agosto 29, 2022

«La redundancia posibilita que se mantengan las intenciones comunicativas y el significado del mensaje»



Juana Alejandra López Lozano
«Procesos de significación: una mirada pragmática a los mensajes publicitarios de compañías telefónicas en la web»

Poliantea, vol. 13, n.º 24 (2017)

Poliantea (@poliantea) | Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano (@Poligran) | Facultad de Sociedad, Cultura y Creatividad | Bogotá | COLOMBIA


Extracto de páginas 7, 14-16 y 26-27 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




«Desde una perspectiva pragmática (donde el signo es acción), el concepto de redundancia es visto como un mecanismo que permite orientar los procesos de significación de los destinatarios del mensaje publicitario, en cuanto posibilita que las intenciones comunicativas que motivaron la producción del mensaje (superposición de códigos) se mantengan, y contribuye a la construcción de contextos interpretativos que favorezcan el significado concedido al mensaje.

»De esta manera, sin el ánimo de abordar la totalidad de eslabones que intervienen en los procesos de producción de contenidos digitales y en la promoción de productos y servicios (agencias de publicidad, proveedores de tecnología, editores de contenido, consumidores), este artículo se ha propuesto reflexionar acerca de los procesos de significación de los mensajes publicitarios online, en términos de la superposición y redundancia de códigos (discursos pluricódicos) y de los contextos de interpretación previstos en el mensaje.



»Redundancia, contexto y procesos de significación

»La comunicación eficaz depende de la coincidencia en la significación de los mensajes emisor-destinatario, y en la reducción de la ambigüedad comunicativa. Esta claridad discursiva puede lograrse a partir de la redundancia en los códigos empleados para configurar el mensaje, con lo cual se orienta la planeación del contexto, se promueve la relevancia y se anticipan las expectativas del destinatario potencial.

»La naturaleza multimodal del mensaje publicitario lo ha convertido en un espacio discursivo, donde se evidencia con mayor claridad la superposición de códigos (tanto lingüísticos como no lingüísticos) en interacción permanente, para dar vida al sentido textual. De ahí que no cause extrañeza la presencia simultánea de varios códigos en el mismo mensaje. Pero ¿de qué manera incide el número de códigos en la significación de los mensajes publicitarios?

»Cuando se habla de un código, se hace referencia a “un sistema de convenciones explícitas y socializadas” (Guiraud, 1972, p.56); un conjunto de reglas que emplean los intérpretes (integrantes de una sociedad) para dar forma a procesos de comunicación. En suma, signos sistematizados y compartidos que instauran vínculos entre la porción de realidad tematizada en el mensaje (referente) y los signos que se utilizan para materializarlo.

»Los códigos son esenciales para dar vida a la significación, en cuanto propician el enlace entre lo sensible y lo inteligible. Su carácter dinámico, abierto, provisorio y fragmentario hace de estos una realidad susceptible de modificaciones de variada naturaleza. En consecuencia, la disposición de los códigos que configuran los mensajes en el proceso de comunicación está regulada por un mecanismo de protección de la significación, denominado “redundancia”.

»Es así como,

»“Para preservar los mensajes contra los diversos accidentes que pueden sobrevenir en el transcurso de su transmisión a lo largo de un canal, los códigos que permiten elaborar esos mensajes pueden prever una redundancia. Se quiere decir con esto que una información dada puede repetirse un cierto número de veces en el enunciado, y distribuirse en las diversas unidades que constituyen el mensaje” (Klinkenberg, 2006, p. 81).


»En cualquier mensaje, la pérdida, incomprensión o falta de legibilidad de alguna de las unidades sígnicas será prevista por la aparición de códigos superpuestos, seleccionados y dispuestos desde la planeación del mensaje. Sin embargo, en el caso de la publicidad, esta condición resulta ineluctable dado que el propósito que persigue, como ya se mencionó, es esencialmente persuasivo.

»Los propósitos comunicativos trazados por las empresas para la promoción de sus bienes de consumo, exigen la codificación de mensajes cuyo contenido no sólo se esfuerce por generar condiciones pragmáticas de producción, óptimas para la reducción de la ambigüedad. También amerita la confluencia de distintos códigos que aseguren la redundancia en la significación y, con ello, univocidad en la interpretación.



»Conclusiones

»Para fortalecer las acciones de comunicación publicitaria online es esencial reconocer en el mensaje publicitario un acto de habla; una unidad de comunicación donde convergen intenciones, códigos y efectos.

»En la actualidad, sin importar el sector económico al que pertenezcan, las empresas deben esmerarse por planificar sus mensajes a partir de las expectativas de los destinatarios (web 3.0), bien sea seleccionando códigos que se actualicen en contextos relevantes para públicos específicos o, si lo hacen a un público general, es conveniente esforzarse por generar contenidos donde predominen códigos vinculados a contextos sociales y, en ambos casos, sin olvidar que el mensaje publicitario se construye con la intención de convencer al cliente potencial para que actúe afirmativamente.

»Desde esta perspectiva, la redundancia es el factor que garantiza la relación eficaz entre códigos y contextos, en términos de contribuir a la preservación de las intenciones comunicativas de origen, una vez el mensaje adquiere significación ante los ojos del destinatario. Más aún, si se tiene en cuenta que los mensajes que promueven la actividad comercial-institucional de las organizaciones están obligados a producir significados efectivos, en consonancia no solo con los códigos culturales del cliente, sus necesidades básicas y sus sentimientos, sino también motivando la configuración de contextos significativos de interpretación.

»Conceder una mirada pragmática al mensaje publicitario no solo favorece la comprensión del fenómeno comunicativo en cuanto se vislumbra como un proceso de negociación de códigos y significaciones, entre una instancia emisora (empresa) y sus públicos. También permite concebir la producción de los mensajes como espacios en los que es posible reducir la distancia entre intenciones y efectos en la comunicación con los clientes, a partir de estrategias pragmáticas aplicadas al manejo y superposición de códigos, y a la construcción de contextos interpretativos, tal como ocurre con el fenómeno de la redundancia».





«El panel [viñeta] es la unidad de intención comunicativa mínima del cómic y se codifica según las reglas gramaticales de la construcción de planos bidimensionales»



Eduardo Baccarani
«El enunciado y el panel: un acercamiento a la textualidad en el cómic»

Lengua y Habla, vol. 19 (2015)

Lengua y Habla. Revista del Centro de Investigación y Atención Lingüística (CIAL) | Universidad de Los Andes (@ULA_Venezuela) | Facultad de Humanidades y Educación (@decanatofahe) | Departamento de Lingüística | Centro de Investigación y Atención Lingüística «Julio Cesar Salas» (CIAL) | Mérida | VENEZUELA


Extracto de apartados en páginas 253, 254 y 265 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




«Resumen

»Al tratarse de una modalidad narrativa construida a partir de unidades gráficas y verbales, es pertinente preguntarse hasta qué punto puede concebirse el cómic como un sistema textual. Es a partir de dicha pregunta cuando surge esta investigación, que tiene como objetivo principal definir qué rasgos o cualidades permiten pensar en el cómic como un sistema textual, enfocándonos a las unidades gráficas que permiten construir la textualidad en este tipo de textos. Partiendo de postulados teóricos del cómic propuestos por Gasca y Gubern (1988), Saraceni (2003) y Cohn (2012, 2013), y usando como soporte teórico lingüístico las nociones de texto y textualidad propuestas por Beaugrande y Dressler (1981) y Chumaceiro (2001), se describen tres fenómenos relacionados con la construcción de textualidad del cómic: las condiciones que permiten considerar el cómic un texto comunicativo; el hecho de que se puede hablar de la existencia de ejes sintagmáticos y paradigmáticos en este tipo de textos; y la posibilidad de asignar categorías gramaticales a las distintas unidades gráficas representadas en los paneles [viñetas] de un cómic.


»Introducción

»El cómic puede describirse fundamentalmente como un tipo de texto narrativo que se constituye a través de la colaboración de elementos visuales y lingüísticos. Al tratarse de un hecho narrativo, es pertinente preguntarse hasta qué punto puede pensarse en el cómic como un texto conformado por unidades (ya sean visuales o lingüísticas) que le permitan representar o relatar sucesos de una forma que se aproxima a la implementada en narraciones estrictamente verbales.

»Este trabajo forma parte de la tesis en progreso titulada La expresión de la transitividad en el cómic hispanoamericano: un estudio exploratorio del análisis de las estructuras transitivas visuales y textuales en webcómics, que tiene como objetivos fundamentales delimitar hasta qué punto es posible afirmar que existe dentro del cómic una representación visual de lo que tanto Halliday (2004) como Hopper y Thompson (1980) definen como “transitividad”, enfocándose a identificar por medio de qué recursos visuales es representada dicha propiedad en este tipo de texto, así como determinar hasta qué punto es posible valerse de herramientas lingüísticas para analizar la construcción textual del cómic.

»El objetivo de las siguientes páginas es entonces delimitar los dos niveles desde los que se pretende analizar el cómic dentro de la tesis previamente mencionada: un nivel discursivo en el que el análisis se enfocará en la construcción de unidades de intención comunicativa dentro del cómic, y uno gramatical, en el que se buscará observar cómo se constituye internamente el panel [viñeta], que será considerado dentro de este trabajo como una unidad de codificación de información equivalente a las oraciones gramaticales de los textos lingüísticos.



»Consideraciones finales

»Hasta este punto se ha hecho referencia a tres fenómenos: a las características que permiten considerar el cómic un texto comunicativo; al hecho de que se puede hablar de la existencia de ejes sintagmáticos y paradigmáticos en el cómic; y, finalmente, a la posibilidad de asignar categorías gramaticales a las distintas unidades gráficas que existen en un determinado panel [viñeta].

»Lo anteriormente dicho hace posible observar cómo se construyen unidades de intención comunicativa en el registro visual del cómic, así como la manera en la que estas se codifican en unidades que se aproximan en cierto grado a la oración gramatical, lo que permite llegar a la conclusión preliminar de que el panel [viñeta] no solo es la unidad de intención comunicativa mínima del cómic, sino que esta unidad comunicativa se codifica obedeciendo ciertas reglas gramaticales; estas normas, sin embargo, no deben concebirse en función de la organización del cómic en una dimensión lineal, sino que debe pensarse en una gramática que se ocupe de los procesos de construcción de planos bidimensionales que tienen lugar en un determinado cómic.

»La delimitación de estos niveles de análisis permitirá continuar con los siguientes objetivos de esta investigación, que son los de delimitar lo que sucede con la representación de la transitividad en el nivel visual del cómic, así como la posibilidad de implementar tipologías lingüísticas para aproximarse a los distintos procesos que se representan visualmente en este tipo de texto».





«En Chile, el discurso público de la tolerancia se traduce en un lenguaje comunicacional que se sobrerrecoge y cuida al momento de referirse a la ciudadanía gay»


Esta página se publica actualizada en esta nueva dirección: https://plaka-logika.blogspot.com/2023/12/dado-que-el-discurso-de-la-igualdad-se.html.

agosto 22, 2022

«El arte de contar es tan antiguo como la humanidad. Es el arte de empatizar con el receptor»



Lluís Mas Manchón (@Morbigstain)
«Estructura formal, textual y oral del discurso público»

Estudios sobre el Mensaje Periodístico, vol. 22, n.º 1 (2016)

Estudios sobre el Mensaje Periodístico | Universidad Complutense de Madrid (UCM) (@unicomplutense) | Facultad de Ciencias de la Información (@UCMccinf) | Departamento de Periodismo y Comunicación Global (@Per_Global) | Madrid | ESPAÑA


Extracto de apartado en páginas 449 a 452 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.




