agosto 22, 2022

«El arte de contar es tan antiguo como la humanidad. Es el arte de empatizar con el receptor»



Lluís Mas Manchón (@Morbigstain)
«Estructura formal, textual y oral del discurso público»

Estudios sobre el Mensaje Periodístico, vol. 22, n.º 1 (2016)

Estudios sobre el Mensaje Periodístico | Universidad Complutense de Madrid (UCM) (@unicomplutense) | Facultad de Ciencias de la Información (@UCMccinf) | Departamento de Periodismo y Comunicación Global (@Per_Global) | Madrid | ESPAÑA


Extracto de apartado en páginas 449 a 452 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.




«La estructura textual del discurso informativo

»Una vez se dispone de la información necesaria sobre el pedazo de realidad que se pretende transmitir, el proceso se centra en la enunciación textual, esto es, la transformación de las informaciones en un texto lineal, mediante palabras, estructuras sintácticas y párrafos. La capacidad de storytelling o de construir un relato de las cosas es clave para poder conseguir los objetivos informativos, persuasivos y de entretenimiento de todo discurso (Ballenato, 2006). El arte de contar es tan antiguo como la humanidad, tan antiguo como el descubrimiento del fuego, alrededor del cual se desarrolló el lenguaje y la capacidad de contar historias correlacionada con la capacidad de atenderlas y comprehenderlas (van Dijk, 1999). El arte de contar es el arte de empatizar con el receptor. El cuentacuentos es aquel que conoce su audiencia y sabe estructurar y dosificar la información en un formato de relato ficcional en tres partes generales (Propp (1987):

»1. Statu quo o situación estable inicial: aparecen los personajes en un contexto espaciotemporal, entre los que el héroe no es consciente de su condición y vive en sociedad y tranquilidad.

»2. Se produce un cambio grande en la vida colectiva de la zona, con gran perjuicio para civiles (víctimas o testigos), y el héroe se ve obligado a actuar; conoce al villano, sucumbe a él al tiempo que conoce un ayudante que mantiene la lucha.

»3. El héroe persigue al villano en otro reino donde lo combate directamente y lo vence.

»4. Compensación de parte de las anteriores víctimas o testigos de la gesta.


»Esta estructura general proviene de la cultura oral, pero se mantiene en la actualidad en el texto escrito. Siguiendo a Aristóteles (Barroso, 1992), este relato es antropocéntrico por naturaleza, pues la proyección y la identificación emocional con las personas es el mecanismo más poderoso para captar el máximo de atención de los receptores.

»Así, la personificación es el primer principio clave del relato. Los personajes de un relato se construyen en segundo lugar a través de la acción, que además hará avanzar la trama o conflicto. En tercer lugar, esa acción hace interactuar a los personajes, por lo que las relaciones entre ellos definen el avance de la narración. Y en cuarto lugar, estos personajes actúan y se relacionan en un espacio tiempo.

»Ahora bien, el discurso público formal asume estos principios y los adapta a su triple objetivo: entretenimiento al servicio de la persuasión, al servicio de la información. Así, en el discurso público se da por sabido en gran medida el estado normal del tema del que se hablará, por lo que el relato empieza con la gran novedad de la información (accesible, grande, con jerarquía y próxima). Una vez se ha presentado esa gran novedad o alteración del estado normal, se dará el contexto temático necesario para enmarcarla según orden de importancia, es decir, según una jerarquía descendente de contextos, representada por la clásica pirámide invertida (Fontcuberta, 1980).

»En este caso, esa jerarquía desciende hasta el nudo o narración de hechos descriptivos, momento en el que se inicia una jerarquía ascendente o pirámide no invertida. Gradualmente, se recuperan los elementos temáticos en orden ascendente hasta el clímax final del discurso, es decir, un retorno a la novedad principal con la que se abría el discurso:



»Por lo tanto, todo discurso se caracteriza por un inicio, un desarrollo y un final totalmente integrados (Wichmann, 2000; Mas Manchón, 2012b). Esa integralidad es fundamental para constituir una unidad indivisible y no totalmente comprendida hasta el final. Charaudeau define este tipo de narratividad como “le passage d’un état initial à un point d’arrivée, grâce à une transformation généralement réalisée sous forme d’épreuves” (2003: 40). El discurso informativo se compone de dos clímax, uno al principio y otro al final. Por obvio que pueda parecer, la marcación en todos los niveles de las fases del discurso, especialmente su inicio y final, es el rasgo más importante de la teoría narrativa y serán las partes principales del moderno relato discursivo oral.

»A partir de aquí, el orden en la presentación de la información sigue un triple criterio: el lógico (de importancia o primicia), el cronológico y el dramático o de entretenimiento.

