octubre 19, 2016

«Los verbos deícticos»



Tania Ulloa Casaña
«Comportamiento discursivo de los verbos deícticos en muestras orales de hablantes de la ciudad de Santiago de Cuba»

Dirāsāt Hispānicas: Revista Tunecina de Estudios Hispánicos, n.º 3, 2016

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Extracto de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




«Los verbos deícticos La denominación de verbos deícticos se basa en la oposición esencial entre posición estática y dinámica –reposo o movimiento–. Cifuentes Honrubia (1989: 59) observa que su conceptualización no es sino una categorización de las relaciones físicas en términos gramaticales. La localización se fundamenta en la ubicación espacial de los participantes del acto comunicativo, mientras el movimiento describe una trayectoria poniendo en relación un punto de observación también vinculado con esa propia posición.

»E. Coseriu (1978: 34) fue uno de los lingüistas en sugerir el componente deíctico del significado de determinados verbos que han llegado a constituirse en un obligado apartado en las investigaciones que tratan el tema de la deixis [NOTA: El proyecto ADESSE (Alternancias de Diátesis y Esquemas Sintáctico-Semánticos del Español), en la Universidad de Vigo, ha creado una importante y extensa base de datos con información sintáctico-semántica de estos verbos, definidos a partir de criterios fundamen- talmente semánticos]. Establecer una clasificación interna de estas categorías resulta una tarea compleja. La mayor parte de los autores refiere dos grandes grupos: verbos de movimiento o desplazamiento y de localización.

»En los trabajos de Talmy (1985) y Traugott (1987), el movimiento y la localización se analizan como partes de la misma noción. Así, Talmy (1985: 70) expresa que un evento de movimiento es toda situación que contiene una trayectoria y una localización estática. A su vez, Traugott (1987: 393) define la localización (location) como una relación estática o dinámica con respecto a un punto de referencia (Sanromán Vilas, 2012).

»Sus valores deíctico-referenciales permiten, de esta forma, reunirlos en dos grupos:

»_ Los que expresan cambio de localización (por eso son también denominados verbos de movimiento) en los que no solo se conceptualiza la trayectoria, sino que puede aparecer focalizada en uno de sus puntos (origen, trayecto, meta) como ir, venir, traer, llevar, volver, entrar, salir, llegar, regresar, bajar, subir.

»_ Los que focalizan el espacio de localización como estar, situar.


»Los verbos de movimiento indican el desplazamiento de un objeto en el espacio durante un periodo de tiempo. Este desplazamiento se desarrolla siempre respecto a una o más entidades inmóviles que sirven como marco de referencia. Normalmente, el sujeto que se mueve parte de un punto de origen y llega a una meta. El criterio primario para la determinación de los contextos deícticos en la selección del verbo, en estos casos, es la posición del hablante y su destinatario con respecto al destino del desplazamiento, el cual puede coincidir, o no, con el momento en que se produce el intercambio comunicativo.

»Existen casos, como emigrar, exportar, importar, que pudieran considerarse verbos deícticos si se atiende, por ejemplo, al hecho de que emigrar supone un desplazamiento a un lugar siempre distinto de la localización propia (normalmente limitada al país) de quien lo enuncia, especificando de esta forma la situación espacial concreta de la situación comunicativa.

»La caracterización semántica de los verbos deícticos determina, por otro lado, el criterio de selección de las preposiciones, según los argumentos locativos que se asignen en cada caso. La estructura léxica de los verbos del primer grupo, por ejemplo, se organiza en relación con la orientación del movimiento, lo que justifica la selección de la preposición a o de por parte del lexema verbal, según se orienten en relación con el punto de referencia inicial o final del desplazamiento: “Voy a Santiago de Cuba; Vengo de Santiago de Cuba”; en, por el contrario, señala el lugar dentro del cual está u ocurre aquello que expresa el significado verbal “estar o hallarse”.

»Se debe tomar en cuenta, sin embargo, la posibilidad de conmutación que tienen las preposiciones según los diferentes contextos en los que pueden aparecer. A y hasta: “Voy a Santiago de Cuba/Voy hasta Santiago de Cuba”, o para y hacia: “Voy para la casa /Voy hacia la casa”, en todos los casos poseen el sema de orientación.

»Las correlaciones de preposiciones son, por otro lado, formas complejas constituidas por dos de ellas, cada una con su propio término, el primero constituido por el origen, el segundo, el destino del movimiento o bien el límite de la trayectoria: “Voy de Matanzas a Cienfuegos”; “Lo llevé desde Cienfuegos hasta Matanzas”. […]

»Los verbos ir y venir, traer y llevar, como se aprecia, tienen un componente direccional expresado por el complemento de lugar; aunque en los contextos que implican la presencia del hablante en la meta del movimiento es posible el intercambio de ir por venir o llevar por traer. En tales casos, el emisor puede adoptar dos perspectivas diferentes sin alterar el contenido significativo del mensaje:

»_ Alejamiento del punto de partida: “¿Me puede enseñar lo que lleva usted en la maleta?”; “Mis amigos fueron a Cuba a verme”.

»_ Acercamiento al destino o meta: “¿Me puede enseñar lo que trae usted en la maleta?; “Mis amigos vinieron a Cuba a verme”.


»Los verbos deícticos en español son, por otro lado, fuente de numerosos marcadores discursivos o conversacionales, como venga, anda, vaya, vamos; en otros casos, expresiones, como “llegar a oídos de alguien”, “entrar en éxtasis”, “entrar en calor”, “salirse de sus casillas”, pueden describir un movimiento en sentido figurado o admitir, en contextos distintos, usos tanto espaciales como atributivos: “Pedro se encuentra en Berlín/Pedro se encuentra en apuros”.»





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