«La estructura textual del discurso informativo

»Una vez se dispone de la información necesaria sobre el pedazo de realidad que se pretende transmitir, el proceso se centra en la enunciación textual, esto es, la transformación de las informaciones en un texto lineal, mediante palabras, estructuras sintácticas y párrafos. La capacidad de storytelling o de construir un relato de las cosas es clave para poder conseguir los objetivos informativos, persuasivos y de entretenimiento de todo discurso (Ballenato, 2006). El arte de contar es tan antiguo como la humanidad, tan antiguo como el descubrimiento del fuego, alrededor del cual se desarrolló el lenguaje y la capacidad de contar historias correlacionada con la capacidad de atenderlas y comprehenderlas (van Dijk, 1999). El arte de contar es el arte de empatizar con el receptor. El cuentacuentos es aquel que conoce su audiencia y sabe estructurar y dosificar la información en un formato de relato ficcional en tres partes generales (Propp (1987):

»1. Statu quo o situación estable inicial: aparecen los personajes en un contexto espaciotemporal, entre los que el héroe no es consciente de su condición y vive en sociedad y tranquilidad.

»2. Se produce un cambio grande en la vida colectiva de la zona, con gran perjuicio para civiles (víctimas o testigos), y el héroe se ve obligado a actuar; conoce al villano, sucumbe a él al tiempo que conoce un ayudante que mantiene la lucha.

»3. El héroe persigue al villano en otro reino donde lo combate directamente y lo vence.

»4. Compensación de parte de las anteriores víctimas o testigos de la gesta.


»Esta estructura general proviene de la cultura oral, pero se mantiene en la actualidad en el texto escrito. Siguiendo a Aristóteles (Barroso, 1992), este relato es antropocéntrico por naturaleza, pues la proyección y la identificación emocional con las personas es el mecanismo más poderoso para captar el máximo de atención de los receptores.

»Así, la personificación es el primer principio clave del relato. Los personajes de un relato se construyen en segundo lugar a través de la acción, que además hará avanzar la trama o conflicto. En tercer lugar, esa acción hace interactuar a los personajes, por lo que las relaciones entre ellos definen el avance de la narración. Y en cuarto lugar, estos personajes actúan y se relacionan en un espacio tiempo.

»Ahora bien, el discurso público formal asume estos principios y los adapta a su triple objetivo: entretenimiento al servicio de la persuasión, al servicio de la información. Así, en el discurso público se da por sabido en gran medida el estado normal del tema del que se hablará, por lo que el relato empieza con la gran novedad de la información (accesible, grande, con jerarquía y próxima). Una vez se ha presentado esa gran novedad o alteración del estado normal, se dará el contexto temático necesario para enmarcarla según orden de importancia, es decir, según una jerarquía descendente de contextos, representada por la clásica pirámide invertida (Fontcuberta, 1980).

»En este caso, esa jerarquía desciende hasta el nudo o narración de hechos descriptivos, momento en el que se inicia una jerarquía ascendente o pirámide no invertida. Gradualmente, se recuperan los elementos temáticos en orden ascendente hasta el clímax final del discurso, es decir, un retorno a la novedad principal con la que se abría el discurso:



»Por lo tanto, todo discurso se caracteriza por un inicio, un desarrollo y un final totalmente integrados (Wichmann, 2000; Mas Manchón, 2012b). Esa integralidad es fundamental para constituir una unidad indivisible y no totalmente comprendida hasta el final. Charaudeau define este tipo de narratividad como “le passage d’un état initial à un point d’arrivée, grâce à une transformation généralement réalisée sous forme d’épreuves” (2003: 40). El discurso informativo se compone de dos clímax, uno al principio y otro al final. Por obvio que pueda parecer, la marcación en todos los niveles de las fases del discurso, especialmente su inicio y final, es el rasgo más importante de la teoría narrativa y serán las partes principales del moderno relato discursivo oral.

»A partir de aquí, el orden en la presentación de la información sigue un triple criterio: el lógico (de importancia o primicia), el cronológico y el dramático o de entretenimiento.

»Al redactar un discurso informativo, generamos un texto en el que, en primer lugar, se revela el desenlace de lo ocurrido (primicia) y, a continuación, se narran los detalles (cronológicamente) hasta un final con un nuevo desenlace (drama). Así, las frases gestionan y distribuyen fundamentalmente dos llamadas de atención a lo largo de un texto asimétrico, con una primera como protuberancia mayor, tal y como se ha visto en el esquema gráfico de la doble pirámide invertida. Hablamos pues de una mis en relief periódica y estructural (Charaudeau, 2003), centrada, principalmente, en unos elementos informativos siempre presentes y no únicamente temáticos.

»A partir de aquí, el texto debe tener una estructura sintáctica, léxica y semántica en el nivel de la frase. En general, el texto se compone de frases enunciativas cortas, simples y lógicas.

»La regla de oro para mantener la brevedad y la sencillez de la frase es el punto y la conjunción: siempre que al ir escribiendo sintamos que perdemos el hilo y que estamos añadiendo complejidad al texto (subordinación, conectores, explicaciones, alargamientos de la frase...), pongamos un punto y una conjunción alternativamente.

»De esta forma, proponemos utilizar una frase para cada hecho o idea. Esta estructura ideal se ve matizada por:

»1. La coherencia global del texto en torno al núcleo: dando lugar a:
a) frases más largas, con el objetivo de explicar en profundidad y detalle;
b) frases aparentemente complicadas en busca de caminos para destacar el núcleo;
y c) frases sintácticamente no convencionales pues no pocas veces convierten ese núcleo en falso sujeto activo de la acción.

»2. La cohesión de las frases mediante un mínimo de redundancia en los conceptos abstractos y complejos. Se repiten por tanto estructuras sujeto - verbo - predicado y se introducen complementos (de lugar, tiempo, forma...) sucesivamente.


»Según Martínez Albertos, “el periodista debe escribir no como quien escribe, sino como quien está hablando” (1998: 191). Por tanto, en primer lugar, el discurso informativo, al intentar imitar la naturaleza de la comunicación oral humana, pone en juego un estilo que bebe de forma primordial del estilo conversacional. El estilo de la conversación es directo y coloquial: “busca la expresión propia, teniendo en cuenta que la originalidad emana de la sinceridad con uno mismo y del acopio de belleza que vamos haciendo cada día, al ver, al leer y escribir buenas historias” (Bandrés et al., 2000: 222). Se podría decir que es formal en la forma macro del texto (su cohesión y coherencia) y coloquial en el contenido o microestructura (léxico y sintaxis).

»En segundo lugar, la expresión conversacional debe tener fuerza, energía..., como cuando interpelamos a alguien para que nos escuche y entienda la dimensión de lo que estamos contando. Como decía George Bernard Shaw, citado por Bandrés et al. (2000: 222): “De Handel aprendí que el estilo consiste en la fuerza de la afirmación. Si puedes decir una cosa de un golpe, de forma incontestable, tienes estilo; si no, como mucho, eres un mercader del placer, un literato decorativo, un fabricante de música o un pintor de tres al cuarto. Handel, en cambio, tenía fuerza”.

»En tercer lugar, debemos ser muy expresivos y huir de la monotonía (Merayo, 1998). El texto debe ser fresco, respirar cercanía y ausencia de complejos y ataduras.

»En suma, el estilo que se busca se mueve en una suerte de contínuum entre dicotomías: informativo - interpretativo, objetivo - subjetivo, autoritario - testimonial, neutro - emocional, público - privado, narratológico - dramático, impersonal - personal, monológico - dialógico, universal - cercano, directo - continuo, inesperado - corriente.

»En el nivel de los contenidos, debe destacarse el carácter novedoso o insólito de la información relevante con expresiones como: “Por primera vez en la historia...”, “En cinco años...”, etc. Asimismo, las cifras son siempre muy importantes, no tanto por su exactitud, sino por una correcta transmisión de su magnitud. Esto se hace mediante el uso de comparaciones, símiles o metáforas: “más de 25 000 millones de euros”, “la mitad de los trabajadores”, “casi la totalidad de...”, “un iceberg del tamaño de Formentera”, “tres Bernabéus”, etc. En este sentido, el dato deberá reflejar la idea que queremos transmitir: diremos que tal persona tiene 86 años y no que nació en 1927, a menos que el evento verse sobre el hecho de que creció en tiempos del crac económico previo a la Gran Guerra.

»Naturalmente, el vocabulario dependerá también de un glosario de palabras-clave temáticas (Rodríguez Bravo y Mas Manchón, 2011), así como el uso de motes, apodos, explicaciones, o funciones para nombrar a determinadas personalidades. Por último, es importante ser muy preciso en el uso de las palabras, sobre todo el caso de los verbos de acción y los sustantivos. Se debe huir de palabras vacías como “cosa”, “persona”, o “hacer” / “decir” como verbos comodín. De hecho, se recomienda ser muy precisos en la elección de las palabras que sirven al ángulo o enfoque de la informacón con el objetivo de evitar grandes manipulaciones y afectaciones de la credibilidad.

»Finalmente, se dispondrá de un texto redactado y preparado para simular la espontaneidad discursiva».







Pragmática, comunicación no verbal, contextos de comunicación, culturas... Algunas líneas generales



M.ª Victoria Escandell Vidal
«Los fenómenos de interferencia pragmática»

Monográficos marcoELE, n.º 9, 2009
Edición electrónica de Expolingua 1996. Didáctica del español como lengua extranjera, Lourdes Miquel y Neus Sans eds.

marcoELE (Revista de Didáctica Español Lengua Extranjera) (@revistamarcoELE) | Equipo marcoELE | Valencia | ESPAÑA


Extracto de los apartados 1, 2 y 3 del artículo en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




«INTRODUCCIÓN: LA PRAGMÁTICA Y LA ENSEÑANZA DE LENGUAS

»La metodología que se ha impuesto en la enseñanza de lenguas en los últimos años ha puesto de moda la palabra pragmática también entre quienes se dedican a la difícil tarea de enseñar una lengua extranjera. Efectivamente, los métodos comunicativos han propugnado vehementemente la necesidad de orientar la enseñanza desde una perspectiva más pragmática y hacia una perspectiva más pragmática. Los nuevos enfoques se alzan, así, contra aquella otra manera de concebir la enseñanza que había predominado durante años y que habla dado prioridad absoluta a las cuestiones de naturaleza gramatical.

»Parece, por tanto, que en el terreno de la metodología de la enseñanza de lenguas los enfoques de naturaleza pragmática se han revelado más útiles y adecuados, y cuentan ya por derecho propio con un lugar muy destacado en este sector. Este es, por tanto, uno de los sentidos en que el término pragmática puede relacionarse con la enseñanza. Ahora bien, creo, con todo, que este no es el único sentido en que la Pragmática puede tener algo que decir; y me atrevería a afirmar, incluso, que no es ni siquiera el aspecto más importante. Me parece que hay otro sentido, mucho más profundo, en el que la adopción de una perspectiva pragmática puede tener un enorme interés en la enseñanza: me refiero al terreno mismo de la descripción y la explicación de los usos de la lengua.

