julio 26, 2021

«Tanto a Divulgação da Ciência quanto as Histórias em Quadrinhos podem ser consideradas gêneros de discurso, sendo estes importantes elementos para desenvolver atividades em sala de aula das mais diversas naturezas e relacionadas a vários conceitos, sejam nas aulas de Ciências, Literatura, História, etc.»


Claudia Almeida Fioresi y Marcia Borin da Cunha
«A leitura de textos de divulgação científica e a produção de histórias em quadrinhos»

Revista Areté, vol. 12, n.º 26 (2019)

Revista Areté. Revista Amazônica de Ensino de Ciências | Universidade do Estado do Amazonas (UEA) | Programa de Pós-Graduação em Educação e Ensino de Ciências | Manaus | Amazonas | BRASIL

Se incluye a continuación un extracto seleccionado de la página 2 de la publicación en PDF. Las referencias pueden consultarse en la ubicación original.

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«A Divulgação da Ciência faz parte do nosso contexto social e está presente em diversos meios de comunicação. Deste modo, práticas de inserção de textos de Divulgação Científica (DC) nas escolas parecem ter se intensificado cada vez mais nas ultimas décadas. Com o surgimento de revistas de DC no Brasil, no final do século XX e início do século XXI, como Ciência Hoje (1982), Pesquisa Fapesp (1999) e National Geografic (2000). Assim, temas relacionados à Ciência e Tecnologia têm ganhado mais espaço e destaque em algumas propostas no ensino de Ciências.

»Tanto a DC quanto as Histórias em Quadrinhos (HQs) podem ser consideradas gêneros de discurso, sendo estes importantes elementos para desenvolver atividades em sala de aula das mais diversas naturezas e relacionadas a vários conceitos, sejam nas aulas de Ciências, Literatura, História, etc. Sobre as potencialidades destes gêneros podemos mencionar por um lado, que a DC pode ser considerada um recurso utilizado para que as informações referentes à Ciência e Tecnologia se tornem acessíveis ao grande público, ou seja, procura apresentar tais assuntos ao público leigo com uma linguagem acessível e de fácil compreensão. Por outro lado, sobre as HQs, Santos e Vergueiro (2012) salientam que palavras e imagens, juntas, ensinam de forma mais eficiente. Pois, a interligação do texto com a imagem existente nas HQs pode ampliar a compreensão de diversos conceitos.

»Integrando a DC às HQs, podemos obter um eficiente instrumento pedagógico para as aulas na área de Ciências. As HQs, de modo geral, podem aumentar a motivação dos estudantes, aguçando sua curiosidade e desafiando seu senso crítico (VERGUEIRO, 2008). A DC, por sua vez, faz parte de uma educação informal e pode influenciar a formação das percepções de Ciência e Tecnologia dos indivíduos (CUNHA, 2019). Por isso, consideramos de suma importância trabalhar e pensar sobre as formas de leitura deste discurso na Escola.

»Sendo assim, em nossa proposta, utilizamos a inserção desses dois gêneros textuais em sala de aula, pois sabemos que, muitas vezes, os estudantes pensam que a Ciência se restringe ao que aprendem na escola e, geralmente, não conhecem revistas ou meios que divulgam a Ciência. Além disso, o ensino atual, não só da Química, mas também de outras áreas do conhecimento, ainda está fundamentado em processos tradicionais de ensino, processos nos quais o professor é visto como o detentor do conhecimento e aos estudantes cabe a tarefa de reproduzir os conceitos de forma passiva ou até mesmo acrítica.

»Conjuntamente com produção das HQs trabalhamos a leitura crítica de textos de DC em sala de aula. Para tanto, utilizamos dois textos de revistas e assuntos diferentes. As revistas de DC selecionadas apresentam perfis diferenciados quanto ao seu modo de produção e público atingido. Assim, os textos se diferenciam quanto ao estilo e forma composicional».



julio 16, 2021

«La positividad del discurso de la innovación termina por desbordar el accionar práctico de los sujetos, pues el discurso deja de ser informativo, y pasa a ser deformador de la acción»


Luis Diego Soto Kiewit y Alexis Segura Jiménez
«El discurso de innovación como impulsor del sujeto de rendimiento: entre panóptico y apóptico»

Revista Argentina de Sociología, vol. 15, n.º 25 (2019)

Revista Argentina de Sociología | Consejo de Profesionales en Sociología de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (@CPSociologia) | Buenos Aires | ARGENTINA

Se incluye a continuación un extracto seleccionado de las páginas 1 y 7 a 15 de la publicación en PDF. Las referencias pueden consultarse en la ubicación original.

