agosto 21, 2015

«El último retoño de la vieja Estilística se nos aparece vestido de Gramática pragmática»



Angel López García
«La escuela española de Estilística y la Pragmática»

Caplletra, n.º 29, Tardor de 2000

Caplletra. Revista Internacional de Filología | Universitat de València | Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana (IIFV) | Valencia | ESPAÑA


Extracto de páginas 18-21 del artículo en PDF




«Tras la desaparición de los Alonsos, la escuela española de Estilística no existe como tal, aunque a menudo nos encontremos este rótulo en el título de algún trabajo e, incluso, en un Manual. [NOTA 25] Hoy en día en los ambientes científicos hispanohablantes se llama Estilística a toda concepción crítica literaria que se base en el análisis del lenguaje más que en el de los aspectos sociológicos, biográficos, históricos, etc. Pero a todos estos análisis no les subyace una concepción lingüística unitaria ni, propiamente, se parte de los postulados teóricos de A. Alonso y D. Alonso que son, mutatis mutandis, los de Bally, Hatzfeld o Spitzer. Lo que les interesa es exclusivamente lo literario. Muy pocos de estos autores han trabajado independientemente en Lingüística, como era común entre los idealistas alemanes y sus seguidores españoles. [NOTA 25]

»Y, sin embargo, aquella proclividad a dotar a las nociones lingüísticas más formalizadas de un contenido cultural, que en esto podría compendiarse la actitud de la Estilística española clásica, sí tuvo alguna descendencia en el ámbito estricto de la ciencia del lenguaje, aunque la deuda con sus orígenes no siempre se suela reconocer o simplemente se desconozca. El eslabón de enlace lo suministra la noción de ‘innere Sprachform’, originaria de W. von Humboldt, [NOTA 26] según es sabido, pero que también había sido utilizada por la Estilística. [NOTA 27] Fue R. Lapesa, un discípulo de R. Menéndez Pidal, quien en un conocido trabajo [NOTA 28] se preocupó de inventariar las propiedades gramaticales que caracterizan la “forma interior del español”, es decir, aquellos rasgos por los que el español se diferencia de otras lenguas y que lo singularizan como código lingüístico: el artículo con infinitivo, el leísmo-laísmo-loísmo, la postposición del sujeto de cosa en oraciones existenciales, el lo neutro, la oposición ser/estar.

»Para Lapesa estas propiedades confieren un perfil propio a la sintaxis sincrónica del español y explican hacia qué preocupaciones culturales se orientó su evolución diacrónica:

»Para que hoy día fuese verdaderamente aprovechable la teoría de la forma lingüística interior habría que exonerarla de algunos rasgos que obedecen al romanticismo del momento en que surgió. Habría que desconectarla del idealismo filosófico, alejarla del plano en que se especula con el espíritu de los pueblos y otras abstracciones más o menos fantasmales, y traerla al de las tradiciones, hábitos, formas de vida y creaciones colectivas, campo asequible a la investigación metódica... Evitado ese riesgo, la teoría de la forma lingüística interna serviría de muy oportuno complemento al estructuralismo actual... La teoría de la forma interior puede prestar al análisis de estructuras el complemento necesario para que éste no sea Linguistics without meaning; para que detrás de los esquemas de la formulación verbal se descubra el sistema de pensamiento, o más modestamente, la manera de ver la realidad que representan... Liberada del intuicionismo y de la orientación hacia lo diferencial con ánimo fácilmente nacionalista, la teoría de la forma interior del lenguaje no puede menos de beneficiar a la descripción sincrónica de las estructuras, como estímulo para ahondar en el estudio de los contenidos a que corresponden, hasta encontrarles su sentido más profundo. Pero será igualmente provechosa para la lingüística diacrónica, pues ayudará a comprender cuáles son los rumbos por donde ha discurrido la evolución de una lengua y qué impulsos los han marcado.


»Esta lingüística de la forma interior no fue practicada en gramática histórica española salvo por su propugnador y unos pocos discípulos. No obstante resulta evidente que la idea de que ciertas propiedades gramaticales de una lengua supongan una opción característica de la cultura que expresa no podía pasar inadvertida a los profesores de español como L2, y ello a pesar de sus evidentes inconsecuencias. [NOTA 29] Por eso, no es de extrañar que uno de los discípulos de D. Alonso, que ya había redactado un manual de Estilística, emprendiese, aunque con escaso éxito, la tarea de caracterizar al español frente a otras lenguas por su forma interior: [NOTA 30]

»Sería un gran error en una exposición de esta clase no destacar con suficiente relieve las características que sean peculiares de un idioma. Así sucede en el español con la partícula neutra lo, el demostrativo ese, los sufijos apreciativos, las formas verbales del pretérito, del imperfecto, del futuro de subjuntivo... Junto a estas características morfológicas sobresalen otras de carácter sintáctico, como son el acusativo personal, la sustantivación y determinados rasgos estilísticos, como el que señala el predominio de la construcción verbal sobre la sustantiva. El contraste entre estas notas positivas y las que podríamos llamar negativas; entre lo que tiene de más el español y lo que le falta: indefinidos a ejemplo del on francés, posesivos de tercera persona, fórmulas interrogativas... Este es el camino que mejor puede conducirnos a la esencia íntima y personal de nuestro idioma.