»En efecto, hay un gran número de fenómenos cuya explicación escapa a los mecanismos de la gramática, y cuyo análisis requiere, por tanto, un enfoque que tenga en cuenta todos los factores extralingüísticos que intervienen en la comunicación: es decir, ni todo puede explicarse desde un punto de vista exclusivamente gramatical, ni todo puede explicarse desde un punto de vista exclusivamente pragmático. Gramática y Pragmática son, en sus supuestos básicos, dos perspectivas de estudio radicalmente independientes; ahora bien, independencia no significa, en modo alguno, antagonismo. Creo que la relación que debe existir entre el enfoque gramatical y el enfoque pragmático no debe ser de oposición, sino de integración y de complementariedad. La realidad es muy compleja y así lo requiere: para obtener una explicación cabal y completa de muchos hechos. es necesario no desdeñar ninguno de los dos puntos de vista.

»Pero, sin duda ninguna, uno de los aspectos en los que la necesidad de adoptar un enfoque pragmático se hace más patente es el que se refiere a la manera en que la cultura y la organización social nativa de quienes aprenden una lengua extranjera determinan y condicionan el uso de la lengua objeto de aprendizaje. El carácter externo al sistema lingüístico de estos principios los convierten en típicos objetos de estudio de la Pragmática.

»Efectivamente, los factores socio-culturales son, claramente, ajenos a la lengua misma; sin embargo, su influencia sobre el comportamiento verbal es extraordinaria, y es la que da lugar a la mayoría de los fenómenos que suelen agruparse bajo la denominación de interferencia pragmática. Las interferencias pragmáticas no siempre resultan fáciles de detectar o de prever; y, sin embargo, sus efectos son, en la mayoría de los casos, mucho más graves que los producidos por las interferencias gramaticales. Este es, precisamente, el aspecto del que me voy a ocupar; pero antes de centrarnos en este tema, repasaremos brevemente algunas nociones básicas de Pragmática, para pasar, luego, a tratar con más detalle los distintos tipos de fenómenos de interferencia pragmática, sus características y sus efectos en la comunicación.


»LOS FACTORES EXTRALINGÜÍSTICOS EN LA COMUNICACIÓN VERBAL

»Como es bien sabido, la Pragmática estudia los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación. Se trata, pues, de una disciplina que toma en consideración los factores extralingüísticos que determinan el uso de la lengua, precisamente todos aquellos factores de los que no puede ocuparse la gramática. Será pragmático, por tanto, cualquier análisis que recurra a conceptos como los de emisor, destinatario, intención comunicativa, situación, contexto, relación social o conocimiento del mundo.

»El emisor es la persona que produce intencionalmente una expresión lingüística en un momento dado, ya sea oralmente o por escrito. El destinatario es la persona a la que se ha dirigido un mensaje; no es, por tanto, un receptor cualquiera, o un oyente ocasional: alguien que capta por casualidad una conversación no es su destinatario. El destinatario es siempre el receptor elegido por el emisor, y para él está específicamente construido el mensaje. Como veremos más adelante, una de las más importantes tareas del emisor consistirá en analizar y evaluar adecuadamente las circunstancias que concurren en su interlocutor para poder “calcular” con éxito su intervención.

»La situación incluye todo aquello que, física o culturalmente, rodea al acto mismo de enunciación. Así pues, además de las coordenadas de espacio y tiempo, la situación comprende la conceptualización que de ella hacen los interlocutores y las expectativas que esta genera en los participantes en la interacción.

»El contexto abarca todo el conjunto general de representaciones del mundo que hacen los hablantes, y que están determinadas empírica, social o culturalmente: contiene, por tanto, conocimientos, creencias, supuestos, opiniones..., desde lo más objetivo hasta lo más subjetivo, desde los conocimientos científicos o las opiniones estereotipadas hasta la visión del mundo que impone la pertenencia a una determinada cultura.

»La intención es una relación dinámica, de voluntad de cambio, que liga al emisor, al destinatario, a la situación y al contexto. Funciona como un principio regulador de la conducta en el sentido de que conduce al emisor a utilizar los medios que considere más idóneos para alcanzar sus fines. Desde el punto de vista del destinatario, el reconocimiento de la intención de su interlocutor constituye un paso ineludible para la correcta interpretación de los enunciados.

»Por último, hay que tener en cuenta cuál es la relación social que existe entre los interlocutores. Por el mero hecho de pertenecer a una organización humana con una estructura social, cualquier interacción entre dos individuos adquiere carácter social, y pasa a depender de principios de naturaleza también social. El papel de los principios sociales en la comunicación es fundamental, ya que —como dijimos— el emisor construye su enunciado a la medida del destinatario.

»La conjunción de todos estos factores constituye el marco dentro del que se desarrolla la comunicación. y permite caracterizar de manera bastante precisa una situación comunicativa concreta frente a cualquier otra. Resulta decisivo, por tanto, cuál sea el valor que adquiera cada uno de estos elementos. Podemos seleccionar un valor fijo para uno de ellos, y valores variables para los demás: por ejemplo, si analizáramos todos los enunciados producidos por un único emisor, tendríamos una constante (el emisor) y muchas variables (destinatario, situación, contexto, intención, relación social): y lo mismo ocurriría si estudiáramos cómo se comportan ante una misma situación diferentes participantes.

»Podemos elegir como constante uno o varios de los elementos. Podemos estudiar, por ejemplo, la realización de un mismo tipo de intención comunicativa por parte de hablantes diferentes y en situaciones diferentes para comprobar cómo, a igual intención, los demás factores determinan variaciones significativas en el modo en que los distintos tipos de emisores diseñan su estrategia de interacción. Pero podemos también hacer que sean constantes la situación y el emisor, para ver cómo este se ajusta a los diferentes tipos de destinatarios y de situaciones... Las posibilidades de análisis son, pues, muy variadas. Ahora bien, tanto la naturaleza de los factores que se tomen en consideración como su número constituyen un marco constante que es precisamente el que permite comparar estudios diferentes y establecer generalizaciones interesantes desde el punto de vista teórico.


»CULTURAS DIFERENTES, CONTEXTOS DIFERENTES

»Sin duda ninguna, todo sería mucho más fácil para todos nosotros si las lenguas solo difirieran entre sí en lo que se refiere a la gramática. Si así fuera, aprender una segunda lengua consistiría simplemente —como imaginaron algunos de los métodos de enseñanza antiguos— en aprender el vocabulario y las reglas gramaticales de esa lengua. Sin embargo, sabemos que las cosas no son tan sencillas: las lenguas difieren entre sí no solo en lo gramatical, sino también en todos aquellos aspectos de su uso que están determinados por factores no estrictamente gramaticales, es decir, en los aspectos pragmáticos. Por tanto, comunicarse eficazmente en una lengua no consiste solo en conocer y manejar bien su gramática. sino que implica también hacerse con un dominio adecuado de un complejo conjunto de conocimientos de naturaleza extragramatical.

»Hemos dicho que el contexto comprende el conjunto general de representaciones del mundo hechas por los hablantes, y determinadas empírica, social o culturalmente. Esto significa que cada individuo construye un conjunto particular de supuestos y de representaciones del mundo de acuerdo con su propia experiencia vital: pero significa también que los miembros de una misma cultura y de una misma sociedad comparten un amplio conjunto de supuestos y de conceptualizaciones del mundo y de las relaciones interpersonales, y que ese conjunto está determinado precisamente por su pertenencia a una cultura específica.

»Efectivamente, como señalan Janney y Arndt (1992:31), crecer como miembro de una cultura comporta, entre otras cosas, el aprender a percibir, pensar y comportarse como los demás miembros del grupo. Cada cultura establece sus propios principios, de modo que sus miembros acaban desarrollando un estilo de interacción particular. Esto es así porque sus integrantes comparten una serie de supuestos básicos sobre un conjunto de aspectos que resultan centrales para la comunicación:

»1) Necesidades básicas, sentimientos, motivos, intenciones... y modo de inferirlos a partir del comportamiento.

»2) Grupos sociales (con su correspondiente valoración positiva o negativa), y modos de mostrar intimidad o distancia.

»3) Dinámica básica de la relación interpersonal.

»4) Sistemas verbal y gestual de comunicación, y modo de usarlos para evitar conflictos.


»Estos supuestos de naturaleza social y cultural gobiernan permanente y automáticamente la interacción. Su grado de fijación es tan grande que no pueden ser fácilmente modificados por otros supuestos que entren en contradicción con ellos. En este aspecto, los principios determinados culturalmente difieren de manera ostensible de las representaciones adquiridas como fruto de la experiencia individual, que sí se modifican con facilidad siempre que haya pruebas suficientes.

»Pues bien, este grado de fijación de los supuestos socio-culturales de base y el carácter automático de su funcionamiento se convierten en la principal fuente de fracaso en la comunicación intercultural, ya que cualquier comportamiento, verbal o no, que no se ajuste a los patrones esperados se interpreta inmediatamente no como fruto del desconocimiento de las normas, sino como una conducta voluntariamente malintencionada o descortés. Imaginen las extraordinarias repercusiones que esto tiene en la enseñanza de una lengua extranjera».






Rendimiento discursivo del malentendido



Marco A. Gutiérrez
«En los límites de la intencionalidad discursiva: A propósito de las oraciones interrogarivas retóricas»

Tonos Digital, n.º 30 (enero de 2016)

Tonos Digital (Revista Electrónica de Estudios Filológicos) | Universidad de Murcia (@UMU) | Murcia | ESPAÑA


Extracto del apartado en página 21 del artículo en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




«Tanto los métodos de trabajo empleados en nuestro estudio como los materiales analizados para sustanciar las premisas teóricas que nos han servido de referente han resultado apropiados, pues nos han permitido obtener conclusiones altamente satisfactorias. [...]

»El concepto de genérico de ‘malentendido’ ha resultado desde el punto de vista comunicativo un concepto que va mucho más allá de ser un mero “hecho consumado”, pues podemos encontrarlo con mucha frecuencia como una virtualidad discursivo-intencional que tiene cabida en todos los estadios de lo que hemos dado en llamar “ciclo de retoricidad”.

»Así las cosas, el malentendido se presta a muchos usos que genéricamente podríamos calificar de pragmático-intencionales, como son, por ejemplo, los de de “virtualidad fingida, abortada o contrarrestada”, los de tipo jocoso (que tienen su contrapartida en los dramáticos), o bien los de metamalentendidos.

»En otras palabras, el malentendido se ofrece al hablante (en particular, al autor literario) más que como un hecho en sí como una estrategia dialéctica mediante la cual un personaje sustancia (y, eventualmente, dirime) sus intereses particulares frente a los de sus oponentes, buscando ocultar sus verdaderas intenciones generando malentendidos que desvíen la mirada escrutadora de sus oponentes.

»Sin embargo, sus antagonistas discursivos pueden, llegado el momento, no solo salir al paso de una estrategia que pueden considerar dolosa (esto es, alejada intencionalmente de las obligaciones que virtualmente conlleva el principio griceano de cooperación), sino también revertir la dinámica comunicativa hasta el punto de ser ellos los que tomen la iniciativa frenando todo conato que conlleve malentendidos, pudiendo incluso generar ellos mismos un nuevo ciclo de dinámica de maltentendidos, si bien ahora son ellos los que toman la iniciativa.

