diciembre 29, 2023

Las redes sociales, como sistema comunicativo, ya son entes retóricos



Inmaculada Berlanga Fernández, Juan Salvador Victoria Mas y Jordi Alberich Pascual
«Facebook y la metáfora. La comunicación retórica en las redes sociales digitales»

Signa, n.º 25 (2016).

Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica | Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) | Facultad de Filología | Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura | Madrid | ESPAÑA.

Extracto de páginas 414-415 y 428-430 del artículo en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




En estos años hemos asistido a la rápida evolución de las redes sociales on line como un nuevo formato de comunicación interpersonal, con una progresiva penetración en muy diferentes ámbitos de la sociedad y entre el grueso de la población en general. Nuevo formato que cuenta a su vez con unos factores y posibilidades que influyen o pueden influir positiva y negativamente en la mejora de la comunicación entre sus usuarios. Desde los prolegómenos de esta investigación, en 2007, percibimos la presencia de numerosas figuras retóricas en las intervenciones del muro del usuario y el empleo de otras estrategias persuasivas, con distinciones y matizaciones, bien si se trataba de interacciones de gente joven, bien si se conversaba con usuarios de más edad y en circunstancias distintas. Intuíamos así que la Retórica clásica, entendida como un instrumento social, tenía cabida en esta nueva forma de comunicación. En 2010 publicamos un artículo en el que se recogían los fundamentos de esta investigación en un estado incipiente, y que a su vez fue el punto de partida para diversos trabajos actualmente publicados en revistas científicas de impacto. Concretamente otros dos artículos que tratan directamente la convergencia de estos dos espacios.

Con todo, esta percepción de la Retórica como un instrumento social, atemporal, necesario para una mejora en la comunicación interpersonal, choca con el desconocimiento generalizado de esta disciplina o con el prejuicio extendidísimo de que los recursos retóricos son algo del mundo de lo literario. Este rechazo persiste a pesar de las ya clásicas consideraciones al respecto que van desde Roland Barthes, a Umberto Eco o a Antonio López Eire; otras veces la Retórica se relega al mundo de la escritura analógica, error que nos muestra con total evidencia, por ejemplo, cualquier anuncio publicitario.

En el presente artículo nos proponemos entrelazar hasta fundir dos realidades cuyos orígenes distan casi veinticinco siglos, esto es, la Retórica clásica y las redes sociales on line. Interés también por sus repercusiones en aras de humanizar los discursos y los espacios de ocio, muy vinculados hoy día a las redes a través de acciones comunicativas multimedia.

Creemos que, a pesar de la amplia distancia que las separa en la línea del tiempo, Retórica y redes sociales aparecen como dos realidades convergentes y análogas. El hombre por naturaleza es ser social y, en su constante búsqueda por satisfacer cada vez mejor su necesidad de relacionarse, idea geniales medios comunicativos. Así, nos sumergimos en el mundo en red, eslabón de este vertiginoso proceso que caracteriza a la comunicación actual y, también en este contexto, encontramos universales que trascienden espacio y tiempo, en los que se fundamentan los principios persuasivos manifestados en cada sociedad con las características que les son propias, pero que han conservado a lo largo de los siglos sus elementos rectores: estrategias, operaciones, creativas desviaciones del lenguaje. En nuestro viaje a través del tiempo y de la Red, comprobamos una vez más que nuestro pasado configura y alumbra nuestro presente. Un presente mediado por la explosión de las redes como nuevo paradigma comunicativo. Con todo, es este un tema sobre el que son pocos los estudios científicos de rigor.

Si la unión entre Retórica e Internet ya ha propiciado y producido interesantes estudios y foros de debates, la aplicación de estos principios retóricos a las redes sociales on line se nos presenta como un campo aún incipiente. Sirva como ejemplo de acercamiento tangencial a nuestro objeto de estudio el artículo de Isabel de Salas que relaciona de pasada y citando a Gamonal la actividad desarrollada en las redes sociales con la actividad de los antiguos griegos en el ágora. También el libro de Mazzara y otros, Social networks and collective intelligence: A return to the Agora, defiende y argumenta más concretamente el acercamiento entre estos dos ámbitos: Retórica y redes sociales digitales.

En este trabajo nos centramos solo en uno de los amplios aspectos de la Retórica: el uso de figuras, especialmente de metáforas, en la comunicación en red. Obviamente esta presencia responde a las propias características del lenguaje en los medios digitales: un discurso que comparte rasgos tanto del discurso oral como del escrito; una comunicación interpersonal que recoge el carácter eminentemente persuasivo del uso conversacional del lenguaje; en definitiva, una comunicación mediada por soportes tecnológicos que da lugar a un uso particular del lenguaje, condiciones todas que exigen una revisión crítica de los modelos al uso.

Un estudio sistemático de la preeminencia de la metáfora, así como el presentar el elenco de las figuras retóricas más utilizadas en la comunicación en red, aporta un grano de arena a las líneas abiertas en los estudios neorretóricos. Investigaciones a las cuales, como apuntó Mortara Garavelli, aún «les falta mucho para estar completas». Conocer los entresijos de este lenguaje nos posibilita entablar comunicaciones más humanas, eficaces y creativas.

[...]

La Retórica tiene una intensa presencia en la acción comunicativa que se genera en las redes sociales, donde también encontramos las categorías y los componentes retóricos fundamentales. Concebimos la Retórica como un fenómeno universal, no circunscrito a una cultura determinada. Si la Retórica forma parte de los elementos básicos de la cultura, si el discurso retórico es el discurso de la persuasión de cada momento y los procedimientos persuasivos se fundamentan sobre universales que trascienden espacio y tiempo, es posible hablar de una teoría general de la Retórica, que incluye las formas de comunicación emergentes y las que puedan surgir. Estos universales en los que se fundamentan los principios persuasivos hacen que se manifieste en cada sociedad con las características que les son propias, y lo hace conservando a lo largo de los siglos sus elementos rectores (estrategias, operaciones, desviaciones creativas del lenguaje).

En el proceso de convergencia de estas dos realidades —Retórica y redes— se observan diferencias estructurales y formales de los elementos retóricos tal y como lo entendieron y describieron los oradores grecorromanos, con respecto a las matizaciones que los estudiosos de esta disciplina han añadido a lo largo de la historia de la Retórica; y más recientemente se han puntualizado las particularidades que estos elementos desarrollan en la Red. La Red actual y los distintos servicios de la Web 2.0, por sus peculiaridades comunicativas, suponen una potenciación del diálogo entre productores y receptores, con la consiguiente explicitación de algunas claves de la comunicación retórica.

De esta forma ofrecen a esta vieja disciplina nuevas dimensiones para realizarse, con lo que podemos hablar de la Ciberretórica como la última evolución de la Retórica clásica, pero que sigue manteniendo la proximidad a los principios y al sistema de la Retórica histórica. Por su parte, las redes sociales, como sistema comunicativo, ya son entes retóricos. Por tanto, las redes sociales on line y la Retórica clásica y su recepción por las posteriores generaciones nos muestran un claro y permanente entrelazamiento.

En la descripción de los objetivos de nuestra investigación se planteaba el enfoque de estas plataformas como un nuevo espacio retórico en parangón con lo que suponía el ágora en la antigüedad clásica. Con la salvedad de que la Red no es un espacio físico ambos espacios comparten algunas características esenciales:
a) el ser un espacio público, abierto, donde acuden las diferentes clases sociales e interactúan entre sí a través de la palabra;
b) su carácter social; y
c) algunas restricciones en su acceso: a pesar de que ambos espacios se desarrollan en un contexto de democracia, la actividad en el ágora estaba vetada a mujeres y esclavos.

También hoy día Internet y los servicios de la web 2.0 cuentan con la llamada «brecha digital» que afecta a gran parte de la geografía actual.

El discurso de los usuarios de redes sociales está pleno de figuras retóricas. La densidad o frpodemecuencia de uso de figuras retóricas en el discurso de los usuarios de Facebook es alta (2,7 figuras de media por intervención en el muro), es un factor común en todos los perfiles y no depende de la edad ni de la formación. Sin embargo, la diversidad o mayor variación de uso de tipos de figuras es más elevada en las redes de usuarios de edad más avanzada (mayores de 40).

Las figuras retóricas más frecuentes y comunes en el discurso de los usuarios de redes sociales son la metáfora, la insistencia, la sinécdoque, la onomatopeya, la elipsis y la agramaticalidad. La clara preeminencia de la metáfora, fruto más característico de la Retórica, confirma a las redes como espacio retórico y a esta figura como expresión típica del habla cotidiana. Esta doble concepción de la metáfora como recurso connatural del ser humano y como desvío ornamental del lenguaje —concepción que ya fue tratada por Aristóteles— nos lleva a concluir que la capacidad de pensar metafóricamente es nuestra manera más común de pensar. El resto de las figuras más usadas, esto es, insistencia, onomatopeya, elipsis, agramaticalidad, símbolo, silencio e hipérbaton, responde a un lenguaje contagiado por las características de la conversación oral y condicionado por el medio, es decir, caracterizado por la rapidez y por la solvencia interpretativa de los participantes. En términos generales, el empleo de figuras aporta expresividad, creatividad y profundidad a la comunicación.

El uso recurrente de la metáfora en nuestra comunicación actual, tal y como hemos demostrado en estas páginas, subraya la preeminencia que autores han otorgado a este tropo. Concretamente, en consonancia con Paul Ricoeur, observamos que en la comunicación del mundo en red, pleno de metáforas, hay un predominio del pathos: el usuario se mueve entre amigos. Y la redescripción metafórica, afirma nuestro autor, rige, más bien, en el campo de los valores sensoriales, estéticos, axiológicos y relativos al pathos que hacen que el mundo resulte habitable. Y también ponen en valor, una vez más, la presencia de la retórica en los medios de comunicación emergentes y por ende, las potencialidades que esta vieja disciplina desplegaba: construir el discurso de la verdad de un tiempo y un espacio determinados, el discurso de lo que era más útil para una sociedad dada; por otro, ofrecer los mecanismos de un auténtico servicio de comunicación social.




diciembre 22, 2023

Dado que el discurso de la igualdad se materializa en ciertas figuraciones privatizadas de la ciudadanía gay, es relevante escuchar la resistencia a la homogeneización



Cristián Alexis Cabello Valenzuela (@Uchile, @FCEIUchile)
«No hay cuerpo sin imagen. Visualidad gay y política virtual en tiempos liberales»

Universitas Humanística, vol. 81, n.º 81, 2016.
Número monográfico: «Prácticas comunicativas, creatividad y nuevos desafíos».

