junio 04, 2014

Discordancia de número entre el pronombre y su nombre de referencia


A propósito de los cuidados textos legales y de los informales textos de uso cotidiano, liberados de prescripciones normativas académicas de buen uso, puede verse que es cada hablante quien establece el nivel de cuidado de su mensaje, quien evalúa los requisitos del contexto y decide cómo articular sus textos, ya sean orales o escritos.

En las siguientes frases, vas a ver un uso frecuente entre hablantes de todos los niveles de competencia lingüística, estándar, elemental, elevada, etc. Es un uso «normativamente desaconsejable», en expresión académica, es decir, que evitaremos al hacer un uso cuidado del lenguaje. De unos años ahora ha proliferado enormemente y si en un principio era mucho más frecuente en el castellano de América, hoy se encuentra con la misma profusión en el castellano de ambos lados del océano.

Veamos: los dos primeros ejemplos son titulares de noticias de fútbol y el último de un foro de ayuda de un programa informático:

Lo único que tengo que *decirle a los jugadores es que dependemos de nosotros para ganar el título.

Estamos luchando para *darle alegrías a los que no pueden estar.

Skype te deja *contarle a tus amigos lo que haces.


Estas tres frases tienen en común la discordancia de número entre el pronombre empleado y el nombre al que se hace referencia con dicho pronombre. En todos los casos, el pronombre aparece en singular mientras que el sustantivo al que señala es plural.

Por lo tanto, la forma adecuadamente cuidada de las tres frases anteriores sería:

Lo único que tengo que decirles a los jugadores es que dependemos de nosotros para ganar el título.

Estamos luchando para darles alegrías a los que no pueden estar.

Skype te deja contarles a tus amigos lo que haces.


En el Diccionario panhispánico de dudas (DPD), s.v. «PRONOMBRES PERSONALES ÁTONOS», la Academia expone lo siguiente para sobre este fenómeno de discordancia:

«Discordancias en el uso de los clíticos. Son dos las discordancias frecuentes en el uso de los clíticos:

»a) A menudo, cuando el pronombre átono de dativo concurre en la oración con el complemento indirecto preposicional, se utiliza el singular le, aunque el referente sea plural; esta discordancia está extendida tanto en España como en América, incluso entre hablantes cultos, por lo que son frecuentes, aunque normativamente desaconsejables, oraciones como *“Colombia le propuso a los Gobiernos de Estados Unidos y Venezuela una alianza” (Tiempo [Col.] 18.4.97). En el uso esmerado se recomienda mantener la concordancia de número entre el pronombre átono y el sustantivo al que se refiere: “Los mismos remedios de distracción que les daba a sus enfermos” (GaMárquez Amor [Col. 1985]).

»b) En el español de muchos países de América, es frecuente, especialmente en registros populares o coloquiales, trasladar a la forma singular del pronombre átono de acusativo en función de complemento directo el rasgo de plural correspondiente al complemento indirecto, cuando este va representado por la forma invariable se: *“¡No entienden que este es mi espacio, es mi lugar! Cuántas veces quieren que se los diga” (Purroy Desertor [Ven. 1989]), en lugar de “Cuántas veces quieren que se lo diga”. Aunque en algunos países esta transferencia indebida se ha extendido incluso entre hablantes cultos, se recomienda evitarla en el habla esmerada.»


Recordemos que: la escritura en cursiva o itálica que encontramos en el Diccionario panhispánico de dudas (DPD) no es normativa, sino un criterio tipográfico de edición con el fin de distinguir los ejemplos, así como que el asterisco en color rojo figura como señalizador junto a los usos que la Academia desaconseja. En cuanto a las indicaciones entre paréntesis, son referencias en abreviatura a las fuentes de los ejemplos. Puedes consultar el significado de estas abreviaturas para conocer el autor y la obra citados en la web de Fuentes citadas del DPD.






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