literario, formadas sea por el reconocimiento o el simple nepotismo, resignificar el acto lector no implica, más allá del ámbito, un proceso fácil. Se trata de lidiar con un proceso de reconciliación entre agentes históricamente estigmatizados y categorizados. Se enfrenta el genio patrio a un lector caracterizado por índices colindantes a su analfabetismo. Aquellos lectores denominados competentes, por su parte, pueden verse afectos a un sentimiento de extrañamiento. La noción de cultura patria, de pretensiones épicas y emblemáticas, posee larga tradición narrativa y lírica.

»En la poesía hegemónica postdictatorial la temática es el país de la melancolía. En estos escritos, Chile naufraga entre teleologías de progreso moderno, las ruinas golpistas y, al mismo tiempo, fatuas esperanzas de porvenir. No hay salida, el imperio neoliberal profana la sociedad y el valor del conocimiento. El poeta es un exegeta frente a una corte que pareciera corrompida por falsas deidades que el lector ha sido instruido a reconocer (Rivas, “El cumpleaños...”).

»Desprovisto de claves de lectura, tales como la animosidad imperialista norteamericana, la nueva tendencia, en ocasiones, produce virulencia. En la interacción de comentarios de lectores que permite el soporte web son comunes los alegatos a la “superficialidad” de la prosa y el estilo de los reseñistas. En respuesta al escrito de Juan Uriarte sobre El Tercer Reich comentado más arriba, se acusa la “carga egocéntrica del autor”. Pero con todo y estas reacciones, la poética persevera. Los escritores no ilustran, ni condescienden en síntesis explicativas y como resultado reciben, como en el caso de Uriarte, el oprobio de los lectores: “Qué crítica tan mal escrita [continua el lector] No entra nunca a la profundidad de los temas planteados en el libro, se queda solo en la superficialidad de la forma y el estilo. Además de una alta carga egocéntrica por parte del autor que honestamente a nadie le interesa. Cero aporte”.

»Uriarte se justifica; él puede escribir desde su gusto o rechazo de una obra, siempre y cuando señale que es una apreciación personal: “hay modos de abordar los libros, un lugar desde el cual entrar en ellos”, y en algunos casos sale ‘naturalmente’. La escritura es un ejercicio personal tan memorable como el que puede desarrollar cualquier ciudadano. Uriarte aclara:

»Mi visión de mundo, Mi ejercicio de lectura, los juegos inmanejables de MI memoria me llevaron a eso que vos llamás “alta carga egocéntrica” y que te empujó, a vos también, a opinar sobre lo escrito con esa destructividad tan sincera… fui entrando al texto. No me gustó, y a partir de ahí se construyó la nota. Además, en ningún lado apunto que estuviera mal escrita. ¿Podría haber hecho otra lectura de El Tercer Reich? ¡Por supuesto! Deben haber millones de variables muchísimo más válidas que la MÍA, pero no salió; no soy “crítico” en el sentido más académico de la palabra, y me dejo llevar por el dictado del momento...


»El malentendido es recurrente. Los lectores no logran dialogar asertivamente. En La Calle Passy, Carolina Melys realiza una lectura de “Las playas de fuego” de Bárbara Délano. Bárbara Délano, poeta chilena, sigue la fila de la mitificación de poetas como Sylvia Plath. Vueltas a asesinar en sus obras a través de lecturas heteronormadas que subliman tópicos impresionistas de su biografía en sus textos.

»A contrapelo de esta corriente, Melys dialoga con la tradición crítica de Délano. Desea desmitificar la asociación de su poesía y el accidente aéreo que la llevó a la muerte. Su pluma traza un tono culposo casi de confesión recurrente en las publicaciones. “Escribo estas líneas [explica Melys] para escapar a los sueños de muerte, a las interpretaciones que ajustan esta poesía a moldes caprichosos en tanto surrealistas”. Lo que desea Melys es rescatar el potencial político de la obra de Délano.

»Pero frente al análisis de Melys sobre la poeta, un lector tiende a erotizar a la misma Melys y a su escritura como un acto de seducción. El confundido comentarista reflexiona sobre la apertura de las aguas míticas que separan la polis de las ínsulas creativas en las que habitaría Melys. Melys, por ende, pasa a habitar la isla de las musas en la que Délano aún parece residir.

»Mmm... el Jardín de los duraznos desnudos, que belleza, seguro no solamente la palabra habita ahí en plenitud, también un innombrable contentamiento arrobadoramente iluminador. Lo que más me gusto de tu pequeño ensayo, es que en él estabas tú, hasta diría que casi es más revelador de ti que de Bárbara. Entonces, por un momento, el otro mar, aquel que separa al lector de quien escribe, se abrió como otras antiguas aguas míticas, y me sentí cruzar hasta tu orilla. Gracias.


»En el transcurso de la década del 2010, a pesar de estos obstáculos, para la sociedad se comienza a desmitificar la idea de que la crítica literaria está escondida en la academia, media temerosa, casi clerical y purgadora, media elitista, arrinconada, llevándose a periódicos, revistas y blogs de circulación masiva. En este proceso la noción ficcional que se imprime a los mismos análisis es clave. Al modo de fábulas, los escritores –a través de sus exégesis- se ven perdidos en el frondoso bosque de los textos y el lector recibe, tácitamente, la dádiva de guiarlo, de crear rutas creativas.

»Sobrelibros establece esta aproximación directamente. La lectura crítica es creación literaria, “no juicio ni prejuicio ni valoración” y lo que buscan es “propiciar reflexiones literarias subjetivas, explícitas, creativas y singulares, de manera intensa, extendida, abierta y sin presiones inmediatas en torno a libros de poesía, narrativa, ensayo y dramaturgia publicados en idioma castellano en Chile y en otros países del mundo.

»Siguiendo esta tónica, las revistas dan vida a instancias de discusión literaria colectiva, conversatorios, certámenes. “Santiago en cien palabras”, inicialmente extensión de Plagio genera gran impacto. La Calle Passy, por otra parte, da cabida a “Antología en movimiento” que reinscribe la idea de lanzamiento editorial como encuentro de presentación, debate y análisis de publicaciones recién salidas del horno, “en movimiento”. También de la mano de estos colectivos se observa un exponencial incremento de microeditoriales. La pretensión es introducir y validar un canon alterno, inédito, que despierte la pasividad lectora.

»Para el 2014, La Furia del Libro, fundada el 2010, 14 que reúne buena parte de las editoriales germinadas desde estas revistas, reúne a miles de personas motivadas por la integración de nuevas formas de expresión, tales como el comic, los libros juveniles, los diarios, antes segregados del canon. Así se ha potenciado competencias lectoras y creativas en un público no habituado a esa naturaleza de interacción. La inteligencia chilena muta, se vuelve hibrida y cobra –aun admitiendo disputas internas– cierta potencia comunitaria.

»Claudia Apablaza, escritora de visibilidad en la década, sintetiza la tensión transformadora que proponen estas revistas digitales y colectivos. Para la escritora, finalmente, se trata de grupos que tratan de superar los “egos intelectuales que dominaron el campo”. Destaca este trabajo como uno establecido

»desde la resistencia, un intento de comenzar a hacer crítica literaria desde la honestidad básicamente (que para mí es exactamente lo mismo que resistencia), y eso implica por añadidura una oposición al sistemilla pactado que es muy perversillo y no es nada de honesto. Para esto creo que hacen el doble ejercicio de cuestionarse los sitiales que se ganaron algunos en peleas de medio pelo o por políticas de poder sospechosas en algunos periódicos y a la par de este cuestionamiento, ellos van instalando sus textos, abiertos a comentarios, diálogos, etc.


»De este modo, si bien la crítica literaria, como sugiere Ismael Gavilán, se haya en pleno proceso de reconfiguración y evaluación, la tendencia vindica la cultura lectora por sobre jerarquías positivistas, herederas del progresismo letrado. Así amplia canales para el diálogo intersubjetivo y aún incluso más allá, transfronterizo. La reproducción de imágenes de encuentro con la alteridad promovida por estas críticas posee una importancia excepcional. Se presenta como contrapunto al progresismo neoliberal de la inteligencia heredada. En este sentido, se invita a un índice de diferencia –de género, raza y patria– que amenaza el horizonte de lectura heredado.»





Specific Rules #1 for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style: Abbreviated words in publisher names



Commonly used words in names may be abbreviated, if desired

Examples:

Acad. for Academy

Assoc. for Association

Co. for Company

Coll. for College

Corp. for Corporation

Dept. for Department

Div. for Division

Inst. for Institute or Institution

Ltd. for Limited

Soc. for Society

Univ. for University

See Appendix C for more abbreviations of commonly used English words.


Be consistent. If you abbreviate a word in one reference in a list of references, abbreviate the same word in all references. Follow all abbreviated words with a period.

Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Abbreviated words in publisher names

Specific Rules #2: Non-English publishers

Specific Rules #3: Government agencies and other national and international bodies as publisher

Specific Rules #4: Joint publication

Specific Rules #5: Multiple publishers

Specific Rules #6: No publisher can be found

Examples for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 24, 2018

«Lectura y Gramática: la reflexión desde el verbo»



Micaela Lorenzotti, Luisina Piovano, Cintia Carrió
«Lectura y Gramática: la reflexión desde el verbo»

Álabe. Revista de la Red de Universidades Lectoras, n.º 17 (2018)

Álabe. Revista de la Red de Universidades Lectoras | Universidad de Almería | Almería | ESPAÑA


Extracto de los apartados Introducción y Conclusiones, en páginas 2 y 13-14 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.