Universitas Humanística | Pontificia Universidad Javeriana | Facultad de Ciencias Sociales | Departamentos de Antropología y Sociología | Bogotá | COLOMBIA


Extracto del apartado «Conclusión», en páginas 81-84 del artículo en PDF. Véanse más referencias en la publicación original.
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Imagen compartida por la Fundación Iguales en sus redes sociales, tomada por la usuaria Isa Fernández.


Conclusión: La privatización de la imagen sexual

En esta investigación se analizaron los usos que la comunicación política hace del significante gay, para explicar la plusvalía que esta sexualidad adquiere en tiempos de derecha. A través de distintos dispositivos y fragmentos de la comunicación viralizados en internet, redes sociales y televisión, se describió un modo liberal de producir una subjetividad político-sexual: traumas, miedos, ideales y estrategias políticas son descritos como ejes que funcionan como el marco de las visualidades de lo gay liberal (Butler, 2010; Chihu, 2010).

A falta de una articulación social, el liberalismo facilita estrategias de comunicación para generar una política virtual que contenga una ciudadanía gay. Al mismo tiempo, estos contenidos son compartidos en redes sociales, también denominadas «tecnologías de la proximidad» (Reguillo, 2012), donde cada usuario comparte contenidos que generan redes de amistad político-social. Así, en «la interface Youtube/Facebook, no se comparte solamente la música, sino además una clave de lectura que la o el posteador propone a sus interlocutores o “amigos”» (Reguillo, 2012). Las redes sociales median la comunicación de la política gay donde implícitamente se construye la imposibilidad de rechazar estos contenidos, ante la obligatoriedad de una ciudadanía virtual rápidamente amistosa con el ciudadano gay. Esta subjetividad liberal, que hace ingresar «lo gay» virtualmente en el espacio político, olvida y omite las historias de violencia estatal, social y política que —al igual que con otras víctimas cuyos derechos humanos no han sido reconocidos — aún constituyen a las personas no-heterosexuales en Chile. Este aún es muy importante, ya que la discusión pública de lo gay, especialmente el modo de puesta en escena respetuoso y tolerante, busca instalar la idea de que, en Chile, el tiempo de la tortura contra gays y lesbianas «ya fue», «ya pasó».

La homosexualidad liberal aspira a la formación de la familia y a la constitución del hogar, y aspira a poseer la dimensión de lo privado-íntimo. Es justamente lo contrario a lo que articuló el feminismo del norte a mediados del siglo XX, desde el cual se entendió que «el paraíso doméstico funcionaba como una arquitectura penitenciaria en la que las mujeres eran encerradas de por vida y mantenidas a distancia de la esfera política» (Preciado, 2010, p. 49). Estos spots de la Fundación Iguales visibilizan una etapa «primaria» e inicial de emancipación, ejercida en la intimidad y el espacio privado, precisamente porque lo homosexual, si fuera asociado a la dimensión del trabajo, sería incluso más problemático. Esta ubicación de lo político homosexual a través de la visualidad de la Fundación Iguales está ligado y coincide con un tópico económico y político contemporáneo de «politización y mercantilización de la vida privada» (Preciado, 2010, p.43).

A modo de conclusión política y ética, sugiero que esta vuelta de página de las representaciones del odio homofóbico y la omisión de la violencia actual contra las comunidades homosexuales es uno de los hallazgos político-comunicacionales más preocupantes ante la inclusión liberal de «lo gay». Nadie nos asegura, y menos todavía con estas representaciones light de lo sexual en tiempos de derecha, que no vendrá una ola homofóbica en Latinoamérica en contra de «lo gay». En este panorama, urge abogar por hacer visible al homosexual no como víctima, sino a las violencias y daños cotidianos sociales que generan las desigualdades de las comunidades de gay, lesbianas y transexuales. El ciudadano gay es una figura que da vuelta a la página en la política, que presenta «nuevos» desafíos y es encantadoramente nuevo para nuestra democracia, y que quiere desentenderse de las huellas de un pasado que pesa sobre sus cuerpos.

Rescato el concepto de simulación utilizado por Pecheny (2002) para describir la protección de la representación social de las personas gay para evitar ser discriminados. Como grupo social y político, anteponen el lugar de la defensa y la protección para evitar ser discriminados. Esto implica regular sus representaciones bajo modelos de vida liberal y privatizada. Reconocer cómo una agenda familiar se vincula a la representación y a los discursos político comunicacionales es un carácter cualitativo que intenta asegurar la no conflictividad de «lo gay», ya que se hace visible mediante el respeto de las formas de una heterosexualidad que instala a la familia como un lugar protagónico. Las sociedades homofóbicas obligan a mantener en secreto estas sexualidades. Hay «tolerancia a cambio de la discreción y la invisibilidad» (Pecheney, 2002). Se separan las esferas públicas y privadas y se privatiza lo público. Porque el ciudadano gay ocupa las calles, pero de un modo «privado», en secreto. No se quiere más burla, sino más bien una homosexualidad correcta y obediente.

Respecto al cuerpo escenificado en una imagen afectiva, es importante en tanto que es el territorio donde se expresan afectos, gestos y posiciones públicas. Se concluye que «lo homosexual», en Chile, tiene un lugar donde la identidad gay política es más legitimada en tanto se exprese la afectuosidad amorosa que la regula. Son estos valores familiares y afectivos los que edulcoran los conflictos políticos. Hay un particular trato de la política con lo gay liberal, a diferencia de otras corporalidades excluidas del campo político y que luchan por algún tipo de inclusión. Un trato especial y más afectivo que se corresponde con representaciones de este «nuevo trato» liberal hacia lo gay, que no es, paradójicamente, más lastimero o victimizante, siendo que no busca inferiorizar o insultar estereotípicamente unas vidas, sino que resuelve privatizar esta sexualidad, darle un lugar específico, un derecho a vivienda simbólica en el terreno de la esfera política. Esto se evidencia en los spots políticos, donde el sujeto homosexual está resguardado en su cuarto propio y en el afecto de su familia, y en las políticas pro matrimonio gay que insisten en legitimar y relevar instituciones que privatizan la sexualidad en la seguridad de un cuarto propio familiar.

Dado que el discurso de la igualdad se materializa en ciertas figuraciones privatizadas de la ciudadanía gay, es relevante escuchar esa resistencia a la homogenización que propone este modo de la política sexual liberal. ¿Es posible ser un igual en el sur? ¿Es posible ser tratado como un igual en ese escenario? La pregunta cobra aún más importancia cuando [...] las identidades LGTTTBIQ se transforman en existencias enlatadas listas para consumir, o en lockers de fronteras lindantes con la mismidad, o que se diluyen bajo una retórica pudorosa, conservadora, que asépticamente desexualiza la diversidad al despojarla de su cualidad de «sexual» (Flores, 2013, p. 315).

Como cuestionaba ya Wendy Brown (2006) a partir de análisis de casos norteamericanos, la tolerancia es un discurso problemático porque, más que acercar, distancia una experiencia sexual en el plano político, al privatizar un género e inmunizar la sobreprotección normativa de estas sexualidades. En Chile, este discurso público de la tolerancia se traduce y se impone en la narrativa política —adecuándose muy bien con los «consensualismos» democráticos y antiantagonismos sociales— y se traduce en un lenguaje comunicacional político que se sobrerecoge y cuida al momento de referirse a la ciudadanía gay.

«Cuando lo común-comunitario se ve sacrificado por la compulsión privatizadora de una economía de mercado», señala Richard (2013), desde Chile, en una reflexión que hace explícito el rol del carisma o charming del género en la figura de la presidenta Michelle Bachelet: «la disposición anímica de la sociedad puede volcarse hacia los “afectos” de lo femenino para rehumanizar lo que deshumanizó la tecnicidad de lo político-administrativo» (Richard, 2013, p. 206). Concordamos con el rol de los afectos en esta rehumanización, que se expresa en la activación ciudadana que propone el sujeto político gay, donde lo femenino es muy importante en la seducción. Sobresale así el rol de los afectos y las emociones de los cuerpos sexuales en estas imágenes de propaganda política. El sentido afectivo, amoroso y seductor de la imagen política del ciudadano gay hace visible la operación de las emociones en el éxito social de esta política gay, más blanqueada y apegada a valores nacionales y liberales, donde la familia privada es lo más importante.


Referencias en el texto anterior

Brown, W. (2006). Regulating Aversion. Tolerance in the Age of identity an Empire. New Jersey: Princenton University Press.

Butler, J. (2010). Marcos de Guerra. Vidas Lloradas. Buenos Aires: Editorial Paidós.

Chihu, A. (2010). El framing del spot político. México D.F.: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.

Flores, V. (2013). Interrupciones. Ensayos de poética activista. Neuquén: Editora La Mondonga Dark.

Pecheny, M. (2002). Identidades discretas. En Arfuch, L. (Comp.) Identidades, sujetos y subjetividades (pp.125-148). Buenos Aires: Prometeo libros.

Preciado, B. (2010). Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en «Playboy» durante la guerra fría. Barcelona: Anagrama.

Reguillo, R. (2012, julio-diciembre). Navegaciones errantes. De músicas, jóvenes y redes: de Facebook a Youtube y viceversa. Nueva época, (18), 135-171.

Richard, N. (2013). Crítica y Política. Santiago: Palinodia.




diciembre 15, 2023

¿Cómo se manifiesta la conciencia tipográfica de los escritores y, a la inversa, la conciencia literaria de los gestores de lo escrito? (Arte literario y arte impresor en el Siglo de Oro)


Anne Cayuela
«“Esta pobre habilidad que Dios me dio”: Autores, impresores, editores en el entuerto de la publicación (siglos XVI-XVII)»

Tiempos modernos. Revista Electrónica de Historia Moderna, vol. 8, n.º 31, 2015

Tiempos modernos. Revista Electrónica de Historia Moderna | Universidad Carlos III de Madrid | Madrid | ESPAÑA

Se incluye a continuación un extracto de las páginas 296, 298-299, 306 y 308 de la publicación en PDF. Véanse referencias en la publicación original.
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Reproducción digital facsímil del impreso original conservado en la Biblioteca Nacional de España. Sig. R/10644. (Foto publicada en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes).


