septiembre 27, 2024

El arte parece funcionar como un simulador emocional: introduce al observador en una situación ficticia y plantea interrogantes sobre la escena


Javier González García
«Alfabetización emocional a través de arte contemporáneo»

En: VV. AA., Prácticas inclusivas, experiencias y políticas desde la infancia, coord. por Naiara Berasategi Sancho, Idoia Legorburu Fernández, Israel Alonso Saez y Ainhoa Gana Dañobeitia, Madrid, Octaedro, 2024.

Se incluye a continuación el texto del capítulo según su edición en PDF. Véanse referencias en la publicación original.
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RESUMEN

Este trabajo forma parte de una línea de investigación que explora una variedad de experiencias significativas de aprendizaje a través de distintos lenguajes artísticos. En esta ocasión, nos vamos a centrar en el arte contemporáneo. Para ello, se ha replicado en cuatro escuelas públicas en México y España, un programa de alfabetización emocional, centrado en tres factores: percepción, comprensión y regulación emocional. La muestra del estudio se compone de 80 jóvenes entre 15 y 23 años, escolarizados en centros de Educación Media y Superior. Los resultados parecen apuntar a que el programa puede proporcionar entrenamiento en habilidades relacionadas con la observación y reflexión sobre las emociones de forma continuada. Se observa un ligero aumento en cada una de las escalas. Las artes visuales y la música pueden servir como un mecanismo de regulación emocional, produciendo una sensibilización inicial. La capacidad para imaginar e involucrarse en el juego puede considerarse un factor que contribuye al progreso observado.

Palabras clave: alfabetización emocional, educación artística, experiencias significativas de aprendizaje, arte contemporáneo.



INTRODUCCIÓN

Muchos de los problemas con que se encuentran las personas tienen que ver con el «analfabetismo emocional», algo que tiene unos efectos altamente negativos, no solo sobre las personas, sino también sobre las sociedades. La educación emocional propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre emociones, «con objeto de capacitar al individuo para afrontar la vida cotidiana».

En un momento en que muchos niños parecen tener dificultades con el manejo de sus problemas, de prestar atención o de concentrarse, de controlar sus impulsos, de sentirse responsables por su trabajo o de interesarse en su aprendizaje, cualquier cosa que sostenga estas habilidades ayudará a su educación, y justificará la necesidad de una educación emocional en la escuela. La alfabetización emocional mejora la capacidad que tiene la escuela para enseñar. La formación intelectual por sí sola no se sostiene si no se complementa con el desarrollo de hábitos adecuados de conocimiento emocional, expresión y comprensión de emociones, automotivación, habilidades interpersonales básicas para su equilibrio social y técnicas de autocontrol del comportamiento.

La escuela de hoy está haciendo grandes esfuerzos por que esta formación integral no quede en papel mojado y sea una realidad diaria en el currículo oficial y vivido en todos sus elementos. La enseñanza de emociones depende más del entrenamiento y su perfeccionamiento que de la instrucción verbal. Una parte importante del aprendizaje se realiza a través del ejemplo y de la imitación. Muchas veces, sin pretenderlo, estamos transmitiendo un determinado modelo de gestión de las emociones que tendrá consecuencias duraderas para la vida emocional de los alumnos.

La teoría y la práctica educativa reorientadas desde el nuevo panorama que nos ofrecen el estudio y aplicación de las emociones se enfrenta una serie de obstáculos:

[...] la visión restringida y negativa del propio concepto de emoción, la falta de perspectiva y la escasa formación del profesorado en las dimensiones personales.


El primer obstáculo se refiere a los tópicos y confusiones en torno al concepto de ‘emoción’ y a la complejidad que este encierra. La diversidad de perspectivas no tiene que ser por sí misma un obstáculo. Es muy fácil caer de nuevo en la visión tradicional de las emociones como algo puramente fisiológico que ocurre a nuestro pesar, y que no solo no tiene que ver con la inteligencia, sino que representa un estorbo o una amenaza.

El segundo es que los nuevos aportes de inteligencia y educación emocional han empezado a dar algunos resultados, pero son conceptos tan próximos y recientes todavía que seguramente habrá conciencia de su importancia cuando tengamos una mayor perspectiva.

El último obstáculo alude a una paradoja que los profesionales de la educación dan por sobreentendido: las emociones a educar son las de los alumnos y «nuestra principal preocupación, a veces incluso obsesión, es elaborar programas o conseguir programas para los alumnos», olvidando la formación docente necesaria.

El reto que plantea la vida actual y la educación es el de volver a «integrar conocimiento estético y analítico». Estas formas de conocimiento demandan la presencia de varios elementos en el plan de estudios sobre el desarrollo de las «habilidades imaginativas» necesarias para el proceso de inventar, «igualdad entre las asignaturas», un plan de estudios «holístico e integrado» que sustituya al conocimiento fragmentado.

En este trabajo nos vamos a centrar en el lenguaje plástico-visual. En nuestra cultura gran parte de los estímulos son de naturaleza visual y táctil. Hoy, las imágenes pueden realizarse mediante procedimientos convencionales, pintura, modelado o grabado y otros generados por las técnicas no convencionales, cine, video, instalación, fotografía. Cada uno de estos medios posibilita diversas formas de representación y expresión, que conducen a la creación y ejecución concreta de un mundo figurativo o no. De ahí la necesidad de implementar metodologías que incluyan la lectura de las imágenes y el análisis crítico de los mensajes icónicos.



METODOLOGÍA

Se ha replicado en cuatro escuelas públicas en México y España el estudio realizado por Boyano y López de Villalta Arte/Emocional, una experiencia de alfabetización emocional dirigida a jóvenes entre 16 y 25 años. La experiencia está basada en un programa informático interactivo, que utiliza fotografías de obras artísticas, pinturas y esculturas, y formula preguntas sobre las vivencias emocionales de los personajes. Las preguntas son abiertas, para fomentar la creatividad y la imaginación, o el pensamiento lateral, y pretende favorecer procesos cognitivos implicados en la comprensión emocional en la vida diaria.

En Arte/Emocional, las pinturas o esculturas constituyen el estímulo inicial, a partir del que los participantes imaginan qué está ocurriendo, de modo análogo a una situación social, en la que se infiere, a partir de información sensorial, qué emociones están presentes, para actuar en consecuencia.

La muestra del estudio se compone de 80 jóvenes entre 14 y 23 años, escolarizados en centros de Educación Medio-Superior. Para evaluar el mundo emocional interior, se utiliza la escala TMMS-24, que proporciona información sobre tres factores: Atención a los propios sentimientos (Percepción); Claridad emocional (Comprensión); y Reparación de las propias emociones (Regulación).

Se aplica la experiencia a lo largo de 3 meses, en una sesión semanal de una hora. Los alumnos están situados en clase formando parejas, que disponen de un ordenador. La tarea sigue las siguientes fases:

1. El alumno, individualmente, responde a las preguntas por escrito, durante 10 minutos.

2. Cada pareja dialoga sobre la interpretación, para favorecer la expresión de sentimientos, y desarrollar un lenguaje descriptivo sobre el mundo emocional.

3. Los alumnos consultan textos de ayuda, que permite replantear, o completar las respuestas. Las ayudas son abiertas se organizan como sugerencias.

4. Se ponen en común las conclusiones de todos, con ayuda del profesor.


El programa se divide en 4 series, con diferentes niveles de dificultad:

1. Serie «Clásicos». Las obras forman parte de la historia de la pintura. Son de carácter figurativo, plantean una lectura fácil icónica y trabajan conceptos básicos en alfabetización emocional. Los trabajos recogen las emociones básicas, el alumno debe desarrollar habilidades para reconocerlas, percibirlas y explicar sus manifestaciones externas.

2. Ciclo «Emociones en la música». Se presentan fragmentos musicales, tomados de obras clásicas. Se pretende trabajar el primer nivel de alfabetización emocional, que es la identificación de las emociones básicas. Dada la naturaleza abierta de las composiciones instrumentales, fomenta la imaginación y el pensamiento lateral.

3. Serie «Perfiles de Mujeres». Las obras son figurativas. Los personajes aparecen masculinos y femeninos, para fomentar diferentes interpretaciones. Se hace reflexión sobre las relaciones de género y el universo emocional que las rodea. Los trabajos representan la existencia de conflictos y frustraciones en el mundo real, y las tareas cuestionan al estudiante sobre las posibilidades de afrontamiento. Se da prioridad al trabajo en el campo de las relaciones y el autocontrol.

4. Ciclo «Reflexión sobre los valores en el mundo actual». Es un nivel avanzado. Las obras son escultóricas. Combinan lo figurativo con lo simbólico y requieren una formación previa para facilitar su interpretación. Se centra en el papel de las emociones en la convivencia. Se plantean conceptos afines, como la violencia, la desconfianza o la relación del hombre con su entorno. Se pretende desarrollar habilidades para percibir y comprender sentimientos complejos o contradictorios.


Las ayudas son sutiles, el alumno debe volver a interrogarse sobre las emociones, la asimilación de su significado y la utilidad social.



RESULTADOS

Aunque las diferencias no sean significativas entre el pretest y postest, en los resultados se observa un ligero aumento en cada una de las escalas (Percepción, Comprensión y Regulación), de forma más pronunciada en la variable percepción (Tabla 1). Parece ser que las acciones del programa apuntan a la aparición de una sensibilización inicial a la atención y reflexión sobre las emociones y los sentimientos propios y ajenos.

Los resultados parecen indicar que el programa puede proporcionar entrenamiento en habilidades relacionadas con la observación y la reflexión sobre las emociones de forma continuada, así como apoyar al desarrollo de una sensibilización inicial en la percepción emocional. El gran número de estímulos visuales, el diálogo con sus compañeros y la verbalización de sentimientos habría podido evocar y favorecer estos procesos internos de reflexión.


Tabla 1. Prueba de Mann-Whitney de las diferentes escalas



DISCUSIÓN

Los resultados apuntan a que las artes visuales y la música, junto al resto de los lenguajes artísticos, suelen funcionar como un mecanismo de regulación emocional, en la medida que produjeron en los participantes una sensibilización inicial acerca de la percepción de sus emociones. Las habilidades específicas de la regulación emocional se relacionan con entender, identificar y etiquetar las emociones, ya que refuerzan una determinada actitud para cambiarla y, con ello, generan una transición que mejore las emociones extremas en el ámbito de la regulación.

Parece ser que, cuando las personas dedican tiempo a la expresión artística, a su vez realizan una reflexión interior. El arte parece funcionar como un simulador emocional: introduce al observador en una situación ficticia, y plantea una serie de interrogantes sobre la escena, al igual que ocurre en diferentes situaciones sociales. Las habilidades para percibir y comprender el sentido de las emociones, incorporadas en un rostro pintado, o en la mirada de una escultura, han de ser posteriormente transferibles a la vida y a las relaciones interpersonales.

Con relación a la música, en concreto, al pedir al alumnado que exponga las emociones que su escucha le sugiere, o bien invente una historia que pudiera ajustarse a lo que la música le invita a sentir, estas experiencias hacen significativa la presencia de la música en la escuela como puente sensibilizador y como fuente de conocimiento y placer.

