M.ª Victoria Escandell Vidal
«Los fenómenos de interferencia pragmática»
Monográficos marcoELE, n.º 9, 2009
Edición electrónica de Expolingua 1996. Didáctica del español como lengua extranjera, Lourdes Miquel y Neus Sans eds.
marcoELE (Revista de Didáctica Español Lengua Extranjera) (@revistamarcoELE) | Equipo marcoELE | Valencia | ESPAÑA
Extracto de los apartados 1, 2 y 3 del artículo en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.
«INTRODUCCIÓN: LA PRAGMÁTICA Y LA ENSEÑANZA DE LENGUAS
»La metodología que se ha impuesto en la enseñanza de lenguas en los últimos años ha puesto de moda la palabra pragmática también entre quienes se dedican a la difícil tarea de enseñar una lengua extranjera. Efectivamente, los métodos comunicativos han propugnado vehementemente la necesidad de orientar la enseñanza desde una perspectiva más pragmática y hacia una perspectiva más pragmática. Los nuevos enfoques se alzan, así, contra aquella otra manera de concebir la enseñanza que había predominado durante años y que habla dado prioridad absoluta a las cuestiones de naturaleza gramatical.
»Parece, por tanto, que en el terreno de la metodología de la enseñanza de lenguas los enfoques de naturaleza pragmática se han revelado más útiles y adecuados, y cuentan ya por derecho propio con un lugar muy destacado en este sector. Este es, por tanto, uno de los sentidos en que el término pragmática puede relacionarse con la enseñanza. Ahora bien, creo, con todo, que este no es el único sentido en que la Pragmática puede tener algo que decir; y me atrevería a afirmar, incluso, que no es ni siquiera el aspecto más importante. Me parece que hay otro sentido, mucho más profundo, en el que la adopción de una perspectiva pragmática puede tener un enorme interés en la enseñanza: me refiero al terreno mismo de la descripción y la explicación de los usos de la lengua.
»En efecto, hay un gran número de fenómenos cuya explicación escapa a los mecanismos de la gramática, y cuyo análisis requiere, por tanto, un enfoque que tenga en cuenta todos los factores extralingüísticos que intervienen en la comunicación: es decir, ni todo puede explicarse desde un punto de vista exclusivamente gramatical, ni todo puede explicarse desde un punto de vista exclusivamente pragmático. Gramática y Pragmática son, en sus supuestos básicos, dos perspectivas de estudio radicalmente independientes; ahora bien, independencia no significa, en modo alguno, antagonismo. Creo que la relación que debe existir entre el enfoque gramatical y el enfoque pragmático no debe ser de oposición, sino de integración y de complementariedad. La realidad es muy compleja y así lo requiere: para obtener una explicación cabal y completa de muchos hechos. es necesario no desdeñar ninguno de los dos puntos de vista.
»Pero, sin duda ninguna, uno de los aspectos en los que la necesidad de adoptar un enfoque pragmático se hace más patente es el que se refiere a la manera en que la cultura y la organización social nativa de quienes aprenden una lengua extranjera determinan y condicionan el uso de la lengua objeto de aprendizaje. El carácter externo al sistema lingüístico de estos principios los convierten en típicos objetos de estudio de la Pragmática.
»Efectivamente, los factores socio-culturales son, claramente, ajenos a la lengua misma; sin embargo, su influencia sobre el comportamiento verbal es extraordinaria, y es la que da lugar a la mayoría de los fenómenos que suelen agruparse bajo la denominación de interferencia pragmática. Las interferencias pragmáticas no siempre resultan fáciles de detectar o de prever; y, sin embargo, sus efectos son, en la mayoría de los casos, mucho más graves que los producidos por las interferencias gramaticales. Este es, precisamente, el aspecto del que me voy a ocupar; pero antes de centrarnos en este tema, repasaremos brevemente algunas nociones básicas de Pragmática, para pasar, luego, a tratar con más detalle los distintos tipos de fenómenos de interferencia pragmática, sus características y sus efectos en la comunicación.
»LOS FACTORES EXTRALINGÜÍSTICOS EN LA COMUNICACIÓN VERBAL
»Como es bien sabido, la Pragmática estudia los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación. Se trata, pues, de una disciplina que toma en consideración los factores extralingüísticos que determinan el uso de la lengua, precisamente todos aquellos factores de los que no puede ocuparse la gramática. Será pragmático, por tanto, cualquier análisis que recurra a conceptos como los de emisor, destinatario, intención comunicativa, situación, contexto, relación social o conocimiento del mundo.
»El emisor es la persona que produce intencionalmente una expresión lingüística en un momento dado, ya sea oralmente o por escrito. El destinatario es la persona a la que se ha dirigido un mensaje; no es, por tanto, un receptor cualquiera, o un oyente ocasional: alguien que capta por casualidad una conversación no es su destinatario. El destinatario es siempre el receptor elegido por el emisor, y para él está específicamente construido el mensaje. Como veremos más adelante, una de las más importantes tareas del emisor consistirá en analizar y evaluar adecuadamente las circunstancias que concurren en su interlocutor para poder “calcular” con éxito su intervención.
»La situación incluye todo aquello que, física o culturalmente, rodea al acto mismo de enunciación. Así pues, además de las coordenadas de espacio y tiempo, la situación comprende la conceptualización que de ella hacen los interlocutores y las expectativas que esta genera en los participantes en la interacción.
»El contexto abarca todo el conjunto general de representaciones del mundo que hacen los hablantes, y que están determinadas empírica, social o culturalmente: contiene, por tanto, conocimientos, creencias, supuestos, opiniones..., desde lo más objetivo hasta lo más subjetivo, desde los conocimientos científicos o las opiniones estereotipadas hasta la visión del mundo que impone la pertenencia a una determinada cultura.