La naturaleza ambivalente, dual del libro a la vez producción intelectual, artística, y producto manufacturado, industria y comercio [NOTA 1], esta hibridez intrínseca constantemente señalada por los agentes del libro en el Siglo de Oro —sean autores, sean impresores, sean editores, cada uno intentando justificar su preeminencia sobre los demás—, ha originado una dicotomía en los estudios y en las líneas de investigación que hasta épocas muy recientes centraban su atención en «el producto» en términos históricos o «el texto» en términos literarios. En este nuevo siglo van surgiendo investigaciones que aúnan atención a la materialidad e interés hacia «los mecanismos que ponen en funcionamiento el libro en el seno de la vida social y como elemento fundamental de mediación en la dialéctica de producción y consumo, de oferta de escritura y demanda de lectura» [NOTA 2].

Si bien los balances generales señalan los logros obtenidos gracias a nuevos enfoques, la interdisciplinariedad cada vez mayor, los avances en la metodología de la historia del libro [NOTA 3], quedan todavía campos por explorar y muchos libros por abrir: José Manuel Lucía Megías señala, por ejemplo, como campo todavía virgen (o casi) en la bibliografía hispánica el que tiene como objeto de estudio los problemas ecdóticos del texto en el paso por la imprenta, indicando las escasas excepciones que representan los estudios reunidos en Imprenta y crítica textual en el Siglo de Oro [NOTA 4].

Este vacío, que poco a poco se está reduciendo [NOTA 5] se explica en parte por las reticencias conceptuales en admitir que el texto literario no es uno sino varios, que el lector accede a él a través de una materialidad, resultante de una serie de operaciones materiales, de intervenciones sobre el texto, que han producido un texto en múltiples estados. Este enfoque relativamente nuevo ha logrado modificar considerablemente las investigaciones sobre la producción del libro impreso en España, así como la metodología aplicada a ese campo de estudio.

Como recomienda José María Micó, no conviene sacralizar al autor y al texto, en tanto que entidades virtuales, sino que conviene interesarse por los diferentes autores reales, los que contribuyeron a la realización material del texto, que intervinieron en una de las múltiples etapas de la cadena de operaciones.

[...]

El libro forma parte de un mercado cuyas características se van dilucidando de manera cada vez más precisa a través de una serie de publicaciones recientes. Para el siglo XVI se está modificando la apreciación de los investigadores sobre la vitalidad del mercado del libro. Vicente Bécares Botas afirma contundentemente que «hoy, que empezamos a vislumbrar las redes de producción y distribución librera en el espacio europeo, que conocemos el volumen y contenido de librerías y de bibliotecas públicas y particulares, desde las profesorales hasta las estudiantiles, quien hable de penuria bibliográfica en aquel siglo, tendrá que explicarse» [NOTA 17].

Asistimos en estos últimos años a una revisión de conclusiones un tanto esquemáticas tales como que los textos mayores de la historia literaria, fueron producidos en un mercado flojo y pobre [NOTA 18].

Tanto Pedro Rueda Ramírez como Manuel Peña señalan que «el comercio de libros en la Edad moderna está pendiente de una revisión completa» [NOTA 19], revisión de un enfoque demasiado «endógeno y rígido» [NOTA 20]. El interés de una Historia del libro atenta a la historia del comercio es obvio: convendría saber con más precisión cómo se ha estructurado, y cómo ha evolucionado la difusión del libro español en el marco del comercio europeo siguiendo las pistas abiertas por Jaime Moll y Klaus Wagner [NOTA 21].

Hasta los trabajos más recientes, los historiadores insistían considerablemente en los factores negativos que pesaban sobre la producción y circulación del libro en los siglos XVI y XVII: las trabas administrativas, la censura y el control del Santo Oficio, la situación periférica de la península en la geografía de la imprenta, las prensas poco competitivas frente a las fuertes industrias tipográficas de Alemania, Francia, Italia y los Países bajos, el comercio limitado al mercado local, los problemas económicos y técnicos, así como la carencia de personal cualificado, la penuria de papel, y la reticencia a la edición a escala internacional. Si ya algunas voces como la de François López señalaban una opinión discordante en 1981 al recalcar las bazas del mercado español [NOTA 22], las investigaciones más recientes sobre el comercio de libros coinciden con esta valoración positiva.

[...]

Situar a los impresores y libreros en el mundo de las letras y de las artes y valorar adecuadamente su papel no es tarea fácil. La Historia del libro, en tanto que «historia social y cultural de la comunicación por el intermediario de la imprenta» [NOTA 59] suele presentarlos como artesanos y hombres de negocios cuyo motor principal fue el sacar un provecho económico de sus actividades profesionales [NOTA 60], y no como agentes de la cultura o actores o autores de la misma.

No es tarea fácil porque hay todavía muchas incógnitas sobre su origen social, su formación intelectual y profesional, su personalidad, sus creencias, y sus ambiciones. Cuando impresores y libreros afirman que pertenecen al mundo del arte liberal esta reivindicación no aspira sino a un mayor reconocimiento de su creatividad [NOTA 61], de su capacidad intelectual y de su responsabilidad.

La intervención del impresor o el editor va más allá de una simple colaboración, es un acto de creación. Para tomar la medida exacta de ese acto de creación y escribir una nueva historia —no de los textos sino de los libros— convendría reunir los textos preliminares escritos por editores e impresores (prólogos, dedicatorias, poesías laudatorias) [NOTA 62] y constituir una antología que revelaría su talento literario y les conferiría una dignidad autorial [NOTA 63].

Quedan también por estudiar las marcas de impresor, hasta ahora sólo descritas, pero no consideradas en el marco de esta escritura editorial, e interpretadas como reivindicación de una autorialidad del editor, manifestación de una ética de artista a través de la elección de una empresa [NOTA 64]. Y por fin queda por rastrear el texto que escriben o reescriben mediante su intervención siguiendo las enseñanzas de la textual bibliography.

[...]

Hace unos pocos meses Roger Chartier publicó una recopilación de artículos suyos ingeniosamente titulada La main de l’auteur et l’esprit de l’imprimeur [NOTA 73] en la que cuestiona la complejidad del proceso de publicación a través de un doble enfoque. El quiasmo presente en el título sugiere que «si bien cada decisión tomada en el taller tipográfico, incluso la más mecánica, implica el uso de la razón y del entendimiento, a la inversa, la creación literaria siempre se enfrenta con una materialidad inicial, la de la página a la espera de la escritura» [NOTA 74]. Las palabras inscritas en esta materialidad inicial, pronto abandonarán el manuscrito autógrafo, para trasladarse a otra copia, el original enviado a la imprenta, que se verá sometido a una serie de operaciones de la mano del corrector, del componedor, para convertirse en pruebas de nuevo controladas por el corrector (y el autor), y supervisadas por el impresor-editor.

Esta serie de operaciones sometidas a la «forma», en sentido figurado y propio conduce a unas modificaciones del texto original operadas por el componedor que desembocan en supresiones, añadidos, modificaciones exigidas por el espacio impuesto por la caja de escritura [NOTA 75]. Es decir que el espacio técnico impone y produce una nueva escritura, que es el fruto de una decisión humana y que engendra en algunos casos una nueva escritura literaria del productor material.


[NOTAS]

NOTA 1. Véase Pierre BOURDIEU, «Le champ littéraire», en Actes de la recherche en sciences sociales, n.° 89, 1991, pp. 4- 46.

NOTA 2. Pedro RUIZ PÉREZ, Juan MONTERO, «El libro en el Siglo de Oro», Etiópicas, n.° 2, 2006, p. 42.

NOTA 3. Remitimos por ejemplo a los balances generales que aparecen en el volumen coordinado por François LÓPEZ, Jean-François BOTREL, Víctor INFANTES, Historia de la edición y de la lectura en España (1472-1914), Madrid, Fundación Germán Ruipérez, 2003, a la síntesis bibliográfica de José Manuel LUCÍA MEGÍAS, «Bibliografía comentada», Aquí se imprimen libros (Con DVD), Madrid, Ollero y Ramos, 2005 o el completísimo estado de la investigación que trazan Pedro RUIZ PÉREZ y Juan MONTERO, op. cit., pp. 15-108. Con respecto a los retos de la historia del libro se recomienda la lectura de Michael F. SUÁREZ, «Historiographical problems and possibilities in Book History and National Histories of the Book», en Studies in Bibliography, vol. 56 (2003/2004), pp. 141-170.

NOTA 4. Francisco RICO, Imprenta y crítica textual en el Siglo de Oro, Valladolid, Centro para la edición de los clásicos españoles, 2000. Véase el libro clásico de José SIMÓN DÍAZ, El Libro español antiguo: análisis de su estructura, Madrid, Reichenberger, 1983, reedición en 2000, y el artículo de Fermín de los REYES GÓMEZ, «La estructura formal del libro antiguo español», Paratesto, 2010. n. 7, pp. 9-59. Véase también José Manuel MEGÍAS: «Escribir, componer, corregir, reeditar, leer (o las transformaciones textuales de la imprenta)», en Libro y lectura en la Península ibérica y América (Siglos XIII a XIV), ed. Antonio CASTILLO GÓMEZ, Valladolid: Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo, 2003, pp. 209-242; ÍDEM, «El autor ante la imprenta: textos para un manual», Edad de Oro, XXVII, 2009, pp. 177-196.

NOTA 5. En 2008, el seminario internacional Edad de Oro reunió a especialistas en torno al tema de Imprenta manual y edición de textos áureos. Véase Edad de Oro, XXVIII, 2009.

NOTA 17. Vicente BÉCARES BOTAS, Guía documental del mundo del libro salmantino del siglo XVI, Segovia, Instituto castellano y leonés de la lengua, 2006, p. 22.

NOTA 18. Pedro RUIZ PÉREZ, «El libro en el Siglo de Oro», op. cit. p. 42

NOTA 19. Pedro J. RUEDA RAMÍREZ, Negocio e intercambio cultural: El comercio de libros con América en la carrera de Indias (siglo XVII), Sevilla, CSIC, 2005, p. 27.

NOTA 20. Manuel PEÑA DÍAZ, «El comercio, la circulación y la geografía del libro», Historia de la edición y de la lectura en España […], op. cit., p. 85.