Asimismo, se observa una ampliación y profundización del vocabulario emocional, a partir de las actividades anteriores en las que puede recogerse una variedad de términos relacionados con las emociones que los alumnos emplean, puede establecerse un debate acerca de su significado y utilización. Palabras como ‘respeto’, ‘miedo’, ‘valor’, ‘fuerte’, ‘cobarde’...

¿Qué diferencia hay entre tenerle miedo y respeto a una persona?, ¿la persona que es valiente nunca tiene miedo?, ¿se puede ser fuerte en todo momento?, ¿es igual tener miedo que ser cobarde?, ¿de qué otra manera podríamos decir cobardía? ¿Es lo mismo estar alegre que estar ilusionado?, ¿cómo describirías a una persona feliz?


El fomento del manejo emocional ha sido clave. Manejar las emociones como proceso de aprendizaje en el ámbito escolar podría considerarse sinónimo de ‘motivación’. Y dos motores de esta motivación intrínseca son la curiosidad y los retos personales.

Por último, en este proceso de interacción entre la educación emocional y la artística, emerge la figura del artista-pedagogo, que es poco conocida en el contexto universitario. A pesar de que son frecuentes las referencias al «arte de enseñar» relacionadas con profesionales expertos en el manejo de situaciones de «la incertidumbre, la indeterminación, la singularidad y el conflicto», no es tan habitual identificar características propias del hacer docente en la intersección vital arte-universidad. En la figura del profesorado-artista se reconoce un saber docente que incorpora un pensamiento, unas estrategias y unas técnicas susceptibles a ser estudiadas.



CONCLUSIONES

El desarrollo del programa Arte/Emocional influye en la percepción emocional, que juega un papel importante en la realización de un proceso de comprensión y regulación, que, para ser alcanzados en su generalidad, requieren mayor trabajo y número de sesiones. La percepción es relevante para el inicio y el desarrollo de la regulación emocional.

La revisión teórica y los primeros resultados convergen en tres aspectos clave:

a) Autoeficacia creativa: la confianza en la capacidad y competencia de uno mismo para ser productivo es un gran estímulo. La autoeficacia creativa fomenta los estilos de pensamiento que posee la gente creativa, como la curiosidad o la capacidad de asumir riesgos intelectuales.

b) Libertad y seguridad psicológicas: para mantener esta autoeficacia creativa, debe haber un ambiente de apoyo. Siempre cabe la posibilidad de equivocarse, pero un entorno propicio para la creatividad otorgará a los estudiantes la libertad de asumir riesgos y la seguridad de que los errores no tengan consecuencias negativas. Los espacios de formación creativa deben ser, en definitiva, un lugar seguro en el que equivocarse, del que deben tomar nota escuelas y universidades. Una institución educativa creativa es incompatible con el miedo a la autoridad, especialmente cuando es al profesor a quien se considera la autoridad.

c) Aprendizaje o resolución de problemas lúdicos: además del placer y la diversión, asociar el juego con el aprendizaje tiene consecuencias muy positivas para el desarrollo evolutivo. Por desgracia, existe una fuerte barrera cultural en contra, resumida dramáticamente en el refrán «la letra, con sangre entra», que afortunadamente se está quedando obsoleto.


Es importante no olvidar las fuertes conexiones que vinculan el juego con la creatividad y el mundo de posibilidades que abren, conceptos clave para futuras investigaciones, aspectos que desarrollaremos en siguientes trabajos. Una de las variables que ha de tenerse en cuenta para futuras investigaciones es involucrar a padres de familia y profesores que ayuden a favorecer el desarrollo de habilidades en regulación emocional y durante un tiempo prolongado, con mayor número de sesiones.

Entre las limitaciones del estudio, se puede mencionar que la muestra de la población especial es pequeña, debido a las dificultades de acceso, por lo cual es preciso realizar nuevas investigaciones con análisis estadísticos de avance que evidencien las diferencias de las variables de forma significativa y, por tanto, permitan confirmar los hallazgos obtenidos en el presente estudio.




septiembre 20, 2024

Las fábulas populares deben permanecer y dialogar con nuestra circunstancia


Jonathan Gutiérrez Hibler
«Cuando contar es enseñar otros mundos: de la oralidad al mundo audiovisual en las adaptaciones de Bernardo Govea»

Humanitas, vol. 3, n.º 6 (2024).

Humanitas. Revista de Teoría, Crítica y Estudios Literarios | Universidad Autónoma de Nuevo León | Centro de Estudios Humanísticos | Monterrey | Estado de Nuevo León | MÉXICO

Se incluye a continuación el artículo según su edición en PDF. Véanse referencias en la publicación original.
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Imagen publicada por Bernardo Govea en sus redes sociales, con el pie: «Los 3 cochinitos Jazz #narración #narrador #narrracionoral #jazz #narracionyjazz #narracionoralyjazz #noemartinez #BernardoGovea».


RESUMEN

Este artículo examina las adaptaciones de cuentos de literatura infantil realizadas por Bernardo Govea, un escritor, guionista y director de cine mexicano. Con base en las contribuciones de varios teóricos sobre tradición oral, ficcionalización, intertextualidad y experiencia del lector, el análisis se centra en las estrategias y recursos utilizados por Govea en sus adaptaciones. Se muestra cómo Govea fusiona narración oral, teatro y cine para recrear versiones de los cuentos originales, respetando sus núcleos, pero modificando sus formas y contextos. A través de recursos como el humor, la música, la interacción con el público, el maquillaje, la pantomima y el montaje, Govea amplía la experiencia del lector al acercarle lo extraño y lo lejano.

Palabras clave: intertextualidad, ficcionalización, experiencia del lector, adaptación, tradición oral.



Walter Benjamin, en su texto «Viejos libros infantiles» de 1924, deja claro que el niño le exige a los adultos que sus representaciones sean claras, es decir, que este último no debe confundir la niñez con lo infantil. Por lo tanto, debe representar algo comprensible porque los niños tienen la capacidad de entender las cosas serias en su gravedad, siempre y cuando estas sean sinceras por parte de quien las enuncia. Para el filósofo alemán, hay algo de eso en los libros viejos y relaciona estas cualidades exigidas por los niños con la claridad de la Ilustración. Sin embargo, encontramos dos problemas fundamentales desde la hermenéutica: los textos son contingentes, es decir, lo que es claro pertenece a otro horizonte, y no es lo mismo el libro original que la adaptación; esto nos sitúa ante una cuestión transitiva o de mediación, la cual se vuelve un problema de tejidos, distintos a los de las palabras, en un mundo con diversas interacciones.

Bernardo Humberto Govea Hernández, además de escribir literatura infantil y juvenil, es guionista y director de cine. Su formación en el teatro le ha dado técnicas para experimentar con diferentes artes y géneros literarios. Como resultado, su obra no solo se limita a creaciones de su autoría, sino a diferentes adaptaciones de cuentos catalogados como parte de la llamada literatura infantil: Gorila, de Anthony Browne; El grillo y el topo, de Giambattista Basile; El flautista de Hamelin, de los hermanos Grimm; La hija del espantapájaros, de María Gripe, entre otros.

Las adaptaciones de Bernardo Govea combinan la tradición oral, el teatro y el cine como una forma de ampliar la experiencia del texto original, pero es en las presentaciones en vivo donde la ficcionalización cobra otra dimensión y la ruptura de la cuarta pared permite interactuar con la obra. Por esta razón, a pesar de que la obra original de este autor también involucra un tipo de adaptación, me centraré solamente en aquellas actuaciones que parten de un texto de otra autoría.

Para efectos de este trabajo, partiré de las aportaciones de Hanán, López Tames, Díaz Rönner y Colomer para dimensionar las representaciones de las siguientes obras: «La cucaracha, el ratón y el grillo», de Giambattista Basile, y «Patrono y contable», adaptación de uno de los cuentos de Gianni Rodari. De Hanán tomaré la intertextualidad como un elemento clave en la literatura infantil con el fin de contrastar esta postura con las adaptaciones de Bernardo Govea.

Las aportaciones de López Tames, sobre la tradición oral en este tipo de literatura, y Díaz Rönner, acerca de cómo se lleva a cabo en este campo la ficcionalización, servirán como base para analizar el cambio de una producción cercana a lo cinematográfico a una donde el público es parte del juego textual. Finalmente, Colomer plantea que una propuesta en la literatura infantil para ampliar la experiencia de quien lo lee, sin embargo, la distancia entre el libro y un mediador mejoran las posibilidades para que se den dichas condiciones.

En el presente texto, resumiré brevemente cada obra, para describir los recursos de Bernardo Govea, pues, aunque exista un hipotexto, su propuesta es transitiva, es decir, interpreta con su cuerpo y/o con el lenguaje audiovisual una historia que se convierte en otra obra: permanente en los dígitos, por un lado, pero fugaz y única para quienes interactúan en un espectáculo en vivo.



TRADICIÓN ORAL Y FICCIONALIZACIÓN EN LA LITERATURA INFANTIL

Román López Tamés, en Introducción a la literatura infantil, trata el panorama de siglo XX en adelante, después de una revisión entre instituciones, colectividades e individuos en la cultura, respecto a la tradición oral y su condición. Para él, los tiempos de la infancia son también los tiempos de la primera. El autor observa una similitud entre esta y el estado de la cultura antes de la creación de la imprenta. Menciona la importancia de las tradiciones de los aedos, bardos, juglares, por mencionar unos pocos, y cómo el oído es de vital importancia en la transmisión de los relatos: «No hay hoy en la civilización occidental esas formas de enseñanza colectiva. Hace tiempo que la imprenta fue desterrando al rincón de la infancia la palabra contada y desarrolló el conocimiento por los ojos, la lectura». Su aportación es radical, pero entendible: no son las mismas condiciones de los ejemplos que enumera. Además de la imprenta, para el año de la publicación de su libro, la tradición escrita se fue ampliando hasta llegar a más sectores, en comparación con esa etapa del pasado en Occidente. Y ese es el primer punto por tratar desde su aportación: los cambios de la tradición oral frente a la escrita. En el caso de nuestro siglo, no es solo la escritura, sino el lenguaje audiovisual el que la impacta.

Bernardo Govea, por su parte, se mueve en este escenario actual de la tradición oral: media los cuentos en diferentes eventos, ya sea organizados por instituciones o por cuenta propia, pero en los últimos años ha aumentado el registro de sus participaciones a través de los dispositivos móviles. Con la llegada de la pandemia COVID-19, llegó un reto para todo el mundo cultural: transmitir el conocimiento lejos de los cuerpos, tratar de enseñar y comunicar desde la distancia física, fenómeno que, por cierto, también evidenció más las distancias sociales.

Esto, con base en su formación de cuentacuentos, el teatro y el cine, lo llevó a realizar otro tipo de adaptaciones para transmitir el contenido de los textos que eligió compartir con su público, generalmente niñas y niños y una que otra persona adulta con la niñez en la frente. De los espacios narrativos-orales pasa a experimentar los del cine por medio de la magia del montaje, pero sin perder la reminiscencia de la oralidad. Y, en ese sentido, coincidiendo con López Tamés, el video editado es un embudo similar, hasta cierto punto, con el alfabeto.

Sin embargo, no dejan de estar ahí la base o los espacios que intentan mantener o adaptar la dinámica de la tradición oral. Por supuesto, hay reglas y aspectos para tomar en cuenta en el caso de Bernardo Govea: 1) la prohibición del decir innecesario, y 2) la adaptación de lo escrito a pesar de su transmisión oral.

