mayo 31, 2024

El cuento musicado es un instrumento comunicativo que explora de forma paralela las posibilidades de la palabra, el sonido y el movimiento


Albano García Sánchez
«El cuento musicado. La interdisciplinariedad al servicio de la interculturalidad»

Dedica, n.º 10 (2016)

Dedica. Revista de Educação e Humanidades | Universidad de Granada | Grupo de investigación en Humanidades DEDiCA (Desarrollo Educativo de las Didácticas en la Comunidad Andaluza) | Granada | ESPAÑA

Extracto de páginas 36 a 39 de la edición en PDF. Véanse referencias en la publicación original.

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El cuento musicado al servicio de la interculturalidad

Como hemos reflejado en la introducción, los cambios metodológicos en las enseñanzas de las facultades de educación apuntan hacia nuevas estrategias formativas más activas y participativas. Además, buscan que los alumnos se conviertan en los protagonistas de sus propios aprendizajes, dando prioridad de esta forma al hacer frente al saber hacer. En este nuevo contexto, consideramos el cuento musicado una herramienta fundamental para la adquisición de competencias que posibiliten que en su futuro como maestros sean capaces de educar a sus discentes de una forma holística. La razón principal para pensarlo es que a través de este procedimiento no solo fomentamos el desarrollo de la percepción auditiva o las habilidades y destrezas vinculadas a la expresión musical, sino que también potenciamos el desarrollo psicomotor, socio-afectivo y cognitivo. En este sentido, los estímulos, tanto literarios como musicales, junto con el movimiento, la creatividad y la imaginación, serán fundamentales para convertir este recurso en una experiencia esencial con la que potenciar la comunicación verbal y no verbal, y desarrollar capacidades como la atención, concentración y memoria, al mismo tiempo que favorecemos el desarrollo de actitudes y comportamientos adecuados que favorecerán una educación intercultural.

Dicho lo cual, podemos definir cuento musicado como cualquier narración dramatizada basada en la asociación palabra-sonido-expresión corporal cuyo objetivo sea transmitir o comunicar algo. El fin que se persigue es que los alumnos se involucren con la realidad que les rodea y vivan experiencias, sensaciones o emociones que les hagan trascender del aula y conocer otras culturas, idiomas o tradiciones. Por lo tanto, la intencionalidad radica en la presentación de situaciones que se puedan vivenciar.

Será a través de la historia como articularemos los contenidos: valores, actitudes, modelos de conducta, etc. Como dice Quiles Cabrera, la lengua no solo vertebra todos los ámbitos del ser humano, sino que está íntimamente conectada con otras disciplinas, artes y ámbitos de conocimiento. En cuanto al uso del cuento, este formato es debido a la edad que tendrán sus futuros alumnos, pues el efecto de encantamiento que este produce en los niños «relaja la atmósfera, establece una corriente de confianza entre el narrador y los oyentes y, lo que es fundamental, forma hábitos de atención», convirtiéndose por lo tanto en un recurso imprescindible para acercar al aula el conocimiento de distintas culturas, tal y como acabamos de mencionar.

Si dramatizamos la historia, lo que estamos haciendo es utilizar la voz y el cuerpo para exagerar la narración de manera expresiva con el fin, no solo de conmover, sino también de aumentar el interés. De esta forma se podrá llevar a cabo un proceso de comunicación más eficiente y motivador que posibilite alcanzar aprendizajes significativos al mismo tiempo que desarrollan la adquisición de una serie de conocimientos y habilidades que les permita perfeccionar sus facultades y actitudes básicas y les ayude a conocer el mundo que les rodea.

Que la música ejerce una poderosa atracción en todos los individuos, especialmente en los más pequeños, al mismo tiempo que contribuye a su desarrollo de forma integral, es un hecho que no se cuestiona desde las propuestas de los pedagogos renovadores de finales del siglo XIX. Sin embargo, y por desgracia, se suele utilizar la música en las aulas, bien como un elemento puramente decorativo o de embellecimiento, bien —en el mejor de los casos— como recurso para transmitir emociones. Por el contrario, estamos convencidos de que el sonido —al igual que nos comenta Pascual Mejía— puede también potenciar el significado de las situaciones o actitudes que queramos transmitir. En esta línea, Colomo establece que la música es comunicación y significado, de ahí que esté tan unida al movimiento y a la acción, siendo el propio niño quien ejerce como instrumento. Es precisamente la capacidad comunicativa y atrayente del sonido lo que nos lleva a considerarla como un recurso fundamental para trabajar la integración y aceptación de la idiosincrasia de otras culturas.