«Si se piensa, como se asume aquí, que la construcción de una propuesta de enseñanza está guiada por el concepto de “buena enseñanza” en el sentido en que propone Fenstermacher (1986: 158), entonces, el adjetivo “buena” remite a las justificaciones epistemológicas de la construcción curricular. Así entonces, requiere del planteo de preguntas respecto de qué contenidos son deseables y justificables (didáctica y epistemológicamente) que el docente, autor del curriculum, seleccione y reformule en su propuesta. En este sentido, parece deseable que el “docente autor del curriculum” (Gerbaudo, 2006: 69) se cuestione “[...] si lo que (se) enseña es racionalmente justificable y, en última instancia, digno de que el estudiante lo conozca, lo crea o lo entienda.” (Fenstermacher, 1986: 158)

»Este artículo pretende instalar la discusión respecto de la selección de contenidos presentes en la curricula escolar y su relación con los objetivos pedagógicos y didácticos propuestos para el alumnado. Específicamente centra la atención en la importancia de la incorporación del contenido gramatical “verbo” y la urgente necesidad de revisión de su modo de abordaje en las clases, a fin de beneficiar una comprensión genuina de dicho contenido y un aprendizaje significativo en el marco general de los problemas de escritura y comprensión de textos.

»Para avanzar en el desarrollo de este problema, hemos estructurado el texto de la siguiente manera: en el apartado siguiente (§2) se detalla la metodología que permitió recabar los datos para llevar adelante la investigación; en el apartado 3 se presentan las categorías analíticas centrales para la comprensión de nuestro planteo, así como las relaciones que asumimos entre dichas categorías; en el apartado 4 se desarrolla la discusión, se ofrecen precisiones sobre la categoría gramatical “verbo”, se justifica la centralidad del contenido seleccionado (§4.1) en relación con problemas que atañen al dominio oracional y extra-oracional (§4.1.1) y en el último punto del apartado 4 se esbozan alternativas concretas de actividades que apunten a la consolidación de “buenas prácticas” (Gerbaudo, 2011: 20) (§4.1.2); en el apartado final (§5) se presentan las conclusiones.

»Cabe aclarar en este punto que con “buenas prácticas”, nos referimos a las intervenciones que llevan adelante los docentes en sus aulas, intervenciones atravesadas por decisiones tanto teóricas como epistemológicas. En tal sentido, asumimos que para lograr lectores y productores críticos es indispensable aspirar a una comprensión genuina (Perkins, 1992) de ciertos contenidos centrales del área de lengua. En suma, desde nuestro punto de vista, la formación de un lector crítico (tanto de textos como de la realidad) supone conducirlo a comprender, o al menos a cuestionarse por las razones que conducen a los productores de ciertos fragmentos de lenguaje a preferir unas construcciones textuales o discursivas sobre otras, y, a la vez, evaluar el impacto que las decisiones de esa elección implican en relación con las intenciones explícitas o implícitas de quien produce.

»Reconocemos que es el docente de lengua quien tiene que acercarle al alumnado las herramientas que le permitan volver visible el mecanismo de poder vehiculizado por el lenguaje. [...]

»Para concluir entonces, afirmamos que el corrimiento de los contenidos gramaticales y con ellos la reflexión sobre el verbo de las curriculas escolares responde a malentendidos respecto de las maneras de pensar la transposición didáctica de la selección curricular. En las aulas de los niveles primario y secundario se reduce la reflexión gramatical a la aplicación de fórmulas de reconocimiento categorial o funcional, tal como si se tratara de un alumnado constituido por especialistas en lugar de sujetos ávidos por comprender e intervenir lingüísticamente la realidad.

»A lo largo de este trabajo se argumentó a favor de las potencialidades de la reflexión gramatical minuciosa en torno a la categoría verbal, atendiendo a su carácter nuclear y, por tanto organizador de los mensajes. Se propuso el análisis de la estructura argumental como un punto axial para la organización oracional y la reconstrucción de los protagonistas textuales. La manipulación consciente de las estructuras sintácticas en relación con las interpretaciones semánticas asociadas potencia la competencia lingüística del alumnado propiciando reflexiones que ponen de manifiesto las estrategias de poder ocultas en los mecanismos discursivos. Las intervenciones pragmáticas necesariamente requieren del acompañamiento y el detenimiento en el nivel oracional. El trabajo conjunto de los niveles morfosintáctico y semántico de la frase y la oración resultan un camino seguro hacia la posibilidad de analizar estructuras pragmáticas como las implicaturas y los presupuestos.

»El contenido “verbo”, presente en la selección curricular de los docentes, resulta opacado por la centralidad de los contenidos textuales. Así, la reflexión gramatical sobre el verbo es posterior al análisis textual y este análisis es lo que lo relega al lugar de normativa, al lugar de reglas a cumplir o a respetar en la construcción de determinados textos. La atención puesta exclusivamente en el texto no aportó mejoras en el nivel de producción y comprensión textual, uno de los grandes objetivos del área de lengua.

»Según se mostró en el escrito, cuando se incluye el contenido gramatical “verbo” en las propuestas de clase, su lugar es restringido, limitado a su reconocimiento de función núcleo del predicado en el análisis oracional, muchas veces sin una reflexión gramatical previa.

»Para llegar a reflexionar sobre la construcción de los textos es necesario objetivar el lenguaje para crear un metalenguaje compartido entre el alumnado y el docente. Es preciso contar con un conocimiento compartido para que la enseñanza no sea contenidista, para que el conocimiento no se vuelva un “conocimiento ritual” (Perkins, 1992: 36) que es evidencia de que el conocimiento es “frágil”. En la mayoría de los casos el análisis de oraciones tiene en las aulas un carácter repetitivo. Este carácter repetitivo sin explicación es lo que se convierte para el alumnado en conocimiento ritual, un conocimiento que sólo sirve “para cumplir con las tareas escolares.” (Perkins, 1992: 37)

»En este sentido, consideramos necesario revisar la solidez de la formación disciplinar de los docentes a fin de garantizar la toma de decisiones didácticas y epistemológicas, en relación con el objeto de enseñanza, que se basen en una argumentación razonada y a posteriori de consideraciones respecto de las potencialidades de las diferentes miradas sobre el objeto. Lo dicho hasta aquí no implica descuidar la formación pedagógica y la didáctica sino, por el contrario, cuidar que en la conjugación entre estos saberes necesarios para el ejercicio de la docencia, no se banalicen o distorsionen los contenidos.»





General Rules for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style



Record the name of the publisher as it appears in the publication, using whatever capitalization and punctuation is found there.

When a division or other subsidiary part of a publisher appears in the publication, enter the publisher name first. For example: Harvard Medical School, Department of Genetics.

End publisher information with a semicolon.


Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Abbreviated words in publisher names

Specific Rules #2: Non-English publishers

Specific Rules #3: Government agencies and other national and international bodies as publisher

Specific Rules #4: Joint publication

Specific Rules #5: Multiple publishers

Specific Rules #6: No publisher can be found

Examples for Publisher (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 23, 2018

TCCC Unity, Coca-Cola’s New Typeface | App Store Preview



App Store Preview












Description

The app explains the ethos behind TCCC Unity, the bespoke typeface designed by Brody Associates with The Coca-Cola Company’s Global Design Team.

The creators tell how the typeface’s personality came from the company’s visual heritage. The designers drew inspiration from the Coca-Cola archive in Atlanta to create a future-facing, cross-platform font that honours that heritage but that works across media, from print to digital, and at all sizes....



What's New

Added functionality to allow audio to continue playing when screen goes to sleep.

Minor copy & graphics changes.



Information


Seller

Media Grand (UK) Limited


Size

91.9 MB


Category

Lifestyle


Compatibility

Requires iOS 8.0 or later. Compatible with iPhone, iPad, and iPod touch.


Languages

English


Age Rating

Rated 4+


Copyright

© The Coca-Cola Company Ltd.


Price

Free







Brody Associates‏: We are proud to announce the launch of TCCC Unity, the first company-wide proprietary typeface for @CocaColaCo since its inception over 130 years ago (@B_associates)





TCCC Unity: A New Coke Classic

By: Steven Heller


Print magazine (@printmag)



Last week in Atlanta, Neville Brody announced “TCCC Unity: The New Typeface for Coca-Cola.” It may seem incredible that Brody, once the maestro behind The Face and Fuse magazines and the emblematic types of the late 80s and early 90s is currently creating type for one of the world’s most emblematic corporations (and products), but his design has long been evolving along with his expertise as a go-to designer.

The typeface has been produced in a number of weights and styles to ensure a high level of flexibility and voice in application, and allows the company to control and evolve its visual language. Other influences have played a major role in the development of TCCC Unity, in particular, the Americana of the 1930s and ’50s, with its typography of speed, construction and modernity, combined with a vernacular influence. The typeface is designed to be open, with a large x-height, and has a wide form, extended to relate this sense of Modern Americana. In terms of functionality, through the development of a text and display version, the font is designed to both operate successfully at a small text size, and to achieve personality and impact at large usage. An app, TCCC Unity, has been launched to present the new typeface.

Brody spoke in Atlanta last week with Debbie Millman before a live audience for a special edition of Design Matters at the Museum of Design Atlanta, but for this interview I cornered him long enough to get the skinny on the new font.



A typeface for a company as world renown as Coca Cola is not just any old typeface. What were you asked to achieve? And how’d you go about finding the best solution?

The process was highly collaborative, and the Coca-Cola Global Design team, headed by James Sommerville, primarily asked us to deliver a contemporary typeface which operated successfully across both a current and future suite of platforms, from digital to mobile and from print to product and environment.