Esto es importante porque «El que narra porque la colectividad le ha encargado esa función desgrana también su propia vida y apresura su propio final». Los contadores de cuentos son, desde esta perspectiva, educadores de pueblos. Para el autor de Introducción a la literatura infantil, ya no existe en nuestra cultura el oficio de contar y reduce a la escuela como uno de los pocos sitios de transmisión oral, aunque en menor medida. No obstante, dentro de lo que permanece de esta lectura sobre esta tradición, pueden retomarse algunos rasgos importantes: portar una voz desconocida, el perfecto conocimiento de lo que se cuenta; no solo importa el contenido, sino el ritual de contar, es decir, la repetición como vía de la expectativa.

En este sentido es importante tomar en cuenta dónde están las transgresiones de las personas que se dedican a contar cuentos en la actualidad. En el caso de Bernardo Govea, como se verá más adelante en el análisis, no cambia los hechos fundamentales de los textos de donde parte su transmisión: los conoce a la perfección, trae voces ajenas a la suya y suele cerrar sus actuaciones con un rito fundamental: colorín colorado, este cuento ha acabo. Por cierto, se trata de una frase dentro del ritual que en lugar de cerrar todo un ciclo es recordatorio de que vienen otras historias en el próximo espacio donde se enuncien los cuentos por parte de su mediador. La clave y desviación de todo lo anterior en el oficio de contar cuentos, dentro de la obra y adaptaciones de Bernardo Govea, se encontrará en lo dramático del cuerpo, la ruptura de la cuarta pared y la forma del montaje, esto último para el caso de los videos donde la experiencia del cine combina el oficio del contar con el lenguaje audiovisual y las palabras orales.

De ahí la importancia de tomar en cuenta la ficcionalización en la literatura infantil desde este horizonte. María Adelia Rönner Díaz, en su libro Cara y cruz de la literatura infantil, toma el caso de Marco Denevi para plantear una propuesta al respecto. Esto se debe a un constante dominio en el mundo de la producción de este tipo de literatura: son generalmente adultos quienes la escriben. No es la experiencia directa de la infancia, sino la ficcionalización desde un contexto autorial determinado, según sea el texto o la enunciación de uno. Es ahí donde quienes escriben historias, además del oficio de contar, se topan con un primer reto: sus lectores, niñas y niños, no continuarán la lectura ante la falta de sinceridad: «...intuyen un mundo insincero para contar o explicar o inventar detalles del inmenso mundo que los atora y los acompleja debido a su enmarañado andar», algo muy parecido a lo señalado por Walter Benjamin en cuanto a las exigencias de este público. Por lo tanto, a las complicaciones de la tradición oral inmersa en un mundo audiovisual se le agrega este principio: lo que se cuenta debe provocar un placer, de acuerdo con Rönner Díaz, por averiguar, y esto se verá en la interpretación de «Patrono y contable», basada en uno de los cuentos de Rodari, concretamente el giro que añade Govea como adaptación libre. En sí, para Rönner Díaz, un relato donde se intuye dicha insinceridad no genera curiosidad porque el público infantil ya reconoce ese laberinto y sabe cómo salir o ni siquiera desea adentrarse en él.

Por ejemplo, en el caso de la adaptación de Anthony Brown sobre sus libros con gorilas, uno de los retos en las actuaciones en vivo es decidir si solamente contar la historia y generar la curiosidad mediante las palabras (cosa que ya hace el autor original) o si tomar en cuenta el contexto donde se lleva a cabo la función, sobre todo frente a públicos que practican cada día más el sentido de los habitantes digitales.

Esto será un aspecto, más adelante, por analizar cuando se le agregan elementos a manera de exordio moderno: captar la atención del público infantil no con las palabras, sino con aquello que la literatura no puede mostrar debido a sus silencios. En el caso de Bernardo Govea, se apoya generalmente de elementos del teatro: una máscara de gorila —cosa que ya genera muchas preguntas, porque los gorilas son robustos y el contador de cuentos es sumamente delgado— y un tambor o instrucciones que marcan el ritmo de la atención [Nota 2].



INTERTEXTUALIDAD Y EXPERIENCIA DEL LECTOR

Los temas son varios en la literatura infantil y no hay un límite establecido. Dentro de todos ellos está un eje que los cruza: la intertextualidad. Sin embargo, a primera instancia esta palabra es extraña a los lectores cuando se le sitúa dentro de un público como el del presente trabajo, pero no lo es porque en la actualidad las referencias cruzadas son parte del juego en la literatura.

Y esto es algo que intenta delimitar Fanuel Hanán Díaz en Temas de literatura infantil. Aproximación al análisis del discurso para la infancia. Realiza una lista de fenómenos donde la intertextualidad aparece dentro de la literatura infantil: a) textos tempranos, b) diferentes versiones de una misma historia, c) los arquetipos, d) las convenciones y lo identificable de un género, e) referentes narrativos de tipo sociohistórico, f) otros discursos dentro del texto, y g) textos subsecuentes.

Dentro de estos 7 fenómenos que identifica Hanán Díaz, este señala cómo toda la literatura infantil actual parte de un texto ya conocido, aunque en diferentes niveles, no necesariamente con el título o la cita exacta del mismo. Por esta razón, indica que se trata de «Un rico entramado de referencias, citas e influencias no parecieran tejer de manera ingenua los hilos de esta sólida trama, donde muchas veces los autores utilizan ex profeso un modelo anterior para crear una nueva obra llena de significaciones contemporáneas». Sin embargo, esta concepción de la intertextualidad está en función de la escritura, lo que se convierte en texto, y no de una manifestación artística donde este se adapta con y en otros lenguajes. En el caso de la adaptación, entrarán en dinámica tanto la intertextualidad del texto base (hipotexto), como la mediación transitiva (hipertexto) del primero.

Dentro de la intertextualidad, Hanán añade una distinción con base en la propuesta de Genette acerca de la copresencia de dos o más textos en uno solo. El autor añade lo siguiente:

La capacidad que tienen todos los textos de relacionarse en diferentes formas con oír los textos es lo que se conoce como transtextualidad, y no necesariamente indica una relación intertextual propiamente, ya que esta se rige por el principio de la copresencia efectiva. (p. 48).


Se daría lugar, como resultado de lo anterior, los llamados hipertextos o reelaboraciones de un texto. En este sentido, cuando se trata de una adaptación que será mediada en vivo o mediante elementos del lenguaje cinematográfico, la transtextualidad deberá tomar en cuenta las artes que entran en conflicto a la hora de transmitir el texto que sirve como base (hipotexto). Por ejemplo, los silencios en un espectáculo en vivo no son los mismos que los de la tipografía; y las transiciones en un video, donde se usa el montaje cinematográfico, obedecerán a una relación transtextual entre el nuevo producto y el que está debajo suyo.

Esto trae como consecuencia nuevas experiencias en lo que llamamos «lector». Hanán plantea también lo mismo a partir de estas definiciones y experiencias con la intertextualidad, pues todo esto involucra lo que comúnmente se denomina lector activo. En el caso de la adaptación o de un intento transitivo de un texto a otro lenguaje, conlleva a una experiencia a las nociones que tenemos del término ‘descifrar’. Por esta razón, para Hanán, «...el proceso de creación comienza a cargarse de intencionalidad ya que el autor trabaja sobre un hipotexto que conoce y maneja a la perfección, de manera que las alteraciones que introduce generen el efecto deseado». Esto involucra, desde la perspectiva de este autor, la presencia de un lector implícito, aunque no en el concepto exacto de Wolfang Iser, sino hacia un tipo donde se reconozcan convenciones y exista una participación.

Por esta razón, es necesaria también la postura de Teresa Colomer sobre este mismo aspecto, en cuanto a la experiencia del lector, sobre todo porque existe una búsqueda para ampliarla. La autora toma en cuenta la importancia de la elección de los temas para identificar qué es lo lejano y cómo convertirlo en algo cercano. En pocas palabras, es una forma de explicar, hasta cierto punto, la mediación en la literatura infantil. Otras expresiones pueden usarse de manera similar, por ejemplo, convertir lo extraño en lo familiar. Colomer apunta lo siguiente:

En un sentido completamente distinto, la experiencia de temas y contextos lejanos puede provenir de la traducción de obras provenientes de otras culturas o de la reedición de obras del pasado. La aproximación de la experiencia se produce aquí por inmersión del lector si la obra permite salvar el desnivel informativo entre sus destinatarios originales, los niños de esa cultura, y sus nuevos lectores. Si ello es posible, incluso dejando zonas de sombra, no hay duda de que su lectura enriquece de un modo muy potente.


Y esto que señala Colomer es una parte importante en el impacto que tiene la literatura en quien la experimenta: colores de otro sitio, climas que no son ajenos, nombres de ciudades, expresiones coloquiales, labores sociales que tal vez no se parecen a las que existen donde se enuncia el cuento, países inventados, lenguas imaginarias. Todo entra en este punto donde se amplía la experiencia del lector, siempre y cuando se encuentre la manera de mostrar lo extraño para facilitar su acercamiento.

Encontramos, entonces, dentro de una transtextualidad, la necesidad de ampliar la experiencia del lector, tanto en su actividad más allá de descifrar, como aquella donde lo lejano necesita acercarse. Por esta razón, Colomer propone reconocer algunos recursos. No basta con un prólogo, una nota a pie de página o los apéndices, aunque son importantes, según la intención de quien escribe. Sin embargo, esto abre la puerta a otros recursos como las ilustraciones. La experiencia del lector, entonces, se amplía en una relación entre las palabras y otros lenguajes:

Otras formas de traspasar informaciones o valoraciones es buscar maneras asumibles o deseables para los niños. Contar cosas a través del humor, por ejemplo. Parodias históricas o culturales, sobre personajes u obras famosas, narraciones que desdramatizan temas, etcétera, a la vez que dan información o que asumen su valoración a través de la asociación de los lectores en la perspectiva humorística adoptada.


Tenemos, en este caso, dentro de una gama de recursos para ampliar la experiencia del lector, además del código por descifrar y la transtextualidad en la obra, el humor como una manera de proponer una valorización de lo que se cuenta. La clave en este recurso estará en las estrategias para mediar esta información, sobre todo cuando puede volverse demasiado explícita hasta convertirse en algo que no es literatura.



LAS ADAPTACIONES DE BERNARDO GOVEA: CONTAR PARA ENSEÑAR UN MUNDO CON OTROS LENGUAJES

El primer cuento adaptado que se analizará en este apartado es «El grillo y el topo», concretamente la presentación que se encuentra registrada en el canal de YouTube de Bernardo Govea, con fecha del 11 de junio de 2023. El espectáculo ocurrió en el marco del FENAL 2023, casi un mes antes de su publicación. El subtítulo del video es el siguiente: «Espectáculo de narración oral escénica y músico del periodo renacentista. ¡Ah, y un toque de cumbia!». tratarse de narración escénica, por medio de los conocimientos de teatro por parte del cuentacuentos, tiene también la participación de Arantxa Carré Medina (flauta) y Ramón Hernández (percusiones). Existen otras versiones sobre esta adaptación, como la publicada por la Corporación Cultural Universidad de Concepción en 2021, pero para efectos de este trabajo se tomará la que se realizó en vivo en la FENAL, con el fin de contrastar con la faceta cineasta del cuentacuentos.