»Al redactar un discurso informativo, generamos un texto en el que, en primer lugar, se revela el desenlace de lo ocurrido (primicia) y, a continuación, se narran los detalles (cronológicamente) hasta un final con un nuevo desenlace (drama). Así, las frases gestionan y distribuyen fundamentalmente dos llamadas de atención a lo largo de un texto asimétrico, con una primera como protuberancia mayor, tal y como se ha visto en el esquema gráfico de la doble pirámide invertida. Hablamos pues de una mis en relief periódica y estructural (Charaudeau, 2003), centrada, principalmente, en unos elementos informativos siempre presentes y no únicamente temáticos.

»A partir de aquí, el texto debe tener una estructura sintáctica, léxica y semántica en el nivel de la frase. En general, el texto se compone de frases enunciativas cortas, simples y lógicas.

»La regla de oro para mantener la brevedad y la sencillez de la frase es el punto y la conjunción: siempre que al ir escribiendo sintamos que perdemos el hilo y que estamos añadiendo complejidad al texto (subordinación, conectores, explicaciones, alargamientos de la frase...), pongamos un punto y una conjunción alternativamente.

»De esta forma, proponemos utilizar una frase para cada hecho o idea. Esta estructura ideal se ve matizada por:

»1. La coherencia global del texto en torno al núcleo: dando lugar a:
a) frases más largas, con el objetivo de explicar en profundidad y detalle;
b) frases aparentemente complicadas en busca de caminos para destacar el núcleo;
y c) frases sintácticamente no convencionales pues no pocas veces convierten ese núcleo en falso sujeto activo de la acción.

»2. La cohesión de las frases mediante un mínimo de redundancia en los conceptos abstractos y complejos. Se repiten por tanto estructuras sujeto - verbo - predicado y se introducen complementos (de lugar, tiempo, forma...) sucesivamente.


»Según Martínez Albertos, “el periodista debe escribir no como quien escribe, sino como quien está hablando” (1998: 191). Por tanto, en primer lugar, el discurso informativo, al intentar imitar la naturaleza de la comunicación oral humana, pone en juego un estilo que bebe de forma primordial del estilo conversacional. El estilo de la conversación es directo y coloquial: “busca la expresión propia, teniendo en cuenta que la originalidad emana de la sinceridad con uno mismo y del acopio de belleza que vamos haciendo cada día, al ver, al leer y escribir buenas historias” (Bandrés et al., 2000: 222). Se podría decir que es formal en la forma macro del texto (su cohesión y coherencia) y coloquial en el contenido o microestructura (léxico y sintaxis).

»En segundo lugar, la expresión conversacional debe tener fuerza, energía..., como cuando interpelamos a alguien para que nos escuche y entienda la dimensión de lo que estamos contando. Como decía George Bernard Shaw, citado por Bandrés et al. (2000: 222): “De Handel aprendí que el estilo consiste en la fuerza de la afirmación. Si puedes decir una cosa de un golpe, de forma incontestable, tienes estilo; si no, como mucho, eres un mercader del placer, un literato decorativo, un fabricante de música o un pintor de tres al cuarto. Handel, en cambio, tenía fuerza”.

»En tercer lugar, debemos ser muy expresivos y huir de la monotonía (Merayo, 1998). El texto debe ser fresco, respirar cercanía y ausencia de complejos y ataduras.

»En suma, el estilo que se busca se mueve en una suerte de contínuum entre dicotomías: informativo - interpretativo, objetivo - subjetivo, autoritario - testimonial, neutro - emocional, público - privado, narratológico - dramático, impersonal - personal, monológico - dialógico, universal - cercano, directo - continuo, inesperado - corriente.

»En el nivel de los contenidos, debe destacarse el carácter novedoso o insólito de la información relevante con expresiones como: “Por primera vez en la historia...”, “En cinco años...”, etc. Asimismo, las cifras son siempre muy importantes, no tanto por su exactitud, sino por una correcta transmisión de su magnitud. Esto se hace mediante el uso de comparaciones, símiles o metáforas: “más de 25 000 millones de euros”, “la mitad de los trabajadores”, “casi la totalidad de...”, “un iceberg del tamaño de Formentera”, “tres Bernabéus”, etc. En este sentido, el dato deberá reflejar la idea que queremos transmitir: diremos que tal persona tiene 86 años y no que nació en 1927, a menos que el evento verse sobre el hecho de que creció en tiempos del crac económico previo a la Gran Guerra.

»Naturalmente, el vocabulario dependerá también de un glosario de palabras-clave temáticas (Rodríguez Bravo y Mas Manchón, 2011), así como el uso de motes, apodos, explicaciones, o funciones para nombrar a determinadas personalidades. Por último, es importante ser muy preciso en el uso de las palabras, sobre todo el caso de los verbos de acción y los sustantivos. Se debe huir de palabras vacías como “cosa”, “persona”, o “hacer” / “decir” como verbos comodín. De hecho, se recomienda ser muy precisos en la elección de las palabras que sirven al ángulo o enfoque de la informacón con el objetivo de evitar grandes manipulaciones y afectaciones de la credibilidad.

»Finalmente, se dispondrá de un texto redactado y preparado para simular la espontaneidad discursiva».







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