It needed to be something that was highly scalable, from text on a mobile screen to display size on a hoarding, meaning that it had to combine a high level of legibility and function at a small size, and have enough personality and interest at a large size. This flexibility would allow the Coca-Cola company to navigate future landscapes and successfully anticipate technological shifts, and at the same time be able to build a cohesive and coherent typographic language and system across all touch-points.

It also needed to be ownable and recognizable, and be seen as authentically Coca-Cola by relating design qualities that were felt to be part of the brand and story. The company had been using a great font, but one which is now used by so many companies that it has become ubiquitous and no longer delivers the market stand-out that Coca-Cola desired. It also meant that both creative and quality control in its numerous territories was increasingly challenging. An ownable and controllable typeface with a suite of styles and weights helped counter this and delivers greater creative opportunities and integration of messaging.

The Coca-Cola company and product has become globally renowned for specific key elements—the color red, the script font, the bottle shape—but had never in over 130 years owned a proprietary font. This is the first.



Coke has such distinctive branding assets, what influenced the design of this Unity typeface?

Myself and the Brody Associates team, including senior type designer Luke Prowse together with Phil Rodgers, Chris Nott, Jack Llewellyn, Josh Saunders and Joe Dick, maintained a constant state of open communication with the Coke team in Atlanta, including many on-the-ground visits and workshops, making it a live project and increasing the opportunity for dynamism.

We immersed ourselves in the archive at Coca-Cola’s headquarters, spending days investigating thousands of heritage items in order to be able to piece together a tangible Coca-Cola typographic reference toolbox, one formed of shapes, quirks, repeated motifs and structures. We assembled these and selected the most common visual elements to form the core structure of the typeface, which we call the ‘spine’ of the font giving it its language of proportions, line weight, curve and junctions. Once fixed and agreed, we then populated this framework with a number of clear visual treatments and flair informed by our research, and shared these in workshop sessions with the team at Coca-Cola. The final space, “Unity,” was the further-refined outcome of this process.

One of the discoveries we made through interrogating the archive collection, was that the Coca-Cola history somehow reflected that of America itself. In 130 years we saw the progression from Victoriana, with its decorative swirls and local engraving-based expertise, to a kind of Modernist Americana, one of frontier-base speed seen in automobile and diner culture. In the middle period we observed an clear influence of construction and industry, somehow mixed with vernacular flair and quirk.

We made careful selections to ensure that the font was not overwhelmed with personality, but that just enough was embedded in order for it to be clearly ‘Coca-Cola’. The font itself is fairly wide, and has a large x-height. Open arcs and rounded counters deliberately bring air into the font, with flourishes and curves bringing a sense of humanism and accessibility.



People use the term “story” or “narrative” to describe corporate branding models. How does this typeface reflect or support Coke’s narrative?

The current trend of a brand being seen increasingly as a storyteller has from day one been a principle at the heart of the Coca-Cola narrative, to such a degree that it is now part of our mass unconsciousness. Globally, we recognize this brand and its attributes more than any other, and have deep cultural links with its perceived nature and story, from the iconic bottle shape and script to a red Father Christmas.

The most important thing today for a brand is not the content that it talks about, but how it talks about it. The typeface becomes a critical part of that voice and DNA, with consistency, authenticity and believability becoming paramount requirements.



You’ve come a long way from The Face to Coke. Are there fundamental or nuanced distinctions in the way you designed type then and now?

To be honest, I’ve always produced commercially-focused work alongside the more experimental work. This project interestingly straddled both of those in some way, in that the challenge here was to understand just how far we could build personality and human quirk into a highly functional font design, a mechanism with surprise. Of course, my understanding of typography and type design has evolved since that early period, but at the heart of my approach has always been the idea that typography is part of cultural image making, and that every font carries information in a way that is emotionally coloured or influenced by its form. The receipt of all information is informed and influenced by the way in which we distribute and deliver it.



How did this commission come to you? And what of the final makes it a Brody production?

I was asked by James Sommerville to be part of an internal design conference day put on for the design team at Coca-Cola in early 2016. The great consequence of this was that James understood more about our work in the area of type design, something we usually keep under the bonnet. James had been thinking about the need for Coca-Cola to develop its own typeface, and we began a conversation. The beauty is that the teams at Brody Associates and Coca-Cola are small, agile and highly efficient, meaning that we were able to work together extremely well and make decisions quickly.

I would say it is strongly a Brody production, in that it also shares many typographic details and qualities that I have always loved. I have always veered towards early Gothic and constructed typefaces: Venus, Trade etc., and it was a thrill to be able to develop this design for such a company on such a global scale.



Are you pleased?

I am. I think it solves the challenges that were set for it, and gives The Coca-Cola Company a typographic language and system that will carry it forward for years to come. It was a difficult challenge, but I believe it is robust and accessible and captures the Coca-Cola personality, and yes, I’m proud of the outcome. To be honest, having the chance to design the first global typeface for Coca-Cola is pretty amazing.






Coca-Cola lanzó su primera tipografía propia: intenta reflejar su esencia | @adlatina_com




Adlatina (@adlatina_com)




Se llama TCCC Unity y fue diseñada en asociación con Brody Associates.


TCCC Unity está llena de guiños que hacen referencia al producto y su logo.

Luego de 130 años de historia, Coca-Cola lanzó una tipografía propia. Desarrollada por un equipo inhouse en asociación con Brody Associates, la nueva fuente se llama TCCC (The Coca-Cola Company) Unity.

Si bien el equipo de la marca afirmó que el principal motor para esta creación fue lograr consistencia e integración en cada parte del diseño, puede que también sea una medida para recortar el presupuesto de licencias para utilizar otras fuentes. Hasta la fecha la Coca-Cola había utilizado algunas como Gotham, Google fonts, y Proxima Nova, y anteriormente algunas del estilo Trade Gothic. Coca-Cola es una de las marcas más reconocidas alrededor del planeta, al punto de tener su propio tono de rojo y una silueta inconfundible en sus botellas.

En los últimos años, la empresa trabajó en unificar más y más la identidad gráfica de Coca-Cola.


Según James Sommerville, vicepresidente global de diseño de la compañía, la falta de una fuente propia era “una pieza perdida del rompecabezas”.


TCCC Unity captura la personalidad de Coca-Cola en sus formas y giros manuscritos que implican una mayor conexión emocional con el lector, recreando esos momentos de felicidad que la compañía intenta transmitir. Para crearla se exploró el archivo de Coca-Cola, desde posters hasta estándares de diseño, carteles pintados a mano y correspondencia.


Además está llena de guiños, como la “Q” que imita un vaso con un sorbete visto de arriba, o en la forma de gota de la “a” minúscula que representa la liquidez del producto.


Otros detalles hacen referencia al logo tradicional de la marca.

De esta manera la tipografía reúne aquello que la marca desea comunicar con algunos puntos esenciales como la legibilidad, practicidad y funcionalidad. Se buscó que funcione en tamaños pequeños, en formato digital o impreso, y el carácter y la idiosincrasia para que sean igual de poderosa en una cartelera.





Specific Rules #4 for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style: No place of publication can be found



If no place of publication can be found on the title page or its verso (back), but one can be found elsewhere in the publication or can be reasonably inferred (e.g., Washington as the place for a publication of the Department of Health and Human Services), place the city in square brackets, such as "[Washington]".

[Deakin West (Australia)]: National Rural Health Alliance (AU); 1998 Feb. 74 p.

If no place of publication can be found or inferred, use [place unknown].

[place unknown]: Western Health Foundation; 1985.



Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Non-US cities

Specific Rules #2: Joint publication

Specific Rules #3: Multiple places of publication

Specific Rules #4: No place of publication can be found

Examples for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 12, 2018

Specific Rules #3 for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style: Multiple places of publication



If more than one place of publication is found, use the first one or the one set in the largest type or in bold type. Do not give multiple places.

As an option, if one place is a US city and the other(s) are not, use the US city.


Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Non-US cities

Specific Rules #2: Joint publication

Specific Rules #3: Multiple places of publication

Specific Rules #4: No place of publication can be found

Examples for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 11, 2018

Specific Rules #2 for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style: Joint publication



Two organizations may co-publish a report.

Use the city of the first organization found in the publisher position on the title page (or on the back of the title page if no publisher information appears on the title page) as the place of publication.

Place the name of the second organization as a note at the end of the citation, if desired.

Example:

Monahan C, Szpur MV, Evans M, Craik D, Kubale MG, Maloney MM. Focus on Children community planning manual: needs assessment and health planning for children, including children with special health care needs. Rev. ed. Chicago: University of Illinois at Chicago, Division of Specialized Care for Children; 1996 Oct. 136 p. Grant No.: DHHS/PHS/HRSA MCJ-175005. Joint publication of the Division of Family Health, Illinois Department of Public Health, Springfield.


Do not give multiple places as place of publication or include multiple publishers.


Según:

Citing Medicine: The NLM Style Guide for Authors, Editors, and Publishers [Internet]. 2nd edition. Chapter 4: Scientific and Technical Reports


Related:

General Rules for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style

Specific Rules #1: Non-US cities

Specific Rules #2: Joint publication

Specific Rules #3: Multiple places of publication

Specific Rules #4: No place of publication can be found

Examples for Place of Publication (required) to Citing Entire Reports Vancouver Style






enero 10, 2018

«Lexicalización de algunos verbos en el español de Colombia»



Maria Bernarda Espejo Olaya y Lirian Astrid Ciro
«Lexicalización de algunos verbos en el español de Colombia»

Folios, n.º 46 (2017)

Folios | Universidad Pedagógica Nacional | Facultad de Humanidades | Bogotá | COLOMBIA


Extracto del apartado Resultados, en páginas 165 a 177 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.




