Romuald Gondomar Miñana
«Propuesta metodológica para una pragmática del diseño»
k+e. komunikazio eremuak - espacios de comunicación - espais de comunicació - espazos de comunicación). IV Nazioarteko Biltzarra Komunikazioaren Ikerkuntzarako Espainiar Elkartea. IV Congrés Internacional Associació Espanyola d'investigació de la Comunicació. IV Congreso Internacional Asociación Española de Investigación da Comunicación. IV Congreso Internacional de la Asociación Española de Investigación de la Comunicación. 21-24 enero 2014 urtarrila 21-24. Komunikazioak. Comunicaciones, ed., coord. y maquetación de Itxaso Fernández-Astobiza, Bilbao, Asociación Española de Investigación de la Comunicación (AE-IC), 2014, págs. 1902 a 1917.
Extracto del apartado en páginas 1910 a 1916 de la publicación del libro en PDF
«Modelo del diseño pragmático de las cosas
»Desde la perspectiva de la cultura material las cosas se erigen como los principales agentes sociales que dotan de sentido a las experiencias humanas (Dant, 1999 [Material culture in the social world: values, activities, lifestyles. Philadelphia: Open University.]). Por ello, en el entramado fenomenológico que éstas conforman el diseño, como disciplina que propone y provee de recursos a la sociedad, debería adoptar el papel mediador entre cosas y sujetos. Es en este sentido que el diseño debe aplicarse con el objetivo de aproximar los objetos a sus intérpretes y favorecer todas las posibles vías de comunicación entre ellos.
»Bajo el amparo de la máxima pragmática, que concibe como todos los efectos prácticos de las cosas constituyen el concepto que de ellas tenemos, hemos formulado un esquema para facilitar la comprensión de la noción pragmática de las cosas. El modelo quiere centrar su atención en las actividades que las cosas posibilitan y por ello las directrices quedan establecidas por la acción del signo (concepto) en la acción de las cosas.
»La figura 7 presenta la propuesta que relaciona las categorices faneroscópicas (primeridad, segundidad y terceridad) con el proceso generalizador del significado de las cosas a partir de las experiencias contextuales, individuales, colectivas y comunes531, siguiendo con el planteamiento expuesto anteriormente (fig. 6).
»La estructura que subyace en cada una de las sucesivas etapas contextuales se basa en el planteamiento pragmatista de cómo los hábitos, de conducta y mental, se erigen como signos del conocimiento. Véase la síntesis de la figura 1 del hábito de conducta (irritaciones, acciones y creencias) y del hábito mental (dudas, razonamiento y reglas). Mientras que los procesos semiósicos de cómo los conceptos (signos) intervienen en la acción de las cosas son, como hemos visto, los que orientan la propuesta.
»En aplicación de estos criterios en cada una de las fases hemos previsto una subdivisión en tres etapas con la finalidad de concretar qué elementos contribuyen activamente en la formación, transmisión y conocimiento del significado de las cosas. Las directrices de esta disección se han establecido en función del grado de participación de los individuos en el desarrollo de las situaciones generadoras de conocimiento Los recursos aplicados en el primer estadio, relativo a los diversos niveles individuales, recogen las relaciones semiósicas de la experiencia de las cosas (fig. 3: cualidades, actos, normas) y las relaciones que Peirce establece entre signo y objeto (percepción, función sígnica i signo). En el segundo estadio se ha aplicado los instrumentos que proporciona la semiótica, como disciplina que opera con signos para comunicar el significado (fig. 2: representación, comunicación y significación) y el concepto de interpretante del signo que desarrolla Peirce para los procesos semiósicos (fig. 5: representado, producido e interpretado).
»Finalmente, en el tercer estadio empleamos el concepto globalizador que la máxima pragmática y el interpretante final otorgan al conocimiento como culminación de los procesos semiósicos (fig. 4: interpretar, comprobar y establecer).
»De acuerdo con este planteamiento el modelo pragmático del diseño de las cosas quedaría formulado de la siguiente manera:
»El primer estadio, conducido por las individualidades, determina los procesos de análisis en los que las cosas devienen significativas para alguien transformándose en datos, conceptos e ideas:
»– las cualidades presentes en las cosas, las oportunidades que muestran y sus rasgos distintivos;
»– los actos que posibilitan las cosas, los modos habituales de obrar y los hechos realmente acaecidos;
»– las pautas o creencias fruto de las relaciones entre hechos y cualidades conceptualizadas como signos.