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Foto en Quartz.


«Resumen

»La innovación, en los últimos años, se ha vuelto un tema de amplio interés, lo cual implica una mayor presencia discursiva de esta en diversidad de espacios (medios de comunicación, empresas, conferencias, academia, entre otros), convirtiéndose en un importante productor de imaginarios sociales. Lo anterior justifica la reflexión crítica sobre las formas de presentación y utilización del discurso de innovación, labor sobre la cual se ocupa este artículo reflexivo. La idea central que se defiende en este artículo es que el discurso sobre la innovación demarca exigencias e imperativos a las personas, generando las condiciones para el surgimiento de lo que Han (2017 a) llama el sujeto de rendimiento en el contexto de la sociedad del cansancio.



»El discurso de la innovación y su positividad como pilar de la sociedad del cansancio

»Para responder a la pregunta sobre la manera en que se configura el sujeto de rendimiento en la sociedad del cansancio, es necesario pensar en las formas de institucionalización que permiten el surgimiento de las condiciones sociales para su desarrollo. La clave de problematización que acá se propone son los discursos, específicamente lo relativo a los discursos sobre la innovación.

»El discurso de la innovación juega un papel crucial en la sociedad actual. Pues nadie dudaría de la importancia que este tiene en nuestra realidad social, tanto así que en diversos espacios se presenta la figura de la innovación para mostrar lo determinante que es para un negocio, producto o servicio. La forma en la que se presenta se asocia al diagnóstico de Han (2017 a y 2017 b) sobre los imperativos de rendimiento de la sociedad del cansancio. Esto funciona en una doble vía: por un lado, se ofrecen los productos innovadores (como ideal de consumo), y por otro, se demanda a los sujetos que creen innovaciones, es decir, que sean capaces, por medio de innovaciones, de solucionar prácticamente todos los problemas.

»Este discurso no solamente tiene amplia presencia, sino que, en algunos casos, se estudia y potencia sin una valoración de sus implicaciones, es decir, no se pone en cuestión, se asume como una condición totalmente indispensable y noble, que debe ser fomentada en todos los espacios de la sociedad, para la solución de los problemas, la mejora o la transformación (siempre con un halo de positividad). Esto queda patente en el señalamiento de García (2012), cuando plantea como se reproduce esta dinámica en los trabajos académicos sobre el tema:

»“[...] La tendencia principal de los estudios sociológicos de la innovación la asumen como algo positivo, sin distinguirse de los discursos políticos y económicos dominantes que la conciben como un fin en sí mismo o un medio al servicio de la producción económica y mercantil” (p. 19).

»Esta perspectiva fundamenta la importancia de realizar discusiones sobre la innovación que planteen otro tipo de preguntas, es decir, que se problematicen los lugares comunes y los pongan en perspectiva, como una manera de valorar los procesos sociales que están tras los discursos de un uso común en la sociedad. En el entendido de que los excesos de positividad y sentido desbordan la noción de innovación, la vuelven un fin en sí misma, como plantea Lamo de Espinoza (2010): “invenciones sin fin”.

»Se apuntalan así dos particularidades en el uso del discurso de la innovación, primero, la masificación, con una difusión amplia en diversos medios y espacios, segundo, las implicaciones del imperativo de innovar que cada vez es más palpable. En relación a estas dos condiciones surge la advertencia de Han (2017 b), en referencia a la sociedad actual:

»“A causa de su positividad, el violento poder de lo igual resulta invisible. La proliferación de lo igual se hace pasar por crecimiento. Pero a partir de un determinado momento, la producción ya no es productiva, sino destructiva; la información ya no es informativa, sino deformadora; la comunicación ya no es comunicativa, sino meramente acumulativa” (p. 10).