«Resultados

»En este apartado realizamos una caracterización de diferentes aspectos de lexicalización de algunos verbos que hemos observado en las fuentes consultadas. Para ello, clasificamos los casos encontrados en las siguientes categorías: verbos en modo imperativo; unidades fraseológicas fijas (UFF); recategorización: sustantivos y adjetivos; doble categoría: sustantivo/ adjetivos; recategorización a la inversa: verbos denominales. En cada apartado presentaremos ejemplos tomados de las fuentes enunciadas, en algunos casos se presentan ejemplos ad hoc o de conversaciones espontáneas, debido a que no se encontraron en las fuentes textuales utilizadas, pero la existencia de la unidad había sido corroborada en las fuentes lexicográficas.



»Verbos en modo imperativo

»En primer lugar, en la muestra recolectada, destaca el nuevo sentido de verbos en modo imperativo.

»Como se puede observar en los siguientes ejemplos, en estos se evidencia, respecto a los verbos, su formal función como marcadores deverbales discursivos y exhortativos. De esta manera, su función fundamental es la de una interjección que incita a empezar o a proseguir una acción:


»Ábrase: en el siguiente enunciado, el nuevo sentido de “ábrase” es la exhortación a que el destinatario se vaya o se aparte del lugar o de las personas:

»[...] —Ábrase, hermano, que me toca a mí —dice el copiloto entrándose al taxi de sopetón. Cierra la puerta, deja la navaja en el suelo y se quita la ropa sin pronunciar palabra [...]. (Corpes, Mendoza, 2002).


»¡Camine!: “camine” pierde el valor de verbo pleno y adquiere una función exhortativa en la que se expresa la petición ‘apúrese’, ‘vamos’; aunque “camine” tiene la marcación (lexicalización) en tiempo presente y en segunda persona del singular:

»—Vea que vamos a llegar tarde. ¡Camine! (Ejemplo ad hoc).

»—Camine pa’ la fiesta [...]. (Ejemplo ad hoc).


»¡Cuídate!: todos sabemos que cuando uno aconseja lo hace en imperativo, pero la fuerza ilocutiva que tiene este imperativo no es el valor de consejo o mandato, sino que expresa buenos deseos del emisor dirigidos al destinatario. “¡Cuídate!” es una expresión de despedida, que significa “que estés bien”, de uso muy frecuente en las jóvenes generaciones:

»—Nos vemos mañana en la Universidad para terminar el trabajo.

»—Bueno, adiós. ¡Cuídate! (ejemplo ad hoc).


»¡Despéguela!: esta modalidad imperativa se deriva de “despegar” que, en la jerga delincuencial, significa “irse, marcharse alguien de un lugar donde no es bienvenido”; quizá este verbo tenga relación con “desapegarse”, que significa apartarse del afecto de alguien o algo. La fuerza ilocutiva de este enunciado es una orden, un mandato que se le da a algún miembro de un grupo para que se vaya. “¡Despéguela!” es equivalente a “¡váyase!”:

»—¡Despéguela!— dijo ella con desprecio [...]. (Restrepo, 2002, p. 146).

»—¿Sabe qué? ¡Despéguela, parce! (Ejemplo ad hoc).


»Hágale: en los siguientes ejemplos, “hágale” no tiene el sentido pleno de “hacer”, sino que tiene la función de exhortar al interlocutor para que prosiga la acción que está ejecutando, para alentarlo a que la continúe; de esta manera es equivalente a “siga”, “adelante”, incluso: “apúrese”:

»[...] Corrimos y bajamos por una montaña, y como eso estaba quemado, mi novio me decía: “Mi niña, hágale que ahorita nos mandan un granadazo y quedamos tiesos”. “Pero ¡cómo quiere que baje rodando si el portafusil se me enredó!”, le contesté. Entonces le saqué la correa al portafusil y me quedé disparando [...]. (Corpes, González, 2002).

»—[...] hay que estar firme—, expresó John cuando la gente empezó a gritar: hágale parce que esto ya se empezó a mover. (El Colombiano, 13-6-03, p. 1C)


»Respecto a este ejemplo, consideramos que en el vocablo “hágale” el proceso de lexicalización es más claro, por cuanto se puede decir que se observa cambio de un verbo de realización o producción a un marcador intensivo exhortativo.

»En lo que respecta a este caso en concreto, se percibe un debilitamiento progresivo del verbo hacer, culminado en una nueva lexía, en la que verbo y clítico constituyen un nuevo marcador discursivo exhortativo. Así, es clara la evolución o transformación de una categoría gramatical a otra, de verbo a marcador, con la consabida recategorización sintáctica y semántica.


»¡Piérdase!: en su uso imperativo toma el sentido de “lárguese”, “retírese”; de esta manera, el verbo pierde el sentido pleno para adquirir el significado de advertencia:

»Al rato llegó otro hombre que me dijo: “párese”. Yo eso lo entendí como si fuera un “piérdase de aquí”. Entonces recordé lo aprendido en el Ejército cuando presté el servicio militar. Hay que ser inteligente. Tomé fuerzas y me fui, pero no sé si fue caminando o corriendo. (Morelo y Cuello, 2013).



»A continuación se presentan, de forma general y resumida, las principales características que adquieren las anteriores unidades (como marcadores intensivos exhortativos) y que no tenían como verbos plenos:

»• El verbo deja de operar como núcleo del predicado, y tiene cierta autonomía de la proposición a la que, en la mayoría de los casos, termina por modificar totalmente.

»• Como marcador discursivo es optativo para el hablante, lo cual depende de la intención.

»• Debilitamiento del significado referencial y ganancia en el contextual.

»• Adquieren cierto grado de fijeza en cuanto a la morfología.

»• Pérdida del sujeto como agente.


»Por otra parte, la tendencia en el ámbito lexicográfico es que aquellos marcadores cuya evolución implicó, entre otros cambios, la fusión de una palabra con otra, de una categoría y otra, siendo una de ellas el verbo, puedan considerarse lemas merecedores de una entrada en un diccionario. El producto del verbo + clítico, por ejemplo, típico de “hágale”, “dale”, hace las funciones de una frase verbal, con lo cual intensifica la acción significada en el verbo, y que cualquier hablante reconoce como un elemento independiente. De esta manera, podría pensarse que lo mejor sería abrir una nueva entrada para estos marcadores, por cuanto adquieren una nueva forma, además de obtener un uso invariable y un cambio de significado cristalizado en el uso discursivo, y reflejar la variante del español de Colombia.

»No obstante, es preciso considerar que hay unos más lexicalizados que otros y si se decidiera abrir entradas para todos se ampliaría notablemente el repertorio léxico del diccionario. Al respecto, según Company (2004, p. 41), la gran productividad del dativo en español “más que una entrada léxica verbal específica individual, constituye una pauta de construcción altamente productiva en la que puede incluirse una lista amplia de verbos, que reproducen un mismo esquema de formación de marcadores: verbo + clítico dativo: andar> ándale, dar > dale, estar > tate”.

»En este contexto, se podría reinterpretar, a partir de estos casos, lo que se conoce como gramaticalización, ya que se puede evidenciar un proceso inverso en el que “las formas prescinden o se liberan de sus antiguas restricciones semánticas y distribucionales y pasan a operar en un nivel superior de lengua; por supuesto, adquieren restricciones semánticas y distribucionales de otra naturaleza” (Company, 2004, p. 32). No obstante, según Company (2004), en un diccionario de lengua no se tomarían como entradas aparte, por cuanto se puede evidenciar que hacen parte de un mismo paradigma en el que “los miembros prototípicos tienen siempre mayor flexibilidad de distribución, son capaces de experimentar una amplia gama de procesos gramaticales, tienen, por tanto, mayor generalidad y aplicabilidad a más contextos” (Company, 2003, p. 7).

»A pesar de ello, “la unidad de cambio de esta segunda corriente es el contexto más que las formas o construcciones que experimentan el cambio, puesto que sólo a través de su uso en contextos específicos, las formas se recargan con nuevos significados” (Company, 2004, p. 56). De ahí la íntima relación entre pragmática, semántica y gramática, que se concreta en el acto comunicativo y que depende de las intenciones de los interlocutores.

»De esta manera, se puede concluir que en los ejemplos enunciados se presenta “un reanálisis: verbo > marcador pragmático—discursivo, vía el debilitamiento referencial del significado originario de los verbos y su enriquecimiento pragmático en situaciones discursivas específicas [...]” (Company, 2004, p. 56). Por esto, si se tuviera que incluir una nueva entrada, se haría a partir de sus usos como marcadores discursivos, puesto que se deslindan de sus usos como verbos plenos.

»En otra dirección, en los siguientes ejemplos, tomados de la publicidad de la radio y la televisión colombiana, se recurre al lenguaje coloquial como un mecanismo para atraer la atención de los destinatarios, especialmente de los jóvenes. En estas formas, la lexicalización no es tan evidente, pero sí lo es el nuevo sentido que adquieren los verbos en modo imperativo. Su función principal es la de influir en el comportamiento o conducta del destinatario, invitándolo a realizar alguna acción. Las formas imperativas tienen el signo de exclamación, rasgo que denota énfasis.

»Vigara Tauste (1992, p. 185) plantea tres grandes principios de organización discursiva que rigen el uso coloquial del lenguaje: el primero es la expresividad o reflejo espontáneo de la afectividad del hablante, entendida en sentido amplio; el segundo se refiere a la comodidad o tendencia espontánea del hablante al menor esfuerzo para lograr la comunicación, esta economía de recursos lingüísticos en la comunicación conduce a que se dé la tendencia hacia lo implícito; y el tercero es la adecuación o adaptación espontánea, por parte del hablante, de su lenguaje a las condiciones cambiantes de la comunicación: interacción, nivelación, cambio de turno, mantenimiento de la tensión.

