noviembre 25, 2016

«La expresión del tabú: estudio sociolingüístico»



Ana María Cestero Mancera
«La expresión del tabú: estudio sociolingüístico»

Boletín de Filología, vol. 50, n.º 1, junio de 2015

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Extracto del apartado Conclusiones de la publicación en PDF




«En las páginas precedentes hemos ofrecido datos relevantes acerca del uso que hacen los madrileños de expresiones lingüísticas que aluden a conceptos o realidades tabú, en discurso oral, producido en un registro medio de lengua. La situación comunicativa explica el uso mayoritario de expresiones neutras o indirectas, pertenecientes a las esferas social, religiosa o sexual, y empleadas con el fin básicamente de informar. En cualquier caso, los resultados obtenidos en los análisis realizados nos permiten constatar la pervivencia del tabú lingüístico en el siglo XXI, si bien en grados muy diferentes en las distintas esferas y áreas conceptuales, así como la finalidad pragmática y los factores sociales que se relacionan habitualmente con su empleo.

»El estudio de la incidencia de las características sociales de los hablantes, específicamente el sexo, la edad, el nivel de instrucción y la zona de residencia (asociada a clases medias y bajas –distrito de Vallecas– o medias y altas –distrito de Salamanca–) ha revelado datos de gran interés que indican la existencia de patrones sociopragmáticos en el uso y la pervivencia de expresiones que aluden o han aludido a conceptos o realidades tabú. Como ya se había constatado en los estudios sociolingüísticos previos, las mujeres, habitualmente con un discurso con mayor riqueza léxica, utilizan más expresiones interdictas que los hombres, pero eligiendo, mayoritariamente, formas neutras o procedimientos indirectos; los hombres, por su parte, en proporción, utilizan más expresiones directas, marcadas, que las mujeres. En la interacción semiformal de las madrileñas, las expresiones que nos ocupan se usan más para informar y encubrir que en la de los madrileños, mientras que los hombres enfatizan y atenúan con ellas más que la mujer. Además, la mujer hace más uso de expresiones pertenecientes a la esfera religiosa y social que el hombre, las menos tabuizadas, y el hombre utiliza más asiduamente expresiones de la esfera sexual y escatológica que la mujer.

»En Madrid, los mayores y los adultos hacen un empleo mucho más destacado de expresiones que hacen referencia a conceptos o realidades interdictas que los jóvenes. No obstante, como se ha revelado en otros estudios de corte sociolingüístico, los jóvenes madrileños, proporcionalmente, son los que más las emplean de manera marcada, ya sea indirecta o directamente, especialmente para enfatizar. Por otro lado, los jóvenes emplean en su discurso semiformal más expresiones sexuales y escatológicas que los adultos y que los mayores; estos últimos utilizan en mayor proporción las pertenecientes a la esfera social que los miembros de los otros grupos, y los mayores, por su parte, utilizan más las propias de la esfera mágico-religiosa que el resto de informantes. Podemos decir, pues, que el poder y la seguridad que confiere la edad favorece o no limita tanto, la expresión del tabú, si bien depende del grado de interdicción de las esferas y de los conceptos interdictos a los que se alude.

»Por último, el nivel de instrucción de los sujetos se ha mostrado, también, como factor significativo: utilizan más expresiones para hacer referencia a conceptos o realidades tabú las personas con instrucción primaria, que las que tienen un grado medio o alto de instrucción, si bien hacen un uso más asiduo, proporcionalmente, de unidades lingüísticas neutras o indirectas. Además, junto con los informantes de nivel medio, son los que más las emplean con finalidad informativa, mientras que los sujetos con educación superior hacen un uso destacado de nuestras expresiones con finalidad encubridora y enfatizadora. Por otra parte, los madrileños con estudios primarios son los que, en proporción, más emplean expresiones de la esfera escatológica, en contrapartida a los que tienen estudios medios, que son los que más utilizan expresiones de la esfera mágico-religiosa, y a los individuos con estudios superiores, que son los que hacen un mayor uso de expresiones de la esfera social y de la sexual. De nuevo, podemos ver que el poder y la seguridad que proporcionan los estudios y la clase social están en estrecha relación con la expresión directa, marcada y enfática, así como con el empleo de formas pertenecientes a esferas sobre las que pesan diferentes grados de interdicción.

»Los datos que acabamos de ofrecer confirman muchos de los hallazgos de estudios sociolingüísticos previos sobre el tabú, pero, en esta ocasión, obtenidos a partir del análisis de lo que acontece en discurso oral, semiformal, y con respecto a esferas interdictas distintas de la sexual. Esperamos ofrecer en breve información más detallada sobre las formas de uso frecuente y la configuración de las esferas mismas y los resultados de la segunda parte de la investigación, en la que estamos atendiendo a qué percepción muestran los madrileños del empleo que hacen de expresiones tabú a partir del estudio de los resultados de cuestionarios, aplicados a sujetos madrileños de los distritos de Vallecas y Salamanca, diseñados teniendo en cuenta los empleados en diversos estudios sociolingüísticos y recogidos para tal fin.»





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