agosto 28, 2015

«Valores de los locativos en el habla de las migrantes peruanas. El paradigma de locativos en /-á/ »



Carola Mick y Azucena Palacios
«Posicionamiento social y lingüístico en migrantes trabajadoras del hogar en Lima: los adverbios locativos como marcadores de identidad»

Neue Romania, n.º 41, 2012

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Extracto de los apartados 4.1 y 6 del artículo en PDF




«Valores de los locativos en el habla de las migrantes peruanas. El paradigma de locativos en /-á/ »

«Vamos a analizar los valores que el juego de locativos en /-á/ adquieren en las narraciones de las migrantes peruanas. Estos pueden clasificarse básicamente en dos: oposición geográfica simple) y contraposición y comparación de lugares.



»Oposición geográfica simple

»Siguiendo lo dicho en líneas anteriores, en nuestro corpus encontramos el paradigma de locativos en /-á/ mayoritariamente con su valor relativo. Este sirve para distinguir dos lugares, generalmente la región de origen de la migrante versus el lugar de su estancia actual, Lima. Se trata, pues, de una oposición geográfica simple, como demuestran los siguientes ejemplos:

»(1) a. (III) No, yo no quería venir porque no quería venir [a Lima]. Otro año quería venir. Yo quería terminar allá [la sierra] mi secundaria y ya, cuando terminé, una vez venir acá [Lima].

»b. (IV) Me toca juntar mis papeles. Me voy allá [sierra], más no me regreso acá Lima.

»c. (VI) Mis papás están acá [Lima], y la familia de mi mamá es de allá [sierra].

»d. (VIII) Mi hermano no, acá [Lima] radican ellos, porque acá [Lima] trabajan. Porque allá [sierra] no había trabajo, sino cuando ellos de todas maneras de chicos, se vinieron a trabajar y ya hicieron su vida acá [Lima]. Y ya pues tenía familia y ya pues, nos hemos venido acá [Lima].


»Este valor de distinción geográfica simple se marca por medio de verbos de movimiento o de verbos estativos que indican permanencia: regresar, ir, quedarse, volver, venir, llegar, enviar, mandar, traer, estar... Los locativos pueden referirse a los espacios delimitados por la geografía “commonsense”, pero también pueden ser traspuestos a niveles mayores o menores de locación, lo que permite el funcionamiento del procedimiento de recursividad que identifica Judith Irvine (2001). Véase en este sentido, el comentario que hace Carolina, usando el juego de locativos con este valor, para distinguir diferentes barrios de Lima:

» (2) (XII) Me buscaron un trabajo y de allí [NOTA 5] yo me salí de este trabajo porque mi abuela me llevó allá a San Juan de Lurigancho a visitar a mi tío. De allí me quedé con ellos ya [sus padres en San Juan de Lurigancho]. Ya no vine por acá [Salamanca, donde se encuentra La Casa de Panchita].


»Veamos también el mismo juego en las palabras de Magdalena cuando cuenta la historia de amor frustrado entre el hijo de sus empleadores en Lima y una chica alemana, donde opone Perú y Alemania por medio de los adverbios locativos en /-á/:

» (3) (I) Medio año estaba ella acá, ¿no? De allí ya se regresó. [...] Para diciembre vino, y estaba acá ¿y el chico? La misma vaina. [...] Se fue la chica. Dice que la chica también llama acá en Lima, acá en Perú.


»De manera similar Lorenza se refiere a Perú con el locativo acá:

» (4) (XXIII) Si acá todos en el Perú somos cholos.


»Los locativos también pueden servir para oponer espacios sin referencia concreta, simplemente para destacar la extensión geográfica, como se aprecia en el siguiente ejemplo:

» (5) (XIII) [Le habla su prima, porque vuelve a abandonar un trabajo] Tú qué cosa eres. ¿Eres gitana o qué? Por caminar así, de acá para allá, [NOTA 6] por acá por allá.


