mayo 02, 2023

El informe de investigación/evaluación, presentado y usado políticamente como reflejo especular del mundo



Ángel Rivero Recuenco
«El problema del texto en la investigación evaluativa. Un estudio de caso»

EMPIRIA, n.º 38 (2017)

EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales | Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) | Facultad de Ciencias Políticas y Sociología | Madrid | ESPAÑA


Extracto de páginas 19, 20 y 34-37 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




El discurso tecnocrático construye tramas narrativas «protagonizadas» por medidas e índices supuestamente inapelables (hechos «puros y duros», ante los que no caben argumentaciones). Es así, sobre la base de una «ideología de la evidencia», como se presentan determinadas decisiones como las únicas posibles, como el one best way de la acción de gobierno. En el ámbito de las ciencias sociales (particularmente de la economía, aunque no solo) es donde esa retórica de lo dado se exhibe de modo especialmente activo.

Ante el texto de un informe que se presenta en términos de verdad científica (y política), se impone un análisis de sus procesos de elaboración, de sus formas de apropiación, de sus usos... Una crítica de sus condiciones de posibilidad que tome como objeto, como caso, el propio texto del informe.

Este artículo proporciona una muestra de ese trabajo crítico. Sobre la base de un caso, mostramos el proceso de producción de un texto evaluativo, su resultado discursivo y su recepción institucional. De la descripción densa del caso derivamos algunas implicaciones acerca del lugar del texto en las prácticas de la investigación evaluativa (y, más en general, de toda investigación que afecte a cuestiones de interés público).

Tal vez sea un lugar común que un informe técnico es una construcción, una escritura políticamente condicionada, no un reflejo especular del mundo. Sin embargo, así es presentado y usado políticamente. La descripción del caso permite observar cómo acontecen esos procesos de construcción y apropiación, y qué sucede cuando la ortodoxia de las prácticas de evaluación/investigación se alteran.


* * *


El caso se inscribe en una investigación de mayor alcance, cuyo propósito general fue realizar una crítica política del saber evaluativo. Dicho brevemente, quisimos determinar en qué condiciones, a partir de qué supuestos y con qué efectos se producen los juicios establecidos por medio de la evaluación.

En el plano teórico, el enfoque de la investigación incorpora una doble mirada, formada por las categorías y orientaciones de método propias de la crítica foucaultiana, por un lado, y la teoría de la hermenéutica de Paul Ricoeur, por otro. Desde esta doble perspectiva, indagamos en cuatro aspectos o problemas concernientes a la práctica evaluativa:

1. El problema de sus condiciones (discursivas, epistemológicas, políticas) de posibilidad.

2. La cuestión de los efectos de esta práctica.

3. Su integración en un campo de relaciones de poder.

4. El problema de los procesos de apropiación/recepción de los textos evaluativos, de donde se derivan los usos finales y la eficacia política de la evaluación.


En el plano metodológico, los principales rasgos de la investigación han sido los siguientes:

– Eminentemente cualitativa, en su orientación general.

– Centrada en el análisis de textos (informes de evaluación, documentos administrativos, metodológicos y de planificación) y discursos (entrevistas abiertas con informantes cualificados).

– Basada en el estudio intensivo de casos como estrategia vertebradora de la investigación, especialmente apropiada para obtener un conocimiento empírico detallado de la práctica evaluativa.


El caso central de la investigación es el de la evaluación del Fondo de Apoyo para la Acogida y la Integración de los Inmigrantes (FAIRE), llevada a cabo entre los años 2007 y 2008 a instancia de la Dirección General de Integración de los Inmigrantes de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.



ENSEÑANZAS DEL CASO

Frente a la concepción convencional (y tecnocrática) del informe de investigación/evaluación como mensaje que la naturaleza, capturada por el investigador, envía a través de este, y frente a su supuesto epistemológico, el emplazamiento del investigador en un punto arquimédico, externo al objeto investigado, el caso nos muestra:

– Que la investigación es, ante todo, un proceso de escritura.

– Que el investigador es el punto de aplicación de una serie de fuerzas previas (discursivas, sociales, políticas) que actúan sobre su escritura, la fragmentan y dispersan sus sentidos.

– Que en la recepción del informe se revelan, materialmente, los desacoplamientos entre discursos-prácticas de investigación y discursosprácticas gubernamentales. La sobredeterminación política y social del texto no implica que este sea, necesariamente, una mera reproducción ideológica de un dispositivo de gobierno.


Desarrollamos, brevemente, estos argumentos:

1. Un informe es el resultado de un proceso en el que se encadenan varias operaciones: de formación de la demanda, de diseño de investigación, de generación de información y, finalmente, de escritura. Esas operaciones no siguen una continuidad lineal. Están mediadas por «el trabajo del texto», configuradas por una escritura que las teje y las desteje. Entre el diseño, la producción de información y el resultado/informe no hay un encadenamiento simple y mecánico.

En el caso, el diseño de la evaluación, lo teóricamente previo a su realización, se transforma en el trabajo de la escritura. Es en el texto, en la superficie de inscripción del informe, donde toman forma definitiva las decisiones relativas a la formulación de objetivos, conceptos y criterios de valor de la evaluación. La formación del régimen conceptual y valorativo de la investigación y la escritura del informe convergen en un mismo proceso; como si, a la luz de los materiales recabados, de sus posibilidades analíticas, de las fuerzas actuantes en el proceso de la evaluación, la escritura tejiera, recursivamente, su orden categorial y axiológico. La investigación se realiza, ante todo, en el texto mismo.