NOTA 21. Klaus WAGNER, «Imprenta y libro en la España del siglo XVI y su entorno europeo», Ex-Libris, Universitatis: el patrimonio de las bibliotecas universitarias española, Madrid, Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, 2000, pp. 73-81. Jaime MOLL, «El siglo XVII español ¿abierto a Europa?: consideraciones sobre la industria editorial española», Ex-Libris Universitatis: el patrimonio de las bibliotecas universitarias españolas, Madrid, Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, 2000, pp. 83-93.

NOTA 22. Las discusiones consecutivas a las ponencias presentadas durante el coloquio celebrado en la Casa de Velázquez Livre et lecteur en Espagne et en France sous l’Ancien Régime han sido transcritas de la manera siguiente: «François Lopez se déclare en désaccord avec l’assertion de Jaime Moll suivant laquelle le marché intérieur était insuffisant en Espagne. Cela serait en contradiction avec la nécessité d’association de la part des étrangers pour le fournir [...]. En fait l’espagnol du XVIe était très moderne [...]. De plus les étrangers s’hispanisent. En fait il lui semble que les hommes et les capitaux existaient [...]. La conférence de Péligry lui démontre que le marché espagnol était très intéressant [...]. Il insiste sur le fait que la Castille du XVIe siècle était une des sociétés les plus cultivées du monde». Livre et lecteur en Espagne et en France sous l’Ancien Régime, colloque de la Casa de Velázquez, Paris, Editions A.D.P.F., 1981, p. 94-95.

NOTA 59. Robert DARNTON, «Qu’est-ce que l’histoire du livre», en Gens de lettres, gens du livre, Editions Odile Jacob, 1992, p. 190.

NOTA 60. Así lo afirma en su artículo Clive GRIFFIN, «La carrera del impresor en la edad moderna», op. cit., p. 383.

NOTA 61. Este discurso impreso en la oficina de Lucas Antonio de Bedmar y publicado en Madrid en 1675 reivindica para el oficio de impresor la condición de «arte liberal» y, por tanto, la exención de impuestos para los libros. Melchor CABRERA NÚÑEZ DE GUZMÁN, Discurso en prueba del origen, progresos, utilidad, nobleza y excelencias del arte de la imprenta, Introducción de Amalia SARRIÁ RUEDA, Madrid, Instituto de España, Biblioteca Nacional, 1993.

NOTA 62. Véase por ejemplo el prólogo del Buscón de Roberto Duport, o la dedicatoria de Robles. Cf. Francisco RICO, «A pie de imprentas. Páginas y noticias de Cervantes viejo», Bulletin hispanique, 2002, p. 673-702.

NOTA 63. Vicente BÉCARES BOTAS alude a «los impresores y libreros humanistas, autores, editores o traductores ellos mismos, en quienes se daban la mano la sensibilidad cultural y la ganancia como Hugo Helt, autor de la versión latina de la Declaración y uso del reloj español y traductor de Gregorio Niseno, Vicente de Millis de Polidoro Virgilio, Andrea Pescioni de las Historias prodigiosas de Pierre Bovistau, de lo que dejaron constancia en portadas y prólogos (Andreas de Portonaris en su Eliano)». Vicente BÉCARES BOTAS, Librerías salmantinas […], op. cit. p. 25.

NOTA 64. Existe una base de datos de marcas utilizadas por algunos impresores en el fondo antiguo de la Universidad de Barcelona: http://eclipsi.bib.ub.es/imp/impcat.htm. Ver también el artículo de Rosa Margarita CACHEDA BARREIRO, «Aproximación iconográfica a la figura del impresor a través de sus marcas tipográficas. una visión emblemática del siglo XVI», Cuadernos de arte e iconografía, 11, n.° 21, 2002, pp. 49-76

NOTA 73. Roger CHARTIER, La main de l’auteur et l’esprit de l’imprimeur, Paris, Gallimard, 2015.

NOTA 74. Ibidem, p. 16. La traducción es nuestra.

NOTA 75. Sobre este proceso véase José Manuel LUCÍA MEGÍAS, «Escribir, componer, corregir reeditar, leer (o las transformaciones textuales en la imprenta», Libro y lectura en la península ibérica y América, Antonio Castillo Gómez (ed.), Junta de Castilla y León, 2004, pp. 216-217.




diciembre 09, 2023

Conservar y proteger el patrimonio documental para presentes y futuras generaciones


Ángela Paladino, Micaela Villalba y Matías Miguel
«Entrevista a Analía Fernández Rojo. Colecciones bibliográficas especiales: el Catálogo Nacional Unificado de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno»

Palabra clave (La Plata), vol. 11, núm. 1 (2021).

Palabra clave (La Plata) | Universidad Nacional de La Plata | Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación | Departamento de Bibliotecología | La Plata (Buenos Aires) | ARGENTINA

Se incluye a continuación el artículo según su edición en PDF.

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Palabra clave (PC): A grandes rasgos nos gustaría que nos presentes las principales características del patrimonio documental antiguo de la Argentina, con especial énfasis en el que posee la BNMM (Biblioteca Nacional Mariano Moreno).

Fernández Rojo (FR): Desde mi experiencia, que es de más de diez años en este tema, les puedo decir que hay bibliotecas con fondos antiguos en conventos, iglesias, bibliotecas privadas, en bibliotecas que están dentro de museos, en bibliotecas populares. Cuando hablamos de libro antiguo podemos hacer una descripción de lo que consideramos como tal: a grandes rasgos, arbitrariamente, el libro antiguo es un libro anterior a 1800 o, desde las reglas de catalogación, podríamos hablar desde 1800, y un libro raro es un libro que puede ser posterior a esa fecha, pero que tiene determinadas características o ciertos rasgos que conserva en su materialidad huellas que nos dicen que este libro o documento es especial por algo, y ese algo refiere a los criterios de rareza, cómo consideramos un libro raro o no.

Entonces, tenemos en Argentina muchas instituciones, muchas bibliotecas con fondos antiguos, también basándonos en nuestra historia editorial, de grandes bibliófilos, y a su vez un poco referir a que hay bibliotecas que tienen libros raros que aún no han sido identificados, que tienen rasgos de rareza como pertenecer a un personaje que lo haya donado, o con anotaciones de algún personaje o historiador importante de cada ciudad o cada pueblo, un personaje protagónico de la historia de la comunidad, de la ciudad o del país, o que tengan exlibris, que tengan particularidades en su encuadernación, o que el libro haya pertenecido a un período de la historia y que sea relevante solo porque haya pertenecido a ese periodo de la historia, que haya sido un libro de poca tiradas y no se pueda conseguir versiones de ese libro en otros lados.

Hay muchos criterios por los cuales se puede decir que este libro es raro, entonces tenemos en Argentina muchas bibliotecas con fondos antiguos y bien preservados, y tenemos también bibliotecas de nuestro país, no solo bibliotecas universitarias, populares, públicas, sino bibliotecas que pertenecen a museos o privadas que tienen, conservan y guardan libros raros y que no han sido aún identificados, así que ese es el panorama nacional.

En especial, si vamos a hablar de la colección de la BNMM, podemos hablar de obras preciosas, fundacionales, colecciones fundacionales en las que podemos encontrar donaciones de San Martín, Balcarce, Belgrano (1), las cuales son las primeras donaciones de la biblioteca pública en su momento. Además, hay donaciones y compras también a distintos escritores. Tenemos la colección de Santa Marina, la colección Dardo Cuneo, la colección Ezequiel Legina. Nosotros tuvimos la presencia de Jorge Luis Borges por alrededor de 20 años (2), y hay parte de su biblioteca con anotaciones dentro de la BNMM, ya que antiguamente los directores de la biblioteca vivían en el edificio de la biblioteca, y hay muchos libros de la Sala del Tesoro que tienen anotaciones de Borges. Esos libros forman parte de una colección especial que es justamente la Colección Jorge Luis Borges y está en un lugar especial también. Tenemos obras de Cortázar (3).

Hay una obra en especial, por supuesto tenemos incunables, tenemos un libro manuscrito medieval iluminado, que es rarísimo en nuestras tierras poder tener una obra de esas características en una institución pública. Tenemos lo que fue una de las colecciones más importantes de exlibris del país, sino es la más importante.

Tenemos la colección de la Imprenta de Los Niños Expósitos, que es la primera imprenta de nuestro país después de lo que fue la Imprenta Guaranítica. De la Imprenta Guaranítica poseemos el Vocabulario de la lengua guaraní de 1722 (4), que es uno de los diez primeros libros que salieron de esta imprenta guaranítica que nace en Loreto. Este que tenemos nace en Santa María de La Mayor, otra de las reducciones jesuítica-guaraní. Son libros muy escasos, muy raros en todo el mundo, son pocos, se piensa en una tirada de cien ejemplares por cada título, y son extremadamente raros porque fueron muy utilizados, y podemos encontrar actualmente del vocabulario de la lengua guaraní como siete u ocho ejemplares en todo el mundo. Es uno de los libros más raros que tiene la BNMM. También poseemos publicaciones periódicas desde las más antiguas, hasta las más modernas, y en sí la BNMM guarda un patrimonio exquisito, y lo guarda teniendo en cuenta que es parte de la memoria de la Nación Argentina. Estas son las colecciones a grandes rasgos de la institución, las colecciones bibliográficas especiales.



PC: ¿Por qué es importante su resguardo desde el punto de vista histórico y documental?

FR: En sí una de las misiones centrales que tiene la BNMM es la de conservar y proteger este patrimonio documental para presentes y futuras generaciones, ya que de alguna manera nosotros y este patrimonio escrito nos conforma como país, es una memoria escrita de lo que somos como pueblo. De esta manera, todas las bibliotecas, pero principalmente la BNMM, tienen la misión de identificar, conservar y proteger este patrimonio para las presentes generaciones y para las futuras, entendiendo que un pueblo se reconoce justamente a partir de la memoria, de la memoria escrita. En nuestro caso, la BNMM guarda la memoria en distintos formatos, hablando de las colecciones bibliográficas especiales, por lo que tiene y conserva material y documentos audiovisuales, orales, es decir, en distintas plataformas y diferentes formatos justamente con el mismo fin de preservarlos y poder reconocernos como pueblo ahora y más adelante.



