Aldo Altamirano
«Las nuevas modalidades discursivas y las formas de intervención pedagógica en la universidad»
Praxis Educativa, vol. 24, n.º 1 (2020)
Praxis Educativa | Universidad Nacional de La Pampa | Facultad de Ciencias Humanas | Instituto de Ciencias de la Educación para la Investigación Interdisciplinaria | Santa Rosa | ARGENTINA
Se incluye a continuación un extracto seleccionado de las páginas 2 y 9 a 12 de la publicación en PDF. Las referencias pueden consultarse en la ubicación original.
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Sin título XIII, aguafuerte, aguatinta. Cristina Prado.
[Ilustración y pie incluidos por el autor en la páginas 12 del artículo].
«Resumen
»El estudio focalizó su objeto en el cruce de las nuevas modalidades discursivas (NMD), entendidas como aquellas interacciones específicas del hecho educativo que surgen de necesidades comunicativas actuales, y las formas de intervención pedagógica en la institución universitaria. El objetivo general se propuso analizar las NMD y su vinculación/tensión con las formas de intervención pedagógica, a través de la identificación y descripción de las interacciones comunicativas.
»El análisis crítico del discurso desde la perspectiva de Teun van Dijk fue la metodología adoptada y para la recolección de datos se utilizaron, como instrumentos, entrevistas a docente y narrativas a estudiantes. Entre las categorías emergentes se encuentran: las TIC como democratizadoras del conocimiento, estilos docentes, concepciones afectivas del hecho educativo, etapas de socialización docente y educación y diversidad.
»El discurso sobre la diversidad
»La educación es una praxis social constitutiva de la subjetividad humana. Mediante esta praxis el hombre construye aprendizajes de manera diversa; de tal modo que la biología y el entorno que lo rodea se conjugan en un proceso permanente y particular de experiencias de conocimiento. Así entendida, las formas de apropiación del mundo son únicas, particulares y diversas. La escuela de la modernidad consideró al discurso acerca de la diversidad naturalmente incluido en el concepto de igualdad que promueve el sistema democrático. Sin embargo, este sistema cultural que construyó y sostuvo la idea de igualdad, es un sistema basado en el ideal burgués ilustrado y en una sociedad productiva y liberal; todos aquellos que no se ajustaron a estos patrones quedaron excluidos de los sistemas educativos.
»En Latinoamérica, cuestiones como la raza, el origen étnico, el género y las condiciones de vulnerabilidad social han sido causantes de trayectorias educativas incompletas, interrumpidas e incluso nulas (Terigi, 2009).
»Respecto de esto, otro de los docentes, citado anteriormente, decía:
»“Empezar a conocer características de los alumnos... mirá la vocación religiosa que tiene, lo que hace por fuera, la vocación política [...], todas estas características que nos hacen sujetos individuales, interesantes, complementarios, diversos [...], todo esto hace un escenario que a mí me empieza a dar ciertas seguridades frente a que empiezo a sentir que ya los conozco”. (O. Suárez, comunicación personal, 15 de marzo de 2016).
»Del análisis surge la diferencia del otro, en tanto estudiante, como un valor, como una posibilidad, como una potencialidad y que, a su vez, le devuelve al mismo docente la seguridad de la propia diferencia, es decir, el reconocimiento en el otro de sus singularidades y diferencias como refuerzo y legitimación de las propias.
»En las narrativas de los estudiantes es recurrente el valor que se da al reconocimiento de la propia singularidad y aún más cuando esta es puesta en juego en el proceso de aprendizaje. Las siguientes, a modo de ejemplo:
»“Y sentí que más allá de todos los problemas que acarreamos a nivel salud, a nivel de vida, de seres humanos, los profes te apoyan desde el umbral [en referencia al umbral pedagógico] y a veces lo atraviesan para decirte que sigas”. (C. Ochoa, 12 de junio de 2016).
»“La clase fue muy dinámica, emocionante, como ‘pocas veces’ todos quisimos participar. Las profesoras tratando de calmarnos, comenzaron a escuchar las experiencias vividas por todos”. (V. Giménez, comunicación personal, 12 de junio de 2016).
»“X es una profesional increíble que se pone en el lugar del otro y siempre está dispuesta ayudar a que demos el salto con seguridad y firmeza”. (A. Villafañe, comunicación personal, 12 de junio de 2016)
»Casos como los mencionados dan cuenta de que el discurso de la diversidad y de educar en y para la diversidad está instalado en las instituciones educativas tensionando fuertemente los modelos tradicionales docentes. La posibilidad de la apertura a la diferencia del otro transforma, sin duda, la experiencia en espacios ricos de encuentros y aprendizajes.
»Etapas de socialización docente
»Las investigaciones referidas a las etapas de socialización docente señalan variables importantes que se conjugan al momento de construir el oficio; así, la biografía escolar previa, la formación de grado y el proceso de socialización profesional van articulándose para configurar pautas de actuación y desempeño en el inicio y a lo largo de toda la trayectoria profesional (Altamirano, 2012).