El título hace ruido en quien conoce el referente textual porque se presenta como un cuento de Giambattista Basile, pero en el Pentamerón. El cuento de los cuentos no aparece exactamente de esa forma, indicio ya de un primer problema de adaptación. El cuento que adapta Bernardo Govea es el de «La cucaracha, el ratón y el grillo» [Nota 4], en la traducción de César Palma. La historia narra las aventuras de Nardiello, quien es enviado por su padre en tres ocasiones diferentes a comprar becerros a la feria de Salerno. Sin embargo, el protagonista se encuentra en cada uno de esos viajes con un hada que le cambia su dinero por una criatura diferente: un ratón (topo en otras traducciones), una cucaracha (escarabajo, a veces en el cambio de idioma) y un grillo.

En la segunda parte de esta historia, Nardiello es corrido por su padre y este termina conociendo a la princesa Milla, hija del Rey Cenzone, en Lombardía, lugar adonde huye el protagonista. El gobernante está preocupado porque su hija vive triste y propone que quien la haga reír se quedará con su mano en sagrado matrimonio. Como Nardiello no pertenece a su clase y gana el reto, le propone consumar el matrimonio en tres días, pero lo droga con opio para que se quede dormido. En consecuencia, lo lanza a los leones y la cucaracha, el ratón y el grillo lo ayudan a salvarse. Sin embargo, la princesa ya está comprometida con otro hombre y debe consumar también el matrimonio sin los obstáculos de un narcótico. Los tres «bichos», como se les nombra en la traducción de César Palma, ayudan a detener al nuevo pretendiente y al final el rey decide cumplir, por arrepentimiento, con la promesa que le hizo a Nardiello.

La adaptación de Bernardo Govea es amplia por muchas razones, pero no cambia gran parte de los núcleos. El primer punto de partida está en la interacción con el público. No necesita un exordio clásico ni su respectiva captatio benevolentiae en términos de un canon retórico. El extrañamiento que sirve de gancho para captar la atención de niñas y niños es una especie de ruido que atrae a alguien para decirle «hola» y que este le conteste. El inicio es difícil porque hay problemas con el micrófono, pero el cuentacuentos no pierde el control y logra arreglarlo por su cuenta para presentarse como «Brunildo». Bernardo Govea hace dos cambios drásticos, uno nominal y el otro de diégesis, en esta parte: 1) cambia el nombre del personaje, de acuerdo con el original, y 2) ajusta la posición del narrador de tercera a primera persona, pero sobre todo por el tiempo de la enunciación con respecto al del enunciado. Comparemos la introducción del hipotexto con el hipertexto:

«La fortuna es mujer puntillosa y escapa a las caras de los doctos, porque estos prestan más atención al paso de unas hojas que a las vueltas de una rueda; y por ello más gustosamente se relaciona con la gente más ignorante u de valía escasa y no tiene reparo —porque es de costumbres plebeyas— en repartir sus bienes entre los tontos, del modo que me oiréis en el cuento que sigue».

El día de hoy es la historia de cómo me convertí en el chico más inteligente, más astuto y, sobre todo, el más guapo de todo el pueblo. Comenzamos... [inicia la música de la flauta y las percusiones].


En el primer caso, se trata de la historia marco del Pentamerón en la que diez mujeres cuentan cinco historias a Zoza después de una serie de acontecimientos similares a los cuentos dentro de este que sirve como marco, muy al estilo de la tradición de Boccaccio. Nos encontramos en el enlace entre el pasatiempo cuarto al quinto de la tercera jornada, el turno de Popa la gibosa (jorobada).

En el caso de Bernardo Govea, hay un proceso de ficcionalización enfocado en darle oportunidad al personaje de introducirse primero a sí mismo, creando una expectativa por parte del público y una cercanía de algo completamente lejano: el cuentacuentos actúa como alguien lento, sin muchas luces, pero su tiempo de la enunciación corresponde a un presente que ha superado un pasado, y es que el inicio del cuento original presenta a Nardiello como un zoquete, dejándolo sin palabra. En ese sentido, esto coincide con las ideas de Rönner Díaz: se crea una expectativa por averiguar. Esto sucede tanto en el hipotexto como en el hipertexto, con diferentes recursos. Por un lado, el cuento de Basile lo hace por medio de sentencias que establecen la temática de lo que se va a contar, y, por el otro, Bernardo pone en primer plano al personaje principal para establecer la existencia de una evolución, sin dar más detalles.

La siguiente parte contiene una serie de adaptaciones interesantes con respecto al original. Es cuando se detalla que el personaje principal es un tonto, aunque el cuento lo hace con una intencionalidad irónica: establece información que debe asumirse como verdadera para que quien la lee note que es todo lo contrario. En el cuento leemos:

Había una vez en el Vomero un estanciero muy rico, llamado Miccone, que tenía un hijo de nombre Nardiello, el más rematado zoquete que se ha visto jamás en la barcaza de los golfos: hasta el punto de que el pobre padre estaba amargado y afligido, y no sabía de qué modo ni de qué manera enderezarlo para que hiciese algo a derechas.


El cuento, compilado y escrito para su contexto, establece un espacio determinado: una colina de Nápoles. También determina la cualidad principal de Nardiello al retratarlo de una forma que incluso su propio padre no puede soportar sus carencias en el pensamiento, y esto da pie a una larga enumeración de actividades que ponen en evidencia la inteligencia del protagonista: los amigos de la taberna lo engañan, pagaba dinero de más por mujeres que cobraban menos, en los juegos de azar le hacían trampa, todo relacionado con dinero para aludir que estaba dejando en la ruina al padre.

En el caso de la adaptación en vivo de Bernardo Govea sucede algo distinto. Sobre todo, porque cambia la imagen del padre y el enfoque de su enojo. Mientras que el padre de Nardiello está sumamente borracho, regañándolo en el hipotexto en el que se basa el cuentacuentos, en su versión es el papá de Brunildo quien decide planear una prueba para demostrarle al pueblo, cuyo nombre no conocemos, que su hijo es alguien digno de alabanza:

Un día el padre se acercó a su hijo y con la idea ya muy clara en la cabeza le dijo lo siguiente: —Brunildo, Brinuldo. ¿Sabes qué, Brunildo? He estado pensando desde hace tiempo y sabes qué, he estado muy cansado de que la gente, toda la gente de este pueblo se esté burlando de ti a tus espaldas. Por eso, lo que vamos a hacer es algo que te va brindar la oportunidad de demostrar, a mí y a todo este pueblo, que eres un chico brillante, un chico astuto, y sobre todo que puedes hacer cualquier tarea, sin ningún problema.


Después de este diálogo del padre, el cuentacuentos da una descripción de Brunildo tratando de dormir para cumplir al día siguiente con la misión que le encarga el padre (en esta versión, le pide comprar ovejas). Son dos aspectos que cambia en la ficcionalización para replantear el modo de la historia original. Omite el estado de ebriedad del padre y cambia su molestia: en el original, el problema es la pérdida del dinero, hay un enfoque hacia el valor de la economía, mientras que en la versión de Bernardo Govea hacia la imagen de protagonista. Brunildo se pierde en el bosque; a Niardello lo corren de su casa. El segundo aspecto en la ficcionalización está en omitir el espacio geográfico, permitiendo la posibilidad de un extrañamiento por el nombre de la ciudad y las referencias regionales. La experiencia del público cambia también porque Brunildo es víctima de las circunstancias y de su ansiedad, no tanto como la versión despistada de Nardiello y sus malas amistades.

Este enfoque de la experiencia del lector, entendido en este caso como el público presente, se acrecienta cerca del final de esta adaptación. Los llamados bichos en la traducción de César Palma al Decamerón traen a Nardiello al palacio para que sea reconocido como hijo político por el Rey, recibiendo un beso suyo, y lo convierten en un hombre hermoso. El padre es traído a verlo y todo se arregla: «vivieron juntos felices y contentos, demostrando, después de mil penurias y mil desvelos, que “lo que no acontece en un año acontece en una hora”». El cierre permite conectar con una sentencia a manera de sabiduría popular, para después relacionarse con la historia marco donde las narradoras y público ríen todavía por el contenido de la historia, concretamente con la travesura que hace el ratón.

En el caso de la adaptación, cerca del final del video, la manera en la que se amplía la experiencia del público radica en un giro de la música. Durante todo el espectáculo la flauta y las percusiones interpretan música de estilos medieval y renacentista, y esta ficcionalización se transforma cuando Bernardo Govea narra lo siguiente en el triunfo del protagonista:

Brunildo levantando su copa, mirando a todos los invitados había preparado algo especial para su amada, quería conquistar su corazón y quería demostrar todo su afecto, así es que había acordado con el grillo y el topo tocar algo especial en su día de bodas. Levantando su copa y mirando al público, Brunildo les dijo a todos: ¡CUUUUUMBIA!


Las percusiones inician y pasa algo sumamente impactante. Se rompe la cuarta pared desde el público y no desde la actuación de Bernardo, quien todavía no baja del escenario, y los músicos. Algunas de las personas del público comienzan a bailar. Uno al frente, derecha de la pantalla, se pone de pie y esto desencadenará que el público, fundiendo la ficción del cuento, se encuentre en la fiesta de Brunildo.

Ese espacio de transgresión amplía la experiencia de sus espectadores para que los cuerpos participen en el mundo contado en combinación con elementos de las artes escénicas. Sin embargo, luego de este espectáculo viene un momento que hace que regresen a la ficción: aparece el somnífero, en lugar de opio, y esto ocurre mucho después a manera de la trampa del Rey, similar a como sucede en el original. Lo que hace el cuentacuentos es cambiar el final al hacerlos ganarse la vida tocando música, como una emancipación contra el poder. La princesa (llamada Segismunda) lo acepta, a Brunildo, como es y no por su riqueza.

El otro cuento que analizamos a continuación es el de «Patrono y contable o el automóvil, el violín y el tranvía de carreras», de Gianni Rodari, traducción de Esther Benítez. La historia trata sobre la envidia del comendador Mambretti, dueño de una fábrica de accesorios para sacacorchos. Dos son las características físicas que lo distinguen: tiene treinta carros y treinta pelos. Cuando monta su carro más lujoso, de doce metros de largo, suele preguntarle al espejo retrovisor que de quién es el autor más hermoso de todo el país. Al inicio la respuesta es placentera: no hay automóvil más bello que el Mambretti. Sin embargo, un día el espejo emite una opinión distinta de la anterior: el más hermoso de todo el país es nada menos que el de su empleado, un contable, llamado Giovanni.

En el resto de la historia de Rodari, el patrón de Giovanni tratará de deshacerse de su competencia para que el espejo regrese al juicio del inicio. Sin importar que al inicio haya fallecido una tía del empleado, el jefe Membretti choca un día, a propósito, contra el carro rojo y pequeño que resulta ser más bello que el suyo. A pesar de esto, el mejor mecánico de la ciudad lo repara mientras Giovanni toca el violín; como el espejo sigue repitiendo la misma respuesta, el patrón, también líder de ladrones de coches que la ciudad, manda a robar el coche reparado.

