noviembre 28, 2022

«La elaboración de respuestas eficaces depende no solo del desarrollo de la habilidad de redactar escritos»

Elvira Narvaja de Arnoux, Mariana di Stefano y María Cecilia Pereira
«Las escrituras profesionales: Dispositivos argumentativos y estrategias retóricas»

Signos, vol. 49, supl. 1, octubre de 2016

Signos. Estudios de Lingüística | Pontificia Universidad Católica de Valparaíso | Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje (@ILCLPUCV) | Viña del Mar | CHILE


Extracto de páginas 79-81 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.

Archivo PDF disponible solo en Scielo, ya que el archivo de la revista de sus números publicados comienza en su web a partir de agosto de 2017, con el n.º 94.



«La elaboración de respuestas eficaces depende no solo del desarrollo de la habilidad de redactar escritos, sino también del dominio de los modos de razonar que cada profesión ha ido consolidando».


«Las discursividades propias de los diferentes ámbitos profesionales implican modos peculiares de conceptualizar los datos, de relacionar lo particular con lo general, es decir con el universo de saberes y normas constituidos en ese marco, y de responder a lo que interpela al experto. Podemos pensar esas operaciones intelectuales como previas a la puesta en discurso pero que se articulan en dispositivos argumentativos que orientan y limitan la producción de los textos, aunque las estrategias retóricas varíen según los géneros. En este trabajo buscamos definir el concepto de dispositivo argumentativo, e ilustrar su funcionamiento a partir de ejemplos propios de cuatro prácticas profesionales con el objetivo de destacar su importancia para una pedagogía de la escritura en la formación profesional. En un mundo de mutaciones rápidas, en el que los géneros varían por exigencia de nuevas prácticas y soportes, consideramos importante abordar en la reflexión áulica no solo los funcionamientos genéricos, sino también las operaciones cognitivas y los dispositivos dominantes en cada área, más estables, en los que aquellos se afirman.

»Las profesiones a las que hemos atendido en este trabajo se caracterizan por ejercerse centralmente a través de la producción discursiva: son las asumidas por psicoanalistas, sacerdotes, periodistas y abogados. En el caso de los psicoanalistas y abogados, la escritura está fundamentalmente destinada a sus pares. En sacerdotes y periodistas se piensa en un público más amplio y, en general, heterogéneo.

»Partimos de considerar distintos tipos de actividades que realizan los profesionales: mientras algunas son respuestas a los desafíos cotidianos propios de su profesión (como dictar sentencia para un juez, o responder el abogado a una consultoría jurídica o presentar el periodista la noticia que va a publicar un diario, o exponer el psicoanalista un material clínico, o escribir el sacerdote una homilía destinada a una celebración litúrgica), otras actividades pueden surgir de requerimientos institucionales (como elaborar un código para el jurista o, en el caso del periodista, establecer una normativa para la presentación de notas en el medio en que actúa). Por otro lado, hay actividades que no son exclusivas de un campo profesional específico, pero pueden ser realizadas por los profesionales como un modo de acompañar en determinadas situaciones la práctica profesional (como participar en una conferencia de prensa o redactar como experto una nota periodística).

»En este trabajo nos hemos centrado en el primer tipo de actividades que señalamos más arriba, es decir, dentro del “conjunto de géneros” (Bazerman, 2009), las que constituyen respuestas a desafíos cotidianos propios de la profesión y que la definen. Pero al identificar el dispositivo argumentativo veremos en un ejemplo, el del discurso sacerdotal, cómo también incide en las producciones que incluiríamos en los otros grupos, en este caso en el tercero.

»Debemos señalar que los procedimientos a los que se apela no son individuales, sino que resultan de lo que la profesión ha ido naturalizando por considerarlos más eficaces para abordar los problemas que habitualmente se presentan en relación con la función que los expertos de ese campo deben cumplir. Estos modos de conceptualizar, que definen los dispositivos argumentativos, es decir, los modos de entrelazar lo particular y convocar lo general para llegar a determinadas conclusiones, pueden encarnarse en variados géneros pero hay siempre uno o algunos que funcionan como modelos porque son centrales en la práctica y exhiben los dispositivos argumentativos dominantes (en los ejemplos que vamos a abordar: el relato clínico; la homilía; la noticia; y la sentencia). Esto quiere decir que algunos géneros tienen una función destacada porque ponen en juego las exigencias y los recursos de la profesión para intervenir satisfactoriamente en las prácticas. Incluso, pueden llegar a hacer aportes que incidan en el avance del conocimiento en ese campo o en ámbitos sociales más amplios.

»Así, un relato clínico puede interrogar el saber psicoanalítico mostrando sus límites; una homilía puede proponer una actualización del mensaje que interpele a los fieles y a la institución generando cambios significativos; una noticia puede dar la información de tal manera que influya en la percepción que una comunidad tiene de determinados fenómenos sociales; y una sentencia puede sentar jurisprudencia. Pero el aspecto que busca resaltar este trabajo es que, más allá de las exigencias del género discursivo, a lo que se dedican numerosos estudios a partir de metodologías cuantitativas o cualitativas, es necesario reconocer las operaciones intelectuales a las que recurren los miembros de una determinada profesión para atender a las demandas del campo.

»A continuación, establecemos, en primer lugar, una relación entre la noción de “dispositivo argumentativo” que estamos proponiendo y reflexiones actuales acerca de “lo prediscursivo”, que sirven para elaborar el marco teórico. En segundo lugar, nos referiremos a los textos normativos que regulan las discursividades profesionales y su anclaje en tradiciones específicas, ya que es importante atender a ellas cuando las respectivas profesiones lo hacen y al hacerlo exponen la representación que tienen de su práctica. Nos detendremos, finalmente, en los dispositivos argumentativos dominantes en cada profesión: el caso, la analogía, el razonamiento entimemático y la ilustración con hechos probados de la sujeción o transgresión a la norma.

»Las observaciones que realizamos surgen de un contacto asiduo con los profesionales y con sus producciones (en situación de asesoramiento o de seminarios de formación) y del análisis de los manuales que regulan las respectivas discursividades (en el marco de los estudios que realizamos sobre las expresiones actuales de la tradición retórica). No provienen de pruebas realizadas con el objetivo de obtener datos ni del acopio exhaustivo y el análisis cuantitativo de los discursos producidos por los profesionales. Adoptamos metodológicamente un enfoque cualitativo e ilustramos a partir de textos seleccionados por su representatividad. Lo que proponemos es inferir (y, en gran medida, conjeturar) los modos de pensar de los profesionales o, en términos generales, los modos de vincular los datos con los saberes y valoraciones del propio campo para poder suministrar una resolución adecuada a una situación problemática.

»Queremos destacar la necesidad de pensar en la formación de profesionales innovadores, para lo cual las generalizaciones provenientes de corpus extensos y el carácter muchas veces prescriptivo que les asignamos en relación con los géneros, si bien facilitan la tarea redaccional, pueden funcionar como un obstáculo en la reflexión (creativa) sobre la respuesta al problema o la situación planteada».





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