»Cabe señalar que, en la bibliografía especializada, existen múltiples formas de clasificación de las etapas de socialización docente; para el presente artículo se tomó como representativa la siguiente por su virtud generalizadora:
»“La etapa previa al entrenamiento, la formación inicial y la formación continua se han caracterizado como formación docente, la experiencia en el campo y proyección docente como elemento integrador de su identidad profesional, y su inducción e incorporación al contexto escolar como parte de la cultura organizacional”. (Márquez-Palazuelos, Lynn Villezcas, González-Medina, Fong-Flores, Wall-Medrano, 2018, p. 5).
»En la etapa de incorporación a la cultura institucional, el docente experimenta un proceso de iniciación y de validación que se prolonga hasta la estabilización profesional; esta última puede subdividirse en etapa de experiente (de 3 a 7 años de experiencia aproximadamente) y de experto (de 7 años en adelante). La etapa novel es fuerte en confrontación entre los ideales y la realidad. Es un periodo que se vive con incertidumbre, indecisión y sensación de incapacidad ante las nuevas tareas y exigencias que la profesión impone (Altamirano, 2012).
»Los docentes universitarios que atraviesan esta etapa presentan características similares a las de los docentes de otros niveles; los sentimientos y valoraciones sobre sus propias prácticas son altamente reguladoras de las mismas. En los casos analizados, aparecen algunas características de estas etapas de socialización. Ejemplo de ello es que uno de los docentes entrevistados hacía énfasis en sus sentimientos de angustia, su vergüenza frente a una determinada situación:
»“Me angustia profundamente no conocerlos, no poder nombrarlos, no recordar sus nombres es un motivo de vergüenza, porque entiendo que cualquier proceso educativo se centra en reconocer al otro”, “todo esto hace un escenario que me empieza a dar ciertas seguridades frente a que empiezo a sentir que ya los conozco [...], son cuestiones que compensa de alguna manera esa angustia de no reconocer al otro”.
»Luego de esto, manifiesta que toma la decisión de cambiar el eje de su propuesta pedagógica e ir en busca de más información acerca de sus estudiantes, a través de las redes sociales, para enriquecer sus prácticas educativas.
»Esto último nos estaría dando la pauta de que el docente se encuentra en la transición de un estadio de docente novel a experiente debido a que la cuestión emocional no le impediría tomar decisiones para transformar la situación. En otras entrevistas, encontramos discursos de docentes expertos que han construido, no solo seguridad en su rol, sino la capacidad autorreflexiva en torno a sus propias prácticas. Esta etapa de socialización (la experta) se caracteriza por el desapego que el docente experimenta de la mirada y juicio de los estudiantes, pero si toma en cuenta los emergentes del hecho educativo para direccionar sus prácticas pedagógicas.
»A modo de cierre
»La metodología utilizada permitió la lectura crítica de los discursos que pusieron en tensión las NMD y las formas de intervención pedagógica en la Universidad. Del análisis se desprendió, en primer lugar, que las NMD se han visto potenciadas a partir de la irrupción de las TIC. En el estudio, quedaron evidenciados los usos y el protagonismo que han cobrado las mismas; si bien en algunos casos son usadas solo como repositorios y/o canales de información, en otros son protagonistas, en términos de establecimiento de vínculos, conocimiento de los sujetos involucrados y ampliación de las posibilidades áulicas.
»De esta manera, emergen nuevas formas y canales de comunicación que van transformando los modos convencionales de intervención.
»Por otro lado, se posiciona fuertemente la idea de que el “buen docente” es aquel que crea lazos afectivos con los estudiantes. Los nuevos discursos pedagógicos han creado nuevas conciencias, por ende, nuevas formas de relación. De acuerdo con los datos recogidos, se pudo apreciar que existen estilos docentes que buscan la apertura de sus prácticas pedagógicas hacia el conocimiento de los estudiantes como condición de posibilidad para la personalización del discurso y, con ello, la generación de nuevos y mejores aprendizajes.
»Otros casos denotan resistencias y buscan separar vínculos cercanos, en términos afectivos, con los procesos de enseñanza y aprendizaje.
»La atención de la diversidad y el reconocimiento de las diferencias individuales permiten la personalización del discurso educativo. Se pudo observar también que el reconocimiento de las diferencias de los estudiantes genera en el docente la afirmación de las propias diferencias; las que se ponen en juego y enriquecen las propuestas pedagógicas. Sin embargo, aparecen también otros modelos que sostienen formas de intervención más ancladas en encuadres educativos tradicionales. En relación con esto último, los aprendizajes que se promueven en los estudiantes están relacionados con “sortear los obstáculos” que les presentan las distintas situaciones educativas, lo cual genera que se sigan reproduciendo los modos de vínculos convencionales.
»En este sentido, las etapas de socialización por la que atraviesan los docentes son centrales a la hora de pensar las formas de intervención ya que, como se menciona anteriormente, en algunas ocasiones la conjunción entre experiencia docente y reflexividad ayudan en la transformación y creación de nuevas modalidades de comunicación que hacen más cercanos y significativos los saberes involucrados en el acto educativo».
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