No obstante, otra pariente del contable fallece y le hereda un caballo que resulta ser el nuevo automóvil, para el espejo, más hermoso de todo el país. Nuevamente, Membretti manda a robar el caballo, hasta que, en medio de la tristeza del violinista, un maestro le ofrece trabajar con el para que gane dinero. Como las cosas van mal (parientes muertas, robos inesperados) decide hacerlo y con todas las ganancias de su gira se compra un tranvía. Al final, el horrible hombre que le tenía tanta envidia se queda sin cabello de tantos corajes, y ahí es cuando se cumple el humor como un tipo de experiencia.

El primer cambio, en la adaptación, que ocurre del lenguaje escénico al cinematográfico está tanto en el logo del cuentacuentos, como en la primera imagen con un fondo negro. Bernardo Govea combina su actuación, ahora maquillado como el comendador Mambretti, con su voz fuera de la escena. En lugar de describirlo con poco cabello, resalta lo tanto que le encanta este: «El comendador ama su cabello. Se consiguió un peine de Carey, y con mucho cuidado se acicala». En cuanto contenido, este es el primer aspecto que resalta en su hipertexto de tipo audiovisual: no hay un lamento como en el original sobre la poca cantidad de cabello, sino que hay un gran apego a este. Lo segundo que resalta entre los primeros cambios es que se les da un mayor énfasis a los carros: son treinta, como los días del mes, y escoge el que usará dependiendo del humor.

La experiencia de la narración es distinta al de las actuaciones en vivo. Bernardo Govea juega con los límites de cada lenguaje y los estira para mantener una tradición oral. No incluye en el video un carro rojo tal cual, sino que a través de la pantomima y los sonidos de su boca imita el motor del coche y al comendador Membretti conduciéndolo:

El cuentacuentos interpreta a Mambretti.

El cuentacuentos aparece como narrador.


A pesar de presentarse con actuaciones caracterizadas con maquillaje, en pantalla aparece el narrador en persona y ya no por medio de una voz fuera de la escena. Este primer plano no es gratuito: se trata de un recordatorio de la tradición oral en un medio audiovisual, no al estilo de los cuentos de Alberto Laiseca con diferentes tomas al mismo sujeto contando una historia de terror, sino como una disrupción necesaria para recordar la oralidad de los cuentos en un mundo dominado por un montaje alejado de lo teatral, en cuanto a arte escénico.

Dos de los cambios más notables de esta adaptación del cuento de Rodari son la representación del espejo y la destrucción del primer coche del contable. En el caso de este último pasaje, en el original leemos lo siguiente:

Esa misma noche el comendador Mambretti decide ir al cine para olvidarse de su disgusto. Ante el Cine Star encuentra automóviles parados, tan abundantes como los pinos en el pinar, las encinas en el encinar y las guindas en el frasco de aguardiente de guindas. Mientras busca un sitio para aparcar su supercoche, descubre allí mismo, a dos metros de su parachoques delantero, el molinillo, el miniescuerzo, el microgarabato del contable Giovanni. La plaza está desierta. Los de Carpi están todos en el cine, en casa viendo la televisión y en el café jugando al mus. No circula un alma, no hay guardacoches fraudulentos a la vista, la luna tiene una falta justificada.


El hipotexto del que parte Bernardo Govea para su adaptación crea un ambiente de verosimilitud para poder realizar el crimen. Éste no ocurre dentro de la zona de trabajo, se trata de un momento en el que nadie puede ver al patrón, y es cuando decide destruir el coche para dejarlo similar al fuelle de un acordeón, para después ser reparado por el Siete manos, personaje secundario dedicado a reparar coches.

El hipertexto es curioso porque elimina este cronotopo de verosimilitud para el crimen (lugar desierto, sin almas, perfecto para un crimen, de noche). Después de la explicación del contable Giovanni sobre la muerte de una pariente, su jefe lo manda de regreso al trabajo mientras diseña una idea para deshacerse de su competencia. En el caso de esta adaptación, se trata de un bocho amarillo y no de un carrito de color rojo:

Finalmente, su cabeza llegó a una idea. Salió de su oficina, del trabajo, se subió en su auto y manejó hasta su casa. Abrió la cochera de par en par y observó que ahí entre sus treinta autos había un tanque de guerra. Se subió en él y condujo [sonidos de vehículo] No hubo semáforo rojo que lo detuviera. Llegó hasta su trabajo y ahí con su enorme tanque de guerra se le echó encima al pobre bocho.


El crimen en este caso sucede a plena luz del día durante la jornada laboral del contable. El cuentacuentos magnifica de varias maneras el hecho: 1) reitera la cantidad de coches para resaltar su opulencia, 2) no usa el carro de lujo, el primero, sino un tanque como declaración explícita de guerra contra la belleza determinada por el juicio del espejo, y 3) prescinde del maquillaje y la caracterización anterior de Mambretti para narrar el acontecimiento con ayuda de la imitación de los sonidos de las llantas del bocho tronando con el peso del tanque. La escena es sumamente caricaturesca como en el hipotexto, pero contiene un aspecto escalofriante: transgrede el cronotopo. Un hombre de poder no necesita ocultarse y, además, cuenta con las armas para no estropear su auto de lujo en una venganza. Al día siguiente despierta tranquilo, no porque haya sido un secreto, sino porque tiene el poder para hacerlo.

El otro cambio importante, de los varios que están presentes en esta adaptación, está en la caracterización y participación del espejo. El acierto que toma Bernardo Govea en no quitarlo, a diferencia del escarabajo o cucaracha en el cuento anterior, radica en un consejo del mismo autor del hipotexto: «Podemos ver en Andersen al primer creador de la fábula contemporánea: aquella en que temas y figuras del pasado salen de su limbo intemporal, para actuar en el infierno y en el purgatorio del presente». Es importante mantener los elementos de la fábula popular, como el espejo mágico que habla, pero no en el sentido didáctico que critica Rodari en cuanto a estas como materia prima.

Por esta razón, detalla la importancia de lo hecho por Andersen de cómo transformar estas fábulas en lo contemporáneo. Y esto es lo que ocurre tanto con el espejo como con el crimen. Nuestro infierno en el presente no necesita de un cronotopo como el del hipotexto para que ocurra. En el caso del segundo elemento, el espejo tiene una participación mucho más activa y permite un final abierto cuando, triunfante, el contable Giovanni se detiene con su triciclo frente a la luz roja que el patrón no respetó con su tanque. El personaje dice lo siguiente: «Espejito, espejito, espejito…espejito, ¿cuál el auto piú grande, piú bella di tutto Milano?». La sorpresa es distinta y enigmática. Mientras en el texto original, el de Rodari, es un maestro quien saca de las penas al contable con su violín, en la adaptación de Bernardo Govea resulta que el personaje del espejo también habla con Giovanni y no solo con el patrón. ¿Complicidad? No lo sabemos. Ese cambio amplía la experiencia del espectador para completarlo o dar respuestas más allá del final cerrado del hipotexto.

Juan Cervera en su libro Teoría de la literatura infantil ya observaba preocupado por el papel de esta literatura en el marco de la pedagogía, sobre todo en las cuestiones institucionales, los medios de comunicación social y el papel del mediador. A propósito del último, Cervera dice:

El mediador debe estar convencido de que una de sus funciones más interesantes es la información, para lo cual tiene obligación de estar informado él mismo de las innumerables creaciones literarias y aproximarlas a los niños de la forma más adecuada. Cultivará mejor el gusto de los lectores sugiriendo y compartiendo gustos con ellos que imponiendo y prohibiendo.


Esto se relaciona muy bien con la claridad que Walter Benjamin señaló sobre no confundir la niñez con lo infantil. El papel que toma Bernardo Govea es el de mediar mundos que provienen de textos que le gustan, pero los comparte con adaptaciones que no impongan una lectura pura o literal, es decir, contar tal cual es el cuento, aspecto delicado si la historia tiene un arraigo poderoso. Narrar actualmente debe tomar dos cosas en cuenta para ampliar la experiencia de quien recibe la historia: involucrar el cuerpo como una vía de claridad y jugar con los medios audiovisuales sin olvidar que también somos animales que cuentan historias y que la oralidad nos hace movimiento.



CONCLUSIONES

Las adaptaciones de Bernardo Govea se basan en la combinación de las artes escénicas y el lenguaje cinematográfico, pero se resiste a dejar la oralidad, por un lado. No es teatro lo que hace ni tampoco cine en los trabajos analizados. El hecho de narrar con las palabras permanece en ambas propuestas, en parte como resistencia, en parte como experimentación que nutre también a las otras artes que el autor practica.

Son varias las aportaciones para poner reflexionarlas en este primer cuarto de siglo. La primera está en no perder la oralidad, pero adaptar los lenguajes que dominan los diferentes espacios de enunciación. La segunda consiste en recordar que el cuerpo es parte de la interacción con las historias; si existe una escritura con este, también se puede narrar por medio de él y convertir el acto en un ritual donde cobre vida la historia: los relatos accionan cuerpos, y ahí está parte de la ampliación de la experiencia.

Por otro lado, es importante volver cercano lo lejano sin perder lo auténtico de nuestra época. Las fábulas populares deben permanecer y dialogar con nuestra circunstancia. Pueden mantenerse los tropos literarios, pero llega un punto, como Crisóstomo en Don Quijote de la Mancha, donde lo artificial nos impide ver la realidad, similar a la impunidad del patrón en la adaptación de Bernardo Govea. De ahí lo que apuntaba Benjamin acerca de esa claridad en la literatura infantil: no tiene que ser de noche para que ocurra la maldad. La literatura de Bernardo Govea es una propuesta para enseñar otros mundos; contar con el cuerpo es también una de las formas de la educación sentimental.




septiembre 13, 2024

Apadrinamiento lector: más actividad, felicidad y reconocimiento tras la intervención


José Santiago Álvarez Muñoz y M.ª Ángeles Hernández Prados
«Apadrinamiento lector. Una experiencia de aprendizaje-servicio intergeneracional»

RIDAS, n.º 15 (2023).

RIDAS. Revista Iberoamericana de Aprendizaje-Servicio | Universitat de Barcelona | Facultat d'Educació de la Universitat de Barcelona & Instituciones Católicas de Educación Superior (ICES) | Uniservitate | Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS) | Barcelona y Buenos Aires | ESPAÑA y ARGENTINA

Se incluye a continuación el artículo según su edición en PDF. Véanse referencias en la publicación original.
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RESUMEN

La lectoescritura supone uno de los procesos más arduos y difíciles de asimilar en la etapa de Educación Primaria, recurriendo a la necesidad de articular nuevas metodologías para garantizar un aprendizaje lector funcional y motivador. De esta forma, desde la puesta en práctica del aprendizaje se posibilita dentro de contextos de servicios, plenos de emociones y vivencias, desarrollar el proceso de alfabetización de los discentes. El presente estudio presenta el diseño y evaluación de un proyecto de aprendizaje-servicio de apadrinamiento lector entre 50 alumnos de primero de primaria en colaboración con 10 usuarios de residencias de personas mayores, que trabajaban en pequeños grupos con diferentes residentes. Las actividades se organizan en tres módulos: dinámicas de lectoescritura, creación de cuentos y representación teatral conjunta. Los resultados, desde la perspectiva del alumnado, ponen de manifiesto una mejora curricular en Lengua Castellana y Literatura y Lectura Comprensiva, una mejor valoración del uso del trabajo cooperativo y señalan felicidad y aprendizaje como los principales beneficios de esta intervención. De esta forma, se pone de manifiesto la necesidad de articular programas intergeneracionales a nivel regional o estatal de manera que se asegure este ente de colaboración en todos los centros educativos, produciendo un aprendizaje recíproco entre ambas instituciones.