»Esa excesiva positividad termina por desbordar el accionar práctico y real de los sujetos. El discurso ya no es informativo, sino deformador. La innovación se convierte en un signo de la necesidad de reproducción de las ideas de la sociedad neoliberal, funcionando como legitimador de prácticas propias de esta, en la que toda la responsabilidad de sobrevivencia recae sobre el sujeto y su acción.

»La innovación, en este contexto, es un mandato, pues se espera que los sujetos sean innovadores, que en su área de desempeño se conviertan en las personas que imponen las nuevas condiciones, con ideas (productos o servicios) que nadie había tenido. Esto también se proyecta sobre las organizaciones, a las cuales se les hace creer que la única forma que existe, como ventaja comparativa, para poder sobrevivir, en un mercado global de alta competitividad, es la innovación. La innovación, así, pasa a ser la panacea y la esperanza de solucionar aquello que aqueja o de alcanzar estados de bienestar desconocidos. La innovación toma cada vez más espacios, se les exige y demanda a los trabajadores, organizaciones, empresas o instituciones que deben de ser innovadoras, en el tanto solo esto les puede asegurar la permanencia y el éxito en el tiempo y el mercado.

»Además, la propagación del discurso va alcanzando cada vez más áreas. Si bien la innovación tuvo una resonancia inicial en el ámbito empresarial, hoy se puede encontrar masivamente en temas como: educación, salud, ambiente y política. Basta hacer una exploración, asociada al tema, en cualquier motor de búsqueda, para sorprenderse sobre el gran volumen de información disponible.

»Las derivas del discurso son diversas, solamente para exhibir dos de las más recientes, se pueden mencionar la innovación social y la ecoinnovación. En estas dos áreas la receta es la misma, innovar como “alternativa única”, o sea, como imperativo. En la primera, como respuesta a los problemas sociales (de una ciudad, comunidad u organización), en la segunda, como supuesta “alternativa” a la sostenibilidad de las prácticas empresariales y productivas.

»Otro efecto de esa carga de positividad que se cierne sobre el concepto es que lo blinda a la crítica o la problematización, en el tanto no hay espacio para preguntarse el sentido de la innovación o para hacer interrogantes sobre cómo: ¿para qué innovar?, ¿cuál es el sentido de la innovación a desarrollar?, ¿cuáles son las implicaciones sociales y políticas de la innovación?, ¿quiénes pueden y quienes no pueden innovar?, y ¿qué implicaciones tiene para los sujetos (en los diversos espacios) la exigencia de la innovación (“innovar o morir”)?



»El sujeto de rendimiento en la sociedad del cansancio y sus “alternativas”: innovar o morir

»El diagnóstico de Han (2017a y 2017b) presenta una sociedad cansada por la carga que conlleva para el sujeto tener que corresponder a los mandatos que ella misma impone, y que él también se autoimpone, fundamentado de una ética del hacer. Una vida tomada (en todos sus espacios) por el rendimiento.

»La pregunta que se propone responder este artículo es: ¿cómo se constituye esta sociedad del cansancio desde una narrativa de la innovación? Frente a esta interrogante se lanza una pista analítica y crítica. Esa pista está en las formas en las que ideológicamente se legitima el rendimiento como parámetro de organización de la vida, fundamentado en los discursos, en nuestro caso, sobre el discurso de la innovación.

»Acá surge otra pregunta: ¿por qué utilizar la innovación como discurso para aportar a la explicación y comprensión de la configuración social de la sociedad del cansancio y el sujeto de rendimiento en el contexto del capitalismo neoliberal? Para atender esta interrogante se van a emplear algunos ejemplos, en los que se hace una valoración del mandato que este discurso propone y supone. Ejemplos que, valga decir, sobreabundan en la sociedad actual y sobre los cuales, en otro momento, podría hacerse un trabajo científico empírico-analítico.

»El discurso que se presenta en múltiples espacios establece una relación cercana entre el crecimiento económico, desde una perspectiva capitalista neoliberal, y la innovación como posibilidad de potenciarla. Esto es un factor a problematizar, ya que refleja la orientación con la que se usa la idea de la innovación y las implicaciones legitimadoras que tiene, como mandato social, creando las condiciones necesarias para la llamada sociedad de cansancio. A modo de referente se puede citar la idea Alonso y Fernández (2011):

»“Las empresas deben además modernizar su organización y estructura, de forma también innovadora, para poder adaptarse al difícil contexto del mercado: solo a través de innovaciones se podrá estimular la generación de creatividad entre los empleados, pues ellos y su conocimiento son la materia prima a la hora de desarrollar nuevas ideas” (p. 1137).