»La intención es una relación dinámica, de voluntad de cambio, que liga al emisor, al destinatario, a la situación y al contexto. Funciona como un principio regulador de la conducta en el sentido de que conduce al emisor a utilizar los medios que considere más idóneos para alcanzar sus fines. Desde el punto de vista del destinatario, el reconocimiento de la intención de su interlocutor constituye un paso ineludible para la correcta interpretación de los enunciados.
»Por último, hay que tener en cuenta cuál es la relación social que existe entre los interlocutores. Por el mero hecho de pertenecer a una organización humana con una estructura social, cualquier interacción entre dos individuos adquiere carácter social, y pasa a depender de principios de naturaleza también social. El papel de los principios sociales en la comunicación es fundamental, ya que —como dijimos— el emisor construye su enunciado a la medida del destinatario.
»La conjunción de todos estos factores constituye el marco dentro del que se desarrolla la comunicación. y permite caracterizar de manera bastante precisa una situación comunicativa concreta frente a cualquier otra. Resulta decisivo, por tanto, cuál sea el valor que adquiera cada uno de estos elementos. Podemos seleccionar un valor fijo para uno de ellos, y valores variables para los demás: por ejemplo, si analizáramos todos los enunciados producidos por un único emisor, tendríamos una constante (el emisor) y muchas variables (destinatario, situación, contexto, intención, relación social): y lo mismo ocurriría si estudiáramos cómo se comportan ante una misma situación diferentes participantes.
»Podemos elegir como constante uno o varios de los elementos. Podemos estudiar, por ejemplo, la realización de un mismo tipo de intención comunicativa por parte de hablantes diferentes y en situaciones diferentes para comprobar cómo, a igual intención, los demás factores determinan variaciones significativas en el modo en que los distintos tipos de emisores diseñan su estrategia de interacción. Pero podemos también hacer que sean constantes la situación y el emisor, para ver cómo este se ajusta a los diferentes tipos de destinatarios y de situaciones... Las posibilidades de análisis son, pues, muy variadas. Ahora bien, tanto la naturaleza de los factores que se tomen en consideración como su número constituyen un marco constante que es precisamente el que permite comparar estudios diferentes y establecer generalizaciones interesantes desde el punto de vista teórico.
»CULTURAS DIFERENTES, CONTEXTOS DIFERENTES
»Sin duda ninguna, todo sería mucho más fácil para todos nosotros si las lenguas solo difirieran entre sí en lo que se refiere a la gramática. Si así fuera, aprender una segunda lengua consistiría simplemente —como imaginaron algunos de los métodos de enseñanza antiguos— en aprender el vocabulario y las reglas gramaticales de esa lengua. Sin embargo, sabemos que las cosas no son tan sencillas: las lenguas difieren entre sí no solo en lo gramatical, sino también en todos aquellos aspectos de su uso que están determinados por factores no estrictamente gramaticales, es decir, en los aspectos pragmáticos. Por tanto, comunicarse eficazmente en una lengua no consiste solo en conocer y manejar bien su gramática. sino que implica también hacerse con un dominio adecuado de un complejo conjunto de conocimientos de naturaleza extragramatical.
»Hemos dicho que el contexto comprende el conjunto general de representaciones del mundo hechas por los hablantes, y determinadas empírica, social o culturalmente. Esto significa que cada individuo construye un conjunto particular de supuestos y de representaciones del mundo de acuerdo con su propia experiencia vital: pero significa también que los miembros de una misma cultura y de una misma sociedad comparten un amplio conjunto de supuestos y de conceptualizaciones del mundo y de las relaciones interpersonales, y que ese conjunto está determinado precisamente por su pertenencia a una cultura específica.
»Efectivamente, como señalan Janney y Arndt (1992:31), crecer como miembro de una cultura comporta, entre otras cosas, el aprender a percibir, pensar y comportarse como los demás miembros del grupo. Cada cultura establece sus propios principios, de modo que sus miembros acaban desarrollando un estilo de interacción particular. Esto es así porque sus integrantes comparten una serie de supuestos básicos sobre un conjunto de aspectos que resultan centrales para la comunicación:
»1) Necesidades básicas, sentimientos, motivos, intenciones... y modo de inferirlos a partir del comportamiento.
»2) Grupos sociales (con su correspondiente valoración positiva o negativa), y modos de mostrar intimidad o distancia.
»3) Dinámica básica de la relación interpersonal.
»4) Sistemas verbal y gestual de comunicación, y modo de usarlos para evitar conflictos.
»Estos supuestos de naturaleza social y cultural gobiernan permanente y automáticamente la interacción. Su grado de fijación es tan grande que no pueden ser fácilmente modificados por otros supuestos que entren en contradicción con ellos. En este aspecto, los principios determinados culturalmente difieren de manera ostensible de las representaciones adquiridas como fruto de la experiencia individual, que sí se modifican con facilidad siempre que haya pruebas suficientes.
»Pues bien, este grado de fijación de los supuestos socio-culturales de base y el carácter automático de su funcionamiento se convierten en la principal fuente de fracaso en la comunicación intercultural, ya que cualquier comportamiento, verbal o no, que no se ajuste a los patrones esperados se interpreta inmediatamente no como fruto del desconocimiento de las normas, sino como una conducta voluntariamente malintencionada o descortés. Imaginen las extraordinarias repercusiones que esto tiene en la enseñanza de una lengua extranjera».
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