PC: ¿Cuáles fueron las motivaciones principales para la creación de un catálogo colectivo de libros antiguos en Argentina?

FR: El catálogo colectivo de libros antiguos, el CNU, nació a partir de un programa llamado «Programa Nacional de Bibliografía Colonial», y de la necesidad de registrar ese patrimonio, necesidad que surgió en una reunión que hizo el profesor Roberto Casazza, que actualmente trabaja en la BNMM. Así, personal de varias bibliotecas con fondos antiguos comenzaron a charlar sobre el tema y se decidió la creación de un protocatálogo, un principio de catálogo, con la tecnología que tenía la biblioteca en su momento, esto hace más de diez años, antes del 2005, alrededor del 2003.

Las motivaciones justamente surgen a partir de ese programa que venía llevando la BNMM de investigación sobre lo que era el patrimonio documental en el periodo colonial en la Argentina, naciendo de esta manera el catálogo colectivo de libros antiguos. Después fue tomando otra significación al modificarse, ampliando sus objetivos y su proyección, creciendo a la par de otros catálogos colectivos de patrimonios bibliográficos en el mundo. Todos estos, tienen la finalidad de registrar el patrimonio escrito de cada país, anterior a 1800.

En Argentina se comenzó de esa manera, es decir, registrando todo lo que fuera libro antiguo o material impreso antes del 1800 en territorio argentino. Luego se fue adaptando, y se fueron pensando modificaciones en lo que respecta al año, ya que en un principio se tomaba arbitrariamente al año 1800, al darse la mecanización de la imprenta y su extensión por toda Latinoamérica y América en sí.

La diferencia entre un libro antiguo y un libro moderno es su forma de fabricación: si nace de una imprenta manual o nace de una imprenta a vapor, y más adelante mecanizada. En Argentina, la imprenta a vapor llegó en 1840 aproximadamente, entonces todo lo que se imprimió antes de 1840 sabemos que salió de una imprenta manual. Retomando la pregunta, el catálogo nació de una primera necesidad de registrar y documentar todo el material que el programa investigaba y estudiaba el territorio colonial que hoy es Argentina colonial, pero luego el CNU se fue modificando, pensando en cambiar las fechas para que también se pudiera incluir, de alguna manera, todo el material que se creó luego de que la Argentina se conforma como una nación.



PC: ¿Cuáles son las funciones del Catálogo Unificado Nacional (CNU)?

FR: En su momento, como decíamos anteriormente, nacía del programa nacional de bibliografía colonial, y ahí lo que hacía el catálogo era justamente registrar todo lo que era anterior al año 1800, y en Argentina, con su intensa historia editorial y de bibliofilia, existen muchas bibliotecas con fondos antiguos, muchas bibliotecas conventuales con fondos antiguos y realmente era una incógnita para muchos bibliotecarios porque no se sabía cómo trabajar con estos fondos. Se sabía que eran especiales, pero no se sabía cómo valorizarlos.

Las funciones que va adquiriendo este CNU van transformándose, y una de las primeras funciones era registrar, que en su momento fue la principal y continuó siéndolo, registrar lo más fielmente todo lo editado anterior al año 1800. ¿Por qué digo «fielmente»? Porque muchas bibliotecas poseían fondos antiguos, y catálogos, pero los registros muchas veces tenían ciertas inexactitudes, porque la catalogación del fondo antiguo requiere una especialización, una formación distinta a la del bibliotecario común. La que recibí yo, y la que reciben los bibliotecarios, es una falencia importante en los planes de formación de bibliotecarios, se necesitan otras prácticas, otras técnicas, otra mirada para poder identificar fondos antiguos y raros y también para catalogarlos.

Los libros antiguos son engañosos, tienen muchas trampas, y hay que saber identificarlas, eso es un poco largo. Pero, al ser artesanal toda la producción del libro, una edición puede tener muchas características, muchas modificaciones, lo que decimos nosotros, los estados y emisiones, y justamente lo que buscan nuestros investigadores, los investigadores que buscan o investigan el pasado, que investigan la parte bibliográfica de estos libros, buscan justamente estas particularidades.

Entonces, cuando una cataloga debe comparar un ejemplar a otro, siempre, y esos ejemplares a veces están en la web, a veces no. Cada registro es un trabajo verdaderamente de investigación bibliográfica que hace el catalogador. Es entretenido, porque una se entera de muchas cosas, porque realmente es una aventura tratar de reconocer cómo fue producido y entender las prácticas de impresión de ese momento, de esa imprenta, un poco a veces del lugar donde se imprimió. Y también al ver el documento, el libro, una rescata las materialidades que puede tener, las huellas que puede tener el libro y que pueden ser valiosas para un investigador, ya sean las vinculadas a encuadernación, las vinculadas a las tipografías, las vinculadas a las marcas, marcas de procedencia, a las rúbricas, a las anotaciones, a la estética del libro, a los exlibris. Todos esos son detalles buscados por investigadores, justamente que investigan o que estudian lo bibliográfico, son estudios bibliográficos en los libros, y para eso el bibliotecario se tiene que formar y especializar.

Entonces, el CNU lo que hace es en principio identificar estos libros en las bibliotecas, registrarlos, y muchas veces sugerir corrección a las bibliotecas que los tienen (que cede el registro), sugerir correcciones para identificarlo de una manera apropiada.

Otra de las funciones del catálogo, que fue apareciendo como algo básico, es el saber que no estaba la formación del bibliotecario en el tema, porque a nosotros nos costó mucho. En lo personal, me costó mucho formarme, y a partir de los encuentros de libro antiguo, los encuentros nacionales de instituciones con fondos antiguos y raros, a partir de estos encuentros que nacieron en 2009-2011, empezamos a trabajar de lleno con los bibliotecarios del país para introducir esta temática, que es enorme, y era un signo de pregunta para muchos bibliotecarios.

Entonces, a partir de esta necesidad que había en la Argentina y en la región, empezamos a hacer estos encuentros que, un poco, yo fui la que los generé dentro del área, la que los impulsé, y obviamente que la BNMM los adoptó, pero lo vimos desde un movimiento que también estaba en Brasil, donde se hacían los Encuentros Nacionales de Acervo Raro, y en México los Encuentros Nacionales de Libros Antiguos, y nuestro encuentro, el encuentro de la BNMM, surgió de la mixtura de estos dos y continuó cada dos años.

Estos encuentros y muchas capacitaciones que se pueden ver en la página web institucional, capacitaciones cortas de uno o dos días, tenían la finalidad de formar al bibliotecario en estos temas: bibliografía material, tipografía, conservación del libro antiguo, gestión de colecciones bibliográficas especiales. Ustedes pueden ver el folleto, porque no están los cursos en sí, pero están las menciones de los cursos realizados. Ahora recuerdo uno de exlibris, dos emisiones de un curso sobre exlibris, y todo eso se puede encontrar en la página web de la BNMM, en recursos para bibliotecario, en lo que es la parte de libros antiguos y raros. Se hizo en función de esta necesidad, de que a los bibliotecarios nos falta mucha formación vinculada al tema del libro antiguo y raro.

Entonces, la primera función del catálogo CNU es el registro y la identificación de libros antiguos. La segunda es capacitar, capacitar al bibliotecario argentino, y después también al bibliotecario de la región, porque en nuestros encuentros siempre vinieron profesionales del exterior, como asistentes y como expositores. Tuvimos expositores expertos de Francia, Italia, México, España, Estados Unidos, Brasil, Portugal, Israel, y lo hemos continuado de esa manera, siempre fueron encuentros nacionales, pero nunca dejó de existir una presencia internacional fuerte, justamente en la parte de formación porque realmente teníamos que formarnos de expertos que estaban en otros países.

Hoy por hoy, tenemos muchos bibliotecarios argentinos que están formados, que están adiestrados en estas técnicas, y que están aggiornados con este mundo del libro antiguo y raro. Finalmente, otra de las cosas que se hacía desde el CNU, en algunos casos, y en casos en que la biblioteca tenía una colección muy importante, era catalogar in situ, cuando no tenían bibliotecario o necesitaban una persona que enseñara al bibliotecario, un catalogador del equipo iba a catalogar una semana a esa biblioteca.

De todo eso se hacía cargo la BNMM, pagaba la estadía y el pasaje al catalogador en esa provincia o ciudad, y el catalogador catalogaba esos fondos, y además nosotros trabajamos con un software que permitía que ellos pudieran tener ese catálogo de alguna manera. Es decir, hay veces que nos hemos encontrado que no tenían software siquiera, pero la colección de la biblioteca era riquísima. Entonces fueron trabajos de colaboración que dimos tanto en lo que es la parte de software, y en una parte de catalogación de estos fondos, a bibliotecas que realmente lo necesitaban y que los fondos merecían también esa atención especial.



PC: ¿Cómo es la dinámica de trabajo en el sector en el que te encontrás? ¿Cómo se da la labor interdisciplinaria?

FR: Como les mencionaba recién, el CNU se descontinuó en la gestión anterior. La actual piensa y evalúa la posibilidad de reactivarlo el año que viene, por lo que no podría hablar de cómo se trabaja actualmente en el catálogo porque el grupo fue disuelto. Actualmente, formo parte del equipo de subdirección de la BNMM, y participo de las iniciativas que van surgiendo y saliendo de la misma subdirección, que son muchos proyectos, por lo que en algunos participo trabajando, como parte de la gestión, o participo en la etapa de difusión de las distintas partes que se necesiten del trabajo.



PC: ¿Cuál es el nivel de difusión y visibilización del catálogo? ¿Qué tipo de usuarios son quienes más acceden al mismo?

FR: En su momento, la forma de difundir el catálogo era a partir de las exposiciones en los distintos congresos de bibliotecarios en Argentina, o de afuera, de Brasil, principalmente. También lo hacíamos a través de mails masivos, o hacíamos convocatorias en listas de discusión para identificar fondos antiguos anteriores a 1800, por la lista de ABGRA (5), por ejemplo, hacíamos mucha difusión, pero ahora en la actualidad las difusiones se dan también por Facebook u otros medios. Pero en un principio lo hacíamos justamente a través de los congresos, o en ponencias en los mismos, y por los emails masivos, principalmente el de ABGRA, donde hacíamos convocatorias a instituciones que tuvieran libros anteriores al año 1800.