»En esta referencia la orientación es clara, se trata de un deber frente al cual solamente hay un camino: la innovación. En cuyo contexto, los recursos básicos son los empleados y el conocimiento. La innovación, así vista, aparece como una acción indispensable, en otras palabras, como la única vía posible para la adaptación y sobrevivencia en la sociedad actual, en el tanto las condiciones así lo demandan. Como ya se mencionó, en el contexto actual, la innovación siempre está acompañada de una orientación positiva, en la que es asociada fuertemente a una buena práctica que debe ser ejercida, o sea, de una cualidad que debe ser necesariamente poseída (por los sujetos, organizaciones, instituciones y empresas).

»Es el desarrollo y proliferación de ideas como estas las que generan las condiciones para la auto-optimización, que cargan sobre los sujetos la responsabilidad de generar nuevas ideas que permitan a las organizaciones sobrevivir.

»La innovación aparece como la solución (y problema a la vez), a las condiciones de la vida en la actualidad, pues, frente a un escenario de incertidumbre y cambio, en el que abundan los miedos, demanda acción y brinda esperanza. Como lo plantea Han (2017b):

»“Hoy muchos se ven aquejados de miedos difusos: miedo a quedarse al margen, miedo a equivocarse, miedo a fallar, miedo a fracasar, miedo a no responder a las exigencias propias. Este miedo se intensifica a causa de una constante comparación con los demás. Es un miedo lateral, a diferencia de ese otro miedo vertical que se da en presencia de lo totalmente distinto, de lo despreciable y siniestro, de la nada” (p. 56).

»La constitución del miedo está en la posibilidad de quedarse al margen. En una sociedad que impone la innovación como alternativa única, incumplir con la innovación significa no corresponder los cánones que la sociedad exige, por lo que se está en peligro de ser prescindible, de ser superado, de “morir”. Esto se ve reflejado en el siguiente comentario: “Si uno no está innovando, se está quedando atrás y van a pasar por encima de usted, sea la empresa con mayor capital o menos capital. Si usted no está innovando, corre el peligro de desaparecer” (Ruiz, 28 de febrero 2019, párrs. 6 y 7)”. Este comentario da cuenta de la visión radical y dicotómica del argumento: la innovación es una condición fundamental en el mundo capitalista de la competencia, el calificativo puede ser variado, ya sea “pasar por encima”, “quedarse atrás”, “desaparecer” o “morir”, pero deja ver, de manera clara, una lógica excluyente.

»La clave está en que no innovar tiene consecuencias muy adversas, por lo que se torna en una gran exigencia. Por lo radical del discurso, en cuanto a su exigencia, la necesidad de innovar deriva en un agotamiento para el sujeto, en el contexto de la llamada sociedad del cansancio, en cuyo caso el cansancio es un estado propio del desear, estar, pertenecer y ser aceptado en ella.

»Esto puede corroborarse en una referencia a The Economist, realizada por Salazar (28 de febrero 2019), en la que plantea lo siguiente: “[...] la falta de innovación será uno de los tres principales riesgos a los que se enfrentarán las empresas, en los próximos años” (párr. 3 ).

»Y entonces: ¿qué implicaciones tiene definir la falta de innovación como un riesgo? Al afirmarla como una forma básica de sobrevivencia, una condición inherente a la organización social y calificarla como uno de los mayores riesgos, se le da dentro de la sociedad un estatus superior, en otras palabras, una prioridad trascendental, sin la cual no hay forma de existir como sujeto y organización en la sociedad actual.

»Si bien, en la idea anterior, la condición de exigencia está enmarcada en el nivel de las organizaciones o las empresas, este discurso, en diversos momentos, recae sobre el sujeto en el mundo del trabajo y las relaciones laborales, significando así un imperativo para quienes forman parte de esas diversas entidades, las cuales, según esta visión de la sociedad, deben, en todos los casos, ser innovadoras.