»Las propiedades señaladas por Criado de Val son en gran medida las de Lapesa. Y, sin embargo, resulta muy dudoso que por este camino lleguemos a detectar lo específico del español entre otras lenguas: yo mismo he mostrado en otro lugar que casi todas estas propiedades debieron incentivarse en el latín del Alto Ebro como consecuencia de su contacto con fenómenos parangonables del vasco. [NOTA 31] Aun así, las líneas generales de esta Estilística comparada entre el español y otras lenguas ya estaban marcadas por Amado Alonso y por Rafael Lapesa. Se trataría, básicamente, de adoptar una doble perspectiva, semasiológica (contenidos diferentes que remontan a una misma forma etimológica) y, sobre todo, onomasiológica (formas diferentes de expresar en cada idioma un mismo contenido). Por eso, a la prematura propuesta de Criado de Val han seguido otros trabajos mucho más cuidados, que constituyen verdaderos hitos de la gramática y estilística contrastivas del español y que, en lo fundamental, se basan en el principio de la forma interior. Entre ellos destaca la monumental gramática comparada alemán-español de Cartagena y Gauger (que cada uno de sus autores tenga uno de los idiomas comparados como lengua materna es una precaución inteligente), los cuales confiesan: [NOTA 32]

»Der vierte Teil ist onomasiologisch angelegt. Er behandelt vergleichend, nach einer Einleitung, die den spezifischen Ansatz darzulegen sucht, die folgenden grammatischen Verfahren: Darstellung eines Geschehens ohne Nennung des Täters (Agens), Darstellung von Zustand und Vorgang, von Modalität, von Exhortation, Interrogation und Negation ... Wir wollten primär diese Sprachen in ihrer Verschiedenheit, aber auch ihren Uebereinstimmungen, zur Darstellung bringen.


»Estos planteamientos han tenido gran influencia en la metodología del español como lengua extranjera. Frente a la tradición anglosajona, que simplemente habla de elecciones formales diferentes en cada idioma, [NOTA 33] la tradición onomasiológica, que hunde sus raíces doctrinales en la forma interior de la Estilística, atiende más al sentido que a la forma. Modernamente ha cuajado en lo que se conoce por gramática comunicativa. Así F. Matte Bon, tal vez el más conocido y utilizado de los autores que trabajan en este campo de la enseñanza del español para extranjeros, afirma en la Introducción al segundo volumen de su obra (el cual se subtitula significativamente De la idea a la lengua, frente al primero, más clásico, rotulado De la lengua a la idea), lo siguiente: [NOTA 34]

»La conciencia que tienen los hablantes de lo que se suele decir para expresar cada idea y de los contextos en los que se usa cada operador gramatical adquiere, pues, una importancia fundamental, al constituir la base de interpretación de lo dicho por los demás. Es éste uno de los motivos por los que, en esta obra, hemos organizado el segundo tomo con criterios nociofuncionales: se trata de ir viendo cómo se habla de las distintas áreas, cómo se expresan las distintas ideas (nociones y funciones)... Los que ante estos argumentos alegan que se trata de fenómenos estilísticos que nada tienen que ver con la gramática no se dan cuenta de que los efectos estilísticos se basan, precisamente, en el funcionamiento comunicativo de la lengua, y que los hablantes del español no hablan el español que describen la mayoría de los manuales de gramática. La estilística no puede seguir siendo la ciencia de lo vago e incierto en la que se esconde todo lo que no logramos definir o explicar... Una gramática de la comunicación tiene que ser una gramática que dé cuenta de los efectos expresivos...


»Es difícil ponderar el eco que han tenido estas ideas. Adoptadas por el Instituto Cervantes, por la Universidad de Salamanca y por la Universidad de Barcelona, los tres focos en los que más activamente se trabaja en enseñanza del español como lengua extranjera, las hallamos encarnadas en decenas de manuales recientes de todos los niveles, publicados en España o fuera de ella. [NOTA 35] Por supuesto que el método comunicativo en enseñanza de lenguas no es específico de la Estilística española, sino típico del momento presente. [NOTA 36] Sin embargo, sí lo es, a mi entender, la conciencia de que la gramática de L2 debe concebirse como una estilística que explica y propicia los efectos expresivos. Ello le presta un inconfundible sesgo situacional, con lo que, a la postre, inesperadamente, el último retoño de la vieja Estilística se nos aparece vestido de Gramática pragmática. El método comunicativo suele concebirse como una sustitución de la vieja enseñanza basada en los aspectos gramaticales por una nueva enseñanza atenta sólo a los aspectos pragmáticos. En la corriente que tiene sus orígenes en la escuela española de Estilística, esto no es así: la enseñanza de lenguas sigue apoyada en el código lingüístico, y por lo tanto en la gramática, pero se atiende a los contenidos diferenciales y a los valores expresivos que de ellos derivan. En otras palabras, a la forma interior.»