»Dicha condición de alternacia discursivo-intencional resulta de vital importancia para entender el carácter dialógico de la comunicación humana, se sustancie este de manera real o virtual (o incluso impostada).

»Si dicha premisa no es tenida en cuenta hasta sus últimos extremos y consecuencias, el análisis de toda dialéctica entendido/malentendido, sobre la que se asienta el proceso comunicativo humano en tanto que avance/retroceso del discurso, no puede ser entendido en la dinámica fundacional que le es propia».






agosto 16, 2022

«La falta de recursos empleados para explicar África y la excesiva dependencia de las fuentes secundarias confinan a los dos diarios analizados a la noticia como género más económico»



Luis Concepción Sepúlveda y Alfons Medina Cambrón
«Hacia un modelo de análisis del discurso más comunicacional. África en los digitales españoles»

Estudios sobre el Mensaje Periodístico, vol. 21, n.º 2, 2015

Estudios sobre el Mensaje Periodístico | Universidad Complutense de Madrid (UCM) | Facultad de Ciencias de la Información | Departamento de Periodismo y Comunicación Global (@Per_Global) | Madrid | ESPAÑA


Extracto de apartados «Fuentes y metodología» y «Conclusiones», en páginas 775-779 y 787-788 del artículo en PDF




«Fuentes y metodología

»Nuestro marco teórico tiene como punto de partida la ruptura con la razón centrada en el sujeto individual cognoscente. Este principio de subjetividad se larva durante mucho tiempo y en diferentes campos. Si bien es verdad que comienza con la filosofía (Husserl, 1991), no es menos cierto que da su salto a la política y a la ética con la Reforma y la Revolución Francesa (Habermas, 2008). Sin embargo, la puesta en práctica de este principio en la relación del ser humano con su mundo se acelera con la Revolución Industrial. En este período, la necesidad de objetivar la naturaleza para extraer sus recursos se vuelve más imperiosa con la escalada de las ingenierías. Heidegger lo define bien cuando asegura que sin darse cuenta se establece un nexo de dependencia con la naturaleza, que lo emplaza a explotarla cada vez con más fuerza (Heidegger, 1994: 932).

»Estas facetas de lo que comúnmente se conoce como individualismo o principio de subjetividad cristalizan en la modernidad. La hegemonía de este paradigma en todas las áreas de la vida y la progresiva implantación del derecho privado, que protege ya formalmente la libertad subjetiva, terminan por dar legitimidad a la persecución racional de los propios intereses. Todos estos factores explican a grandes rasgos por qué la teoría del conocimiento parte de la representación de un individuo solitario que sale al encuentro de objetos que quiere conocer y manipular, por qué en el plano ontológico el sujeto se limita a enfrentarse al mundo del ente, y por qué la semántica se queda varada en el habla constatativa de hechos (Habermas, 2008: 322338).

»La subjetividad da rienda suelta a la objetividad y el conocimiento de objetos se convierte en la única forma de relacionarse con el mundo y de comprender la razón. Esta reducción de las posibilidades de la razón también abarca el lenguaje, que sólo puede desarrollar una función cognitiva. Ya sólo representa objetos y hechos, y se limita a emitir enunciados verdaderos (Habermas, 2008: 338).

»Sin embargo, con la entrada en escena de la compleja noción de mundo de la vida o lebenswelt [NOTA 2] se abre el lenguaje a nuevas dimensiones para su análisis:

»Dimensión Social

»Dimensión Subjetiva

»Dimensión Objetiva


»Si el mundo de la vida nace con Husserl para poner en cuestión los cimientos de las ciencias desde la arqueología social de los objetos que estudia, la intersubjetividad que abandera quiere inaugurar un nuevo comienzo para una filosofía que se estaba agotando en el sujeto y en la conciencia. Precisamente a partir de este concepto, el conjunto de conocimientos prerreflexivos de la vida en comunidad, Habermas arma las piezas de un relato teórico que va a permitir desarrollar una interesante metodología para el análisis del discurso. Así, ensambla los actos de habla de la filosofía del lenguaje anglosajona de Austin (1982) y Searle (2001), las funciones del lenguaje de Karl Bühler y, desde un punto de vista más epistemológico, la teoría de los tres mundos de Karl Popper (Habermas, 2008). Con el análisis habermasiano el lenguaje ya no se supedita a una función representativa o constatativa, ligada a un mundo de objetos. Ahora aparecen dos nuevas dimensiones que la complementan, el mundo subjetivo de la función expresiva y el mundo social que regula las relaciones humanas. El mundo de la vida está presente en estas tres dimensiones, en la base de procesos como la reproducción cultural, la integración social y la cooperación de la acción, pero también en la socialización del individuo. La ingeniería comunicativa del lenguaje, el lenguaje planteado en términos de comunicación, es la llave para recorrer las distintas esferas, conectadas entre sí por un sistema frágil de interdependencia. Efectivamente el potencial comunicativo del lenguaje es lo que lo hace posible.

»Como decíamos, una metodología con una importante carga teórica tiene la intención de desviarse del camino trazado de antemano por los tradicionales análisis de contenido. Carga teórica porque la introducción del concepto “mundo de la vida” o lebenswelt en el apartado de la Pragmática Formal y en la interpretación habermasiana de los actos de habla ayuda a situar el lenguaje fuera de la concepción instrumental del neopositivismo y de la filosofía del sujeto. De esta manera la comunicación pasa a primer plano, con lo que el lenguaje trasciende el marco lingüístico para ser estudiado a través de otros prismas, desde el sociológico al de la estética del mundo subjetivo. Y es que en la noticia se entrelazan el mundo individual, social y cultural de una manera apenas explorada hasta la fecha.

»En el análisis se seleccionaron 40 noticias en total de las ediciones digitales de El Mundo y El País durante los meses de marzo y abril de 2012, a partir de la búsqueda de la palabra clave “África” en las respectivas hemerotecas virtuales. Estudiamos estos dos potentes diarios en línea porque es indudable que los modos de producción de contenidos, las representaciones mediáticas y los hábitos de consumo están teniendo lugar en el ciberespacio más que en ningún otro medio. Y si la red concentra hoy la mayor producción de contenidos y representaciones de lo africano será el espacio en el que sus efectos se dejarán sentir con más fuerza (Leung, 2008). De ahí que su análisis tenga una importancia capital para radiografiar cómo se habla de África desde España. Al diseñar una herramienta de análisis viable hay que intentar superar bipolaridades recurrentes que a menudo aparecen en los estudios de contenido. Situar la metodología en un punto intermedio, fuera de los extremos, debería ser un imperativo categórico. De esta forma, la propuesta metodológica intenta romper con algunos tópicos del análisis del contenido:


»• Una relación más libre con el texto:

»La pragmática formal de Habermas permite entender la noticia más allá de ella misma. Funda las bases para una relación más libre con el texto, por encima de las interpretaciones excesivamente lingüísticas y por debajo de las demasiado sociológicas. Se huye así de dos extremos, entre los análisis que tratan el lenguaje como un sucedáneo de la realidad social que no expresa más que su sentido literal, y los que se olvidan de conectar el texto con la realidad social en la que se inscribe. Una buena instantánea de África debe colocar en un mismo nivel las condiciones contextuales (sociales, históricas, mediáticas) presentes en el texto y el rol que juega el lenguaje en la producción de prácticas y procesos sociales (Alonso y Callejo, 1999:67).


»• Superar la concepción limitada del significado:

»Tradicionalmente el análisis de contenido de las noticias se ha limitado a estudiar las intenciones del periodista a través del significado del texto. Sin embargo, la semántica debe colocarse en el plano interpersonal del producto mediático. Y es que el significado está “convencionalmente regulado”, porque el oyente debe reconocerlo y comprenderlo (Muñoz, 2014: web). De ahí que el significado no sea atribuible únicamente al emisor o al texto, es más bien un producto inacabado que no depende sólo del periodista. La semántica, en definitiva, tiende puentes entre el emisor y el receptor y aunque este último no lo podemos invocar en el análisis, sí que podemos aproximarnos a él a través del texto.


»• Trascender la función representativa del lenguaje:

»Significa apartarnos de la vía marcada por la filosofía del sujeto, de un modelo de conocimiento basado únicamente en la vertiente cognitiva y en un mundo objetivo.


»• Un análisis interpretativo:

»El marco teórico de esta metodología permite romper con el plano descriptivo del análisis, que no suele estar preparado para arrojar interpretaciones más complejas.


»• Combinar la perspectiva global y la local:

»La mayoría de los análisis de contenido parten de una visión global del texto y resumen los grandes ejes narrativos de la representación mediática del objeto de estudio. Sin embargo, si las ideas más generales expresadas en el titular tienen la fuerza del primer impacto en el lector, los aspectos locales del texto contienen una carga simbólica, subestimada en numerosos estudios y que es tan importante como el análisis global de la noticia. Por su sutilidad, sus contenidos latentes interactúan y negocian sus significados con el receptor en superioridad de condiciones, porque operan a escala “subliminal”.

»El modelo de análisis que proponemos va a lograr interpretaciones de mayor recorrido del producto informativo, tanto hacia adentro, en dirección a la semántica, como hacia afuera, rumbo a los vínculos que entrelazan el texto y la realidad extratextual. Contiene tres apartados: análisis periodístico, análisis semántico y análisis pragmático formal.

»Desde un análisis periodístico se evaluarán la calidad de la información y el tipo de cobertura que ha realizado el periodista. Los criterios se inspiran en los de Blanco (2008). Se divide en dos apartados. El referente al contenido y a la situación de la noticia:

»Tema.

»Sección en que se inscribe.

»Tipo de relato.

»Información completa/incompleta.

»Fuentes.

»Tipos de fuentes.

»Género periodístico.


»Y el análisis centrado en la manera de abordar la información:

»Superficialidad o profundización de los acontecimientos

»Valoración de los aspectos positivos o negativos

»Transmisión de valores

»Presencia de un discurso cultural y moral que favorece el sentido crítico y el diálogo.


»El segundo tipo de análisis se basa en la semántica textual. Según el modelo de Jensen y Jankowski (1993), la semántica textual estudia el significado de las noticias desde dos niveles: la semántica global y la local. En la primera, se pone el acento en la semántica más general, en las ideas más abstractas de la noticia, frecuentemente alojadas en el titular. Éste ocupa la posición más jerárquica dentro de la estructura temática del texto. Por otra parte, la semántica local queda desglosada en epígrafes importantes que guían un análisis más detallado de la noticia. De esta manera se tienen en cuenta elementos relevantes como la coherencia local (o los nexos de unión entre las oraciones), el estilo y la retórica.

»El tercer tipo de análisis es el de la Pragmática Formal, que no suele estar presente en la mayoría de estudios sobre las representaciones mediáticas. Permite remontar el texto de la noticia para identificar la clase de comunicación que se establece entre el periodista y el lector. En él se recuperan elementos pragmáticos del habla tradicionalmente olvidados por lingüistas, filósofos y comunicólogos, como el análisis del uso y las intenciones del hablante (Muñoz, 2014). Nuestro análisis de las noticias se ha guiado por la siguiente clasificación, que muestra los tipos de habla más frecuentes (Habermas, 1999a; 1999b):


»• Forma de habla constatativa:

»Es un modo de comunicación cognitivo, que remite al conocimiento.

»El emisor se refiere a una realidad externa y objetiva.