»En esta serie de afirmaciones se concretiza una ideología particular que fundamenta la sociedad del cansancio, es decir, una perspectiva sobre la realidad que demarca relaciones y formas de organización. La cual, como se propuso unas líneas atrás, es problema y solución a la vez. Esta doble lógica, en cuanto a la solución, se puede identificar en diversos diagnósticos, que plantean como una suerte de panacea (de solución de todo). Para mostrar un ejemplo, se presenta el siguiente extracto de una nota: pareciera que la forma como hemos estado haciendo las cosas no produce cambios significativos en la dirección hacia donde apuntan las metas de desarrollo sostenible.

»Para lograrlo, es necesario pensar fuera de la caja, permitir que la innovación social permee en las instituciones del Estado, ejecutar acciones valientes que permitan acelerar la economía y tener empresas sostenibles a fin de generar trabajo decente para no dejar a nadie atrás en la Costa Rica del bicentenario (Araya 22 de abril 2019, párr. 12).

»La referencia anterior muestra esa perspectiva de la innovación como solución global, que permitirá alcanzar “metas”, “acelerar la economía” y “generar trabajo decente”. En esta lógica, si se logra la innovación social, “nadie quedará atrás”, es decir, todas las personas podrán participar de la sociedad futura —en este caso, la Costa Rica del bicentenario—.

»Lo anterior reafirma, esa perspectiva dicotómica o binaria, de innovación-rezago, innovación-exclusión e innovación-muerte. Nótese que no se habla de un rezago generalizado, sino de algunas personas, de esos que son definidos en la cita como “nadie”, esos que no se quedarán atrás en el escenario positivo de innovación. En el contexto de la nota citada, estas personas obedecen a la lógica de la innovación, pero asociadas al problema, puesto que son: desempleados, trabajadores del sector informal, trabajadores incluidos en el empleo no decente y las personas ocupadas, pero con baja educación o calificación. Quienes no tan fácilmente podrían salir de esta condición, pero a los cuales, de todos modos, se les hace responsables de salir adelante por medio de innovaciones.

»La imposición tiene una doble fundamentación, por un lado, fortalece este discurso y, por otro, lo carga de un sentido de necesidad, o sea, lo posiciona como un deber ser. Es en este ejercicio de reificación (Lukács, 1969) como el discurso alrededor de la innovación carga a los sujetos exigiéndoles tener un alto rendimiento como una condición fundamental para el éxito de las relaciones y la acción en la sociedad del cansancio.

»Ese doble rol de la ideología de la producción exalta valores como la competencia, según los cuales los sujetos deben, como “materia prima” o individuo capital (Laval y Dardot, 2018), corresponder al mercado y su lógica, es decir, innovar para estar al nivel de los estándares. Pero, también, en una sociedad que funciona con una lógica excluyente, donde existe siempre el peligro real de quedar al margen; ser excluido. En relación a la inclusión y exclusión, Han (2017 b) expone lo siguiente:

»“El neoliberalismo engendra una injusticia masiva de orden global. La explotación y la exclusión son constitutivas de él. Construye un ‘apóptico’, una construcción basada en una ‘óptica excluyente’ que identifica como indeseada y excluyente por tales a las personas enemigas del sistema o no aptas para él” (p. 25).

»En la innovación, según el discurso de la exigencia, está la clave para que los sujetos puedan dar cuenta de que están a la altura de la sociedad, es decir, de ser ciudadanos, en otras palabras, que son aptos para la vida profesional y laboral.

»Tras la noción de innovación hay un llamado al deber, insistiendo en que esta es central para participar y ser exitoso en la dinámica de la sociedad actual, pero también una advertencia en el sentido de que cualquier persona que no innove está condenada a la exclusión social. En ese sentido se demarca como una característica que debe tener todo sujeto de rendimiento, el cual se autoimponga una dinámica de autoexplotación con el fin de poder cumplir la disposición de una sociedad que le exige, sí porque sí, ser innovador.

»Lo anterior, también se puede evidenciar en la siguiente afirmación reproducida por la prensa:

»“Deberíamos estimular el surgimiento de muchos Keylor Navas de la ciencia, de la tecnología y de la innovación. La prensa jugaría un papel preponderante estimulando la creación del entorno y la cultura necesaria para la innovación, el riesgo y la tolerancia al fracaso” (Navarro, 25 de febrero 2015, párr. 5).