Por su parte, los usuarios que usan el catálogo, que lo usaban, básicamente son los profesionales que hacen o realizan investigaciones bibliográficas, que estudian el libro en sí, es decir, su historia, la historia de ciertas colecciones, o que estudian las particularidades de los libros. Esos son nuestros usuarios. No se enfocan tanto al contenido muchas veces, sino a la forma y materialidad de los libros. Por eso es muy importante la identificación exacta de cada libro, con un campo de notas voluminoso, con detalles que puedan ser recuperados de una manera correcta, y por eso se trabajó mucho desde el catálogo para normalizar la forma de entrada y mención en las notas de las distintas particularidades que tienen estos libros.



PC: Estás relacionada con las colecciones especiales hace mucho tiempo ¿Qué opinión tenés acerca de las políticas públicas sobre estos fondos en el país?

FR: En lo personal, creo que Argentina a nivel regional se posiciona sobre esta temática. Brasil y México son dos países que producen mucha bibliografía sobre el tema, realizan eventos de formación y capacitación también, y Argentina realmente está posicionada y creo que su particularidad es la variedad de expositores que tenemos, además de la amplitud y diversidad en cuanto a lugares, y hasta donde llegan.

Son de muy variados países, no solo de Europa, sino que muchos de la región, de Latinoamérica y hemos tenido de Estados Unidos. En el último encuentro entramos en Asia y en África, tuvimos un expositor con una conferencia magistral que era de la Biblioteca Nacional del Líbano, y otro de la Biblioteca Nacional de Túnez. Creo que el posicionamiento que logró tener la Argentina y los eventos de formación tienen su relevancia en lo que es la diversidad de expositores, miradas sobre el tema y experiencias, porque realmente hemos tenido presencia de casi todos los países y ahora también invitaciones especiales con mucha gestión y mucho trabajo de distintos departamentos de la BNMM, en lo que es la traducción, lo que es la logística de grabación, vivos también, ensayos, me refiero a que el último encuentro del libro antiguo fue virtual y requirió una logística especial.

Pero creo que la BNMM ya hace más de 10 años viene trabajando en el tema y se posiciona en esta temática a nivel internacional y regional, y justamente creo que su caballito de batalla es la diversidad de las miradas y de las exposiciones, la diversidad de países que participan en los eventos, la pluralidad. En lo personal yo fui becada en dos oportunidades en España, y una tercera en Brasil, para formarme en lo que es libro antiguo y raro, porque, como decíamos antes, no hay formación en Argentina, ni planes de estudio que incluyan esta temática, y creo que desde que la BNMM dio a una de sus empleadas una beca, creo que apostaba un poco a lo que es realmente capacitar y formar, que es uno de las principales pasos que uno debe dar para generar políticas vinculadas a lo que es fondo antiguo y raro.

En este caso no estoy hablando de mi persona, pero sí creo que todas las instituciones tienen que tener como primera medida formar a sus empleados y profesionales para que puedan dar lo mejor de sí e identificar los fondos antiguos y raros, y puedan visualizarlos y darles una puesta en valor, que hoy por hoy si una ve la página web de la Library of Congress, o de Chile, de otras bibliotecas de otros países, uno ve la relevancia y el papel que tienen las colecciones bibliográficas especiales. Es como un carnet de presentación que tiene una biblioteca, y que muestra al mundo no solo sus servicios, no solo sus profesionales, sino también lo que tienen, que son sus colecciones.

La manera de mostrar sus colecciones, en primer lugar, hay que identificarlas y darles una puesta en valor principalmente como primera medida, los bibliotecarios de cada institución y de cada lugar tienen que estar formados, y tener esa mirada atenta ante el libro para poder identificarlo como decía recién, y registrarlo, como debe registrarse cuando es una colección bibliográfica especial. El registro de un libro que pertenece a una colección bibliográfica especial porque es un libro raro o antiguo, necesita un tratamiento catalográfico especial. Todo esto nace muchas veces de las preguntas de si nacen primero las políticas o si son los bibliotecarios formados que presentan una necesidad de formación. Lo cierto es que la formación es primordial en este proceso de identificación, resguardo, protección y puesta en valor de las colecciones bibliográficas especiales, y las políticas públicas me parece que guían todo esto, esta necesidad que tienen los bibliotecarios de darles otros sentidos a estas colecciones y darles un plus más a las bibliotecas.

Porque realmente cuando vas una biblioteca decís «¿y qué tiene esa biblioteca?», «¿qué es lo que puede dar más allá de los servicios?». Ante esta pregunta, siempre está la respuesta de sus colecciones especiales, sus colecciones más relevantes. Por eso es importante reconocerlas e identificarlas, registrarlas y protegerlas, conservarlas para presentes y futuras generaciones, entonces si me preguntas qué pienso sobre las políticas públicas de Argentina sobre este tema, han sido exitosas, se han mantenido en el tiempo, y creo que se supo mantener la atención de los bibliotecarios, porque básicamente la BNMM fue a la necesidad que tenían, la cual era realmente una incógnita, tenían una pregunta sobre el qué hacer con estos fondos.



PC: ¿Qué les aconsejarías a las personas que están interesadas en trabajar con el libro antiguo y raro?

FR: En lo personal creo que es un mundillo hermoso, con mucha particularidad. Pienso que una se convierte en un bibliotecario investigador que sabe que tiene que trabajar con otras disciplinas, con especialistas en papel, tipografías, encuadernación; especialistas en tintas, técnicos que hayan trabajado con imprentas manuales, con historiadores. Muchas veces es un bibliotecario, que tiene que tener el teléfono correcto para identificar y registrar adecuadamente ese libro, que luego otra persona va a investigar más, o el mismo bibliotecario. Mi tesis de licenciatura la hice sobre el vocabulario de la lengua guaraní, que es un libro que lo tiene la BNMM, el cual nace en la Imprenta Guaranítica; y realmente toda la formación a la que se me permitió acceder, que fue, como dije, en otro país, me dio todas las herramientas necesarias para poder hacer una investigación bibliográfica con ese libro.

Lo más valioso es que tengo conocimiento de que otros bibliotecarios también generan producción bibliográfica sobre libros determinados, bibliotecarios que han aprendido de esas herramientas y las han adoptado a partir de los encuentros de libros antiguos. Yo como testigo puedo decir que la capacitación que dio el equipo del CNU, y los registros que se generan en el mismo, les sirvieron a muchas instituciones y a muchos bibliotecarios que empezaron a degustar este mundo del libro antiguo y raro, y comenzaron a formarse y a buscar más formación.

De hecho, algunos bibliotecarios también accedieron a las mismas becas a las que yo accedí en su momento. También siguieron en contacto con profesionales que nosotros habíamos traído a nuestros encuentros, siguieron en contacto con esos expertos para poder después llevarlos a sus provincias. Eso creo que no tiene precio. Actualmente, en la provincia de San Juan, se realizan encuentros provinciales de libro antiguo y raro, y el encuentro provincial y regional del libro patrimonial. El impacto que han tenido estos encuentros con los profesionales que venían del exterior fue grande ya que organizábamos un recorrido en otras provincias para que pudieran dar charlas también allí.

Todo ese trabajo hizo que los encuentros más allá de que se hacían en Buenos Aires, repercutieran en otras provincias del país. Tenemos conversaciones con algunos lugares para continuar, estamos en gestiones, pero la pandemia atrasó mucho todas las conversaciones que estábamos dando. Lo importante de esto es difundir la temática y es como decíamos recién también formarse, buscar formación, los encuentros son un lugar excelente para formarnos.

Ahora en la actualidad nosotros hemos organizado, en 2020, un ciclo de conferencias sobre las colecciones bibliográficas especiales, y en el 2021 el Encuentro del Libro Antiguo y Raro, los dos bajo la modalidad virtual (6). Pueden verlos en principio en el canal de YouTube de la BNMM, o en la página web donde están las ponencias, las presentaciones PowerPoint y en donde los guían a cada una de las charlas que están en YouTube, de estos dos últimos eventos, en los cuales van a encontrar mucha información y formación sobre distintas temáticas vinculadas a lo que es el libro antiguo y raro.



PC: Contanos, sucintamente, cuáles han sido las estrategias que se implementaron para poder desarrollar las actividades laborales y académicas en el contexto de la pandemia de COVID-19 ¿Qué reflexiones te deja la experiencia transitada?

FR: La BNMM, como todas las bibliotecas del país y del mundo, tuvieron que trabajar para aggiornarse a esta nueva realidad, a la no presencialidad en el trabajo. El año pasado, y el anterior, se trabajó en el lanzamiento de lo que fue el relevamiento de autores y autoras argentinos en la BNMM, del Censo Nacional de Bibliotecas Públicas de Argentina, y se trabaja actualmente para afianzar lo que es el Proyecto de Bibliografía Nacional. Todo esto se pudo hacer a partir de la virtualidad y de mucho trabajo de gestión. Son proyectos y programas enormes. Han tenido básicamente un trabajo de gestión y logística bastante importante porque tienen que llegar a un contacto con las bibliotecas de las provincias, y trabajar siempre con ellas, cosa que se pudo realizar desde la virtualidad y la no presencialidad.

Además, la BNMM, más allá de la parte bibliotecaria, trabaja en lo que son muestras virtuales, concursos, y hay mucha tarea de investigación, que realiza como una entidad cultural y pública, y con más de 200 años de presencia en la cultura. Es importante comentar que, además de estos tres proyectos, la BNMM también desarrolla lo que es la referencia virtual, es decir, cuando una ingresa a la página web, lo recibe un referencista, un bibliotecario.

En los procesos técnicos, también se ha trabajado con mucho ingenio. Se han hecho revisiones de registros catalográficos. También, en lo que es el catálogo de autoridades, se trabajó con todas las referencias de autores, que son electrónicas en su mayoría, y en lo que respecta a lo que es hemerográfico, se trabajó únicamente en la catalogación de publicaciones electrónicas. La atención al usuario está volcada solamente a la referencia virtual, pero como hay guardias se han hecho determinados trabajos para aquellos que necesitaban de presencialidad y para continuar mínimamente con algunas tareas.



PC: Por último, quisiéramos saber qué vinculaciones existen a nivel regional e internacional en lo que respecta al tratamiento, conservación y preservación de fondos antiguos y raros.

