enero 21, 2015

«¿De qué manera se opera con el léxico?»


El conjunto de este texto muestra el léxico, o el enfoque de trabajo con el léxico, dentro de la gramática, es decir, además de cuestiones de lógica, semántica, pragmática, etc., habitualmente ligadas a la construcción de significados, su correlato en otros tipos de construcción, como la morfosintáctica o sintáctica.


Nora Múgica, «Qué decimos y hacemos cuando trabajamos el léxico», Signos ELE: Revista de Español como Lengua Extranjera [Universidad del Salvador (Buenos Aires, Argentina)], n.º 8, extra de 2014.
Extracto de páginas 3 a 6.


«¿De qué manera se opera con el léxico? El trabajo con el léxico ha cubierto varias etapas, con modificaciones importantes en la manera de encarar las relaciones con la sintaxis, si bien se ha mantenido la caracterización en rasgos de las piezas léxicas: rasgos formales o categoriales, que definen al ítem como un sustantivo (N), un adjetivo (A), un verbo (V), una preposición (P), y rasgos semánticos y fonéticos, ambos interpretables e indispensables en la instancia de la interpretación, que es el tercer punto que destacamos en el proceso de la derivación.

»Los rasgos fonéticos así como los semánticos tienen un contenido que va a ser leído (interpretado); en este nivel marcamos una segunda interfaz, ya que el sistema lingüístico requiere interactuar con otros sistemas cognitivos a los fines de interpretar (interacción con el sistema conceptual-intencional, cuando se trata de la interpretación semántica asociada a la sintaxis; interacción con el sistema articulatorio-perceptual, en el caso de la interpretación fonética). Debemos acotar que con este complejo no se completan los factores que intervienen en la producción y en la comprensión. En todo caso, está presente una constante interacción con aspectos pragmáticos, y en general, con la información que aporta el conocimiento de mundo.

»Volviendo al tema de los rasgos, puede preguntarse el lector, por qué la teoría lingüística opera con rasgos entendidos como una unidad mínima. Cuando se dice que el léxico interactúa con la sintaxis, y —como vimos en el caso anterior— de esa interacción una estructura resulta aceptada y otra no, no se trata de poner a prueba en el comportamiento de cada ítem léxico cómo se define una estructura, procedimiento que sería altamente costoso y sin límites; además, sería un procedimiento innecesario puesto que lo que se activa en una combinación sintáctico-semántica son los rasgos que caracterizan las piezas léxicas, compartidos entre ellas, y a partir de estas marcas, se establece la compatibilidad entre los constituyentes oracionales.

»Lo que importa desde la perspectiva teórica y desde la empírica es que los rasgos no son propios de cada ítem, sino que caracterizan series enteras de verbos, sustantivos, etcétera; esto es, un rasgo semántico como es [± animado] atraviesa series de piezas léxicas e, incluso, estará vigente en diferentes lenguas. Este es un punto que favorece evidentemente el trabajo de enseñanza-aprendizaje de una segunda lengua y que abre posibilidades de comprensión y de producción contextual. En otro orden de cosas, los sustantivos ‘fiesta’ y ‘silla’ que proponemos como ejemplo comparten el rasgo categorial [+N], son sustantivos; sin embargo se distancian a la hora de generar un contexto adecuado: el sustantivo fiesta acepta el adjetivo ‘aburrida’, pero el sustantivo ‘silla’, no. En el estudio lingüístico, esta es una base para la determinación de clases. Un sustantivo como ‘fiesta’ describe un evento en el que puede haber participantes, que reproduce una situación en un determinado tiempo y lugar. En síntesis, de lo que se trata es de explicar las combinatorias en las que interviene el léxico y la sintaxis y la compatibilidad o no —compatibilidad resultante—. La compatibilidad es variada y abarca diferentes aspectos involucrados en el análisis de la forma y del significado.

