junio 09, 2020

«En una cultura política como la chilena, donde el rol de reconocido y prestigioso tribuno de masas siempre estuvo ligado a muy pocos nombres, ni el texto escrito ni el oral tuvieron el peso aglutinador y expresivo que por sí mismo siempre tuvo el canto, la palabra entorchada de melodía»


Manuel Loyola
«El canto republicano español en la tradición musical-militante de la izquierda chilena del siglo XX»

Temas Americanistas, n.º 43 (diciembre de 2019)

Temas Americanistas | Universidad de Sevilla | Facultad de Geografía e Historia | Departamento de Historia de América | Sevilla | ESPAÑA

Se incluye a continuación un extracto seleccionado de las páginas 60, 61 a 63 y 78 a 81 de la publicación en PDF. Las referencias pueden consultarse en la ubicación original.

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«Resumen

»A base de fuentes públicas (electrónicas e impresas) secundarias, este trabajo aporta algunos antecedentes respecto de la influencia que el canto republicano español de los tiempos de la Guerra Civil y la posterior resistencia antifranquista, tuvo en la cultura política de la izquierda chilena del siglo XX.

»Se postula que esta vertiente cantoral desempeñó un rol notorio en al menos en tres ámbitos: primero, promoviendo y fortaleciendo la adhesión de sectores de la izquierda nacional a la causa republicana y democrática española; segundo, fortaleciendo la perspectiva emancipadora internacionalista de diversos grupos militantes y no militantes, y, tercero, actuar de antecedente del desarrollo del movimiento político-musical que acompañará al proyecto transformador de la Unidad Popular.

»[...]

»La política de las izquierdas latinoamericanas durante el siglo XX, esto es, de las visiones y deseos de mundo de cambio social que caracterizó su presencia pública aún en épocas de represión y clandestinidad de varios de sus exponentes, implicó un horizonte donde la dimensión normativa de la misma, halló en la expresividad musical uno de los modos más relevantes de introyección de sus valores y propósitos. Y es que la musicalidad y sus actos asociados (baile, versificación, coreografía, canto, representación), al impactar directamente en la emocionalidad de las personas, pueden suscitar en ellas numerosas reacciones que, en interacción con otras experiencias vitales, organizan la dotación nocional y de sentimientos (moralidad) que las caracteriza.

»Ciertamente, la incidencia musical en los individuos no tiene porqué ser constante, directa ni única. Tampoco suponemos que, en cuestiones de simpatía y compromiso políticos, la musicalidad sea “causa” primigenia de ello. Su rol siempre está mediatizado por una diversidad de factores experienciales que bien podrían ocasionar que el contacto musical no tenga influencia política alguna.

»Ahora bien, en el caso de la izquierda chilena que nos ocupa, la cercanía de las esferas política y musical, alcanzó una intensidad que la distinguió en el contexto regional, provocándose una conjunción que, alejándose de la pura relación instrumental, forjó una amalgama devenida en tradición y patrimonio estético del sector.

»Hubo en ello la construcción de un tercer lenguaje simbólico en tanto simbiosis entre una textualidad analítico-prospectiva, con variados recursos de la expresión melódica popular y docta que, hacia los años 60, iniciará un acelerado proceso de madurez y espesor, excediendo, en su gravitación, a los ámbitos propiamente de izquierdas.

»Sobre los antecedentes y los principales eslabones que fueron dando forma y contenido a la llamada Nueva Canción Chilena (NCCh), existe, junto con sus registros sonoros, una literatura creciente debida tanto a varios de sus actores e impulsores (cantantes, poetas, músicos, productores, escritores) como a especialistas académicos (historiadores, musicólogas/os, entre otros) del país y del extranjero.

»Sin desconocer su valor, en esta producción dominan aún los enfoques generales o de conjunto, propiciándose, de un tiempo a esta parte, tratamientos reiterativos de referir y exponer las señas y características principales de la NCCh. Sin perjuicio de que con ello contamos con una base informativa relevante para nuestra historia cultural, se debe tener el cuidado de no hacer de la NCCh una construcción circular, adscrita a determinadas formas y funcionalidades estético-expresivas. Antes que ello, la NCCh debe importar una categoría de largo aliento histórico y, en consecuencia, posible de experimentar numerosas manifestaciones del arte musical.

»[...]

»Coda

»Mucho antes que en Lenin o Marx, o en sus poco leídos opúsculos o folletos y, aún, por los discursos de los dirigentes políticos y sindicales, fueron los himnos y los cantos los que congregaron a los actores de la izquierda chilena. Por supuesto que la chispa y amenidad de ciertos dirigentes, acompañado de un talante de honestidad, también podían hacer bastante para atraer y acrecentar los ánimos, pero su efecto siempre fue limitado, circunscrito a determinados espacios o públicos.