Palabras clave: Educación Primaria, lectoescritura, residencia, aprendizaje intergeneracional.



INTRODUCCIÓN

Los principios pedagógicos de colaboración, de interdependencia, de servicio a la comunidad, entre otros, abogan por una nueva praxis educativa que vincula el aprendizaje curricular y el servicio a la comunidad: el aprendizaje-servicio. Este tipo de metodologías se aleja de las acciones de memorización que proyectan un modelo simplista de la práctica educativa, apuestan por un sistema de equilibrios entre el servicio a la comunidad y el aprendizaje académico, incorporando al saber una práctica reflexiva que incrementa la fuerza educativa. También se le dota de un carácter contextualizado y significativo al proceso de instrucción pues, toda intervención de aprendizaje-servicio parte de una necesidad social la cual puede acotar diversos colectivos como inmigración, infancia o la tercera edad, encontrando en ellos la muestra de mayor vulnerabilidad y, por consiguiente, posibilidades de acción desde este tipo de metodología.

En este caso se va a poner la atención sobre los usuarios de residencias de ancianos, personas necesitadas de una atención para suplir las faltas de afecto y atención a las que se ven expuestas en el momento que comienzan sus vivencias en este nuevo destino. Las carencias se vieron magnificadas ante la llegada de uno de los acontecimientos protagonistas del tercer milenio: la COVID-19, lo cual agrandó e hizo más patente la presencia de esa burbuja de aislamiento que dejaba más lejos las muestras de afecto, incidiendo sobre el estado de ánimo, las ganas de vivir y el nivel de actividad de los usuarios. Se halla así la necesidad de instaurar acciones conjuntas con agentes externos, como los centros educativos, para promover la dinamización de las residencias en pro de incrementar la calidad de vida de sus usuarios y favorecer su apertura al exterior, a la comunidad.

Siguiendo los principios del aprendizaje-servicio, los centros educativos se identifican como uno de los responsables para modificar el entorno cercano y, de esta forma, proyectar hacia el alumnado un modelo de ciudadanía activo y responsable. El papel de los escolares se magnifica en el tratamiento educativo con los mayores, percibidos como seres repletos de actividad e ingenuidad que despiertan en los usuarios de residencias un sentimiento interior que reporta multitud de beneficios. Los testimonios de vida que pueden aportar los mayores suponen una fuente de conocimiento incalculable para las nuevas generaciones carentes de conocimiento respecto al pasado y las tradiciones que definen el presente, entre otros.

La relación intergeneracional entre mayores y menores, como si fueran los extremos de un segmento, dentro del ámbito educativo ha sido retratado desde numerosas intervenciones o actuaciones educativas, demostrando siempre gratos beneficios a nivel personal y académico. No obstante, en la mayoría de las intervenciones, el centro de atención se pone sobre el niño en lugar de subrayar la importancia equitativa de las dos figuras que se ven implicadas. Ante ello, la inclusión de la metodología aprendizaje-servicio en las propuestas educativas intergeneracionales permite partir de un interés y una necesidad cercano al alumnado, de índole educativa, pero que nace de una necesidad social que subyace del grupo externo, en este caso, los usuarios de las residencias. De esta forma, la aplicación de esta estrategia metodológica reconvierte las prácticas de tal forma que induce la praxis educativa en un objeto para tanto lo académico como lo social.

Finalmente, la necesidad social de atención comunicativa de los usuarios de residencias y el rol de motor social y dinamizador de las escuelas lleva a la motivación e interés por desarrollar este proyecto intergeneracional para el trabajo de la literatura infantil y lectoescritura entre los alumnos del segundo curso de Educación Primaria y los usuarios de las residencias de ancianos de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. En la naturaleza de esta propuesta de intervención de apadrinamiento lector intergeneracional reside un doble propósito. Por un lado, promover la adquisición de la lectoescritura del alumnado de primaria desde un contexto natural y funcional y, por otro lado, mejorar la situación cognitiva y emocional de los destinatarios de las residencias para las personas mayores.



MÉTODO


Objetivos

El proyecto de aprendizaje-servicio recogido bajo la denominación de Pequeños cuentacuentos para corazones con experiencia guarda el siguiente propósito general: atender las necesidades cognitivas y emocionales de los usuarios de las residencias de personas mayores. Este, a su vez, se articula en una serie de objetivos específicos, tanto para el alumnado como para las personas mayores, que acotan, por completo, los diferentes fines de la intervención:

1. Desarrollar y afianzar el proceso de lectoescritura del alumnado implicado.

2. Incentivar el gusto e interés por la lectura.

3. Reafirmar el respeto y valoración de las personas mayores en nuestra sociedad.

4. Despertar el ánimo e interés por vivir de las personas mayores.

5. Estimular el ámbito cognitivo y comunicativo de los usuarios de residencias.



Participantes

Como todos los proyectos de aprendizaje-servicio, estos nacen de una demanda social, fruto de un análisis previo, la cual demarca un convenio de colaboración entre dos partes, en este caso, el alumnado de Educación Primaria y los usuarios de las residencias de personas mayores. Respecto al primer colectivo, se trata de un grupo de 50 alumnos del segundo curso de la etapa de Educación Primaria matriculados en un centro educativo de titularidad pública ubicado en el centro de la capital de la comunidad autónoma. Está compuesto por 32 niños y 18 niñas de nacionalidad española con nivel socioeconómico medio-alto donde casi el 90 % de los progenitores se encuentran en una situación laboral activa, además de que cerca del 80 % cuenta con estudios universitarios.

En cuanto a los otros participantes, las personas mayores, son 10 usuarios que se ubican en una residencia de ancianos cercana al centro escolar, estas tienen una cobertura media de 50 a 100 usuarios y cuenta con un equipo multidisciplinar (médicos, enfermeros, auxiliares, terapeutas, psicológicos, educadores y trabajadores sociales) que les atiende tanto a nivel cognitivo, emocional, sanitario como personal. El rango de edad ocupa de los 78 años a los 91 años siendo diversificada el grado autonomía y actividad de cada uno de los residentes.


Metodología

La principal metodología que sustenta toda la intervención es el aprendizaje-servicio. Se trata de una estrategia metodológica que combina el aprendizaje curricular con el servicio a la comunidad. Parte de un diagnóstico previo que permita visualizar una demanda social, del entorno cercano, con posibilidad de atender desde la acción educativa. De esta forma, esta corriente metodológica promulga con filosofía educativa del siglo XXI, proyectando la praxis educativa más allá de lo que concurre en las aulas, encontrando el verdadero escenario de aprendizaje en el contexto que envuelve el centro educativo. En este caso, se proporciona un servicio de apoyo cognitivo y emocional a los usuarios de las residencias a partir del cual el alumnado adquiere aprendizajes curriculares relacionados con el área de Lengua Castellana y Literatura, concretamente, la lectoescritura y el gusto e interés por la literatura. Este tipo de método guarda la posibilidad de ser combinado con otras estrategias, agrupamientos o recursos.

En la propuesta de intervención también se postulan las siguientes estrategias metodológicas:

• Aprendizaje cooperativo. Forma de trabajo en equipo que deja atrás el ámbito colaborativo para dar paso a una forma de organización que delimita los roles y, por consiguiente, facilita la integración a través de la articulación de la interdependencia positiva. Los grupos son de cuatro o cinco integrantes y asumen los roles de portavoz, secretario, material y orden y coordinador.

• Rutinas de pensamiento. Método a través del cual se trabaja el pensamiento y reflexión de manera que se hace consciente al alumnado acerca de aquello que concurre en los aprendizajes, permitiendo un mejor asentamiento de los mismos desde la activación del pensamiento. Se suele poner en práctica al inicio o al final de las sesiones a fin de extraer los conocimientos previos o reflexionar respecto a los aprendizajes experimentados.


En cuanto a las agrupaciones, estas son diversificadas y seleccionadas en función de la finalidad educativa:

• Asamblea. Es utilizado de forma continuada a fin de poner en conjunto las ideas que subyacen de la experiencia vivenciada. Además, se pueden comentar las limitaciones o posibilidades de esta acción de cara a futuras intervenciones. También se suele utilizar cuando se ejecuta la estrategia de la lección magistral.

• Grupos. Cuatro o cinco alumnos organizados en grupos cooperativos que trabajan, de forma conjunta, para la preparación de material en los encuentros.

• Grupos con el usuario externo. Los grupos tendrán asignado un usuario con el cual trabajan de forma conjunta en los encuentros programados.

• Individual. Se consta de momentos en los que se requiere de la reflexión personal y de dedicación de tiempo en el hogar para reforzar los aprendizajes o preparar algo personalmente.



Intervención

La intervención se desarrolla a lo largo del curso escolar y este se organiza en base a los trimestres, trabajando en cada uno de estos un módulo concreto. En el primer trimestre, a fin de introducir y trabajar la lectoescritura, se realizan una serie de dinámicas y rutinas, que contribuyen a preparar tanto a los usuarios como los alumnos en las posteriores intervenciones. El segundo trimestre se centra en la literatura, por lo cual, se van a encargar de recopilar los cuentos populares de la infancia de los residentes y, además, crear relatos de forma conjunta. Finalmente han de dramatizar, de forma conjunta, uno de los relatos inventados en el segundo módulo los cuales son representados en la gala de aprendizaje final. Las visitas son quincenales y se dan siempre los jueves en las dos últimas horas, el alumnado acude al centro de las personas mayres una vez los padres han cumplimentado la autorización para tal actividad.


Primer módulo: «Trabajamos con la lengua»

A fin de poder afianzar el aprendizaje de lectoescritura del primer nivel, en el inicio del segundo curso van a reforzar estos contenidos junto a los usuarios de residencias, los cuales también se ven beneficiados al activar sus procesos cognitivos mediante la práctica conjunta. No obstante, esto se pone en práctica en la segunda sesión puesto que en la primera van a realizar una entrevista personal al usuario a fin de poder conocer parte de su vida y, así, tener una relación más estrecha en posteriores encuentros. Las dinámicas puestas en práctica son:

• «¡Qué lío de frases!». Una caja repleta de trozos de papel en la que hay una frase la cual tiene todas las palabras juntas. Estos deben recortar las palabras a fin de poder discriminar las palabras y así descifrar el mensaje. Acto seguido, deberán seleccionar dos de las palabras y crear una frase nueva.

• «Detectives de fallos». Hay un panel con varias palabras las cuales pueden ser que estén mal escritas o no. Han de identificar las erróneas y escribirlas correctamente.

• «Nuestros dictados». Un panel hecho a mano consta de varios códigos QR pegados, en cada uno de estos se halla una grabación que es la lectura de una oración. Los niños junto al usuario han de escucharlos e ir copiando como si fuera un dictado. Finalmente, han de leer todos para ordenarlos formando la secuencia de una historia en concreto.

