diciembre 02, 2023

Crowdfunding en las bibliotecas


Ricardo Enrique Ortiz
«#BiblioCrowdfunding: Una biblioteca que ofrece conocimiento en 360 grados. Entrevista a Simone Belli»

Infotecarios, 20 de febrero de 2017.
Creative Commons.


Verónica Maigua, presidenta de la Asociación Nacional de Bibliotecarios Eugenio Espejo (ANABE), y Soraya Campos, directora de Asuntos Bibliotecarios de la Biblioteca de la Universidad de las Artes. (Foto de la Universidad de las Artes).



Imaginen por un momento que su biblioteca, archivo o museo tenga un programa o una actividad a desarrollar y que la comunidad donde esté haya financiado todo el proyecto. ¿Lo han visualizado alguna vez? Seguro que sí.

En los últimos años, el crowdfunding ha hecho que surjan varios espacios en los cuales los emprendedores pueden lograr que sus proyectos de negocio sean financiados no por entidades, sino por personas.

Ahora bien ¿Esto se puede aplicar a las unidades de información? La respuesta es: «Sí, sí se puede». Por esto, Simone Belli, profesor del Departamento de Ciencias Sociales e Innovación de Yachay Tech, nos explica un poco como la biblioteca, el archivo o los museos pueden trabajar bajo esta modalidad como una nueva vía de financiación de proyectos.


Para Simone Belli, ¿qué es el crowdfunding?

Simone Belli. En mi opinión, se trata de una dinámica horizontal para que la entera comunidad pueda colaborar en financiar un proyecto innovador haciendo que esta se beneficie.


Se entiende el crowdfunding como la cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que realizan una red, para conseguir dinero u otros recursos y se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos. ¿La biblioteca puede estar dentro de este universo?

S. B. Sí, la biblioteca debe estar dentro de este universo, como cualquier otra institución colaborativa y coparticipativa, con el objetivo de beneficiar a la sociedad y mejorar sus condiciones.


¿Independientemente de que el beneficio no sea económico o monetario?

S. B. El beneficio de un proyecto de este tipo es de 360 grados. Tanto a nivel comunitario como económico. Mientras mayor sea la participación por parte de la comunidad y de los actores sociales, mayores serán los ingresos para realizar proyectos que a su vez serán prioritarios tanto para la institución como para la comunidad. Debe ser un sistema que se retroalimenta por los mismos usuarios, donde ellos son los que van a sacar mayor beneficio y provecho, y así la biblioteca se convertirá en un espacio para compartir y dialogar de una manera bidireccional.

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¿Cómo se puede crear una biblioteca bajo la modalidad crowdfunding?

S. B. La biblioteca debería promover proyectos que beneficien a su comunidad, y también «escuchar» cuáles proyectos la misma comunidad quiere promover. El usuario de estos espacios debe sentirse «actor» principal en esta elección, para poder contribuir a tener un espacio innovador que pueda estar al paso de la sociedad en la que la biblioteca se inserta.

Las bibliotecas a través del crowdfunding no están limitadas a recibir presupuesto institucional y gubernamental, sino que están más libres a la hora de elegir proyectos innovadores autofinanciados por sus propios usuarios. Como podrían ser proyectos de naturaleza editorial o de nuevas plataformas culturales. De esta manera, vamos a tener un espacio de intercambio de servicios y de herramientas que pueden competir con el sector privado y neoliberal.

Pensamos en una biblioteca que nos ofrece conocimiento, cultura y entretenimiento a 360 grados para poder satisfacer las necesidades de su comunidad. No todas las bibliotecas necesitan los mismos servicios y el mismo catálogo; una biblioteca universitaria será diferente de una biblioteca municipal, como son diferentes los usuarios que las frecuentan. Por esta razón, el crowdfunding que promueven va justamente en la dirección de poder solventar las necesidades que sus usuarios tienen.


Usted menciona algo muy importante: «Escuchar proyectos que la misma comunidad quisiera promover». ¿Cuáles ideas o proyectos cree usted que la comunidad pudiese aportar?

S. B. La dinámica del crowdfunding se basa en la democracia. Los proyectos deben ser evaluados por los mismos usuarios, y de allí solo van a salir a la luz los que más interesantes resulten para aquella comunidad. Por ejemplo, la biblioteca de Yachay Tech es un espacio donde la mayoría de los usuarios no sobrepasan los 25 años de edad, y la juventud ecuatoriana no deja de sorprendernos de manera positiva cada día por la cantidad de ideas y proyectos que tiene en la cabeza. Recientemente, descubrí un blog coordinado por dos jóvenes ecuatorianas, llamado El Cráneo de Pangea, que a nivel internacional está teniendo un gran éxito. Se trata de un espacio donde solo poetas hispanohablantes nacidos entre los ochentas y noventas pueden publicar de manera libre sus obras.

Proyectos de este tipo hay muchos, sobre todo en la ciudad de Quito. Son proyectos que se mueven lejos de los círculos tradicionales de la cultura y de los medios de información, pero son mucho más interesantes e innovadores.

Cité un ejemplo de poesía, pero también hay de audiovisuales, teatro, literatura y música que a través de prácticas de crowdfunding podrían tener mayor impacto en la sociedad ecuatoriana. Nuestros mismos estudiantes son parte activa de muchas de estas iniciativas.


¿Es rentable o tendrá buenos resultados crear una biblioteca con esta modalidad de trabajo?

S. B. Hay ejemplos exitosos que hacen bueno el esperar en obtener buenos resultados con esta modalidad de trabajo. Lo importante es crear una cultura para que los usuarios confíen en estas dinámicas. Una dinámica horizontal donde son los mismos usuarios quienes se van a beneficiar.

Pensamos simplemente en la compra de una cámara para realizar cortos y que la biblioteca nos puede proporcionar esta herramienta a través del crowdfunding de su entera comunidad. O también una película o un videojuego, bienes de consumo cultural que pueden ser compartidos y utilizados para todos.

Estos son solo unos ejemplos, pero hay que pensar mucho más allá, de manera innovadora, y estoy seguro de que los mismos responsables de estos espacios tienen proyectos aún más innovadores que se podrían promover a través de la práctica del crowdfunding.

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¿Ha escuchado de algún proyecto de biblioteca bajo la figura del crowdfunding?

S. B. Hay muchos proyectos de crowdfunding realizados por biblioteca. En Reino Unido, las bibliotecas son espacios que no solamente se entienden como un lugar para compartir y difundir conocimiento a través de textos, sino también a través de otras prácticas y herramientas.


Los proyectos de donación de libros, las llamadas «Bibliotecas de calle» o los programas de promoción de lectura ¿Pueden entrar en esta modalidad?

S. B. Estos proyectos deben estar presentes en el espacio de la biblioteca, tanto dentro como fuera. Es decir, pensar una biblioteca de calle que se encuentre en sitios donde antes difícilmente había libros. Plazas, restaurantes, tiendas, y también en el mundo online. En el pasado, mis estudiantes de Innovación y Emprendimiento han trabajado en aplicaciones para dispositivos móviles para incentivar los hábitos de lectura de la sociedad ecuatoriana.

Estos mismos estudiantes observaron que Ecuador tiene la más baja media de libros leídos por habitante de la entera región. Entonces, hay que desarrollar una serie de estrategias para que leer libros se convierta en una de las actividades más comunes, pero sin que se perciba como obligación, sino como placer. Quienes normalmente leen libros saben de lo que estamos hablando.




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