»Se expresan convicciones.

»El emisor tiene una actitud objetivante.

»La función comunicativa del lenguaje es la presentación de un estado de cosas.

»La primera función social del lenguaje es generar entendimiento; la segunda, activar la transmisión del saber cultural.

»La pretensión de validez del texto o del habla es la verdad.

»La autoridad del texto viene dada por la objetividad de la experiencia del periodista o hablante.


»• Forma de habla regulativa:

»Es un modo de comunicación interactivo. Se da una estrecha relación entre acción y lenguaje.

»El emisor se refiere a algo en el mundo social para establecer una relación interpersonal que sea reconocida como legítima

»El periodista desarrolla una actitud de conformidad con las normas sociales.

»Es la más social y vinculada a la acción de estas formas del lenguaje. La función comunicativa del lenguaje es la apelativa. En primera instancia, coordina la acción; y en segunda, desencadena conductas de conformidad con las normas y tradiciones, y contribuye a la integración social del individuo.

»El hablante plantea una pretensión de validez normativa, basada en los usos y costumbres de una determinada comunidad.

»La autoridad del texto es la verdad moral, pero en la forma de validez normativa. Es fruto de un acuerdo idealizado y es el uso del lenguaje más fuertemente marcado por la intersubjetividad habermasiana.

»Es el uso del lenguaje que despierta una mayor motivación para que el lector acepte la oferta del acto de habla.


»• Forma de habla expresiva:

»Es un modo de comunicación expresivo.

»El hablante se refiere a algo perteneciente a su mundo subjetivo, en el sentido de desvelar una vivencia personal.

»La función del lenguaje es expresiva, ya que el hablante se presenta a sí mismo.

»Plantea una pretensión de validez subjetiva.


»[...]


»Conclusiones

»Aportamos en este artículo una propuesta metodológica que potencia la interacción entre investigador y noticia. Se trata de no reducir el análisis, exclusivamente, a un material lingüístico. La perspectiva que se plantea en este modelo de análisis se acerca al discurso de una manera más abierta. Desde un análisis estrictamente periodístico se analiza la noticia como un producto mediático que responde a una serie de rutinas y a determinados criterios de calidad; en cambio desde un análisis semántico y desde la pragmática formal enmarcamos la situación comunicativa que mantienen periodistas y lectores y se contextualiza la noticia en otros marcos en los que actúa y puede ser comprendida.

»Así vemos que la representación mediática de África en las versiones digitales de los dos diarios analizados viene condicionada por un paso previo. El continente africano sigue confinado en un imaginario individual y colectivo que le reserva un lugar semántico y un espacio residual en el marco conceptual del periodista. La construcción negativa de la imagen africana en los medios es antes simbólica que textual, antes social que mediática. Se puede observar en aspectos latentes del texto, en todo lo obviado por el periodista así como en la caracterización de los diferentes protagonistas.

»Hemos ejemplificado que cuando los protagonistas son africanos se definen por lo que hacen y no por lo que dicen, a diferencia de lo que pasa con los países desarrollados. Siguiendo un análisis periodístico, la falta de recursos empleados para explicar África y la excesiva dependencia de las fuentes secundarias confinan a estos diarios a la noticia como género más económico. El reportaje y la crónica, por contra, reclaman más recursos y una cobertura más integral. Si en El Mundo son las agencias las que imponen el filtro y la arquitectura de la narración, en El País son más bien los medios públicos de Malí.

»Las convenciones estilísticas, la aparente corrección del lenguaje y la rígida estructura narrativa de la noticia, ayudan a ocultar las imágenes más recalcitrantes de lo africano. Además, la asepsia es la actitud que imposibilita la selección de otros temas noticiables, así como de describir un buen plano de situación de los hechos. Se interpone una distancia insalvable entre el profesional y la narración de la realidad, una distancia que acaba dominando la propia mirada periodística.

»Con su actitud distante, ambas cabeceras no sólo renuncian a construir con su propia voz un discurso trabajado, sino también al rol que juegan como especialistas en el relato en una sociedad avanzada. La ley del mínimo esfuerzo explica, además, que se den por buenas las interpretaciones de las agencias y de los medios públicos de Malí, siempre que coincidan con los lugares comunes de los periodistas. Y es que la indefinición estructural en sus posicionamientos trae como consecuencia contradicciones, ambigüedades en el tratamiento de los actores y voces silenciadas.

»Al final, el conflicto de Malí, escapa al marco de interpretación sociocultural de los dos diarios analizados. En términos de pragmática formal habermasiana los periodistas no han sido capaces de interpelar al lector, de implicarlo en el relato ni de poner en común el entramado de valores que les unen a través de las noticias. En la mayoría de los casos sólo es posible exponer un estado de cosas de una realidad lejana e intrascendente. Es entonces cuando la fuerza de los hechos (narrados por otros agentes) se impone como una verdad objetiva. Además, la sobriedad del lenguaje objetivista aporta el efecto de una falsa verosimilitud que cubre el trasfondo semántico de las informaciones.

»Es la propia desidia informativa la que explica, en el fondo, que las noticias estén planteadas como textos constatativos en el discurso informativo. El conflicto de Malí y los descubrimientos científicos están escritos desde esta perspectiva. Son marginales los textos regulativos que señalan un cambio de actitud en el intento de llamar la atención del lector. El Mundo despierta de su indiferencia con los temas relacionados con la salud y la pobreza, desde los que tradicionalmente se ha visto a África; mientras que El País se sacude su pasividad informativa cuando toma partido por los subsaharianos que escapan del desastre libio en el epígrafe “La inmigración irregular”. Los rotativos establecen formas de vinculación con el lector sólo en determinados dramas humanos, que encajan bien con la fatalidad que se atribuye al continente negro desde siempre.

»Sin embargo, en los reportajes de El País sobre el hambre y la enfermedad se rompe con toda regla del discurso informativo. En las noticias el estilo y la “objetividad”, parcialmente construida, cierran el paso a los prejuicios más abiertamente conservadores del mundo subjetivo del periodista y de la esfera sociocultural en la que vive. No obstante, los textos expresivos del reportaje abren la puerta a la mirada más personal del redactor y a los recursos literarios. En el reportaje hay menos mecanismos para retener o disimular los prejuicios y los lugares comunes, que quedan al descubierto. Las imágenes más descarnadas de África se encuentran en unidades informativas que, por su carga dramática, obtienen un gran eco virtual.



»[NOTA 2] La reelaboración del concepto husserliano de mundo de la vida, corregido y ampliado por el propio Habermas y puesto al servicio de una teoría de la comunicación.



»Referencias bibliográficas [en el texto anterior]

»ALONSO, Luis Enrique; CALLEJO, Javier (1999): “El análisis del discurso: del postmodernismo a las razones prácticas”. Reis: http://www.reis.cis.es/REIS/PDF /REIS_088_04.pdf [Consulta: 20 de diciembre de 2013].

»AUSTIN, John L. (1982): Cómo hacer cosas con palabras: Palabras y acciones. Barcelona, Paidós.

»BLANCO, Mª del Mar (2008): Modelos de análisis para el estudio crítico de la Prensa. Madrid, Ediciones Internacionales Universitarias.

»HABERMAS, Jürgen (2008): El discurso filosófico de la modernidad. Madrid, Katz Editores.

»HEIDEGGER, Martin (1994): “La pregunta por la técnica”, en Conferencias y artículos. Barcelona, Ediciones del Serbal, pp. 932.

»HUSSERL, Edmund (1991): La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología Transcendental. Barcelona, Crítica.

»JENSEN, Klaus Bruhn y JANKOWSKI, Nicholas Warren (2003): Metodologías cualitativas de investigación en comunicación de masas. Barcelona, Bosch.

»LEUNG, Linda (2008): Etnicidad virtual. Raza, resistencia y World Wide Web. Barcelona, Gedisa.

»MUÑOZ, Claudia (2014): “Jürgen Habermas y la teoría de los actos de habla”: http://media.wix.com/ugd/6de50a_2431d5cfa4d776e6ef0a3cafa402642a.pdf?dn= lectura_modulo_etica_del_discurso.pdf [Fecha de consulta: marzo de 2014].

»SEARLE, John (2001): Actos de habla. Madrid, Cátedra».






«La forma del ensayo realiza la experiencia del saber como errancia y pasión por lo verdadero»



Alberto Giordano
«El discurso sobre el ensayo en la cultura argentina desde mediados de los 80»

452ºF, n.º 14 (2016)

452ºF. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada | Universitat de Barcelona: Facultat de Filología (@UniBarcelona, @FilComUB) & Asociación Cultural 452ºF (@452FJournal) | Barcelona | ESPAÑA


Extracto de páginas 180-181 y 182 del artículo en PDF




«Desde mediados de los ’80, un acontecimiento se repite en los márgenes de la cultura que legitima el vínculo reproductivo entre investigación y escritura, un acontecimiento que todavía traza líneas de fuga en el interior de la clausura académica, y resiste la voluntad de homogenización, porque encarna las potencias disuasorias del escepticismo metódico. Nos referimos al discurso sobre el ensayo, una serie de proposiciones y gestos enunciativos que articulan estratégicamente el elogio con la polémica en la afirmación de que el supuesto género menor no es otra cosa que “la forma crítica par excellence“ (Adorno, 1962: 30), la única forma capaz de procesar la experiencia del saber según su propia lógica, que no es la de la reproducción enriquecedora (en el sentido en que se habla de enriquecer el “estado de la cuestión” sobre un tema) ni la de la obtención de resultados ciertos y comunicables. El discurso sobre el ensayo es un modo retórico por el que algunos profesores universitarios que escriben manifiestan su deseo, íntimo y político (cuando se trata del ensayo siempre convergen los dos registros [NOTA 4]), de arriesgarse a no encontrar algo inmediatamente valioso para la comunidad de los especialistas con tal de potenciar los propios intereses y las propias facultades, sometiéndolos a la prueba de lo incierto.

»Todos los que coincidimos en afirmar la heterogeneidad constitutiva del ensayo y la imposibilidad de definirlo a través de generalizaciones disponemos de una caracterización pulida por el uso constante (es el tributo que la ocurrencia paga a la enseñanza): el ensayo sería una tentativa de articular, a través de la experimentación con formas argumentativas, la particularidad —en el límite, intransferible— de las experiencias lectoras con la generalidad conceptual de los saberes interpelados por la narración de esa experiencia. Si la tentativa fracasa, el ensayista, que “no dice lo que ya sabe sino que hace (muestra) lo que va sabiendo, [y] sobre todo indica lo que todavía no sabe” (Sarlo, 2001: 16), igual triunfa porque, más valiosa que la articulación improbable de experiencia y conceptos que reclaman ciertas lecturas ocasionales, es la imagen que su escritura vuelve a perfilar del saber como búsqueda y no como apropiación de resultados, de la lectura como ejercicio irrepetible.