• «Los obreros de las letras». Hay dos niveles: sílabas o letras, deben elegir entre uno de los dos para hacer el juego. Al elegir, sacan una de las fichas al azar que refleja una letra o sílaba la cual deben tomar como referente para idear el número máximo de palabras que contengan dicha letra o sílaba. Una vez transcurrido el tiempo, deben elaborar un pequeño relato con la mitad de las palabras.

• «Alto al lápiz». Juego conocido en el que deben escribir en base a las siguientes categorías: apellido, animal, ciudad, parte del cuerpo, cosas del colegio, cosas del deporte y nombres, una palabra para cada una de estas según la letra indicada por el dado del abecedario.


Todas estas pruebas se realizan de forma quincenal siendo preparadas por el alumnado previamente todo el material en grupos cooperativos, de manera que los niños se implican más porque el material ha sido elaborado por ellos y le dotan de utilidad en el encuentro con el usuario. Todas las evidencias de aprendizaje se recogen en un portfolio denominado «Pasado y presente en las lenguas».


Segundo módulo: «Los arquitectos de cuentos»

Durante el segundo trimestre, una vez han estrechado lazos y mejorado el nivel de manejo de la lengua, resulta el momento de llegar a la creación conjunta. Inicialmente, durante el primer mes, van a modificar cuentos procedentes de la colección de relatos de Hans Christian Andersen. Una vez han hecho la lectura conjunta pueden realizar una de las tres acciones indicadas: cambiar el desenlace, dar continuidad al relato o introducir un nuevo personaje. Cualquiera de las acciones que desempeñen queda reflejado a partir de un cómic donde con imágenes y pequeñas descripciones deben mostrar los cambios realizados al cuento inicial. Todos ellos, posteriormente, quedan recopilados en la biblioteca del aula.

En la segunda parte de este módulo, hecho el calentamiento cognitivo previo, resulta el momento de inventar completamente cuentos. Para ello, tienen ocho barajas que acotan diferentes descriptores para la invención de cuentos: espacio, personajes, época, objeto, animal, suceso meteorológico, villano y extra. La tarjeta extra es la opción de coger, por segunda vez, otro de los elementos que hay para la conformación de los cuentos. Una vez han seleccionado los objetos, deben elaborar los cuentos apoyándose en viñetas con imágenes creadas para que sea más fácil ilustrar el cuento y la secuencia temporal. Cada uno tiene un mínimo de 10 imágenes o dibujos que demarcan el transcurso temporal del cuento. Todas las producciones son recopiladas para la conformación de un libro conjunto denominado Colección de cuentos que nacen del pasado y el presente, el cual está a disposición de todo el alumnado del centro en cada una de las bibliotecas de aula.


Tercer módulo: «Un teatro intergeneracional»

En el último trimestre la intervención se va a centrar en fábulas puesto que se trabaja de forma conjunta con el contenido de los animales del área de Ciencias de la Naturaleza. Los grupos de alumnos junto al usuario con el que trabajan se encargan de elaborar la dramatización de uno de estos relatos siguiendo los siguientes pasos:

1. Lectura guiada de la fábula y realización de una ficha de comprensión y otra de estudio de los animales comentados.

2. Elaboración del decorado y el vestuario de las fábulas.

3. Transformación del relato en diálogo.

4. Ensayo y puesta en práctica de la dramatización.


De esta forma, poco a poco, desde la acción preparatoria en el centro educativo y los encuentros experimentados, elaboran la muestra final: la dramatización. Esta es representada en una fiesta de aprendizaje, donde todas las partes de la comunidad educativa se ven implicadas, en la residencia de ancianos. Todas las actuaciones son grabadas para su posterior inclusión en el canal de YouTube «Abuelos de fábulas». En el centro se proyecta al alumnado de Educación Infantil en relación a la semana de la lectura para su trabajo en el aula.



Evaluación

De cara a la evaluación, desde una óptica docente, se plantean instrumentos tanto para la enseñanza como el aprendizaje. Por un lado, respecto al aprendizaje, se señala la siguiente relación de instrumentos:

• Registro de observación. Lista dónde se recogen indicadores actitudinales y procedimentales en relación a los estándares de aprendizaje del área de Lengua y Lectura Comprensiva a fin de poder dotar de utilidad para calificar la asignatura.

• Fichas elaboradas. Tomando en consideración esta técnica de evaluación de desempeño, todas las evidencias de aprendizaje recogidas (fichas, paneles, cajas...) se toman en consideración para los estándares conceptuales.

• Hoja de coevaluación. Al trabajar en grupos cooperativos resulta prioritario valorar el trabajo en grupo. Para ello, se ha utilizado una diana de evaluación de acuerdo a los siguientes descriptores valorados de uno a cuatro: respeto, actitud positiva, compañerismo, preocupación, esfuerzo, aportación y escucha activa.


Por otro lado, en relación a la enseñanza se utilizan dos instrumentos:

• Escala emocional. Al final de cada sesión, en la clase hay una escala likert cinco representada a través de emoticonos que representan de más triste a más contento, el alumnado debe poner su pinza con su nombre en el emoticono que se asocia al grado de disfrute en relación a la sesión en la que han participado.

• Entrevista grupal. En modo de asamblea, a través del uso de rutinas de pensamiento, se comenta, en torno a unas cuestiones abiertas, la intervención realizada. Todos los testimonios son grabados para posteriormente vaciar la información en un cuadro organizativo que permita analizarla.


Por último, señalar que este tipo de intervención, al ser enmarcada como un proyecto de aprendizaje-servicio en el que participan dos entes bajo un convenio de colaboración, tiene una evaluación propia como plan. Esta presenta tres instrumentos:

• Hoja de satisfacción de los usuarios de las residencias. Las personas mayores, antes y una vez se ha hecho la intervención, van a realizar una escala de valoración acerca de aspectos cognitivos y emocionales, pudiendo constatar a través del mismo la mejora ocasionada.

• Encuesta abierta alumnado. Al final de toda la intervención, el alumnado señala los aspectos positivos y las posibilidades de mejora de esta intervención. Se responde de forma abierta y la información es recogida en una parrilla de información que aglutina los datos en función de criterios.

• Grupos de discusión. Los profesionales educativos y de la residencia se reúnen de forma periódica para emitir su valoración poniendo en común y contrastando. Esta información es recogida para posibles modificaciones durante el transcurso del proyecto y, además, la incorporación de propuestas de mejora para futuras intervenciones.



RESULTADOS DE EVALUACIÓN

En primer lugar, se va a poner la atención sobre lo académico. En este sentido, de acuerdo a la evaluación, se aprecia un aumento exponencial de la nota media tanto en el área de Lengua Castellana y Literatura como en la de Lectura Comprensiva en los dos grupos del segundo nivel. Casualmente, la mejora es en los dos casos en el grupo B siendo este el que mayor implicación y dedicación dedicó desde el inicio de la intervención.


Figura 1. Nota media asignatura Lengua Castellana y Literatura por trimestres



Figura 2. Nota media asignatura Lectura Comprensiva por trimestres



Aludiendo a otros aspectos de la evaluación del aprendizaje, se constata a través de los dictados que los alumnos comenten menos fallos. En el primer trimestre el segundo nivel tenía una media de 4,5 errores por oración de diez palabras dictada hasta acabar el curso con una media de 1,2 errores. También se percibe la mejora desde la expresión escrita y oral, aumentando en ambas destrezas el número de palabras que puede exponer en un minuto, llegando a una media de 58,3 palabras en la lectura y 23,4 en la escritura por minuto.

En cuanto al ámbito de las actitudes y prácticas del trabajo en grupo también se ha dado una mejora considerable. Si es cierto que los inicios no fueron ideales al encontrar grupos que obtenían, en una escala de uno a cuatro, una valoración de su trabajo en grupo inferior al valor de 3. No obstante, finalmente, todos los grupos obtienen una valoración media de su trabajo cercana o por encima del valor de 3,5. En la siguiente figura se puede apreciar la evolución de la valoración del trabajo en equipo.


Figura 3. Nota media coevaluación grupos cooperativos por trimestres



En lo que respecta a la enseñanza, en consonancia a la relación de valores de la escala likert tipo cinco representada por emoticonos, se constata una mejor valoración conforme avanzan las sesiones. Se halla un valor medio de 3,8 en el primer trimestre, un valor de 4,1 en el segundo trimestre y este valor se mantiene en el último módulo de la propuesta de intervención.

Por último, en relación al proceso de enseñanza, a través de las asambleas grupales se ha podido constatar los beneficios y posibilidades que ha brindado este proyecto. Toda la información fue recogida y transcrita para luego exponer en una nube de palabras en la que se extraen los conceptos clave. Las nociones más repetidas fueron aprender, felicidad y emoción.


Figura 4. Nube palabras de las entrevistas grupales



Por último, se han de mostrar los resultados obtenidos desde la otra perspectiva participante: los usuarios de las residencias. Inicialmente se les planteó dos cuestiones, acerca de lo que podían dar a los niños y lo que podían recibir de estos, a modo expectativas. En este caso, inicialmente se mostraban poco hábiles o útiles para los niños, destacando únicamente la enseñanza de la historia y la importancia de la familia como los principales aportes que, previamente, consideraban que podían aportar. No obstante, tras la intervención, identificaron, además de las expuestas anteriormente, la enseñanza de la lectoescritura, las habilidades sociales y educación en valores. En cuanto a las consecuencias, a priori, señalaban una mayor actividad, felicidad y reconocimiento tras la intervención; a posteriori, se suman la mejora del autoconcepto, autonomía y optimismo. En este sentido, se aprecian mejoras tanto en lo emocional y cognitivo como en lo físico.



CONCLUSIONES

Por medio de esta intervención se ha podido constatar, de primera mano, la estrecha relación que guarda el aprendizaje con la realidad, más aún cuando el papel del alumnado es más activo en su proceso formativo. De esta forma, la metodología aprendizaje-servicio supone una estrategia metodológica que reconvierte el modelo docente, normalmente enmarcado en la transmisión de información para pasar a una faceta de orientación y acompañamiento, potenciando la instrucción a través de experiencias significativas propias del entorno. Todo ello evoca a la figura del discente como un agente educativo más que contribuye a la conexión de la teoría con la práctica, o lo que es lo mismo, el saber y el saber hacer.

De esta forma, este tipo de actuaciones educativas dan prueba fehaciente de que la enseñanza de los contenidos no se limita al libro de texto o fichas, del mismo modo que la lectura no es sólo la expresión oral del mensaje escrito. La lectura es narrativa de experiencias vitales que promueven el aprendizaje de los valores y que pueden adquirir distintos significados e interpretaciones en uno mismo con el paso del tiempo y en los otros cuando la compartimos. El encuentro educativo entre mayores y menores supuso una oportunidad educativa para compartir narrativas del hoy y del ayer.

Las experiencias construidas desde un contexto natural hacen el aprendizaje más funcional, sin embargo, estas no han de ser un extra a lo que se imparte en clase, al contrario, debe vertebrarse como un todo unificado representado a través de un proyecto educativo consolidado. Igual de útil tanto en lo curricular como en lo asociado al currículo oculto, siendo esta metodología un puente de unión entre diferentes contenidos, resultando una tarea competencial que acota una visión holística. Coincidiendo con Llompart, brinda una excelente oportunidad para dejar atrás el modelo de cartilla y fichas para la enseñanza de la lectoescritura, apostando hacia un modelo en el que la lengua se utiliza como lenguaje vehicular.

