febrero 13, 2015

«Efectos no deseados por la comunicación digital en la respuesta moral [Conclusiones]»


Isidoro Arroyo Almaraz y Raúl Gómez Díaz
«Efectos no deseados por la comunicación digital en la respuesta moral [Conclusiones]»
Comunicar vol. 22, n.º 44 (2015).


«La respuesta moral de nuestros sujetos se ve modificada cuando la comunicación es mediada por tecnologías digitales de comunicación. La respuesta moral de los individuos es de menor calidad (menos reflexiva y con menos capacidad de ser elevada a categoría universal) cuando utilizamos (para transmitir el contenido y extraer la respuesta) tecnologías digitales de comunicación que cuando utilizamos el procedimiento tradicional del papel impreso y el lápiz.

»Ya que toda respuesta moral exige la coherencia para ser considerada, de no ser coherente será menos moral, puesto que hemos concebido la moralidad constituida por la reflexión y la universalizabilidad. La reflexión exige mantenimiento del juicio en el tiempo, y la universalizabilidad importa por no hacer depender el juicio del que juzga ni del que ejecuta la acción. La coherencia en cada juicio no determina el tenor moral, pero sí su condición moral.

»Los contenidos audiovisuales en los que aparecen imágenes animadas representando a personas virtuales extraen una respuesta moral todavía más incoherente (esto es menos reflexiva y menos universalizable), que cuando en los contenidos audiovisuales aparecen personas reales transmitiendo los conflictos morales. La inteligencia fluida de los individuos de nuestra muestra es un atenuante de esta modificación de la respuesta moral en función del medio comunicativo usado.

»Por tanto, los formatos y medios digitales tienden a devaluar la respuesta moral de nuestros sujetos, y el uso de imágenes virtuales de personas en vez de personas reales influye aún más negativamente en la calidad de su respuesta moral. Se ha encontrado que el compromiso que los sujetos ponen cuando deciden pulsar con un ratón, es mucho menor que el compromiso que incorporan a una marca hecha con lápiz sobre un papel. El clic del ratón es más liviano, el cuerpo actúa con menos intensidad, la mente decide con menos responsabilidad.

»Recuérdese que nuestra muestra está íntegramente compuesta por jóvenes que no tienen especialización académica ninguna, y que nacieron mientras Internet se iba integrando en nuestras vidas. Jóvenes que apenas leen contenidos que no sean digitales. Pues bien, en ellos se manifiesta ese mayor respeto por lo que queda registrado sobre papel que lo que queda registrado digitalmente.

»Estos resultados no se pueden contrastar con investigaciones precedentes que usan el test D.I.T., ya que en ellas su aplicación se hizo exclusivamente en papel impreso, o en aplicación “online” no audiovisual. En cambio nuestro procedimiento se alinea con otras investigaciones que parten de la comunicación mediada por tecnologías digitales e indagan en el capital social de los individuos y sus comunidades digitales.

»Es aquí donde los resultados de esta investigación alcanzan significación, en donde las nuevas herramientas digitales se convierten en instrumentos para el aprendizaje cívico y el empoderamiento ciudadano, pues se señala un efecto negativo en el capital social que hasta ahora no se había observado.

»Es común, entre los primeros estudiosos del capital social, advertir que la confianza intragrupal es un factor destacado de análisis, que las normas y su asunción son cruciales y que en las expectativas recíprocas se fraguan las recompensas que aglutinan la comunidad. Pues bien, esta investigación añade a los factores que pudieran reducir el capital social, que las tecnologías digitales de la comunicación disminuyen la coherencia de la respuesta moral. Esto es, que disminuyen el compromiso que el actor social establece con las normas y su expectativa de cumplimiento.

»Las investigaciones futuras que se abren con estas conclusiones pudieran considerarse desde una doble perspectiva: perfeccionar la herramienta diagnóstica que hemos usado (atendiendo a más variables como el posible efecto encuadre audiovisual o “framing”, dándole más versatilidad, confiabilidad y refinándola para otras poblaciones); y ampliar el universo poblacional (tanto transversal como longitudinalmente) y situacional (otros entornos: metaversos, avatares…; otros aparatos digitales: tabletas, teléfonos…; otros contextos: realizar el test a solas, junto a grupos de confianza...).

»Para muchos existe la convicción de que no puede haber ninguna verdad definitiva en ética, pero eso no es cierto del todo, pues la coherencia es la “conditio sine qua non” de la ética. Una conducta moral inestable, o una moral poco coherente, no es moral, que no es decir lo mismo que sea inmoral. La distancia entre lo que una cualidad tiene de óptima y lo lejos que alguien esté de detentar esa cualidad no son lo mismo. Además, la coherencia moral subyace a la acción, y si no se da aquella, la acción será voluble, cambiante, caprichosa, manipulable e inconsciente.

»En otro orden, una moral acomodaticia sí que es una respuesta moral. En tanto no cambie el entorno la decisión moral se mantendrá en consonancia con lo decidido con anterioridad. Pero esta investigación concluye que los medios digitales son disolventes, también de la posible acomodación del pensamiento al contexto.

»La discusión sobre los resultados de esta investigación sugiere reflexionar sobre las decisiones que afectan a la educación para los medios comunicativos digitales como lo han hecho otras, pero además apunta a una educación que recupere, para las pantallas y los clics (con ratón o con la yema de los dedos), el compromiso que los estudiantes conservan ante el papel, la comprensión que cultivan de la palabra escrita frente a lo audiovisual, la consistencia en el pensar que muestran cuando usan papeles y lápices. De no advertir esta cautela, una invasión masiva de toma de decisiones por medios comunicativos digitales podría provocar una incoherencia tecnoculturalmente inducida en todos aquellos aspectos humanos que sean susceptibles de verse modificados por el uso comunicativo digital (relaciones humanas, consumo, democracia “online”, formación a distancia, etc.).

»No existen las dinámicas ciegas en los propósitos humanos, ni tampoco en las tecnologías que nos rodean. Sabiendo que las agujas en las brújulas se orientan hacia el norte es cómo podemos decidir la ruta, no hacia el horizonte que señala la punta de la flecha, sino hacia el destino que nosotros elijamos. Sin renunciar a ninguna de las ventajas que nos ofrecen las tecnologías digitales de comunicación, igual que hacemos con la aguja de la brújula, decidimos nosotros qué dejamos atrás y qué ponemos delante.

»Así, el campo de aplicaciones que se abre con la interpretación y la discusión de los resultados de este experimento ha de ser considerado desde una doble perspectiva: la de conocer mejor los efectos no deseados que la comunicación mediada por tecnologías digitales pudiera provocar y la de configurar sistemas de consulta, relación y participación, de los usuarios en los que esos posibles efectos no deseados sean previstos, considerados, minimizados o anulados. Si las tecnologías digitales han venido para quedarse es porque aportan unas indudables ventajas que mejoran nuestra cotidianeidad. Pero hasta el cómodo sofá de casa ha de usarse con moderación porque puede perjudicar seriamente nuestra salud.»






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