»En la idea anterior aparece el mandato (“deberíamos”) de crear las condiciones para generar personajes destacados como Keylor Navas. Es una obligatoriedad del contexto, cargado de un fuerte idealismo más que de realismo. De manera adicional, sugiere una asociación entre la innovación, el riesgo y la tolerancia al fracaso.

»La innovación, como hemos dicho, deriva en una exigencia, es decir, insta a los sujetos, las empresas, las instituciones y al gobierno a propiciar las condiciones necesarias para su desarrollo. En la siguiente referencia se evidencia el mandato de la transformación como una disposición que compete a diversidad de sectores:

»“El gran tema en este caso es educación y es cultura. Educación para la ciencia y la tecnología, y educación para la innovación y tolerancia al fracaso y al riesgo. La educación debe formar jóvenes científicamente sólidos, pero el Estado y todos los sectores deben contribuir a crear una cultura de innovación. Debe haber una política de Estado con mayúscula sobre innovación” (Navarro, 25 de febrero 2015, párr. 4).

»El extracto de la noticia anterior toca a los “jóvenes”, al “Estado” y “a todos los sectores” como instancias que deben ocuparse de crear las condiciones que la innovación requiere. Este tipo de demanda categórica es la que se asocia a la creación de las exigencias para la generación de un sujeto de rendimiento.

»La innovación como discurso, en suma, se amolda bien a la sociedad del cansancio, que propone Han (2017 a y b), pues los imperativos o la sugestión de las diversas alocuciones definen el contorno del comportamiento de los sujetos, demandándoles convertirse en el innovador de su sector o área de desarrollo, independientemente de los recursos y las posibilidades con que cuenta, o de la fatiga que tal pretensión le pueda significar.

»En la sociedad de cansancio el mandato es sencillo: “el actual sujeto que se ve obligado a aportar rendimientos sólo conoce dos estados: funcionar o fracasar” (Han, 2017b, p. 44), es decir, innovar o morir. Esta es la base que da sustento e impulsa el apóptico y su lógica excluyente».





julio 05, 2021

«La librería burgalesa Luz y Vida (1948) obtiene el Sello de Librería de Calidad del Ministerio de Cultura, la primera en Burgos y la octava en Castilla y León»


Noelia Mariscal (@noeliia_ma, @AgenciaIcal)
«Una tradición familiar de calidad»
BURGOSconecta (@burgosconecta)



Álvaro Manso, hijo del fundador de la librería, y su hijo Álvaro Manso. Fotografía de Ricardo Ordóñez, ICAL.


«Con más de 70 años de historia, la librería burgalesa Luz y Vida destaca por ser uno de los establecimientos más reconocidos de la ciudad, y por contar desde hace un mes con la certificación del sello de Librerías de Calidad, convirtiéndose así en la primera librería burgalesa en obtenerlo, y la octava en Castilla y León.

»Se trata de un reconocimiento instaurado en 2015 por el Ministerio de Cultura y Deporte, con el objetivo de consolidar, fomentar e identificar aquellas librerías del país que destaquen en su gestión, para que se conviertan en espacios culturales para el disfrute de los usuarios. Castilla y León dispone de otros siete establecimientos libreros que cuentan ya con este distintivo, por detrás de comunidades como Madrid, Cataluña, País Vasco o Andalucía; y por delante de Galicia o Asturias.

»Fundada en 1948 por Álvaro Manso Barbadillo, Luz y Vida es uno de los comercios favoritos de los ciudadanos burgaleses, debido a su gran tradición e historia, así como por la gran variedad de libros de los que dispone. Esta librería, situada en la zona centro de Burgos, es un negocio familiar de la familia Manso, que actualmente se encuentra regentada por su tercera generación. Desde su constitución, con el paso de los años, no solo el nombre Álvaro se ha ido heredando de padre a hijo, sino también la pasión y el amor por los libros.

»“Es un reconocimiento complejo, que lleva mucho trabajo”, valora Álvaro Manso hijo, quien regenta actualmente la librería, “lo que hace al final es certificar que estás en la línea correcta y te hace ir mejorando día a día los procesos”. Asimismo, considera que esta certificación puede abrir “nuevas posibilidades” al negocio, ya que de alguna manera se van “asentando los procesos ordinarios”, y afirma que “parte de esa certificación es también el análisis continuo de lo que se está haciendo”.