»Estos tres principios se ajustan a los siguientes ejemplos tomados del discurso publicitario, que está matizado por el lenguaje coloquial:


»¡Deslimítate!: esta unidad tiene la siguiente estructura: des— (prefijo que denota negación o inversión del significado de la palabra simple a la que va antepuesto) + límit (limitarse, imponerse límites en lo que se dice o se hace, con renuncia voluntaria o forzada a otras cosas posibles o deseables) + a (vocal temática de verbo de primera conjugación) + te (clítico que marca una acción reflexiva).

»En el ejemplo que presentamos, el mensaje de esta empresa de telefonía móvil para el destinatario es que no se limite, que no hay problema por el dinero, pues puede comprar un smartphone con facilidades de pago. El nuevo significado del verbo es “obtener sin esfuerzo”:

»—Yo sé lo que quiero, un buen smartphone para estar conectado, pero creo que solo me alcanza para uno así. No sé, me siento como amarrado, como... aaah.

»—Que no te pase lo mismo, ¡deslimítate! En Tigo ahora puedes llevarte un smartphone a 24 meses con el 60% de descuento en las cuotas por un año.


»¡Desflechízate!: “desflechízate” tiene la siguiente estructura: des— + flecha + interfijo + iz + a (vocal temática de verbo de primera conjugación) + te (clítico que marca una acción reflexiva). En el ejemplo que enunciamos a continuación, este imperativo aporta una nueva significación en cuanto apela al destinatario para que deje el celular viejo y compre uno moderno. El nuevo significado es muy particular en nuestro país, pues se denomina flecha al celular sencillo, de baja gama, que usan los “indios”, es decir, los ciudadanos del común. Esta mezcla de humor con la cotidianidad colombiana solo se puede comprender en toda su significación en nuestro entorno. Además, el verbo tiene el significado de “cambiar sin esfuerzo”:

»Gracias a la campaña “Desflechízate”, el operador móvil Tigo logró crecer sus ventas de smartphones en 129%, cuando el objetivo era de tan solo 15%. (Arango, 2014).


»¡Empelicúlate!: en el siguiente ejemplo, el uso de la modalidad imperativa empelicúlate invita a imaginarse lo bien que el destinatario puede pasar disfrutando del evento cultural y, al mismo tiempo, de la facilidad de disfrutar de la telefonía celular. La estructura es la siguiente: em— (‘dentro de’ o ‘sobre’) + películ + a (vocal temática de verbo de primera conjugación) + te (clítico que marca una acción reflexiva).

»En este ejemplo, el verbo tiene el significado de “pasar un rato agradable”:

»¿Te gustaría disfrutar del Desfile de Silleteros desde el palco Tigo-Une? ¡Participa! Escribe el nombre [...] Empelicúlate el doble. Doble entretenimiento. (Publicidad de Tigo).


»Aunque en estos últimos ejemplos se puede llegar a dudar de que en verdad exista una lexicalización, por cuanto sus usos son más contextuales y dependientes de las estrategias discursivas de la publicidad —se nota, especialmente, la función conativa del lenguaje— y, por tanto, pueden ser efímeros, consideramos importante enunciarlos, pues allí queda clara la productividad de este tipo de lexicalización en la que el modo imperativo se impone con sus nuevos sentidos pragmáticos respecto a la forma plena.



»Unidades fraseológicas fijas (UFF)

»El modo imperativo no solo se hace presente en verbos lexicalizados, ya sea con clítico o pronombre o en un tiempo y persona (“camine”), sino que también se actualiza en unidades fraseológicas fijas (UFF). Según Zuluaga (2004, p. 252), se denominan UFF porque son unidades que hay que tomar como un todo indivisible, “en bloque”; fraseológicas porque, si se tiene en cuenta su estructura sintáctica, se ubicarían en el nivel de la frase; y fijas por la cristalización que las afecta. A continuación, se presentan algunos ejemplos de UFF con verbos lexicalizados en modo imperativo:


»Barájemela más despacio / barajámela más despacio: si consultamos el Diccionario de la lengua española (Real Academia de la Lengua Española, 2014), esta expresión significa: “Explicarle lo dicho más pormenorizadamente”. En el Diccionario de americanismos (Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010), “¡barájame eso!” expresa el “deseo de alguien de que algo le sea explicado con mayor claridad”. Como se ve, la expresión pasa del plano puramente material al plano de la esfera intelectual, pues nada tiene que ver con el juego de cartas, sino que el significado es “explicar algo de manera pormenorizada”:

»—[...] si esta firma reconocida en producción de FPC para TV Cerrada hace la producción, permitirá que les impongan desde DirecTV a narradores y comentaristas del extranjero, o pondrán a los de siempre de nuestro país? Barájemela más despacio y por tu lado averigua la veracidad de este rumor. (Céspedes, 2011).

»—Te noto amañada... ¿Qué más de bueno tiene la tal iglesia de las Piraquivas? —La pastora-senadora Alesandra es muy comprensiva y en las elecciones pasadas me fió el voto. —¿Cómo así? A ver Tola, barajámela despacio: ¿qué eso de que te fió el voto? —Es que las Piraquivas no le compran a uno el voto sino que los fieles pagamos pa’ que nos dejen votar por ellas. (Tola y Maruja, 2014).


»Callate esos ojos / callate esa boca: expresión, de uso en Antioquia, utilizada a modo de advertencia para pedir discreción al interlocutor o expresar sorpresa frente a lo enunciado:

»—¡Ay, Geo, se me va’caer la cara de vergüenza! —¡Callate esos ojos!: yo amaso panes o preparo los guisos, o barro y trapeo, pero afuera [...]. (Ceballos, 2000, p. 103).

»—Esperate que lo peor no es eso: cuando fuimos a velalo nos dijeron en la funeraria que ya los entierros tenían IVA...—¡Callate esa boca! ¿Y qué hicieron? (Tola y Maruja, 2007, p. 29).


»¡Calmate ventarrón!: exclamación utilizada para calmar a alguien; también se emplea para solicitar al interlocutor replantear lo que ha venido enunciado, generalmente para que revise los alcances de sus afirmaciones. De uso frecuente en Antioquia:

»—Somos godos porque venimos de españoles católicos, feudalistas, uribistas...

»—Calmate, ventarrón... Somos violentos porque venimos de españoles que llegaron acabando hasta con el nido de la perra y no dejaron indio con cabeza... (Tola y Maruja, s.f.).


»¡Coja oficio!: forma de exhortar a una persona para que no pierda el tiempo, para que deje el ocio y haga algo productivo:

»—O sea: es normal que las mujeres queramos mejorar en apariencia, pero su quinceañera está demasiao biche pa’ eso. Dígale a esa tatabrona que coja oficio, que no se implante lo que no se le perdió, que deje de empalagar. (Tola y Maruja, 2015).

»Se la pasaba llenando de figuritas los cuadernos del colegio y a cada rato escuchaba el típico “deje de estar huevoniando, coja oficio”. (Matador, el agudo caricaturista, 2014).


»Coma callado: exhortación al interlocutor para que guarde silencio, porque si habla excesivamente esto puede representar un peligro para él. Tiene la connotación de advertencia:

»—Hágase el que no sabe nada, coma callado. (Conversación espontánea).


»¡Coma mierda!: expresión que es equivalente a “váyase al diablo” o “friéguese”:

»—A mí me da pena que sepan que ella es mi hermanita; cuando yo la veía con hombres le decía vámonos pa’ la casa y decía “coma mierda, deje de joder”. (La Chiva, 4—12—06, p. 5).


»Cómase alguna cosita: se usa para recriminar a una persona glotona. En este caso la contextualización nos permite la inteligibilidad de la frase, pues el sentido de lo que se expresa es totalmente opuesto a lo que en realidad se quiere decir. Con el uso de esta manera indirecta, el emisor se libera de la responsabilidad de llamar “glotón” al interlocutor. UFF usada en Antioquia:

»—Quiero bandeja paisa con frijoles, chicharrón, chorizo, rellena, arroz, huevo y aguacate. Y de sobremesa claro.

»—¡Cómase alguna cosita! (Conversación espontánea).


»Contame (mejor) una de vaqueros: se usa para dar a entender que el interlocutor es mentiroso o para expresar incredulidad frente a lo enunciado por este. De uso en Antioquia:

»—¿Cómo? ¿Vos conocites a Supermán?... ¡No fregués!, contame mejor una de vaqueros. (Tola y Maruja, 2007, p. 32).


»¡Dejá la bulla!: UFF, propia de Antioquia, empleada para indicarle al interlocutor que lo enunciado por este no es nada nuevo y que es mejor no hablar del asunto:

»—En mi casa estamos en los rines, Maruja bendita. —Dejá la bulla que en las mismas miando yo... (Tola y Maruja, 2007, p. 97).

»—Ole vos, ¿cómo va el paro de camioneros? —¡Dejá la bulla, que no veo la hora de que se acabe ese bendito paro! (Tola y Maruja, 2008).


»¡Póngale la firma!: expresión utilizada para dar por hecho algo, o para indicar que se está seguro de algo:

»—Póngale la firma: fueron los exactos suizos los que infiltraron un gallo para descubrir el secreto que les permitió inventar los relojes espertadores [...] (Domínguez, 1995, p. 183).