»Nuestro punto de partida, entonces, es que el léxico forma parte de la gramática, por lo tanto se abren lugares de interfaz entre léxico y sintaxis, entre léxico y morfología,5 así como del conjunto con el significado. En el primero de los puntos mencionados, en cuanto a la asociación del léxico con la sintaxis y con la morfología, cabe agregar que esta asociación se produce desde dos perspectivas distintas: en el primero de los casos, entre sintaxis y léxico, se hace evidente cómo, en una parte importante de ocurrencias, el ítem léxico define cuántas y cuáles son las estructuras que van a integrar una secuencia gramatical, cuáles son las combinaciones posibles a partir de una serie acotada de opciones, cuál es la grilla temática que se constituye.

»A modo de ilustración, pasamos revista a cada uno de ellos: verbos transitivos como comer y comentar coinciden en cuanto a que en ambos casos se come algo y se comenta algo; pero véase que ese “algo” tiene características distintas en cada uno. ‘Comer’ denota ‘comida’ y el algo, una entidad física comestible, un objeto material identificable; luego, ‘comer’ no puede construir el objeto con una subordinada introducida por “que”, como sucede con comentar. Comentar se combina con: “la venida de su hermano”, y con: “que su hermano vino”; esto es, “la venida de su hermano o que su hermano vino” no denotan entidades, sino que denotan eventos, sucesos, que se producen en un tiempo determinado, y en el que hay participantes (su hermano). Esta distinción está definida desde el léxico, e importa, además, que esta distinción se generaliza a las lenguas y es, por lo tanto, una entrada muy adecuada en el proceso de enseñanza de una segunda lengua.

»Respecto de la grilla temática, nos referimos a que un verbo, por ejemplo, selecciona si el SD (=sintagma determinante) en posición de sujeto es interpretable como agente, como paciente, como causante. El hablante y los estudios sobre gramática identifican que los rasgos semánticos del sujeto en los siguientes ejemplos son diferentes: “Juan (agente) rompió el vidrio de la ventana”, “la tormenta (causante) rompió el vidrio de la ventana”, “la nena (paciente) se asustó”.

»En su asociación con la morfología, el léxico pareciera proceder de manera inversa, porque en este caso no se trata de cómo el ítem léxico proyecta su información sobre las estructuras sino de qué constituyentes lo integran, qué significado aportan, y a posteriori, cómo ese constituyente o el conjunto derivado se integra en la sintaxis oracional; en otros términos, los elementos morfológicos (sufijos, afijos, prefijos) tienen significado, seleccionan las categorías léxicas V, A o N con la que se van a combinar (en- /a- + N/A; N, A +- izar, por ejemplo). Luego, en el orden de la derivación léxica, interesan básicamente cuáles son los componentes morfológicos, qué relación guardan entre ellos (entendiendo que unos son elementos constantes y otros variables); en qué sentido se proyectan en la sintaxis e incluso, cuál es el mecanismo de formación y de producción de nuevos ítems. En síntesis, todos los aspectos involucrados —léxico, elementos afijales, estructuras, combinaciones en la sintaxis— dan como resultado un significado. Lo que nos interesa es que si bien este significado tiene rasgos particulares, conlleva, además, rasgos generales, que se extienden a las series y que pueden trazar vínculos entre las lenguas.

»La pregunta que se formula la teoría lingüística es cómo se distribuye este significado; esto es, qué parte por así decir le corresponde al léxico, y qué a la estructura. Nuestra mirada tiende a operar de otra manera: tiende a considerar que es el conjunto el que significa y que así como el significado del léxico en muchos de los casos es en sí mismo composicional (esto es, tenemos en cuenta que operamos con ítems léxicos simples y con otros complejos que tienen estructura interna) también lo es el significado de la secuencia en su totalidad. No se pone en duda que el léxico aporta información pero también se afirma que la estructura hace lo propio. Es decir, estamos operando desde una perspectiva de interfaz entre los componentes lingüísticos, léxico, sintaxis, morfología. Lo que se trata de mostrar en el presente trabajo es que lo que una estructura significa (nos referimos a una secuencia gramatical) es el resultado de una combinación entre lo formal y lo léxico —entendiendo lo formal como lo categorial y estructural—, además del hecho de que el conjunto, en última instancia, tiene vida propia cuando el lenguaje se pone en acción, en cuyo caso, puede re-significar.»






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