También se ha de poner de manifiesto que los alumnos se enfrentan a un nuevo escenario en el que trabajan con colectivos o agentes con los que no están acostumbrados a colaborar. En este sentido, el aprendizaje intergeneracional se ha visto identificado como un proceso de retroalimentación en el que ambas partes se ven beneficiadas. Por un lado, los discentes han aprendido a valorar a sus mayores y la importancia que estos tienen para nuestro presente, siendo la empatía uno de los valores más desarrollados, difícil de trabajar ante la visión egocéntrica propia de la edad. Por otro lado, para los usuarios de las residencias, este tipo de experiencia ha supuesto un soporte de felicidad y vitalidad que ha alimentado las ganas de vivir y hacer cosas nuevas.

La inclusión del aprendizaje cooperativo en el aprendizaje-servicio ha supuesto un verdadero éxito. Tal y como señalan Vázquez et al. ambas estrategias se configuran como un modelo híbrido que fortalece la intervención puesto que, en el caso de los servicios a la comunidad, cuando subyace de un producto común, la implicación y el interés es superior. Además, en contextos funcionales, cuando la tarea se ejecuta correctamente, la mejora de la dinámica de grupo es mayor que desde iniciativas hechas dentro del aula. Los grupos están pudiendo constatar como el buen hacer tienen sus consecuencias directas sobre el entorno cercano, siendo los discentes motores social para la transformación.

En ese sentido, este tipo de plataformas didácticas funcionales ponen en conjunto articulaciones emocionales, sociales y académicas que sirven de utilidad para el aprendizaje curricular y la mejora del entorno. Se pone en alza la necesidad de diseñar acciones de este tipo para ensalzar el valor de la escuela como motor al cambio social. No obstante, para ello no se trata únicamente de tener ganas e interés, al contrario, también resulta necesario tener una formación mínima para diseñar una acción sistemática y con sentido, de manera que se produzcan los resultados obtenidos.


septiembre 06, 2024

Eugenio López de Quintana: Nuestro propósito es convertir el centro de documentación de Atresmedia en una unidad más de producción de contenidos; en nuestro caso, basados en materiales de archivo


María Luisa Santamaría Ramírez
«Entrevista a Eugenio López de Quintana Sáenz, Socio de Honor 2022 de SEDIC (Sociedad Española de Documentación e Información Científica)»

CLIP de SEDIC, n.º 87 (2023).

CLIP de SEDIC. Revista de la Sociedad Española de Documentación e Información Científica | Sociedad Española de Documentación e Información Científica (SEDIC) | Madrid | ESPAÑA

Se incluye a continuación la entrevista según su edición en PDF.

Licencia Creative Commons.


Fachada de las instalaciones de Atresmedia en San Sebastián de los Reyes (Madrid). Imagen en El Independiente.


En la actualidad eres director de documentación del Grupo Atresmedia, ¿cómo llegas a un sector tan especializado?

Un amigo comentó durante una cena que se estaba creando la primera televisión privada en España y que se había iniciado un proceso general de selección para cubrir distintos puestos. Por entonces yo estaba trabajando como director en funciones de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Químicas, en la Universidad Complutense, y decidí presentarme. La futura televisión resultó ser Antena 3, que por entonces se ubicaba en un edificio aún en obras, y, tras una serie de entrevistas, comencé a trabajar allí pocos días después. El 25 de diciembre de 1989 Antena 3 comenzó sus emisiones regulares.

De modo que, por una situación bastante azarosa y una decisión tomada sobre la marcha, mi vida profesional dio un giro drástico hacia un sector de la documentación desconocido para mí y también emergente en España, y en el que he permanecido hasta la fecha.


El ritmo de trabajo en producción audiovisual es frenético, en la catalogación y etiquetado de documentos, ¿qué herramientas utilizáis para la gestión del almacenamiento y recuperación de datos?

Efectivamente, la actividad de la documentación en televisión está muy vinculada y condicionada por las propias dinámicas y ritmos de la producción y emisión de contenidos.

Una parte del proceso documental se realiza en las herramientas del propio sistema de producción. En concreto, todos los flujos de entrada de materiales y, en el caso de los brutos de grabación, también la selección y el descarte de contenidos antes de su paso al archivo. Actualmente, el sistema utilizado para estas funciones es AVID.

El resto de procesos se realizan en un software de diseño propio llamado GAMA, que a su vez se integra e interactúa con un ecosistema de diferentes piezas de software conocido en el ámbito de la producción audiovisual como MAM (Media Asset Management), y que en el caso de Atresmedia es de diseño propio.

GAMA, que es también una aplicación comercial, se articula sobre las bases de datos de ORACLE, MongoDB y Elastic Search, e incluye diversas integraciones con algoritmos y aplicaciones de inteligencia artificial.


Cuéntanos, a grandes rasgos, ¿cómo funciona el servicio de documentación de un gran grupo audiovisual y de comunicación como Atresmedia?

En líneas generales el centro de documentación de Atresmedia realiza las mismas funciones esenciales que otros centros de documentación: recibe información, la procesa y añade metadatos para su descripción, asegura su preservación en el tiempo y garantiza su recuperación en función de las necesidades de la organización a la que pertenece. Sin embargo, hay elementos diferenciales que convierten a la documentación en televisión un entorno profesional con características muy especiales.

Por un lado, como comentábamos, la estructura y las dinámicas de la organización a la que pertenece, en este caso Atresmedia, resultan muy determinantes para su actividad, por volumen y diversidad de tipos de producción, por los ritmos y la dependencia de la actualidad informativa, y por la complejidad técnica de todo el ecosistema en el que se integran los sistemas de gestión documental. De hecho, el diseño de procesos y flujos para la entrada y salida de contenidos desde y hacia el archivo es una de nuestras actividades principales, ya que las propias dinámicas y necesidades de producción van cambiando. Y en cuanto a volumen, solo en imágenes anualmente se generan o reciben más de 120 000 horas entre brutos de grabación y emisión, y se entregan más de 600 000 cortes anuales de materiales de archivo para la generación de nuevos contenidos. A esto se unen los contenidos de la radio y el fondo de fotografías.

Desde el punto de vista del proceso documental, otro elemento diferenciador es el proceso de selección y descarte que se lleva a cabo sobre las grabaciones recibidas, así como el nivel de descripción que requieren los materiales archivados. En la descripción a veces extraordinariamente pormenorizada de la imagen y del audio que acompaña a la imagen reside la capacidad de recuperación y reutilización del fondo documental de las televisiones, lo que resulta muy exigente en cuanto a productividad y recursos humanos. Una palabra, un gesto, un lugar o la combinación de los tres elementos en un mismo plano pueden tener una alta relevancia informativa, lo que hace imprescindible que pueda localizarse entre los millones de planos que se alojan en un archivo de televisión.

Por este motivo, iniciamos en Atresmedia hace algún tiempo un proceso de transformación del perfil profesional del documentalista basado en la utilización de automatismos, algoritmos y soluciones de IA. El objetivo es reducir en lo posible el esfuerzo manual dedicado a la descripción e indexación y dedicar tiempo a otras tareas como la grabación y generación de contenidos, la comercialización del archivo y de soluciones de gestión documental, la construcción de ontologías y trabajos asociados a la producción. Buscamos un profesional híbrido con diferentes capacidades y tareas dentro del proceso de producción de contenidos audiovisuales y cuya actividad no se circunscriba solo a lo que ha venido siendo la documentación tradicional en medios de comunicación. Bajo el lema «De la gestión a la generación de contenidos», en el centro de documentación de Atresmedia se generan, por ejemplo, anualmente más de 600 piezas de video, y nuestro propósito es que esta cantidad vaya aumentando progresivamente hasta convertir nuestro departamento en una unidad más de producción de contenidos basados en materiales de archivo.


Has sido miembro del comité ejecutivo de la Federación Internacional de Archivos de Televisión y también presidente de SEDIC, ¿cuál es tu opinión sobre el asociacionismo en nuestra profesión?

El asociacionismo es un extraordinario medio para, además de ser un profesional en una materia concreta, contribuir al desarrollo y la evolución de la propia profesión. La participación activa en una asociación es sin duda un acto generoso por la entrega de tiempo, energía y entusiasmo que requiere. Pero también permite llevar adelante iniciativas colectivas que de otro modo serían inviables y que también redundan en un enriquecimiento personal. Mi paso por la presidencia de SEDIC fue una experiencia intensa y apasionante de la que me siento orgulloso y muy agradecido.


En la actualidad continúas unido a SEDIC como mentor de su programa de mentoría, ¿consideras que tenemos una responsabilidad hacia los profesionales más jóvenes de orientarles a partir de la experiencia?

Toda evolución personal y profesional está basada en el intercambio. Todo lo que hacemos está inspirado, influido o enriquecido por otras experiencias que de modo consciente o inconsciente contribuyen a nuestro propio desarrollo. El programa de mentoría de SEDIC es una forma de estructurar y facilitar esta interacción.

Durante la mentoría se produce un interesante trasvase de, diríamos, energía orientada a un mismo fin. Es este esfuerzo conjunto, y la manera en la que va tomando forma y nutriéndose de la propia interacción entre mentorizado y mentor, lo que más me atrae del proceso. Para mí no es tanto, o no principalmente, una tarea de orientación, y no necesariamente tiene que existir una diferencia de edad entre ambos. Creo que su utilidad radica en la posibilidad de aprovechar no solo la experiencia del mentor, sino también su posición como observador externo de las circunstancias laborales y personales del mentorizado, posición privilegiada desde donde implicarse para la consecución de un objetivo individual del mentorizado pero dentro del objetivo conjunto del proceso de mentoría. Construir ese equilibrio evitando que el proceso se convierta en una formulación unilateral de consejos y soluciones me parece apasionante y muy enriquecedor.


Impartes talleres, escribes artículos, das conferencias sobre documentación audiovisual, y en tu tiempo libre continúas también ligado a la imagen a través de su aspecto más artístico, como es el dibujo o la poesía, en cuanto palabra imaginada, ¿qué representan para ti?, ¿en cuál te sientes más cómodo?

Pienso que en todo ello hay un elemento común relacionado con hacer, construir, crear, y con la búsqueda de lo diferencial.

La poesía ha estado presente en mi vida desde hace más tiempo que el dibujo, y tras el fallecimiento de mi mujer adquirió un valor entre amortiguador y cristalizador del duelo. Esos poemas, unidos a los escritos con anterioridad, dieron lugar a Palabras que te llevan a finales del 2021. Desde entonces, los nuevos poemas se han ido desprendiendo del dramatismo del dolor y van surgiendo de la observación o de sensaciones, como en un intento de que, una vez percibidas, no se desvanezcan.

Por su parte, el dibujo parece cerrar un círculo vital que arranca en el seno de una familia cuyos padres se dedicaban profesionalmente a la pintura y que ahora me conecta de nuevo con todo lo que viví de niño, pero desde el lado de la ejecución. Aquí el campo creativo es inmenso, pero el esfuerzo que requiere es mayor. Un ejercicio constante de búsqueda, satisfacción, frustración y aprendizaje.

Me ha resultado muy interesante en esta pregunta esa sugerencia de la imagen como hilo conductor entre las actividades relacionadas con la documentación audiovisual, la poesía y el dibujo. Una observación muy reveladora.