»El discurso sobre el ensayo es la forma en que se manifiestan los interés críticos de un conjunto heterodoxo de especialistas (ninguno de ellos aceptaría que se lo distinga de este modo, aunque es así como los reconoce la comunidad a la que pertenecen) empeñados en la transmisión problematizadora de saberes sobre las humanidades y las ciencias sociales en contextos universitarios. No concierne directamente a los modos del ensayo de los escritores, aunque encuentre en ellos una reserva generosa de motivos y procedimientos, porque son otras las constricciones institucionales que interroga y desplaza. Incluso en el caso de escritores con formación universitaria, como César Aira o Sergio Chejfec, dos virtuosos de la imaginación razonada, la ausencia de pactos con los protocolos de la enseñanza y la investigación condiciona de otra manera el sentido y los alcances de las búsquedas argumentativas [NOTA 5]. El ethos del recurso al ensayo se corresponde con un estilo de vida académica, inconforme y disidente, que expresa la necesidad de desbordar las clausuras disciplinarias, y su multiplicación interdisciplinar, para restituirle al vínculo entre escritura e investigación la potencia heurística que debilitan o inhiben los imperativos metodológicos.

»De Montaigne a Adorno, del inventor del género a su teórico más brillante, el elogio del ensayo se enuncia contra las arrogancias del conocimiento pretendidamente totalizador, sistemático y objetivo. El talento para abrir las cosas a través de interpretaciones ocasionales y fragmentarias, sin pretender tratarlas exhaustivamente ni fijarlas a un sentido que trascienda —y borre— sus particularidades, fue la respuesta impertinente y afortunada del escepticismo a la voz de orden de la escolástica, en el Renacimiento tardío, y del positivismo, a partir del siglo pasado.


»[...]


»El elogio y la polémica se articulan en el discurso sobre el ensayo a partir de un diagnóstico que observa la crisis, el decaimiento o la decadencia de la tradición ensayística nacional desde mediados de los ’60, cuando “la teoría”, como práctica capaz de explicar el sentido de todas las prácticas, habría impuesto las supersticiones de la especificidad y la especialización, como condiciones del conocimiento verdadero, en el campo de las humanidades y las ciencias sociales. Mentar la irrupción triunfal del “estructuralismo”, esa ideología epistemológica que renovó la alianza del positivismo con la metafísica [NOTA 6], es un expediente simplificador, pero acertado, para identificar las potencias reductoras que habrían inhibido la aparición de un Barthes o un Benjamin vernáculos (no es seguro, aclara Sarlo [1984: 8] —autora de la ocurrencia—, que sin la crisis del ensayismo esas figuras deseables “hubieran florecido”, pero quedaron metodológica y teóricamente obstruidas).

[NOTAS]

»[NOTA 4] “Político” en el sentido de que concierne a los intereses de la polis, cualquiera sea el tema abordado.

»[NOTA 5] Desde hace años, en los cursos sobre retóricas y políticas del ensayo, trabajamos con la diferencia entre “ensayo de los escritores” y lo “ensayístico en la crítica académica”, para resistir la voluntad de homogenización y totalización de la emergente cultura del ensayo. Se trata de una distinción operativa, que no aspira a establecer un ordenamiento según criterios tipológicos, sino a volver sensible la diferencia de fuerzas entre búsquedas que convergen, por ejemplo, la diferencia entre la “ética del lector inocente” que entredicen los ensayos borgeanos y los valores que moviliza la experiencia de lo “novelesco de la crítica” en Las letras de Borges de Sylvia Molloy (ver Giordano, 2005: 53-67 y 267-276, respectivamente).

»[NOTA 6] El estructuralismo comenzó, en Francia y en Argentina, como una crítica inteligente del reduccionismo historicista, pero ese momento fuerte se eclipsó demasiado rápido, entre otras razones, por lo permeable que resultó a la apropiación académica.



»Referencias

»ADORNO, T. W. (1962): «El ensayo como forma». En Notas de literatura, trad.: Manuel Sacristán. Barcelona: Ariel, pp. 11-36.

»SARLO, B. (1984): «La crítica: entre la literatura y el público». Espacios de crítica y producción, n.º 1, pp. 6-11.

»SARLO, B. (2001): «Del otro lado del horizonte». En Boletín/9; pp. 16-31.»





agosto 08, 2022

La metodología pragmática es adecuada para describir textos cuyo significado implica procesos metalingüísticos



Valmore Agelvis y Frank Arellano
«Las implicaturas conversacionales generalizadas y particularizadas en las manchetas del diario El Nacional»

Lengua y Habla, vol. 19 (enero-diciembre de 2015)

Lengua y Habla. Revista del Centro de Investigación y Atención Lingüística (CIAL) | Universidad de Los Andes (@ULA_Venezuela) | Facultad de Humanidades y Educación (@decanatofahe) | Departamento de Lingüística | Centro de Investigación y Atención Lingüística «Julio Cesar Salas» (CIAL) | Mérida | VENEZUELA


Extracto de páginas 22-23 y 24-26 del artículo en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.




«INTRODUCCIÓN

»Un diario se compone de una gran variedad de tipos de discurso (informativo, literario, publicitario, deportivo, de sucesos, etc.). En este trabajo se realiza una aproximación a la manera en que las manchetas del diario El Nacional transmiten a la opinión pública un comentario que conlleva un significado que generalmente precisa de una doble lectura. En este sentido, intentamos describir, desde el punto de vista pragmático, cuál es el funcionamiento de las manchetas a la luz de las propuestas de Levinson (2004).

»Las manchetas son textos breves, que consisten en un solo enunciado. Estos textos son publicados diariamente junto con las columnas de opinión del periódico y expresan una sentencia o punto de vista polémico con respecto a las situaciones críticas y controversiales de la vida nacional, así como también de la actuación de personajes públicos.

»Como las manchetas forman parte de un discurso humorístico que hace crítica social, tienen una estructura muy particular que causan en el lector la previsión de una cierta actualización de su significado. Así, en las manchetas encontramos habitualmente textos que reclaman un doble procesamiento para descubrir su intención comunicativa. Las manchetas dan una opinión, una sentencia o una información a sus lectores a través de un significado llevado a cuestas, un significado “parasitario”. Este significado, evidentemente, debe estar restringido, puesto que una interpretación a voluntad –ad líbitum– de los enunciados presentados por las manchetas haría que cada lector encontrara en estos textos una respuesta particular a lo que se supone que quieren decir.

»Levinson (2004) plantea una teoría que estudia los SIGNIFICADOS PRESUMIBLES (por defecto) de un enunciado como implicaturas que se desencadenan a partir de un mecanismo metalingüístico dependiente de tres simples pero poderosas heurísticas que operan “sin demasiados cálculos”, así como también en ausencia de intención del hablante y el conocimiento enciclopédico. La idea de la inferencia pragmática reside en el mecanismo de decir una cosa e implicar otra. Se parte entonces del principio del compartimiento de dispositivos metalingüísticos entre el emisor y el receptor.

»De acuerdo con Levinson (2004: 42), las implicaturas pueden ser Generales o Particulares. Las primeras apuntan a un procesamiento cognitivo y activan un significado por defecto, no-marcado, mientras que las particularizadas cobran su significado a partir de la información contextual.

»Alguna heurística debe ponerse en función interpretativa al confrontar la información presente en las manchetas, como la propuesta por Grice: “Se supone que E está siguiendo las máximas” (citado por Levinson 2004: 40), por lo tanto, estas claves de interpretación deberían poder ser aplicadas en el análisis. De esta forma, en este trabajo nos concierne, por una parte, prestar atención y ver hasta qué punto el contexto en el cual ha sido producida la mancheta interviene en su comprensión e interpretación; por otra parte, observaremos si los enunciados de las manchetas poseen ciertas características que revelan algunas claves de cómo ellas deben ser comprendidas, esto es, si hay inscrito en los textos algún dato metalingüístico que se activa para reinterpretar el significado en una lectura no literal.


»MARCO TEÓRICO

»[...]

»Implicaturas Conversacionales Generalizadas y Particularizadas

»Levinson (2004: 42) sostiene, siguiendo las ideas de Grice, que aquellos enunciados que no deben ser leídos literalmente pueden desencadenar dos tipos de implicaturas, estas son las IMPLICATURAS CONVERSACIONALES PARTICULARES (ICP) y las IMPLICATURAS CONVERSACIONALES GENERALIZADAS (ICG).

»Una implicatura generalizada, dice Levinson, es aquella que recoge nuestras intuiciones sobre la interpretación preferida o normal. Levinson intenta desprenderse de la vieja práctica de textos ocurrencia o muestra con los que trabajó la pragmática y se propone describir, de este modo, los enunciados-tipo. La idea de base consiste en que un enunciado está conformado de manera compuesta, por lo dicho y por lo implicado. Lo implicado se produce por la inferencia, que puede ser particularizada o generalizada. La inferencia generalizada tiene que ver con una interpretación preferida o por defecto.

»Levinson también sostiene que estas inferencias no son las derivadas de las intenciones del hablante, sino más bien se producen respondiendo a las expectativas generales sobre cómo se usa normalmente el lenguaje, esto es, de cómo están interconectadas con la estructura del significado lingüístico. Las Implicaturas Conversacionales Generalizadas (ICG) son inferencias por defecto, “aquellas que recogen nuestras intuiciones sobre una interpretación preferida o normal” (Levinson 2004: 35), para esto propone un procesamiento cognitivo y por tanto invariante “a los cambios de contexto y a los supuestos básicos, a pesar de ser anulables.” (2004: 29). Solamente las implicaturas particularizadas dependerían por completo de las circunstancias en las que un enunciado es proferido para comprender la actualización del significado según un contexto específico.


»Significado y pragmática

»Los asuntos del significado aportan una justificación al tema al que nos dedicamos en este artículo. Se trata de hablar sobre el significado, pero el significado no siempre es el que está en la oración, en el sistema de la lengua. Este puede funcionar solapado en el enunciado, puede estar apoyado por las intenciones del hablante o puede interactuar con el contexto (físico, abstracto, textual). No siempre lo que interpretamos o entendemos suele venir codificado, dicho explícitamente. “La mayoría de los enunciados de la lengua, orales o escritos, dependen para su interpretación en mayor o menor grado del contexto donde se usan. Y las creencias ontológicas de los participantes están incluidas en el contexto del enunciado, no se olvide” (Lyons, 1997:28 [Semántica lingüística. Una introducción. Barcelona: Paidós]).

»Agrega Lyons que la mayoría de los enunciados de las lenguas naturales tienen una amplísima gama de significados o interpretaciones. Esto se potencia cuando un género de discursos centra su funcionamiento en el potencial de desviación de la convención del lenguaje, como son las manchetas que ironizan sobre situaciones de carácter polémico, de actualidad y opinión pública. Ese potencial de desviación lo prevé Levinson al pensar en distintas instrucciones para casos de referencia irónica

»“[Estas] pueden requerir doble procesamiento, se devuelven para que sean procesados pragmáticamente después de calcular el significado literal. Sea como sea, el procesamiento doble frente al simple parece ser una dimensión perpendicular a la distinción explicatura/implicatura: puede que nos hallemos obligados a computar una ironía dos veces, para obtener una proyección (una explicatura) lo suficientemente relevante para el tipo de procesamiento que plantea la teoría de la Relevancia”. (Levinson, 2004:368)

»De esta manera, según Lyons (1997), “para entender la semanticidad del lenguaje [...] no basta con decir simplemente lo que cada palabra significa” (p. 37). Por otro lado, las palabras de la lengua también tienen una forma, y esto ha sido crucial para el desarrollo de la lingüística desde Saussure. Una forma puede coincidir con otra y significar algo distinto (homófonos u homógrafos). Forma y significado ameritan un tratamiento no ingenuo. La identidad material no es una condición ni necesaria ni suficiente de la identidad gramatical de las formas (Lyons 1997: 56). Lyons distingue los conceptos de oración y enunciado para dar cuenta del asunto del significado.