En cuanto a los recursos musicales del cuento, estos son: canciones motrices, audiciones activas y música incidental. A través del canto colectivo —todos conocemos su poder de integración— los niños se hacen a la realidad que les rodea de forma natural, siendo un recurso creativo con el que los mayores pueden ayudarles en el aprendizaje del lenguaje, el desarrollo de las capacidades motrices, de las destrezas sociales, la afectividad, la creatividad y el sentido lúdico de la vida, pues son uno de los elementos más influyentes en nuestra cultura actual. Además, con las letras de las mismas potenciamos el significado de lo que queremos transmitir, razón por la que lo considera un potente recurso educativo para la representación de elementos definitorios de las culturas.

El uso de audiciones activas no tiene como único fin facilitar su comprensión o desarrollar la musicalidad en el alumno, sino que además sirve para plantear propuestas de expresión corporal o danzas sencillas que permitan exteriorizar las posibilidades expresivas de la música con el fin de enriquecer el argumento y hacer más eficaz el proceso comunicativo, tanto en el plano emocional como en el intelectual. No olvidemos que en la edad temprana el niño elabora su aprendizaje vinculando su cuerpo con el medio que le rodea y que muchas veces entiende mejor el gesto expresivo que las palabras. Además, resulta obvio decir que existe una vinculación entre música y danza. De hecho, los afroamericanos han heredado la idea africana de que nuestro cuerpo debe estar involucrado en la acción musical, pues música y baile son indisolubles. Por esta razón les planteo que se inspiren en las danzas de los distintos lugares para la elaboración de propuestas de expresión corporal, pues eso les ayudará a la transmisión de las diferentes culturas dado que «la danza, como arte natural y primordial por excelencia, tiene un valor universal y simbólico, porque expresa un sentimiento, un estado del alma».

Por otra parte, la música incidental tendrá como cometido eliminar los distintos puntos muertos en las transiciones, subrayar la acción en determinados momentos, potenciar los diversos estados emocionales o ideas previéndolos o reforzándolos, proporcionar los fondos musicales que sustenten el cuento y elaborar el mapa sonoro que rodee a la acción con el fin de ayudar a su descripción. De esta forma ayudamos al niño a viajar a distintos lugares a través de la imaginación.



Conclusiones

Los sucesivos informes sobre la convergencia del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) ponen de manifiesto la necesidad de que la formación que se ofrece en las titulaciones de los grados universitarios potencie la relación entre los contenidos teóricos y prácticos. Todo ello tratando de aplicarlo en casos reales donde la acción sea el elemento esencial del aprendizaje y donde se establezcan estrategias lúdicas basadas en la motivación e intereses de los alumnos. No olvidemos que en la Educación Infantil —lugar donde desarrollarán su actividad profesional en el futuro— la lógica de acción prevalece frente a la lógica de pensamiento. Asimismo, se hace necesario trabajar destrezas como la comunicación oral, el trabajo en equipo y la creatividad.

Desgraciadamente, en nuestras facultades se tiende a compartimentar los conocimientos a través de asignaturas que no están relacionan entre sí. Es por ello que pensamos que el proyecto del cuento musicado, paradigma de la interdisciplinariedad, puede convertirse en el eje vertebrador de las distintas áreas que configuran dichas enseñanzas, facilitando que los alumnos adquieran las competencias de una forma globalizada. No olvidemos que esta cuestión aún continúa siendo uno de los grandes retos de nuestras enseñanzas.

El cuento musicado es un poderoso instrumento comunicativo que nos ayuda a explorar de forma paralela las distintas posibilidades de la palabra, el sonido y el movimiento como elementos esenciales en cualquier proceso de comunicación. Y es que, como establece Mbuyamba, la música —yo añadiría «la palabra» y «el movimiento»— son «una base que invita al diálogo entre culturas».

A modo de conclusión final me gustaría transmitir la siguiente reflexión de Small: el gran reto de los profesores y profesoras de música de hoy es cómo lograr el contexto social para la interacción musical formal e informal que lleve al desarrollo real y a la musicalización de la sociedad en su conjunto. Seguiremos intentándolo...




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