2. Esa escritura es, materialmente, producto de un autor, pero su estatus se transforma al escribir. En el caso, el autor/evaluador no habla desde un único lugar, se desplaza operando cambios en su posición respecto a lo dicho en el informe: a veces, ratifica el discurso del cliente; otras, le juzga con la autoridad de un juez experto; otras, simplemente, calla ante el decir crítico de los agentes... Esos cambios enunciativos correlacionan con sus propias posiciones en un campo de relaciones y fuerzas exterior al texto:

– El evaluador es un sujeto-sujetado en una relación comercial asimétrica. Debe plegarse a los intereses de legitimación del cliente y escribir un relato que ratifique su discurso, la representación que la gerencia ha hecho de sí misma.

– Sin embargo, el evaluador es, ante todo, sujeto-experto, sujeto que sabe y que debe juzgar la labor del cliente desde los criterios tecnoeconómicos de la racionalidad gerencial. Su discurso, en tanto que discurso experto, se autonomiza con respecto a los intereses de legitimación del cliente. Está obligado por esa racionalidad técnica a la que sirve y que habla a través de él.

– Por último, el evaluador está comprometido con la metodología (dialógica, pluralista) que ha elegido, y por unos actores, los agentes territoriales, a los que ha convocado. Debe llevar su discurso al texto, que será, finalmente, una frágil solución de compromiso entre esas fuerzas diversas que actúan sobre él.


Por eso, el informe, más que un producto acabado, clausurado, es un «proceso de significaciones en operación». La unidad del texto es precaria, solo una apariencia primera. Bajo la forma, administrativamente codificada, de un informe, el texto se ramifica en una multiplicidad de voces, de sentidos, a veces contradictorios, enfrentados… Sentidos abiertos conjugados por un autor que, de forma correlativa, no habla desde una posición unificada.

La escritura del informe evoca, entonces, «el combate de los hombres y de los signos»: el autor se esfuerza en reducir «lo plural del texto, la apertura de su significancia» (Ibíd.: 324). Trata de asegurar su coherencia, aunque no puede lograrlo del todo. Lucha del autor con el texto, tanto más agónica cuanto se da en un tipo de discurso cuyo horizonte ideal es la univocidad, en un género empeñado en negar la indecidibilidad del sentido: el texto tecnocrático, orientado a demostrar la irrevocabilidad del one best way de la acción de gobierno.


3. La recepción de un informe delimita el espacio de un encuentro entre discursos y prácticas. El texto circula materialmente en el interior del dispositivo gubernamental que ha instado su producción. Pero no es una mera reproducción discursiva de ese dispositivo: entre el discurso y la práctica evaluativas y entre los discursos y las prácticas gubernamentales no hay una homología estricta, un acoplamiento mecánico. Lo que encontramos es, como diría Deleuze, su «anisomorfía», un juego de «insinuaciones recíprocas», de «presiones y capturas mutuas» entre formas que son heterogéneas, irreductibles entre sí.

En la recepción del informe de evaluación del FAIRE se pone de manifiesto, energéticamente, un desencuentro radical entre el discurso de los agentes territoriales, cuyo decir ha sido llevado al texto por el evaluador, y el discurso de la demanda (las expectativas de la DGII, finalmente frustradas). Ese desacoplamiento entre el discurso evaluativo y el dispositivo gubernamental motiva las presiones de este, sus intentos de imponer otro sentido al texto, de reescribirlo, de clausurarlo...

Lo que acontece en el espacio concreto, históricamente puntual, de la recepción del informe de evaluación del FAIRE está sobredeterminado por otros desacoplamientos, de mayor profundidad y alcance:

– En el interior del dispositivo de gobierno operan diferentes racionalidades, discursos y prácticas, cada una de ellas con su propia lógica, su propio centro: hay una razón jurídico-burocrática heredada, una razón político-partidista y una razón gerencial, en la que se inscribe el discurso de la evaluación. Y este, asumido formalmente por el dispositivo gubernamental, es solo un discurso más que trata de abrirse camino desplazando a los otros discursos, a las otras lógicas (en realidad mucho más arraigadas, más poderosas).

– Pero también la evaluación, como formación discursiva, alberga su propia dispersión interna. En el nivel de la teoría, el discurso evaluativo está atravesado por una serie de difracciones, históricamente generadas. Estas difracciones introducen tensión en las prácticas de la evaluación y en sus textos. Esto es lo que sucede en el caso.


El texto del informe de evaluación del Fondo de Apoyo se escribió desde una encrucijada. Al pretender articular perspectivas teórico-metodológicas divergentes y, sobre todo, al optar por un enfoque pluralista y dialógico, llevó al límite el desacoplamiento entre el discurso evaluativo y el dispositivo de gobierno. Y sucedió algo más: se situó allí donde la evaluación cristaliza como práctica y encuentra, a la vez, sus tensiones fundamentales (también sus aporías).

En la formación del discurso evaluativo se plantean muy pronto los problemas de la apertura y la participación plural. La pluralidad sociopolítica empuja y modela el discurso de la evaluación, lo abre en la difracción teórico-metodológica fundamental que enfrenta enfoques dialógicos con enfoques gerenciales. Pero esos enfoques que se abren y fragmentan el campo evaluativo son algo más que opciones teórico-metodológicas. Son, en último término, representaciones de la sociedad y del poder. Esa encrucijada teórica es, finalmente, una metáfora de nuestros propios dilemas sociopolíticos: gobierno de los expertos/democracia deliberativa, representación cerrada/gobierno abierto, gubernamentalidad técnica/orden jurídico-burocrático/lógica de partido...

La polifonía discursiva del informe, los sentidos abiertos por su escritura, las tensiones que no puede resolver y la clausura final de sus usos nacen en esta encrucijada teórica, social y política, desde la que se ha escrito el texto y que se actualiza en él.





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