FR: A nivel regional podemos hablar, como también comentaba recién, sobre Plan ORG, que es un programa que nace de la Biblioteca Nacional de Brasil, que es parecido al CNU. Contiene un catálogo colectivo de acervo raro de bibliotecas brasileñas. Además, publican anales, documentos sobre temáticas del libro antiguo, llevan adelante capacitaciones, y hacen los encuentros ENAR, que son los Encontro Nacional de Acervo Raro (7), que tienen presencia de todo Brasil, y que, justamente, cada una de las instituciones expone sus acervos que bajo determinados criterios de rareza son considerados especiales. Creo que Plan ORG tiene más de 15 años de trabajo y existencia, y es un referente en la región en lo que es la continuidad de un trabajo muy bien hecho y de mucho prestigio en todo lo que es Brasil. Los encuentros de libro antiguo y raro que nosotros llevamos adelante en la BNMM desde el 2009/2011. En 2009 tenemos una semana de formación del libro antiguo, y en el 2011 empiezan los encuentros.

Esa semana de formación creo que es la primera semana que empieza todo, que empezamos a conocernos, que la BNMM presenta una política pública sobre el libro antiguo su formación, y visibilidad, y que la continúa hasta la fecha. ASINPPAC, es una Asociación Internacional para la Protección del Patrimonio Cultural (8), que trabaja mucho con lo que es la conservación no solo en papel, sino de todo documento, realizan encuentros, capacitaciones, tienen becas, se ha hecho una beca para Minas Gerais, para justamente un bibliotecario argentino, o sea, un especialista que esté o que haya estado en una biblioteca pública. Se hizo antes de la pandemia y se descontinuó por la misma, pero que está en vistas de volver a reactivarse, una vez en que estemos en una nueva normalidad.

ASINPPAC es una asociación sin fines de lucro que trabaja de manera excelente, y que podemos referenciar para todo lo que es conservación, no solo en papel, sino de todo lo que es un objeto patrimonial que es digna de ver y de mencionar. Edades del libro, otro espacio que no sé si está discontinuado al momento, pero es un evento que fue muy interesante, y tienen libros electrónicos con las actas que también son de libre acceso, una puede entrar. Está organizado por la UNAM, la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene dos institutos que realmente generan mucha producción escrita y muchos eventos de formación y divulgación de la temática.

Es realmente para mencionar lo que hacen los dos institutos de investigación de la UNAM (9). También está CInELA, que es un Círculo de Investigadores y Estudiosos del Libro Antiguo de Chile (10), que va por su segunda jornada. Nos estamos conociendo, yo tampoco los conocía y creo que también es muy interesante poder verlo, y fue de interés la programación que se dio de manera virtual y gratuita, creo que es un lugar notable y ojalá que puedan continuar y mantenerlo. El Congreso Medieval Zaragoza (11), que tiene varios años también, es un encuentro exquisito en la temática del libro antiguo, es presencial y pago, es un poco más difícil para los que somos de Latinoamérica.

Todos estos son eventos. Después, hay muchos investigadores y muchos profesionales, que, pensando, si una quiere ver los encuentros del libro antiguo, los van a poder ver, y buscar en redes y demás, porque son personas hiper conectadas. Una de las funciones principales de los eventos es la conexión entre personas, el poder referenciarse, el poder relacionarnos para que podamos pedir bibliografía, para que se puedan gestionar visitas, visitas de expertos a distintos lugares, en este caso, de la Argentina. Cuando nosotros organizamos los encuentros del libro antiguo, tenemos la presencia de embajadas que colaboraban o patrocinaban los viajes aéreos de los expertos, en muchas ocasiones. Siempre hubo una tarea de logística también para conseguir que esa persona pueda venir al país, por eso es importante la conversación y relación con los profesionales de distintos países, porque a través de ellas una puede llegar a pensar, planificar y gestionar una capacitación en cada ciudad, en cada lugar.

La virtualidad lo que hace en este caso en especial, es que facilita mucho que pudiéramos tener la presencia de expositores de distintas partes del planeta y eso con la presencialidad era muy difícil de lograr, como también era muy difícil de lograr tener a muchos profesionales de provincias argentinas, el costo de pasaje, de estadía, de la mantención en Buenos Aires que no es algo fácil, por lo que la virtualidad hizo que también pudiéramos llegar a distintos y a más lugares de los que pensábamos. Creo que a partir de estos encuentros uno ve profesionales y expertos, también ve experiencias que creo que son ricas de compartir, y que, a partir de verlos en programaciones, de verlos en charlas en vivo, una puede empezar a relacionarse. Las vinculaciones existen entre expertos, profesionales, información y gestores, hay vinculación sobre esta temática, que se da de una manera informal, no es siempre de una manera formal, pero que se termina cristalizando justamente en generar capacitaciones, eventos, elaboración de ediciones de libros vinculados a esta temática.



Comentarios finales de Fernández Rojo

Todos, cuando vemos un poquito de lo que es el libro antiguo, nos quedamos con esas ganas de saber más, es muy interesante el estudio, el meterse en todo este mundillo, y atractivo, ¡es muy atractivo!, porque hasta la parte de catalogación que puede parecer rutinaria para el bibliotecario, genera una investigación, enterarte de todo lo que le pudo haber pasado a ese libro, es un poco de chismoso el meterte en esa historia, y debe ser eso lo atractivo de la temática. Aunque lo cierto es que en ninguna universidad argentina hay algo de formación especializada en esto.



Notas

1. La entrevistada se refiere a las colecciones que forman parte del tesoro Sala Paul Groussac, que, entre sus colecciones, alberga fondos que pertenecieron a José de San Martín, Manuel Belgrano, Mariano Balcarce, entre otras personalidades. Más información disponible en: https://www.bn.gov.ar/biblioteca/salas/tesoro

2. Jorge Luis Borges fue director de la BNMM desde el año 1955 hasta 1973.

3. La entrevistada se refiere al escritor Julio Cortázar (1914-1984). Más información sobre su biografía disponible en: https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/creadores/cortazar_julio.htm

4. La tesis de la entrevistada puede consultarse en el repositorio de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata: http://humadoc.mdp.edu.ar:8080/bitstream/handle/123456789/707/El%20Vocabulario%20de%20la%20lengua%20guaran%C3%AD.pdf?sequence=3

5. Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina. Sitio web institucional: https://abgra.org.ar/

6. Más detalles sobre los encuentros mencionados por la entrevistada pueden encontrarse en: https://www.bn.gov.ar/bibliotecarios/encuentros-jornadas-seminarios/libros-antiguos-y-raros

7. Más información sobre este evento académico puede encontrarse en: https://www.gov.br/bn/pt-br/central-de-conteudos/noticias/xiv-encontro-nacional-de-acervo-raro-2013-enar

8. Más información sobre ASINPPAC: http://asinppac.com/

9. La entrevistada se refiere al congreso organizado por el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM y la Biblioteca Nacional de México. Más información disponible en: http://actividadesacademicas.iib.unam.mx/index.php/EDL/edl17/about/organizingTeam

10. Más información sobre CiNELA: https://cinela.cl/

11. La entrevistada se refiere al Congreso Internacional sobre el Libro Medieval y Moderno que ya lleva cuatro ediciones. Más información disponible en: https://congresolibroantiguo.weebly.com/




Más fotos (haz clic sobre ellas para verlas aumentadas)




Es necesario que los pensadores y los artistas abandonen la zona de confort y se zambullan en el aprendizaje de las herramientas tecnológicas para que el progreso nos conduzca hacia un mundo más humano: Mónica Nepote (@neponita)



Juan M. Zafra (@prensa14): «Mónica Nepote (@neponita): “La tecnología permite expandir las prácticas artísticas”»

Entrevista en TELOS (Revista de Pensamiento, Sociedad y Tecnología) (@revistatelos), n.º 112 (diciembre de 2019), número temático: «Humanidades en un mundo STEM».


«Me resulta muy complicado discernir lo virtual y lo real», reconoce Mónica Nepote durante la conversación. Su labor consiste en promover la literatura electrónica, nuevos formatos y soportes para el libro. Afirma que llegó a la tecnología de la mano de la escritura, actividad por la que ha conseguido varios reconocimientos, y de la edición. Le preocupan los sesgos que introducen los algoritmos y la inteligencia artificial y subraya la necesidad de que los pensadores y los artistas abandonen la zona de confort y se zambullan en el aprendizaje de las herramientas tecnológicas para que el progreso nos conduzca hacia un mundo más humano.



Mónica Nepote. (Foto: Andrea Tejeda, @chispitabrown).


Escritora, editora, guionista, pensadora. Mónica Nepote nació en Guadalajara (Jalisco, México). Habita en Ciudad de México, la cuarta ciudad más poblada del planeta, donde dirige el proyecto E-Literatura del Centro de Cultura Digital. Es un claro exponente de artista que reconoce, estudia y emplea la tecnología para expandir la creatividad humana. Estudiosa y formadora, es consciente de las oportunidades que genera la colaboración entre el humano y la máquina y también de la necesidad de poner en marcha modelos educativos y creativos en los que la formación sea «un cruce de habilidades técnicas, conocimientos científicos y artísticos».


¿Cree posible la creatividad de las máquinas, una creatividad artificial?

Pienso en esa creatividad en las máquinas como el sueño ancestral del ser humano de inventar esa máquina que por sí misma genere lenguaje, escritura o arte y me remito a distintos momentos de la historia: las ideas de Georg Philipp Harsdörffer en el siglo XVII para generar palabras nuevas o a los autómatas de Jaquet-Droz en el XVIII, que eran capaces de escribir, dibujar y tocar el piano; pienso en eso como aproximaciones a lo que vemos ahora, como esa obsesión por desarrollar inteligencias independientes a lo humano y también pienso que eso es lo que vemos en distintos artistas y escritores-programadores permeados por una idea: la colaboración entre humanos y máquinas.


¿Habrá siempre un ser humano a los mandos?

Si bien existe software que escribe o genera información, objetos artísticos, esto no es posible sin la cabeza humana que las diseña y las alimenta (con bases de datos, por ejemplo) y en ese diseño vemos cómo está atravesado por ideología, por posturas políticas, por cuestiones de género y de visión del mundo.