»¡Póngase pilas!: UFF utilizada para aconsejar al interlocutor que esté atento, o para que realice asuntos inmediatos, necesarios y urgentes:

»—En lugar de perder tanto tiempo imaginando cosas que no son póngase las pilas a ver si por lo menos encuentra a alguien de carne y hueso (tangible) que sea digno de celar. (Zaraza, 2003).

»Si está pensando en formar parte de una nueva empresa o si la que ya tiene no cuenta con un sitio web, póngase las pilas para registrar su propio dominio, antes de que se le adelanten. (La lucha por los dominios, 2000).


»En los anteriores ejemplos se evidencia una fuerte carga pragmática. Sumado a esto, es pertinente recordar que existen en la lengua una serie de fenómenos derivados de la fijación o combinación estable de unidades, entre los cuales podemos mencionar las estructuras prefabricadas de la lengua, los patrones léxicos combinatorios, las expresiones estereotipadas y las combinaciones estables de palabras (Corpas, 1996, p. 15); estas últimas son las que hemos ejemplificado en este apartado, específicamente las denominadas como locuciones verbales. Las locuciones son definidas como “unidades fraseológicas del sistema de la lengua con los siguientes rasgos distintivos: fijación interna, unidad de significado y fijación externa pasemática. Estas unidades no constituyen enunciados completos, y, generalmente, funcionan como elementos oracionales [...]” (Corpas, 1996, p. 88). De esta manera, estas unidades son reproducidas en el discurso y se oponen a las expresiones de combinación libre. En los casos que hemos presentado destacamos, principalmente, la fijación verbal en modo imperativo.



»Recategorización: sustantivos y adjetivos

»También se encuentran ejemplos como producto de un cambio de categoría gramatical de los verbos, que adquieren nuevos valores, sobre todo de sustantivos y adjetivos:


»Sustantivos


»Correcorre / corre-corre: trajín del día a día, apuro:

»Si antes para algunos la vida en Miami era un correcorre matador en la que había que sudar la gota fría para tener agua caliente, ¿qué será de ella ahora en que las leyes van a favorecer a los naturales y que los emigrantes esperen? (Prado, 2005).

»—[...] A mí me encanta el correcorre de técnicos y maquilladores, el tiempo descomunal que se necesita para rodar un plano, las aventuras de los actores antes de convertirse en otros. (Corpes, Romero Rey).

»—Creo que este será mi último mundial, esto me apasiona, los más especiales momentos de vida los he pasado en esta competencia, pero quiero descansar de este corre—corre que es agotador. (Corpes, Rozo, 2006).


»Correquetealcanzo: diarrea:

»—Y como la reelección, además del voto de Sansón, necesitaba también que el parlamentario Teodolindo no votara, entonces Dalila le ofreció a Teodolindo 200 millones de denarios, y al hombre de la emoción le dio correquetealcanzo, o sea daño de estómago... (Tola y Maruja, 2008).


»Llevaitrae: persona chismosa:

»¿Por qué es el ángel de la Anunciación el patrono de los periodistas? Los periodistas no se limitan a anunciar partos redentores. La patrona debería ser Iris. La primera llevaitrae, en tiempos de Troya: no Gabriel. (Escobar, 2002).

»En el habla familiar fue el soplón, el correveidile y llevaitrae que termina aplastado. Con los años empeoró, enriqueció el sentido, como equivalente de entrometido, lambón. Abuso semántico. El sapo es animal tímido, elegante. (Escobar, 2001b).


»Quereme: potaje con el que, según la creencia popular, se logra el amor de una persona:

»Según Rivera, si el cliente busca que ese amigo(a) sea algo más, debe darle una bebida de Quereme. Pero si prefiere una persona que esté ahí todo el tiempo debe comprar Sígueme y prepararla ya sea como brebaje o como loción. (Correa, 2003).

»—Parece que le dieron quereme, porque anda más enamorado que mejor dicho. (Ejemplo ad hoc).


»Tatequieto: medida disciplinaria que obliga a alguien a modificar una forma de actuar inadecuada:

»—Los gringos no son bobos Tola y se quieren meter a Colombia pa’ poneles el tatequieto a Chávez y a Correa, el de Ecuador... (Tola y Maruja. 28 de octubre de 2006).

»Pero a los 546 medicamentos que les pusieron tatequieto desde el segundo punto de la cadena, los distribuidores mayoristas, les pueden seguir más en enero próximo asociados a enfermedades como la hipertensión arterial y la hemofilia, anticipó Gaviria. (Rojas, 2013).

»En el salón de actos de la Universidad Tadeo Lozano se entregaron los premios Simón Bolívar y luego, en el JockeyClub, los 200 invitados discutimos el vendaval noticioso del día magistrados contra Álvaro Uribe y el tatequieto del Gobierno al presidente Chávez que, folclóricamente, diciendo: “Uribe, mándame en avión a ‘Marulanda’”. (Corpes, Rentería, 2007).


»Tentempié: pequeña cantidad de comida que se toma entre horas, generalmente por no aguantar el hambre hasta el momento de la comida:

»—Quisiera invitar a su hija... ¿Es su hija?... Invitarla, decía, a paladear alguna bebida. Quizás comer un tentempié para agradecer su cordialidad [...]. (Niño, 2015).

»La carta ofrece cuatro “tentempiés”: balas de plátano, arepas santandereanas, empanadas de yuca. “Entradas”: coctel de camarón, escabeche de sierra, ensalada de aguacate. (Buenavida, 2011).

»[...] asolearse en los sillones de guadua, tomar agua de coco en el altillo o comer un tentempié en la larga mesa de guayacán que queda al fondo. (Corpes, Gente Caribe, 2003).


»En los anteriores ejemplos, se presenta la contracción de dos o más lexemas (por ejemplo, “correquetealcanzo”) para conformar uno solo, lo cual hace que tenga un carácter de sustantivo. En estos casos se evidencia una pérdida en flexibilidad sintáctica y una ganancia en significado.


»Adjetivos


»Aguanta: en el siguiente ejemplo, “aguanta” asume un rol gramatical de adjetivo, con el significado equivalente a “de agradable presencia” y abandona su rol eminentemente verbal:

»—Vámonos de aquí, esta música no aguanta y además es muy caro el trago. (Ejemplo ad hoc)

»—Esa hembrita aguanta. (Celis Albán, 2005).


»Además de este sentido como adjetivo, también se encuentra la expresión “¡aguanta!”, con el sentido de “¡deténgase!”, “¡pare el vehículo!”, tal y como se deduce de la siguiente definición: “Interj. Costa Atl. Expresión usada por los pasajeros de un vehículo para que el conductor se detenga” (Academia Colombiana de la Lengua, 2012).


»Doble categoría: sustantivo/adjetivos

»Por otra parte, existen compuestos ortográficos interesantes con doble categorización, es decir, que pueden actuar como sustantivos o como adjetivos. A continuación, presentamos ejemplos de este fenómeno:


»Acabachiros / acaba chiros: persona grande e inútil:

»Por el renacimiento del grunge con grupos como The Vines, The White Stripes y The Strokes los mechudos acabachiros volverán a recorrer las calles con sus bermudas hasta las rodillas y sus camisas, indispensable no olvidar el CD player. (Qué nos depara, 2002).

»—Témele a un chiquito, que los grandes no son sino taimados y acaba chiros, —decía mi mamá —. Esa ley física no tiene pierde [...]. (Rondón, 2016).

»El candidato a la alcaldía de Bogotá Enrique Peñalosa me hace recordar la típica expresión de las abuelas cuando veían una persona muy alta de contextura gruesa y con ropa dos tallas más grande: acabachiros. (Expertos en comprar ropa, 2011).


»Amansalocos: psiquiatra:

»Los miércoles tomamos café con nuestro siquiatra. Y los domingos se digieren las experiencias y la charla con el amansalocos. (Escobar, 2001a).


»Asaltacunas: persona que sale o tiene una relación amorosa con alguien mucho menor de edad que esta. Este mismo sentido tienen los compuestos ortográficos “atracacunas” y “atrapacunas”, que también ejemplificamos a continuación:

»Recuerda que en un principio los comentarios no faltaron. Mis amigos me decían asaltacunas, y en los sitios públicos siempre se dirigían a ella como si fuera mi hija. En los hoteles me ofrecían dos habitaciones sencillas porque pensaban que era mi hija. En voz baja les decía: “no la embarrés que es mi esposa”. (Las parejas disparejas, 1998).

»Sin embargo, lo que ignoraba era la proliferación de “atracacunas” femeninas y, más aún, de la edad de estas féminas. Uno que otro caso aislado de cincuentonas con su pollo a cuestas y pare de contar. (Prado, 2007).

»Pero como siempre, la cantante ya empezó a recibir malos comentarios en las redes sociales, hasta la tachan de “atrapacunas”. (En: http:// www.capilda.com/2016/03/27/marbelle-antes-de-llegar-al-altar-pasara-por-el-quirofano/).


»Buscalavida: persona que trabaja en varios oficios, todero:

»En la fauna política, el manzanillo es el más despreciable de los animales, siendo todos despreciables. Hombre sin moral, sin decoro, poseído de un alto concepto de su grandeza, virulento, cobarde y falaz que pone a su servicio toda la bajeza de los hombres y toda su falta de hombría de bien para sus fines siempre oscuros. Llámase manzanillo porque sus frutos y su sombra, como los del árbol de ese nombre, son dañinos y venenosos. Forman su cohorte perdularios, buscalavidas, incapaces, matones y zarrapastrosos. (Manzanillo, especie que no se extingue, 1997).


