diciembre 12, 2022

Los contextos idiomáticos son diversos y en ellos confluyen múltiples situaciones que los hacen ricos en expresividad



Jorge Luis Fernández Terán
«Evaluación de la gramática en contextos agramaticales»

UCV HACER, vol. 4, n.º 2 (2015).

UCV HACER. Revista de Investigación y Cultura | Universidad César Vallejo | Chiclayo | PERÚ


Extracto de páginas 143 a 145 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




Situación problemática

La evaluación constituye un tema o problema de nunca acabar y se agrava cuando se habla de la parte gramatical. Por mucho que algunos docentes se sientan expertos en lingüística, la realidad es que somos únicamente realizadores de la lengua y, por más que pertenezcamos o no a la RAE, no tenemos la suficiente autoridad como para desestimar una práctica lingüística diferente a la del evaluador, ya que debemos comprender que los contextos idiomáticos son diversos y en ellos confluyen múltiples situaciones que los hacen ricos en expresividad idiomática.

La situación real de la actividad lingüística, y por ende gramatical, atendiendo al concepto de que las personas escriben las palabras de acuerdo a como las pronuncian (concepto arcaico que no ha pasado de moda en la realidad social de las zonas lingüísticas rurales) necesita de mayor manejo por parte del encargado de establecer la evaluación en gramática.

Se manifiesta que por más manejo de las lenguas en su conocimiento y su realización (normatividad), los hablantes expresamos constructos agramaticales, y la sociedad en donde se observa la situación problemática no es ajena a dicha circunstancia. Los hablantes son en su mayoría personas que manifiestan un grado de filiación muy próximo al de los demás hablantes o realizadores lingüísticos; por ello, la literacidad, incluidas las prácticas letradas, es un universo comunicativo enriquecedor de una cultura que se manifiesta precisamente a través del idioma, lógicamente en su variedad dialectal.

Cassany indica que la orientación que adoptan hoy buena parte de las investigaciones sobre literacidad es sociocultural, por oposición a otros enfoques que ponen el acento en los aspectos lingüísticos (enfoque lingüístico) o psicológicos (enfoque psicolingüístico).

Resulta extraño e inoportuno elaborar un instrumento que permita evaluar los constructos gramaticales a partir de una normatividad si no se ha hecho un análisis previo de la realidad idiomática del contexto; es más, se comete un grave error si se pretende corregir la expresividad lingüística en una sociedad que ya ha establecido sus preceptos para asociar los términos con sus definiciones, por ejemplo, el determinar la existencia del sustantivo propio, y por ende escrito con mayúscula (únicamente la vocal o consonante inicial), alejado del determinante artículo (singularizado o pluralizado), involucra una toma de decisión que desarraiga la textualidad pura del mismo, como en el caso que citamos a continuación:

Para llamar a una determinada persona en el centro poblado La Viña se suele utilizar el determinante adjunto al sustantivo propio (¿Ya viste si llegó la Juana!); además de ello, ni siquiera se aprecia el nombre y directamente se emplea la onomástica local (¿Estará «el Puma»?) refiriéndose «el Puma» a la persona en mención.

Otro caso, y no menos importante, atañe al concepto de las terminologías utilizadas en el centro poblado, las cuales distan de cualquier otro concepto, por ejemplo, para determinar que una persona es un gran amigo se le suele llamar con la expresión siguiente: «Él es mi pareja», llegando a entender que dicha expresión en otro contexto representaría otra circunstancia que por lo general se trasladaría al ámbito sexual.

Esas son algunas de las expresiones que suelen tener los pobladores, y que en palabras de Chomsky al establecer que no hay lengua superior a otra, y por consiguiente no existe gramática superior a otra, es que queda mucho por investigar acerca de cómo hacer para evaluar la gramática en contextos que son diversos y agramaticales. Por ejemplo Lovón Cueva (2012) dice: «Esta capacidad le permite determinar si ciertas oraciones forman parte de su lengua, oídas o nunca oídas». Así precisamente lo manifiesta Chomsky (1965): todos los humanos contamos con cierta información lingüística, especialmente sintáctica, que nos permite crear, gramaticalmente, un sinnúmero de enunciados, pero que a la postre son también construcciones agramaticales que poseen un sentido en la expresión y dependerán del contexto en el cual se manifiesten.


Reconocimiento de conceptos


»El concepto de gramática desde la perspectiva de Noam Chomsky

De acuerdo a como lo señala Sáenz (2006): Noam Chomsky planteó la gramática generativa, orden que situó la sintaxis en el centro de la investigación lingüística. Con esta cambiaron la perspectiva, los programas y los métodos de investigación en el estudio del lenguaje. Su lingüística es una teoría de la adquisición individual del lenguaje e intenta ser una explicación de las estructuras y principios más profundos del lenguaje. Postuló un aspecto bien definido de innatismo a propósito de la adquisición del lenguaje y la autonomía de la gramática (sobre los otros sistemas cognitivos), así como de la existencia de un “órgano del lenguaje” y de una gramática universal. Se opuso con dureza al empirismo filosófico y científico y al funcionalismo en favor del racionalismo cartesiano. Podríamos sintetizar entonces que el objetivo fundamental de la gramática generativa, propuesta por Noam Chomsky, trata del diseño de un dispositivo formal capaz de explicar la generación de todas las oraciones de las lenguas humanas.


El concepto de literacidad desde la perspectiva de Daniel Cassany

El concepto de literacidad abarca todos los conocimientos y actitudes necesarios para el uso eficaz en una comunidad de los géneros escritos. En concreto, abarca el manejo del código y de los géneros escritos, el conocimiento de la función del discurso y de los roles que asumen el lector y el autor, los valores sociales asociados con las prácticas discursivas correspondientes, las formas de pensamiento que se han desarrollado con ellas, etc. (Cassany, pág. 1) Si bien es cierto que solo se aprecian los escritos, es también la oralidad un tema que se ajusta a estos preceptos.


El concepto de evaluación

Se entiende por evaluación la acción de estimar calcular o señalar el valor de algo, por lo tanto, la misma es la determinación sistemática del mérito, el valor y el significado de algo o alguien en función de unos criterios respecto a un conjunto de normas. Pero, desde la perspectiva gramatical, se tornaría injusto evaluar solo a partir de la norma, sabiendo que el lenguaje es tan dinámico y diverso. La evaluación a menudo se usa para caracterizar y evaluar temas de interés en una amplia gama de las «empresas humanas».

Quien tradicionalmente es considerado como el padre de la evaluación educativa es Tyler, por ser el primero en dar una visión metódica de la misma. Superando desde el conductismo, plantea la necesidad de una evaluación científica que sirva para perfeccionar la calidad de la educación. La evaluación como tal, desde esta perspectiva, ya no es una simple medición, porque supone un juicio de valor sobre la información recogida.

En el contexto de los sistemas de calidad, la evaluación es necesaria para la mejora continua de la misma».





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