Hace poco revisaba un libro impreso con los relatos generados por un software de escritura, un sistema de inteligencia artificial, que generó una serie de historias a partir de los datos con que fue alimentado y con un complejo sistema de asociación de datos. Había en él líneas profundamente patriarcales, las acciones narrativas generadas en el caso de los personajes masculinos subrayaban valentía, enemistad, batallas...; los adjudicados al personaje femenino eran de corte romántico, un ser que buscaba ser tratado de cierta forma y que era objetivo de seducción.

¿De quiénes son estas ideas sino de la cultura? ¿De dónde provienen si no de la forma de entender el mundo de su creador? La tecnología es ese espacio en el que extendemos nuestra visión de mundo, las tecnologías tienen todavía la agencia humana, o la no agencia, o la agencia del patriarcado, que es aún peor. No hay tecnología inocente, ni una que no refleje a quien la programa.


Ese es un aspecto clave. Se ha impuesto una visión catastrofista del futuro que parece determinado por la tecnología o por el miedo a los cambios que trae consigo. Como si no fuéramos los humanos quienes construimos las máquinas y las dotamos de un propósito.

En otra línea tendríamos que hablar de cómo los algoritmos están preparados para mecanizarnos, pero este proceso tiene que ver con nuestra ignorancia respecto al uso de las herramientas o a su programación, o la poca injerencia que tenemos en estas, si cedemos nuestra relación al enfoque corporativo y mercantilista.

El mundo proyectado por nosotros a través de esas tecnologías se parece demasiado al mundo capitalista; esas tecnologías «creadoras» están marcadas por la inequidad y tienen un corte profundamente consumista y con fines políticos de vigilancia y control. Habría que fantasear entonces con máquinas que hagan otros mundos, pero empezando por nuestra propia agencia, por nuestra propia construcción de otras posibilidades de mundo antes de soñar con tecnologías distópicas.


¿Es ese el espacio que le queda al pensamiento, a las artes, a la literatura, a la filosofía, a las Humanidades en un momento como el que vivimos, dominado por las disciplinas STEM —las ciencias, las telecomunicaciones, las ingenierías y las matemáticas—?

Pienso que el espacio que queda es el que queramos que ocupen. Por un lado, hay diversas iniciativas, proyectos y obras que desde hace años entretejen arte y tecnología. Me parece que las artes como las pensamos desde el romanticismo —el genio creador, la inspiración, la originalidad— han quedado a un lado. La forma en que concebimos el arte, la filosofía o la literatura están pensadas en el contexto contemporáneo desde un cruce de disciplinas y de conocimientos técnicos, manejo de software y hardware.

Es algo que no nos preguntamos con relación a la música o al cine, donde difícilmente podríamos imaginarnos su existencia sin tecnología, de alguna forma sin ingeniería, y todo lo que está detrás de las formas en que se producen y se trabajan. El asunto es que, en el mundo académico, las disciplinas siguen manteniendo categorías basadas en las distancias y la distribución jerárquica de las ciencias, por un lado, y de las artes, por otro. Sin embargo, en otros espacios no académicos, esos encuentros suceden.


.../... Continuar leyendo en TELOS (Revista de Pensamiento, Sociedad y Tecnología).



diciembre 02, 2023

Crowdfunding en las bibliotecas


Ricardo Enrique Ortiz
«#BiblioCrowdfunding: Una biblioteca que ofrece conocimiento en 360 grados. Entrevista a Simone Belli»

Infotecarios, 20 de febrero de 2017.
Creative Commons.


Verónica Maigua, presidenta de la Asociación Nacional de Bibliotecarios Eugenio Espejo (ANABE), y Soraya Campos, directora de Asuntos Bibliotecarios de la Biblioteca de la Universidad de las Artes. (Foto de la Universidad de las Artes).



Imaginen por un momento que su biblioteca, archivo o museo tenga un programa o una actividad a desarrollar y que la comunidad donde esté haya financiado todo el proyecto. ¿Lo han visualizado alguna vez? Seguro que sí.

En los últimos años, el crowdfunding ha hecho que surjan varios espacios en los cuales los emprendedores pueden lograr que sus proyectos de negocio sean financiados no por entidades, sino por personas.

Ahora bien ¿Esto se puede aplicar a las unidades de información? La respuesta es: «Sí, sí se puede». Por esto, Simone Belli, profesor del Departamento de Ciencias Sociales e Innovación de Yachay Tech, nos explica un poco como la biblioteca, el archivo o los museos pueden trabajar bajo esta modalidad como una nueva vía de financiación de proyectos.


Para Simone Belli, ¿qué es el crowdfunding?

Simone Belli. En mi opinión, se trata de una dinámica horizontal para que la entera comunidad pueda colaborar en financiar un proyecto innovador haciendo que esta se beneficie.


Se entiende el crowdfunding como la cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que realizan una red, para conseguir dinero u otros recursos y se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos. ¿La biblioteca puede estar dentro de este universo?

S. B. Sí, la biblioteca debe estar dentro de este universo, como cualquier otra institución colaborativa y coparticipativa, con el objetivo de beneficiar a la sociedad y mejorar sus condiciones.


¿Independientemente de que el beneficio no sea económico o monetario?

S. B. El beneficio de un proyecto de este tipo es de 360 grados. Tanto a nivel comunitario como económico. Mientras mayor sea la participación por parte de la comunidad y de los actores sociales, mayores serán los ingresos para realizar proyectos que a su vez serán prioritarios tanto para la institución como para la comunidad. Debe ser un sistema que se retroalimenta por los mismos usuarios, donde ellos son los que van a sacar mayor beneficio y provecho, y así la biblioteca se convertirá en un espacio para compartir y dialogar de una manera bidireccional.

[...]


¿Cómo se puede crear una biblioteca bajo la modalidad crowdfunding?

S. B. La biblioteca debería promover proyectos que beneficien a su comunidad, y también «escuchar» cuáles proyectos la misma comunidad quiere promover. El usuario de estos espacios debe sentirse «actor» principal en esta elección, para poder contribuir a tener un espacio innovador que pueda estar al paso de la sociedad en la que la biblioteca se inserta.

Las bibliotecas a través del crowdfunding no están limitadas a recibir presupuesto institucional y gubernamental, sino que están más libres a la hora de elegir proyectos innovadores autofinanciados por sus propios usuarios. Como podrían ser proyectos de naturaleza editorial o de nuevas plataformas culturales. De esta manera, vamos a tener un espacio de intercambio de servicios y de herramientas que pueden competir con el sector privado y neoliberal.

Pensamos en una biblioteca que nos ofrece conocimiento, cultura y entretenimiento a 360 grados para poder satisfacer las necesidades de su comunidad. No todas las bibliotecas necesitan los mismos servicios y el mismo catálogo; una biblioteca universitaria será diferente de una biblioteca municipal, como son diferentes los usuarios que las frecuentan. Por esta razón, el crowdfunding que promueven va justamente en la dirección de poder solventar las necesidades que sus usuarios tienen.


Usted menciona algo muy importante: «Escuchar proyectos que la misma comunidad quisiera promover». ¿Cuáles ideas o proyectos cree usted que la comunidad pudiese aportar?

S. B. La dinámica del crowdfunding se basa en la democracia. Los proyectos deben ser evaluados por los mismos usuarios, y de allí solo van a salir a la luz los que más interesantes resulten para aquella comunidad. Por ejemplo, la biblioteca de Yachay Tech es un espacio donde la mayoría de los usuarios no sobrepasan los 25 años de edad, y la juventud ecuatoriana no deja de sorprendernos de manera positiva cada día por la cantidad de ideas y proyectos que tiene en la cabeza. Recientemente, descubrí un blog coordinado por dos jóvenes ecuatorianas, llamado El Cráneo de Pangea, que a nivel internacional está teniendo un gran éxito. Se trata de un espacio donde solo poetas hispanohablantes nacidos entre los ochentas y noventas pueden publicar de manera libre sus obras.

Proyectos de este tipo hay muchos, sobre todo en la ciudad de Quito. Son proyectos que se mueven lejos de los círculos tradicionales de la cultura y de los medios de información, pero son mucho más interesantes e innovadores.

Cité un ejemplo de poesía, pero también hay de audiovisuales, teatro, literatura y música que a través de prácticas de crowdfunding podrían tener mayor impacto en la sociedad ecuatoriana. Nuestros mismos estudiantes son parte activa de muchas de estas iniciativas.


¿Es rentable o tendrá buenos resultados crear una biblioteca con esta modalidad de trabajo?

S. B. Hay ejemplos exitosos que hacen bueno el esperar en obtener buenos resultados con esta modalidad de trabajo. Lo importante es crear una cultura para que los usuarios confíen en estas dinámicas. Una dinámica horizontal donde son los mismos usuarios quienes se van a beneficiar.

Pensamos simplemente en la compra de una cámara para realizar cortos y que la biblioteca nos puede proporcionar esta herramienta a través del crowdfunding de su entera comunidad. O también una película o un videojuego, bienes de consumo cultural que pueden ser compartidos y utilizados para todos.

Estos son solo unos ejemplos, pero hay que pensar mucho más allá, de manera innovadora, y estoy seguro de que los mismos responsables de estos espacios tienen proyectos aún más innovadores que se podrían promover a través de la práctica del crowdfunding.

[...]


¿Ha escuchado de algún proyecto de biblioteca bajo la figura del crowdfunding?

S. B. Hay muchos proyectos de crowdfunding realizados por biblioteca. En Reino Unido, las bibliotecas son espacios que no solamente se entienden como un lugar para compartir y difundir conocimiento a través de textos, sino también a través de otras prácticas y herramientas.


Los proyectos de donación de libros, las llamadas «Bibliotecas de calle» o los programas de promoción de lectura ¿Pueden entrar en esta modalidad?

S. B. Estos proyectos deben estar presentes en el espacio de la biblioteca, tanto dentro como fuera. Es decir, pensar una biblioteca de calle que se encuentre en sitios donde antes difícilmente había libros. Plazas, restaurantes, tiendas, y también en el mundo online. En el pasado, mis estudiantes de Innovación y Emprendimiento han trabajado en aplicaciones para dispositivos móviles para incentivar los hábitos de lectura de la sociedad ecuatoriana.

Estos mismos estudiantes observaron que Ecuador tiene la más baja media de libros leídos por habitante de la entera región. Entonces, hay que desarrollar una serie de estrategias para que leer libros se convierta en una de las actividades más comunes, pero sin que se perciba como obligación, sino como placer. Quienes normalmente leen libros saben de lo que estamos hablando.