»Buscapleitos: persona inquieta y provocativa, que causa alborotos, pendencias o discordias. También se aplica al abogado que se sirve de recursos lícitos e ilícitos para dilatar un proceso judicial que gestiona y obtener así mayores beneficios económicos:

»Hace un tiempo encaré a uno de esos buscapleitos que no tienen nada que hacer. Estaba fastidiando a mi novia con coqueteos, según decían me iba a pegar. Pasó el tiempo y le advertí que me dejara en paz. (Ruiz, 2012).


»Cargaladrillos: persona que realiza un trabajo, el que comparte con otros oficios, que ha aprendido de forma autodidáctica:

»[...] este año ese honor recayó en un reportero. Se trata de Javier Darío Restrepo, un periodista que ha sido a lo largo de su vida profesional un consagrado cargaladrillos en la constante búsqueda de chivas. El premio es un justo reconocimiento a un hombre considerado en el medio como uno de los más versados en el país. (Cargaladrillos, 1997).


»Casquisuelta: mujer promiscua:

»El público sofisticado que podría disfrutar de las andanzas de una mujer independiente y de sus diálogos femeninos, a duras penas se aguantarán la cantidad de frases de cajón. Y la gente que disfruta de las telenovelas se aburrirá de las andanzas erráticas de una casquisuelta. (Kalmanovitz, 1998).

»Mi amor, nada. ¡Ya sé que anda de casquisuelta! (Corpes, López y Ferrand, 2010).


»Cazatalentos: persona que tiene como labor buscar individuos altamente competitivos en alguna actividad o profesión, con el fin de contratarlos para que trabajen en empresas que lo necesitan:

»Víctor Silva es un profesor de la escuela Arnoldo Iguarán en Bogotá. A él llegó Castaño como un cazatalentos y también, según él, le ofreció una tentadora idea para que fuera un entrenador en México. (Peña, 2016).

»Sin embargo, en los últimos tiempos, la búsqueda de ejecutivos se ha despersonalizado y cada vez más se recurre a una serie de compañías especializadas en buscar personal altamente calificado para ejercer cargos del más alto nivel. Tienen como objetivo ser intermediarios entre la oferta y la demanda de talento ejecutivo. Son los cazatalentos o headhunters, un sector que vive momentos de auge en Colombia, impulsado por la pugna de las empresas para incorporar a sus filas “el mejor entre los mejores”. (Los caza-talentos, 2000).


»Chupamedias: referido a persona, aduladora y servil:

»—Además, anidando justificaciones —dice para sí—, en Iberoamérica hasta los ateos somos católicos, y el más férreo crítico de Dios se trueca en un chupamedias de la iglesia al primer dolor de muela [...]. (Corpes, González, 2004).


»Cuidacarros: persona que tiene como actividad económica cuidar los carros parqueados en el espacio público de las ciudades:

»Las soluciones serían los parquímetros, o señales de prohibido parquear o la circulación en un solo sentido. Para agregar, sobre La 76 pasan a bastante velocidad dos rutas de buses, además los cuidacarros se apoderaron del sector [...]. (En: http://www.elcolombiano.com/historicod/ occidente/20060508/PuntoVista04.htm).

»El negocio de los cuidacarros ha prosperado a tal punto que, en zonas tradicionales de rumba, en donde aún es posible ver automóviles apilados en los andenes frente a los bares y las discotecas, estos celadores improvisados le cobran, con talonario numerado, un par de miles por utilizar un pedazo de andén o de calzada que, de 7:00 p.m. a 1:00 a.m., les pertenece única y exclusivamente a ellos. (La alarma, 2001).


»Cuidapalos: en el fútbol, jugador que defiende la portería. Es equivalente a portero, arquero:

»En la ciudad, se asegura que el directivo Tulio Gómez ya habría adelantado diálogos con el histórico cuidapalos del América, referente y ganador en los años 80. (“Dirigir el América”, 2015).


»Culicagado, -a: en el Diccionario de americanismos (Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010), aparece de la siguiente manera: “sust/adj. Pa, Cu, PR, Co:O. Niño o niña de corta edad. pop + cult → espon.”:

»—No vamos a discutir ahora por un culicagado, que de esos sobran. Se lo pedimos, de doce o de quince, al Padre Eterno, que es tan bueno y nos da tanto gusto. (Corpes, Vallejo, 2010).

»No era más que un culicagado adolescente —tenía catorce, o quince a lo sumo—, y me asustaba pensar que estaría solo por siempre porque no se me ocurría qué diablos hablar con una pareja. (Corpes, Sánchez Baute, 2004).

»La versión de los testigos, que coincide con la entregada por las autoridades, indica que en ese momento un hombre salió de una cafetería con un arma de fuego en la mano. Luego de gritar “culicagados”, disparó en repetidas ocasiones, dirigiendo el cañón hacia el parque. (Un hombre disparó, 2009).


»Culipronta: mujer que, por dinero, accede a mantener relaciones sexuales con hombres:

»Malena la miró con desprecio, a punto de lanzar llamaradas por la boca y se acercó a patearle las espaldas, gritándole malparida, desgraciada, desleal, culipronta, calentadora y puta. Mil veces puta, ella, sus generaciones y degeneraciones, hasta el fin de los siglos, amén. (Corpes, Méndez, 2003).


»También existe el término en masculino —“culipronto, -a”—, con la siguiente acepción: ‘referido a persona, apresurada, precipitada’:

»Pocas veces una palabra originalmente usada para designar una casquivana característica femenina se convierte tan rápido en un calificativo asaz fehaciente para describir la ligereza de los hombres públicos. Ese es el prodigio que ha logrado culipronto, divertida calificación que se dio a sí mismo el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, por correr a dar la noticia del decomiso de un cargamento de coca, que presentó como doble aunque era la mitad. (El colombianismo culipronto, 2007).


»En este último caso, puede notarse que “culipronto”, que antes era únicamente voz femenina, al pasar a género masculino se “ennoblece” en su significado.


»Lamesuelas: persona aduladora y servil:

»Si la relación de Ómar Yepes con Caldas se pudiera comparar con el de una pareja, seguramente al tipo ya lo hubieran denunciado al ICBF por abuso intrafamiliar. Pero el amor de muchos políticos y lamesuelas locales por este personaje es ciego. (Samper, 2013).


»Lambeladrillos: este término tiene dos acepciones, la más frecuente es la de persona aduladora; la segunda: persona que frecuenta mucho la iglesia y manifiesta una virtud y devoción exageradas. Seguidamente, ejemplificamos la primera:

»A pesar del acendrado ritual católico del pueblo paisa, no se ha producido en él un comportamiento ético de la vida, en este aspecto consiste la mayor frustración del catolicismo antioqueño. De una parte surge el “lambeladrillos”, persona ajena a un efectivo comportamiento moral y que es “cara de beato y uña de gato”. (García, 2016).


»Lavaperros: tiene la siguiente acepción: “m-f. Co. Empleado servil de un rico o poderoso. delinc.” (Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010):

»Es que como yo crecí en ese mundo, en el pueblo todo el mundo prefería al narcudo que al lavaperros. En Cartago y en Pereira no hay nada decente, todos son la misma gente y de la misma clase [...]. (Corpes, López y Ferrand, 2010).


»Levantamuertos: en el Diccionario de americanismos (Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010), se define de la siguiente manera: “Co. Comida, especialmente un caldo o una sopa, que restablece a una persona. pop ^ fest.”:

»Ahí, con las paredes pintadas con cielos azules, barcas de pescadores al lado del mar y pescados atrapados en las redes, se puede matar el guayabo con el tradicional ‘levantamuertos’, es decir un sancocho de pescado muy sustancioso. (Bogotáfrica, 2009).

»¿Quién no ha tomado sopa de pollo para reponerse de una gripa o caldito levantamuertos para espantar un guayabo mortal? (Perilla, 2004).

»—Pero al día siguiente vuelve y se bebe. Y viene nuevamente el arrepentimiento, —dice Carlos Martínez, un enguayabado que el jueves pasado, después de una novena de aguinaldos y rumba hasta las 5 de la mañana, se “despertó” con un caldo “levantamuertos”. (El mercado del ‘desenguayabe’, 2006).


»Limpiavidrios / limpia-vidrios: persona que tiene como actividad económica limpiar los vidrios de los carros en las vías:

»En total están conmigo tres muchachos, la mayoría son menores de edad. Todos son ‘limpia-vidrios’ que trabajan a doble jornada para rebuscarse el sustento diario haciendo este oficio en diferentes puntos de la Avenida Pedro de Heredia. (Pinzón, 2013).

»Pero no todo es tan fácil como parece, la indiferencia y la falta de respeto por los otros se deja ver en cada momento, el desespero por no recibir ni una sola moneda en una pausa de tráfico y al estar horas seguidas hace que muchos de los miles limpiavidrios que hay en la capital aborden los carros sin consentimiento de sus conductores, hecho que se vuelve altamente peligroso para ellos y molesto para quien conduce [...]. (Tamayo, 2015).


»Manchatripas / mancha tripas: bebida en polvo con colorantes:

»—Yo no puedo ser el del común: nacer, crecer o morir, o como digo de la sociedad plástica de reguetón vulgar, Coca-Cola, perros, hamburguesas y manchatripas; yo tengo que ser un campesino con identidad, que valora lo que la madre tierra me ha dado. (Lozano, 2014).

»Al llegar a la fiesta noté que en el menú no había helado ni pudin, en vez de eso había un coctel preparado con Tres Esquinas y Zumm (el mancha tripas de la época), salchichitas cortadas en cruz fritas en Coca-Cola y el infaltable y delicioso bollo ‘e limpio. (Guzmán, s.f.).