»El segundo estadio, organizado a nivel colectivo, se encarga de procesar y transmitir la información de forma comprensible:
»– representación y reproducción de las cualidades de las cosas para remitir a los signos o conceptos aprehendidos;
»– comunicación de las cosas usando medios social y culturalmente pertinentes;
»– significación y trascendencia que los individuos asignan a las cualidades trasmitidas, la utilidad de las cosas.
»El tercer estadio, buscando la estabilidad necesaria para normalizar el conocimiento de la comunidad, presenta las siguientes funciones:
»– interpretador del significado enunciado, determinando el sentido común que expresan las cosas;
»– verificador de la relación significativa transmitida para comprobar su eficacia y confirmar su validez social;
»– saber, como conocimiento común que habilita a los individuos para utilizar las cosas reconociendo las aptitudes y capacidades que éstas nos muestran.
»Esta disección del ciclo pragmático de las cosas pretende, por un lado, estructurar las fases sucesivas de aprensión de la realidad experimental y, por otra parte, configurar un instrumento metodológico aplicable al diseño, con la principal finalidad de aumentar la capacidad comunicativa de las cosas para expresar su utilidad. Con este objetivo deberíamos valorar como posicionar el diseño. Como hemos expuesto, la capacidad de las cosas de ofrecer información, la posibilidad de estructurar estos datos como lenguaje que permite la transmisión y remisión del valor y el significado de las cosas, nos conduce a posicionar la disciplina en el mismo ámbito de la comunicación. Su ubicación en el ciclo pragmático de las cosas seria por tanto la etapa intermedia del nivel de experiencias compartidas (fig. 8).
»El posicionamiento del diseño como comunicador de la utilidad y significación de las cosas a partir de los datos que ofrece la experiencia contextual de los individuos delimita las fases del proceso. En la representación gráfica de la figura 8 quedan definidas las áreas sobre las que deben adquirir competencias los diseñadores. La tarea mediadora que desempeña el diseño nos permite distinguir una fase previa a la formulación de propuestas y una fase posterior.
»Una primera aproximación a las distintas etapas comprendidas en la fase previa nos permite especificar los objetivos principales de análisis: delimitar cualidades, valorar su relevancia y observar su incidencia en las acciones que llevan a cabo los individuos en particular y en cómo conceptualizan la interrelación generada. Los métodos utilizados en esta fase deberían facilitar las claves para comprender las respuestas de los individuos ante cualquier cosa, las diferentes maneras de abordar su uso y de experimentarla (Press, M. y Cooper, R., 2009 [El diseño como experiencia. El papel del diseño y los diseñadores en el siglo XXI. Barcelona: Gustavo Gili]). Los métodos de observación etnográfica y los análisis de comportamientos podrían ofrecer información relevante.
»Estas investigaciones deberían complementarse con la aplicación de métodos de análisis pragmático para facilitar la comprensión de las cualidades de las cosas como unidades de significación.
»La última etapa debería fijarse en comprender como los individuos, en particular, seleccionan y sintetizan sus experiencias para identificar los significados que valoran y atribuyen a las cosas extrapolándolos a los distintos colectivos de los que se sienten partícipes. Los métodos de investigación etnográfica y antropológica proporcionarían las herramientas adecuadas para proponer la representación significativa de las cualidades de acuerdo a determinados objetivos e intereses compartidos cultural y socialmente.
»La fase posterior debería centrar sus objetivos en comprender la eficacia significativa de las propuestas de diseño y en su interpretación para verificar sus aptitudes de inserción en los hábitos comunes. El análisis de los tipos conocidos y validados como útiles por la tradición y la colectividad puede constituir un buen instrumento de revisión para adaptar las propuestas materializadas por el diseño. Los resultados deberían ser acordes con las normas de interacción conocidas y con los principios comunicativos adoptadas por la comunidad.
»Será necesario precisar con más detalle qué elementos y objetivos analizar en cada una de las etapas y cómo se pueden interrelacionar entre sí. Ello permitirá configurar una secuencia adecuada y ordenada metodológicamente que cumpla con el objetivo de mostrar el conocimiento de la concepción de las cosas que poseen los individuos. Si el esquema propuesto ayuda a los diseñadores a comprender como progresivamente se forma el significado de las cosas, su implementación podría suponer un instrumento efectivo para aumentar sus competencias comunicativas y su puesta práctica aportar métodos para mostrar los beneficios que proveen las cosas.
»La concepción pragmática de las cosas, es decir, la totalidad de sus efectos útiles, como concepto que engloba valor, significado y servicio, puede favorecer la comunicación de la realidad del diseño.»
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