»¿Son excluyentes las implicaturas conversacionales generalizadas (ICG) y particularizadas (ICP)?

»En atención a la lectura que Levinson hace Grice, las ICP y las ICG son excluyentes, debe existir un dispositivo metalingüístico que lleva al receptor a optar por un significado u otro. Para su distinción, Grice (citado por Levinson 2004) presenta las siguientes formulaciones:

»A - Una implicatura i del enunciado E es particularizada si E implica i solo en virtud de suposiciones contextuales específicas que no obtendría siempre, ni siquiera normalmente.

»B - Una implicatura i es generalizada si E implica i a menos que haya suposiciones contextuales específicas inusuales que la anulen.


»Levinson (2004:23) deslinda el campo de acción teórica donde debe investigarse asuntos del significado como el que nos ocupa. Esto trata del “significado, pero de una subsección bastante especial del significado general de los enunciados... trata del significado de los enunciados-tipo, [...que] competen a las interpretaciones preferidas —los significados presumibles”. Es decir, en el campo de las ciencias del significado, las implicaturas conciernen al significado pragmático, el significado de los enunciados, y al significado de aquellas interpretaciones que tienen que ver con el mecanismo según el cual “dejemos que el mensaje sea portado no solo por el contenido, sino también por las propiedades metalingüísticas del enunciado (esto es, por su forma). O bien, encontramos un medio para que un significado lleve a cuestas otro significado” (2004: 29-30). [...]


»LA MANCHETA COMO TEXTO Y PRODUCTO CULTURAL


Foto en Diario Contraste Noticias (@DiarioContraste).

»La mancheta es un texto que tiene sentido y, por lo tanto, participa en la producción de significaciones en la sociedad, así como todo aquello que ha sido construido y que remite a una “competencia semiótica” (Landowski 1989). La mancheta, como enunciado producido diariamente, forma parte de un espacio de interacción generador de opinión, y ya que nos referimos a un enunciado de gran alcance, producido para muchos destinatarios, podemos hablar de la mancheta como un texto participe de la opinión pública. Observamos en ellas una regularidad en su forma y en su estructura irónica, sarcástica. Regularidad al estructurarse como textos sarcásticos, satíricos, irónicos, que obligan al lector a reconstruir un segundo significado, a partir de una sentencia aparentemente inocente.

»Landowski (1989:23) explica que la opinión pública no tiene un referente estrictamente asignable, y esta se sustenta en la competencia interpretativa de un actante colectivo situado en posición de observador. En este actante colectivo se figurativiza la síntesis de los juicios sobre los asuntos de importancia en la sociedad y sobre ciertos sujetos que en ella se encargan de deberes especiales y que, por consiguiente, crean expectativas en el común. En este espacio de interacción la mancheta suele ser un texto que sanciona la actuación de los sujetos que ejercen poder en la sociedad.

»Angenot (2010) expone que todo aquello que se analiza como lenguaje o como signo es, a fin de cuentas, ideológico. La mancheta, en este sentido, toma forma como lenguaje argumentativo empleado en el discurso político, no solo humorístico, para señalar fallas, errores y problemas en el hacer de las figuras que representan el poder. Aun más, la mancheta, al sancionar a estos sujetos mide su legitimidad y los enfrenta ante la palestra pública. Usualmente, la mancheta recurre a la sátira, al sarcasmo y al lenguaje irónico para cumplir con estos objetivos. Su eficacia reside en la astucia discursiva, en la “salidas” ingeniosas y en la gracia para descalificar al poder, a las taras sociales.

»El uso de la sátira con fines políticos es frecuente en los países de tradición occidental u occidentalizada. Hodgart (1969) ha sostenido que el tema predominante de la sátira es la política. Esta, aparte de ser utilizada para denunciar, también ha sido vista como un mecanismo de influencia que procura afectar la conducta política de sus lectores. Su objetivo principal es ridiculizar, humillar y desenmascarar a los falsos héroes, a los impostores, y a todas aquellas figuras que ostentan un respeto que no ha sido bien ganado. De esta manera, la mancheta —como texto que expresa sátira, que ironiza, que provoca risa despreciativa, que mancilla a los actores que ejercen el poder en la sociedad— es agresiva, mas no ataca abiertamente al poder. Su confrontación no es literal y directa. Esta requiere de cierta dosis de sofisticación política (Hodgart 1969:33-34) y de un público que sepa disfrutar del ingenio de tales ataques. Por ello en la sátira se da una ruptura indirecta de algunos tabúes, y con la risa despreciativa se genera una satisfacción estética a modo de “liberación catárquica de la tensión social” (Hodgart 1969:20-21).

»La mancheta del diario El Nacional de Caracas transmite un significado encubierto –mas no críptico– a sus destinatarios. Parafraseando a Ballart (1994), cuando habla de la ironía, aquel es un texto que no pretende engañar, sino ser descifrado. Por ello, estos textos forman parte del arsenal polémico desplegado en calidad de ideologemas (Angenot 2010:25), usados para desprestigiar al poder, para socavarlo y en fin, para sustituirlo.


»CONCLUSIONES

»La primera conclusión que se puede tomar de este análisis es la pertinencia de la metodología pragmática a la hora de describir este tipo de textos donde se demanda una retrolectura para alcanzar por la vía de la implicatura el significado solapado que se activa a partir de procesos metalingüísticos. Asimismo, debemos resaltar la dificultad de aplicar las propuestas de Levinson (2004) en torno al significado presumible, por defecto. Para Levinson las ICG se actualizan sin muchos cálculos, en ausencia de elementos contextuales y de intención del enunciador.

»El modelo de las ICG tiene la desventaja de circunscribirse a la semántica cognitiva, por tanto, como lo dice el propio Levinson, su poder explicativo es para una muy pequeña parte de enunciados que pueden resolverse bajo este esquema. La densidad de los enunciados de las manchetas no puede resolverse bajo estas propuestas.

»Durante nuestra investigación hemos sometido a la mancheta de El Nacional a una revisión que partía de las heurísticas planteadas por Levinson (2004) para la detección de su significado presumible. Lo que hemos podido advertir es que en el proceso de análisis de los enunciados presentados por las manchetas sí se pueden concebir implicaturas generales, como en el caso de las manchetas aquí escrutadas. Ahora bien, el significado de esas implicaturas conversacionales generalizadas no se muestra como el más pertinente para la comprensión de lo que la mancheta quiere comunicarnos.

»Las ICG, por lo tanto, se descartan en virtud de la aparición de otro significado que se adecua al contexto y que es relevante en el conjunto de las condiciones de producción de la mancheta. La lectura que solo confronta el texto, sin ver el resto del diario, nos deja pocas pistas para descifrar el juego entre el texto y su entorno que produce el significado de los enunciados.

»El texto de la mancheta solicita el contexto informativo del periódico para permitir que el lector realice implicaturas convenientes. Esto nos lleva a pensar que las heurísticas de Levinson son insuficientes para analizar el significado de las manchetas, puesto que las ICG que se conciben partiendo de ellas, son anulables. Las ICP, más bien, si parecen ajustarse a nuestros textos. Creemos que las estructuras internas de los enunciados juegan un papel más importante que el visto aquí en la configuración de su significación, pero opinamos que tales estructuras deben ser abarcadas por otros modelos teóricos.

»Por último, vista la conversación sostenida en torno a la primera mancheta, responder al humor es contraproducente para el mancillado, para el poder, porque hace que el motivo de su disgusto amplíe el radio de difusión del texto humorístico. Quien recibe una sátira, procura no darle beligerancia porque le otorga rango ilocutivo. Cuando el poder otorga ese rango, manifiesta poco control del discurso, debilidad. Este asunto es también de naturaleza pragmática y bien vale una revisión, ya que el poder es, entre otras cosas, un asunto de significado».






Los niños con discapacidad intelectual prefieren elaborar sus narraciones centrándose en la acción del protagonista, mientras que los niños con trastorno específico del lenguaje se centran en las motivaciones de los personajes



Nina Crespo Allende y Alejandra Figueroa Leighton
«Los diferentes perfiles narrativos de niños con condiciones lingüísticas y cognitivas distintas»

Literatura y Lingüística, n.º 33, 2016

Literatura y lingüística | Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez (@UCSH_oficial) | Facultad de Educación | Escuela de Pedagogía en Castellano | Santiago de Chile | CHILE


Extracto de páginas 444-448 y 457-463 del artículo en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.





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«Introducción

»La habilidad para narrar, tanto en modalidad oral como escrita, se manifiesta desde edades tempranas (Whetherell, Botting & Conti-Ramsden, 2007). Petersen, Gillam y Gillam (2008) afirman que el dominio de esta modalidad textual es un importante vehículo para el aprendizaje social, lingüístico, cultural y académico. Específicamente, en relación al ámbito escolar, se plantea que la relevancia del discurso narrativo se da porque este tiene una fuerte asociación con la comprensión lectora (Coloma, 2013), y el grado de desarrollo de esta habilidad es reconocida como un buen predictor del éxito escolar (Liles, Duffy, Merrit & Purcell, 1995).

»Teniendo en cuenta estos hallazgos, interesa aquí trazar un perfil narrativo del niño típico (DT) y compararlo con aquel que logran los niños con Discapacidad Intelectual (DI) y Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), no para dar cuenta de diferencias cuantitativas con significatividad estadística en términos del nivel narrativo que pudiera establecerse entre los diferentes grupos. Esto es evidente y ya ha sido presentado de una manera muy completa por trabajos anteriores como los de Pavez, Coloma y Maggiolo (2008). Nuestra intención es realizar una presentación cualitativa de cómo se desarrollan algunas categorías del género al interior de cada una de estas poblaciones, para poder comprender cómo el dominio de lo narrativo puede verse influido por factores lingüísticos o intelectuales.

»Para lograr esto, presentaremos tres conceptos que nos resultan fundamentales. Primero, referiremos la narración y sus distintas formas de evaluación, tanto para población típica como para aquellas que pudieran tener alguna alteración en su desarrollo. En segundo término, caracterizaremos las poblaciones con Necesidades Educativas Especiales, es decir, los niños con TEL y los niños con DI. Finalmente, presentaremos el estudio, es decir, la metodología empleada, los resultados obtenidos y las principales conclusiones del mismo.



»Narración y su evaluación

»En términos ontogenéticos, la capacidad para estructurar narraciones se desarrolla de forma gradual y aumenta con la edad (Pavez, Coloma & Maggiolo, 2008). Específicamente, la estructuración de relatos evoluciona desde narraciones no estructuradas hasta historias organizadas en base a categorías completas (Coloma, 2014). En efecto, Maggiolo, Coloma y Pavez (2009) afirman que los niños de 3 años no estructuran narraciones; es decir, no presentan ninguna de las categorías básicas del discurso narrativo.

»Los infantes de 4 y 5 años relatan con presentación, episodio y final, pero éstas se encuentran incompletas. En torno a los 6 años, los niños relatan historias con categorías completas, pero con ausencia de final. Y a los 10 años, las narraciones alcanzan un gran dominio estructural, observándose historias que contemplan la presentación con atributo, episodio completo con meta y final (Maggiolo et al., 2009).