»Yo solo me soñaba con una limonada, pues de ver tantos palos de limón en los potreros, que más podía esperar, pero para mi sorpresa, un vasado de mancha tripas, ese extracto de color llamado Moresco. (Abreu, 2008).


»Matapasiones: aparece registrado en el Diccionario de americanismos (Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010) con la siguiente acepción: “m. ES, Cu, Co, Pe, Bo, Ch; pl. Ch, pop + cult → espon ^ fest. Calzón o calzoncillo grande y abultado”:

»Los movimientos se hacen lentos bajo el peso de esas cantidades de algodón, pero lo que más presiona, atosiga son unos calzoncillos largos rellenos de fibra que los extranjeros dieron en llamar los ‘matapasiones’. (Corpes, Posada, 2002).


»Tirapiedras: estudiante, especialmente de las universidades públicas, insurgente, provocador:

»De cada reunión, obligatoria en mis visitas anuales a Bogotá, Jacques, Ana Mercedes y yo dejábamos no más de una botella de vino vacía y dos o tres de sus frases lúcidas y contundentes, memorables no solo porque ella las pronunciaba como si fueran decretos sino porque transmitía los ideales de una generación de maestros como Enrique Grau, quien un día en un famoso escrito la denominó “la más interesante de los tirapiedras”. (Robledo, 2014).


»Tumbalocas: hombre que se considera muy atractivo y capaz de conquistar a cualquier mujer:

»—La vaina contra el caribonito es sencilla: resultó un tumbalocas. Llegó al coco a principio de año. Tiene dieciocho calendarios. Muy de vez en cuando las directivas admiten alumnos después de séptimo. (Corpes, Álvarez, 2011).


»Voltearepas: persona, especialmente del medio político, que cambia de opinión o partido según las conveniencias:

»Es clave el respaldo a las bancadas parlamentarias y el castigo a los tránsfugas que dio la Corte al anular los votos de cinco voltearepas de Cambio Radical por traicionar a su grupo político y aprobar el referendo. (Samper, 2010).


»En los ejemplos que hemos presentado, se observa que estos compuestos abundan y están conformados por los siguientes elementos: verbo (tercera persona del singular, tiempo presente) + sustantivo (plural), que es una de las formas de composición ortográficas más productivas en la lengua general (Lang, 2009, p. 106). Por otra parte, en algunos de ellos se encuentran variaciones: elementos separados (mancha tripas) o guiones (limpia-vidrios), esto podría indicar que todavía están en proceso de fijación.



»Recategorización a la inversa: verbos denominales

»Del corpus tomamos un grupo de verbos denominales de uso muy frecuente en el español colombiano. Un verbo se considera denominal porque se forma a partir de una base sustantiva, es decir, que la formación verbal se origina a partir de un sustantivo; esta formación se puede dar mediante derivación o parasíntesis. En el primer caso, el proceso de verbalización se produce mediante la aplicación de un sufijo verbalizador, uniéndose la terminación verbal directamente a la base (archivo > archivar), o incorporando, a la vez, ciertos afijos (hospital > hospitalizar). En el segundo caso, se produce la aplicación conjunta de un sufijo y de un prefijo (barco > embarcar) (Cifuentes y Lavale, 2009, p. 57). Veamos los siguientes ejemplos, formados por derivación, en los que es el sustantivo el que ha pasado por un proceso de lexicalización y ha adquirido así los valores verbales:


»Bluyinear: tocar una persona a alguien lascivamente por encima de la ropa:

»—Ponerse a pensar que la jovencita está siendo criticada por la sociedad, por ‘bluyinear’ con los muchachos, es algo aparte, porque ella a lo mejor lo está disfrutando. Ya eso va en los valores y en la moral de cada quien”, concluye Pazmiño [...]. (Pugliese, 2014).


»Centavear / centaviar: tiene dos acepciones: 1) vender cosas de poco valor en busca de pequeñas ganancias; 2) pedir y hacer cuentas con minuciosidad hasta las últimas cantidades:

»Les debe plata a todos. Desde el gobernador del departamento hasta la empleada de la hacienda colonial, donde su madre intenta llevar una vida de aristócrata de mentira a punta de centavear y pedirle plata prestada a una vecina. (Arias, 2008).


»Chalequear: este verbo también adquiere dos acepciones: 1) robar a alguien dinero u objetos de valor, registrándole furtivamente los bolsillos o la cartera; 2) en una pareja, coger la mujer un poco de dinero a su pareja, sin que se dé cuenta:

»Desde entonces, y a través de todas las civilizaciones, al hombre que roba carteras se le llama carterista, pero a la mujer que roba carteras se le llama esposa. A esa costumbre, que es tan vieja como las peleas hogareñas, en Bogotá se le conoce con el nombre de chalequeo, aunque a nadie se le podría ocurrir guardar su billetera en el bolsillo del chaleco. Chalequear es una práctica que requiere de ciertos atributos especiales. (Gossaín, 1988).


»Chancletear: oprimir repentinamente el acelerador de un carro:

»Tengo una Rexton 2.7 modelo 2007 automática. Todas las mañanas, cuando la voy a prender, enciende, pero a los cinco o seis segundos se apaga. Debo intentarlo nuevamente: le ‘chancleteo’ el acelerador y le doy encendido constante hasta que prende y ya no se vuelve a apagar. ¿Qué debo hacer para que eso no pase? (Tiene que chancletear, 2012).


»Conejear / conejiar: evadir el pago de una deuda o el cumplimiento de una promesa u obligación:

»Y así como a nuestros políticos se los acusa con razón de faltar permanentemente a la verdad, las FARC hacen lo mismo con su política sistemática de conejear a las familias con el pago del secuestro. (Todos sin norte, 1999).


»Huevonear / huevoniar: haraganear, perder el tiempo:

»La excusa dada por el guerrillero que habla con Jojoy es que los secuestrados no estaban como es la costumbre y la orden fue más allá: “Y si es que hay mucho problema, hay que hacerles un sótano por allá en una peña, para que dejen de huevoniar. Así los mantenemos asegurados ya que nosotros no tenemos cárceles”, dijo el Jojoy. (Diez soldados secuestrados, 2000).


»Instagramear: ingresar a la red social y aplicación denominada Instagram para subir videos y fotografías, las cuales pueden modificarse con efectos especiales para luego compartirlas en redes sociales:

»Instagram es la red social para móviles más popular de los últimos tiempos. ¡Seguro que ya has empezado a instagramear! ¿Me equivoco? Si lo que quieres saber es cómo Instagram puede ayudarte a promocionar tu negocio y cómo plantear tu estrategia de marketing en Instagram, te va a interesar lo que te voy a contar. (Creatiburón, 2015).


»Juniniar: en Medellín, caminar por Junín:

»Al verbo juniniar, que solíamos conjugar y practicar desde la infancia y más todavía en la juventud, lo han mandado los planeadores urbanos al sanalejo de los vocablos regionales desuetos. Yace en el mismo diccionario de joyas de la antigüedad en el que figuran percha, comodita y escaparate.

»El gusto de juniniar empezó a extinguirse en los años en que al centro se le incrustaron construcciones que rompieron la estética equilibrada, dejaron anarquizarlo con miles de ventorrillos que lo volvieron intransitable y lo abandonaron a un destino ruinoso de basuras y bullicio. El deleite de juniniar también se esfumó cuando la junta de sabios de la época determinó que el Metro partiera en dos el cen tro y desfigurara el parque de Berrío y la plazuela Nutibara. (García, 2011).


»Motelear / moteliar: ir a un motel para tener un encuentro sexual:

»Según Yesenia, entre 100 y 170 parejas van cada noche a “motelear”. En una ciudad tan turística, tan desenfrenada y tan caótica, es natural, además puede que la cifra se quede corta. Aunque casi nadie acepta haber pisado uno, los moteles se mantienen actualizándose con las demandas de sus clientes. (Pinzón, 2015).


»Pendejear: hacer o decir necedades o tonterías:

»No sé si somos bobos o lo parecemos. Libramos una guerra contra la barbarie de las FARC y nos dedicamos a pendejear y a concederles facilidades. Es increíble que el Ejército encuentre computadores, USB y demás archivos electrónicos en la madriguera de Cano y en lugar de dárselos a inteligencia militar para que los analice y sigan golpeándolos duro, los entregan a la Fiscalía por orden del Gobierno. (Hernández, 2011).


»Tardear: salir por la tarde y dedicarse al ocio con amigos o familiares:

»Luego de una larga jornada de trabajo o de estudio, los bogotanos han acogido un nuevo plan para relajarse y salir de la monotonía del día a día: “tardear”. El término alude al sentarse a disfrutar de las vistas inéditas de la ciudad, durante el atardecer, de la mano de un buen trago, una exquisita comida y de la compañía de amigos. (Lugares para ‘tardear’, 2014).


»Vitrinear / vitriniar: salir a mirar vitrinas de locales comerciales para pasar el tiempo:

»La inseguridad en las calles y carreteras han convertido a los centros comerciales en lugares de esparcimiento, en espacios ideales para vitrinear. (Suárez, 2002).

»El gusto de vitrinear, ahora en Internet. Entérese de las promociones y novedades de sus tiendas favoritas. (VitrinaDigital.co: el placer, 2015).


»Youtubear: ingresar a Youtube con el fin de ver o subir videos:

»Me gusta youtubear todos los días para estar al día en los videos musicales (Emisora radial).

»En los anteriores ejemplos observamos que este procedimiento también es muy productivo, de esta manera se hace evidente la gran flexibilidad morfológica de esta categoría gramatical.»