»En una cultura política como la chilena, donde el rol de reconocido y prestigioso tribuno de masas siempre estuvo ligado a muy pocos nombres, ni el texto escrito ni el oral tuvieron el peso aglutinador y expresivo que por sí mismo siempre tuvo el canto, la palabra entorchada de melodía, revestida de un modo emocional que permitió la traslación de las voluntades, disponiéndolas de mejor forma hacia las posibilidades o los anhelos de cambio.

»Si hemos de atender a los registros públicos (básicamente, cancioneros y revistas político culturales de izquierdas) a los que hoy podemos acceder sobre la música y el canto de masas, además de los ritmos y bailes de las primeras décadas del siglo XX, no podemos sino advertir que este tipo de productos fueron de los más abundantes y solicitados por aquél entonces. Esto es un indicio muy prometedor para nuevos estudios sobre el pasado de nuestra cultura popular. Por ahora solo nos interesa apuntar que es muy probable que, a base de tal sedimento musical, la politización popular viera facilitada su obra echando mano precisamente a medios de internalización socialmente expandidos, de muy fácil acceso y de infinitas formas de replicación, como fueron los del consumo o prácticas musicales.

»No por nada los cancioneros comunistas y guitarricos libertarios, estuvieron entre los folletos más frecuentemente impresos por las prensas obreras de la Capital, Antofagasta, o Concepción. De esta suerte, la llegada y apropiación del canto español republicano por parte de la izquierda chilena, no solo se dio en un ambiente con claras condiciones para su recepción, sino, también, implicó una vertiente más de un tipo de arte formativo ampliamente más influyente y poderoso que otros recursos.

»Sin existir un abordaje medianamente extenso respecto del asunto de la incidencia y aporte de la musicalidad republicana en los avatares de la izquierda chilena del siglo XX, su especificidad y memoria no deja de aparecer en los escritos dedicados al recuento general de la Nueva Canción Chilena. Así, por ejemplo, Varas, en su amena relación sobre los entresijos que moldearon la música chilena del siglo pasado, nos cuenta que, sin ser parte de ningún repertorio radial, en espacios de tertulias y reuniones de círculos más o menos intelectualizados —frecuentemente asiduos a bares y cafés del centro santiaguino— a inicios de los años 50 era posible escuchar encendidas entonaciones de himnos y cantos de la República y resistencia peninsular.

»Por su parte, un poco más holgada resulta la mención que sobre el tema nos dejó Osvaldo Rodríguez. Teniendo como fuente las entrevistas que el periodista Leonardo Cáceres hiciera en los años 70 a un grupo de exiliados republicanos llegados a Chile en el transporte Winnipeg, lo que más les sorprendió a ellos fue haber sido recibidos en Santiago por grupos de personas que entonaban las canciones de la Guerra Civil.

»A la par con señalar que el detalle es muy significativo del compromiso que numerosos chilenos tuvieron en la contienda hispana a favor del bando derrotado, Rodríguez agrega que muy probablemente, una de las personas que más hizo por esparcir el cancionero republicano entre nosotros, fue la argentina Amparo Mom (esposa del poeta comunista Raúl González Tuñón) quien, por medio de coros, y múltiples actos y veladas, ayudó a imprimir sonoridad española a la solidaridad local.

»En atención al más frecuente tratamiento de la Nueva Canción Chilena, aquél que nos remite generalmente a los años 1965-1973, sería altamente conveniente que las y los interesados de hoy pudieran profundizar su asociación a otros afluentes y vestigios que, de una manera u otra, sirvieron de precursores para aquella fase clásica, como respecto de lo que se produjo en los años de la dictadura (y más) dentro y fuera del país. Si bien de contornos acotados en repertorio y audiencia, el cancionero e himnario proveniente o relacionado con las luchas sociales y democráticas de las fuerzas anti autoritarias españolas, no dejaron de tener influjo y memoria en el devenir de los objetivos transformadores acaecidos en otras latitudes, incluyendo, como hemos expuesto, a los registrados en buena parte del siglo XX chileno.

»La preocupación temática a que aludimos, no solo añadiría consistencia a otros tantos empeños historiográficos y musicológicos de raigambre política, social y cultural —evitándose catalogar como menor o anecdótico lo verificado— sino, a la vez, nutriría los nuevos esfuerzos por hacer confluir la creación artística con la permanente tarea de la emancipación».





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