»Por ello, en su opinión, el motivo por el cual la librería burgalesa ha conseguido este sello de calidad es debido a la gente que en ella trabaja, un equipo al que definió como “muy bueno”, y que cuenta con esa “calidad” que requiere el certificado.

»Álvaro Manso padre, hijo del fundador de este negocio, recuerda los inicios de esta librería, cuando fue concebida por su padre para ser un lugar de venta de libros religiosos, que con los años fue evolucionando hasta la época actual en la que un cliente puede encontrar desde novela histórica, pasando por libros de cocina e incluso uno de los géneros con más tirón en los últimos años: la novela gráfica y los libros ilustrados.

»“Mi padre siempre decía que era muy difícil conseguir un cliente y muy fácil perderlo”, recuerda, por lo que “había que luchar el día a día para conseguirlo y no perderlo”. Una frase que le marcó y que han tratado de cumplir tanto él como su hijo, buscando ofrecer a los clientes un trato más personal. En este punto afirma que con el paso de los años ha habido un “cambio brutal” en el gusto literario de los burgaleses. “Se leía muchísimo menos”, afirma, e incluso “existía mucha menos opción que la que hay hoy”.

»La gran amplitud de editoriales, así como la salida al mercado de diferentes géneros “ha abierto otros caminos que hace muchísimos años no había”, lo que ha influido en el gusto de los ciudadanos. “Desde la época que yo comencé a ahora he visto un cambio de lectura”, indica, “ahora leen posiblemente más las mujeres que los hombre, y antes era al revés”. Al respecto, su hijo señala que su principal comprador y lector es una mujer de mediana edad, con un poder adquisitivo mediano, y añade que de hecho hay muchos autores que “piensan en ese perfil” a la hora escribir libros.


»Competidor online

»Uno de los grandes competidores a los que se enfrentan desde hace unos años las librerías físicas es a la venta de productos online, y en este aspecto destaca en especial el nombre de Amazon. Para luchar contra este 'gigante' del mercado, Álvaro Manso hijo afirma que se debe hacer “lo que se ha hecho toda la vida”, es decir “conocer a los clientes”.

»Al respecto, señala que estas plataformas de venta online tratan de “imitar un poco” lo que se ha hecho siempre tradicionalmente, ya que al comprar a través de ellas, lanzan ofertas de otros títulos que podrían interesar al comprador. “Ellos lo hacen a través de una estructura numérica y nosotros a través del bagaje que tiene cada librero”, lo cual destaca como la “clave” de éxito frente a estas plataformas.

»“Las librerías físicas tradicionales han hecho un gran esfuerzo por competir en ver qué cosas se estaban haciendo bien a través de internet y que cosas había que mejorar”, afirma, por ello destaca que estos competidores “te hacen mejorar en determinadas cosas”.


»Nivel de lectura

»Por otro lado, un hecho que afecta directamente a las librerías es el nivel de lectura que hay en su comunidad, algo que Manso define como el “caballo de batalla” de Castilla y León en comparación con el entorno. En este punto asegura que en el caso de los niños su nivel es “razonablemente alto”, puesto que hay niños que leen mucho y que, incluso, son “muy voraces” en este sentido. Sin embargo, con la llegada de la adolescencia se produce una ruptura en este aspecto, por lo que el porcentaje de jóvenes lectores es menor. De hecho, este es uno de los espacios de tiempo que buscan cubrir las editoriales, para atraer a más a los jóvenes a la lectura.

»Por otro lado, Manso señala que también existe una población adulta mayor que “lee muy poco o que se acerca al libro esporádicamente”, un dato que hace que haya un índice de lectura bajo con respecto al entorno. Asimismo, indica que es necesario que los libros de papel estén “más presentes en los colegios” pero en otras actividades. “Al final es muy satisfactorio lo que se genera alrededor del libro y la lectura en general”, aunque también destaca que en su opinión esto es “un proceso”, puesto que con el paso de los años los niveles de lectura han ido mejorando, por lo que este camino continuará de manera proporcional».


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