»La evolución de la producción narrativa no solo se observa a nivel estructural, sino también en el plano semántico. Es así como Price, Roberts y Jackson (2006) mencionan que los niños inicialmente elaboran narraciones con secuencias de proposiciones sin relaciones explícitas; posteriormente, son capaces de evidenciar series temporales y, finalmente, dominan la causalidad.

»Ahora bien, la recolección de narraciones infantiles puede realizarse a través de diferentes formas de medición. Una de ellas es la tarea de recontado, la cual implica que el sujeto lleve a cabo una narración, reproduciendo los elementos de un cuento que ha sido escuchado o leído con anterioridad. Eisenbeiss (2010) considera que esta técnica semiestructurada reviste dos ventajas. Primero, permite comparar las respuestas de los distintos sujetos que participan en el estudio (no podría hacerse si fueran historias espontáneas) y, segundo, son ecológicamente más válidas que las tareas experimentales, por encontrarse más cerca de las vivencias habituales de los niños (la narración de historias es algo que ocurre frecuentemente en los ámbitos escolares).

»Para evaluar la calidad de las narraciones producidas por los niños a partir del recontado, Petersen et al. (2008) identifican dos formas de medición: una basada en la norma, y otra en el criterio.

»La evaluación basada en la norma, por una parte, usa test normados en los cuales se asigna un puntaje holístico que permite relacionar el desempeño narrativo de un niño con el promedio que logran sus pares en una determinada edad (un ejemplo de estos sería el instrumento para la Evaluación del Discurso Narrativo (Pavez et al., 2008)).

»La evaluación basada en el criterio, por otra parte, propone instrumentos que consideran aspectos esenciales al observar el desempeño del niño como narrador; de esta manera, permiten acceder a resultados analíticos y están diseñados para describir el conocimiento que un niño tiene de ciertas categorías narrativas en distintos momentos de evaluación. Un ejemplo de estos instrumentos sería el Índice de Complejidad Narrativa (ICN) de Petersen et al. (2008), que permite dar cuenta del grado de elaboración que un niño obtiene, por ejemplo, de la descripción de los personajes o de la caracterización del evento inicial. Dado que el propósito de este trabajo busca dar cuenta de perfiles narrativos a partir del énfasis de los sujetos en ciertos elementos de la narración —más que considerar el puntaje holístico per se—, la medición de las narrativas producidas por nuestros sujetos se llevará a cabo utilizando una versión adaptada del ICN de Petersen et al. (2008), la cual será explicada en detalle en la metodología.



»Definición de Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) y su narración

»En el desarrollo infantil, muchos niños presentan problemas de comunicación oral. Uno de los más frecuentes es el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) (Villanueva, De Barbieri, Palomino & Palomino, 2008) y que corresponde a un desorden del desarrollo lingüístico, altamente heredable (Norbury, Bishop & Briscoe, 2002; Villanueva, Newbury, Jara, de Barbieri, Mirza & Palomino, 2011), y que en Chile alcanza una prevalencia estimada de un 4 % en los niños entre 3 y 7 años, con una mayor frecuencia en varones (Villanueva et al., 2008).

»Este trastorno se caracteriza por una anormal adquisición de la comprensión o expresión del lenguaje, en ausencia de deficiencia intelectual, problemas sensoriales, neurológicos, emocionales, conductuales severos (ASHA, 2001).

»Debido a que las alteraciones observadas en los niños con TEL pueden implicar uno, algunos o todos los niveles del lenguaje —fonología, morfología, sintaxis, semántica, pragmática—, se afirma que no es una condición homogénea (ASHA, 2001). En cuanto a sus habilidades lingüísticas, pueden presentar diferentes alteraciones en el procesamiento del lenguaje, en los distintos niveles de éste o de la modalidad de lenguaje utilizada —expresión y/o comprensión— (Carballo, 2012). El DSM-V (APA, 2012, p. 24) lo define como “dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje en todas las modalidades (es decir, hablado, escrito, lenguaje de signos u otro) debido a deficiencias de la comprensión o la producción...”.

»Pese a la tipificación de especificidad, se ha estudiado que las alteraciones verbales coexisten con otras dificultades cognitivas no lingüísticas (Carballo, 2012; Mendoza, 2012). Este descenso lingüístico en edades preescolares, frecuentemente, se constituye como un precursor de dificultades académicas y de lenguaje que persisten a través de la niñez y de la adolescencia (Stothard, Snowling, Bishop, Chipchase & Kaplan, 1998; Martínez, Herrera, Valle y Vásquez, 2002).

»Diferentes estudios han confirmado que la narración oral es uno de los elementos afectados en los niños con TEL (Acosta, Moreno & Axpe, 2012). De hecho, se plantea que la evaluación de la narración puede ser un método efectivo para identificar a los sujetos que evidencian esta dificultad lingüística (Heilmann, Miller & Nockerts, 2010). Concretamente, las dificultades se observan en la producción y comprensión de narraciones y en los elementos macro y microestructurales de la formulación narrativa. Así, producen historias más cortas (Fey, Catts, Proctor-Williams, Tomblin, & Zhang, 2004; Scott & Windsor, 2000), con una sintaxis más simple, mayores errores gramaticales y un vocabulario menos diverso y sofisticado (Fey et al., 2004; Gillam & Johnston, 1992; Greenhalgh & Strong, 2001;Scott & Windsor, 2000).

»Coincide con esto Coloma (2014), quien refiere que los niños con TEL de 6 años, al compararlos con el grupo control, mostraron rendimientos significativamente inferiores en la estructuración de sus relatos. A nivel de comprensión, Bishop & Adams (1992) descubrieron que, al realizar preguntas literales e inferenciales a los niños con TEL respecto de una historia, éstos presentaban un desempeño más bajo que el grupo control. No obstante, tanto niños con TEL como con DT, muestran a los 5 años aspectos que aún no se encuentran completamente logrados; por lo tanto, están en proceso de desarrollo (Crespo, Góngora & Figueroa, 2015).



»Definición de Discapacidad Intelectual (DI) y su narración

»La Discapacidad Intelectual (DI) es un constructo utilizado para describir las dificultades de las personas para alcanzar aprendizajes esperados y funcionar normalmente en la vida cotidiana. Según el DSM-V (APA, 2012), la DI es un trastorno que comienza durante el periodo de desarrollo y se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa, expresada en las habilidades adaptativas, conceptuales, sociales y prácticas. En específico, las habilidades intelectuales incluyen el razonamiento, la planificación, la resolución de problemas, el pensamiento abstracto, la comprensión de ideas complejas, el aprendizaje rápido y el aprendizaje mediante la experiencia (Gottfredson, 1997).

»El criterio de funcionamiento intelectual para el diagnóstico de la DI es de, aproximadamente, dos desviaciones estándar por debajo de la media, considerando el error estándar de la media para el instrumento de evaluación específico utilizado y los puntos fuertes y limitaciones del instrumento (Schalock, 2009). Sin embargo, esta evaluación, por sí sola, no es suficiente, y debe ser complementada con la caracterización de su desempeño y comportamiento adaptativo en otras áreas o dimensiones (MINEDUC, 2008). Dicho comportamiento adaptativo es definido por Schalock (2009) como un conjunto de habilidades prácticas, sociales y conceptuales que las personas han aprendido para funcionar en su vida cotidiana (Luckasson, Borthwick-Duffy, Buntinx, Coulter, Craig, Reeve,Schalock, Snell, Spitalnik, Spreat & Tassé, 2002).

»Las investigaciones en poblaciones de personas con DI, en el ámbito del desarrollo lingüístico, son escasas y centradas en los niveles estructurales de la lengua; es decir, describen su producción y comprensión lingüística en función de aspectos fonético/fonológicos, léxicos y gramaticales (Chapman, Seung, Schwartz & Kay-Raining Bird, 1998; Thordardottir, Chapman & Wagner, 2002). Algunas investigaciones correlacionan variables como edad, C.I y rendimientos manuales o verbales, con el desempeño de la microestructura narrativa. Así, se centran en la producción verbal de las distintas etapas de la narración, pero no en la macroestructura. Esto implica que los niños con Síndrome de Down reflejan solo la estructura narrativa en sus producciones (Hogan-Brown, Losh, Martin & Mueffelmann, 2013).

»En cuanto al puntaje de C.I. verbal, este emerge como un fuerte predictor de la macroestructura narrativa (Hogan-Brown et al., 2013). Investigaciones actuales intentan capturar aspectos pragmáticos y discursivos de la narración de niños con DI, planteando que las dificultades en la capacidad narrativa pueden impactar significativamente, tanto la competencia social como en la competencia comunicativa, dado su carácter cotidiano (Hogan-Brown et al., 2013). Finalmente, hay quienes apuntan a que hacen falta muestras de lenguaje narrativo en la población infantil con DI, más que conversacional, para demostrar el progreso continuado y la aparición de una sintaxis compleja (Hogan-Brown et al., 2013).

[...]


»Conclusiones

»Como ya antes señaláramos, nuestros resultados apuntan a dos perfiles: uno basado en una estructura agencial y el otro basado en una estructura causal. Diferenciar estos dos perfiles narrativos busca identificar cuáles son los rasgos discursivos predominantes. Esto significa que, en nuestra muestra, los narradores de DT y TEL prefieren relatar la historia basándose en una estructura causal donde la motivación de los personajes es lo que relaciona dos eventos. Desde el punto de vista de Price et al. (2006) ellos estarían en el plano más alto del dominio semántico de los elementos narrativos. Los narradores con DI prefieren contar el cuento basándose en una estructura agencial donde lo más importante es el protagonista de la acción.

»¿Cuál sería la diferencia entre una narración basada en la estructura causal y una narración basada en la estructura agencial? Aquí cabría considerar el modelo de red causal comentado por Barreyro y Molinari (2013). La teoría propone que una narración se representa en la memoria episódica como una red de elementos causales. Esta red se explicita en todos los grupos de narradores, y, sobre todo, se evidencia en el mayor trabajo de dos elementos relacionados causalmente: el evento inicial de los episodios y el intento o acción que el personaje realiza en función de él. Sin embargo, mientras que para los niños con DT y TEL lo importante es destacar el nuevo eslabón causal que sigue al intento: la consecuencia; para los niños con DI, lo importante es la caracterización del agente que actúa en el marco de los dos primeros elementos causales, es decir, el evento inicial y la acción o intento. Esta estructura preferentemente agencial, construida por el grupo de narradores con DI, podría responder a la visibilidad que presenta el agente actuando en la narración, rasgo narrativo más evidente que el de la consecuencia buscada por el personaje.

»A pesar de que estos resultados no son absolutos, pues los niños con DT y TEL trabajan el personaje y los niños con DI aluden en alguna medida a la consecuencia, es posible plantearse si esta diferencia podría estar evidenciando dos representaciones distintas de lo que es la narración (como algo que pasa o sucede o como algo que es construido por un agente). Esta distinta representación del género no puede ser sostenida con un solo estudio y es indispensable corroborar si estos perfiles se mantienen en otras narraciones que lleven a cabo los sujetos.

»Dada la importancia de la narración para el desarrollo del lenguaje y de la causalidad como herramienta del pensamiento y de la comprensión, parece fundamental seguir ahondando en las diferencias que podrían darse entre las distintas maneras que estas poblaciones construyen la narración, y tratando de comprender si existe un tipo de vinculación entre dichas tendencias y ciertas adquisiciones más tardías».