«NOTAS

»La cuidada introducción de J. Domínguez Caparrós, Crítica literaria, Madrid, UNED, 1989, utiliza el término ‘estilístico/a’ en cuatro de sus treinta capítulos.

»[NOTA 25] [NOTA 25] Al mencionado libro de A. Alonso y a otros a los que no me he referido habría que añadir los trabajos filológicos de D. Alonso, reunidos en La fragmentación fonética peninsular, Madrid, CSIC, 1959. En realidad, uno y otro son herederos de la actitud que siempre mantuvo R. Menéndez Pidal, cuya producción basculó entre admirables estudios filológicos como Orígenes del español y apasionadas proclamas críticoliterarias o históricas como España y su historia (se ocupa de este aspecto J. Portolés, Medio siglo de filología española (1896-1952), Madrid, Cátedra, 1986). Lo mismo cabe decir de otros discípulos (eso sí, menos ideologizados) como T. Navarro Tomás, S. Gili Gaya o A. Castro.

»[NOTA 26] W. von Humboldt, Ueber die Verschiedenheit des menschlichen Sprachbaues, Berlin, 1836, p. 298.

»[NOTA 27] Por ejemplo, por A. Alonso en su trabajo “Sobre métodos: construcciones con verbos de movimiento en español “, R.F.H., I, 1939.

»[NOTA 28] R. Lapesa, “Evolución sintáctica y forma lingüística interior en español”, Actas del XI Congreso Internacional de Lingüística y Filología Románicas, Madrid, 1968, I, pp. 131- 150.

»[NOTA 29] Entre otras la de que la lengua española sirve hoy de medio de comunicación a culturas muy diferentes.

»[NOTA 30] M. Criado de Val, Fisonomía del Español y de las Lenguas Modernas. Características del español comparadas con las del francés, italiano, portugués, inglés, alemán, rumano y lenguas eslavas, Madrid, SAETA, 1972, pp. 5-6. El tratado de Estilística aludido es Análisis verbal del estilo, Madrid, anejo de la RFE, 1953. El autor maneja a menudo los libros citados de Cressot y de Marouzeau en su comparación sistemática del español con el francés.

»[NOTA 31] A. López García, “Algunas concordancias gramaticales entre el castellano y el euskera”, Philologica Hispaniensia in honorem M. Alvar, II, Madrid, Gredos, 1985, pp. 391-407.

»[NOTA 32] N. Cartagena und H. M. Gauger, Vergleichende Grammatik Spanisch-Deutsch, Mannheim, Duden, 1989.

»[NOTA 33] Véase la justificación de la misma en el prólogo de Robert P. Stockwell and J. Donald Bowen, The Sounds of English and Spanish, The University of Chicago Press, 1965: “Suppose, for example, that one has chosen some form of the verb have as an auxiliary verb. This is equivalent to saying that one has chosen to speak of an event completed at least once before some specified point in time, such as the moment of speaking. It is an obligatory consequence of this choice of have as an auxiliary that the verb form that follows will be what grammarians call the ‘past participle’: have gone, have worked, had been, and so on ... The structure of a language may be regarded as the set of rules which specify what the optional choices are, what their obligatory consequences are, and what the restrictions are that each choice imposes on all the subsequent choices... In a strict sense, these optional and obligatory choices and the restrictions which govern them are unique to each language, but probably no two languages are so completely different that some choices and restrictions are not alike, or at least similar, in them”. Como se puede ver, se trata de los principios formalistas y distribucionalistas que caracterizan a la gramática contrastiva de los años sesenta: los autores los ejemplifican en el volumen que siguió al citado, Robert P. Stockwell, J. Donald Bowen and John W. Martin,The Grammatical Structures of English and Spanish, The University of Chicago Press, 1966.

»[NOTA 34] F. Matte Bon, Gramática Comunicativa del español, Madrid, Edelsa, 1992, X-XI.

»[NOTA 35] Entre los primeros destacaría E. Martín Peris, L. Miquel López, N. Sans Baulenas y M. Topolevsky Bleger, Para empezar. Curso comunicativo de español y Esto funciona. Curso comunicativo de español, Madrid, Edi6, 1987.

»[NOTA 36] Véase A. Costa, “De la lingüística textual a l’enfocament comunicatiu de llengües”, en M. Josep Cuenca (ed.), Lingüística i didàctica de la llengua, València, Universitat de València, 1994, pp. 87- 106».






No hay comentarios:

Publicar un comentario