»Además de estas posibilidades de variación de escala en la referencia geográfica, los locativos también permiten expresar variación narrativa, esto es, el posicionamiento relativo entre narradora y enunciadora que toman las hablantes en ciertos casos:

» (6) a. (I) [Su madre en la sierra le dice:] Quiero que te vayas donde tus tío acá en Lima.

»b. (XIII) Desde allá también en mi tierra también escuchaba [el noticiero]. Desde acá me vine con esa costumbre.


»Observamos en el primer caso, cómo los locativos permiten a la hablante desarrollar la polifonía de su narración: la voz de la narradora se mezcla con la voz de la madre que se cita en voz directa. El adverbio locativo acá subraya la posición de la narradora y su toma de distancia frente a la madre, con la que no se entiende muy bien, y que está en la sierra. Por el contrario, en el segundo caso, la narradora cambia de perspectiva y se acerca espacialmente a ‘su tierra’ al referirse a su región de origen por medio del adverbio locativo allá. Esta explotación narrativa de los locativos es ciertamente interesante y permite tomas de posición de las migrantes, narradoras de sus propias historias, para distanciarse o alejarse de lo narrado.



»Contraposición y comparación de lugares

»El paradigma de locativos en /-á/ es utilizado por las narradoras también como un recurso muy productivo para expresar comparaciones implícitas y explícitas de los diferentes lugares que han conocido. Véase en este sentido los ejemplos siguientes:

» (7) a. (III) Sí me dijeron que allá [sierra] hay más estudio, allá [sierra] sí iba a estudiar bien, como ya era lejos también para estudiar mi colegio también. [...] Huancavelica es una sierra pues. Más tranquila. En cambio acá [Lima] hay más cosas que pasan pues.

»b. (IV) O sea es, no sé. No sé. Acá [Lima] es más, o sea cómo le digo. [...] O sea no me gustaba que veas mucho carro, se ve todo diferente, no sé. Ya ya, después ya normal, normal, normal.

»c. (VI) Ayacucho es, bueno, en allá no hay luz, para recoger agua tienes que ir caminando, para ir al colegio también tienes que caminar hora y media. En cambio aquí en Lima, el colegio está cerca, hay luz, hay agua, agua potable, todo eso.

»d. (VIII) También Lima es bien lindo. La diferencia acá se vive puro dinero. Es la diferencia. La diferencia que en la sierra y que acá se vive puro dinero. Por cambio allá que por algo no tienes dinero, bueno pues, algo cosechas, los que tienen una tierra, un terreno, cosechas lo que hay, y eso es lo que comes. Y ya no compras, ¿no? Eso es la diferencia. Allá hay poco dinero, pero en las cosechas lo comes. Y acá en cambio tienen que trabajar para comprar cada cosita a comer. Eso es la diferencia. Eso es lo más que yo veo diferencia.

»e. (XII) Más tranquilo allá como acá. No te roban, como acá te roban. En cambio allá no pues. Bueno, también te no te roban allá como acá. Y acá te roban, ves muchas cosas, contaminada, peligrosa. En cambio allá no, ya pues.

»f. (XIII) Allá estábamos acostumbradas a ser libre. En cambio acá [es] como estar encerrada, no tener esta libertad. [...]. Claro podría hacerlo [quedarse en Lima] pero acá se necesita mucho más capital, tendría que tener mi propia casa. Entonces allá es mucho más fácil ya no voy a pagar alquiler ni nada de eso. En cambio acá será un poco más difícil, ¿no?


»El valor comparativo de los locativos se resalta con la aparición de marcadores lingüísticos que indican la existencia de un segundo término como conjunciones y adverbios del tipo X pero Y, X como Y, X en cambio Y, X también Y; estructuras comparativas como la diferencias es que, es diferente, no es como acá/allá, es igual o el uso de adjetivos en grado comparativo como más bonito o muy lindo. El recurso de la comparación permite a la vez distinguir, caracterizar y valorar los diferentes espacios delimitados. De ahí que no todas las informantes se sirvan de este procedimiento —la comparación de los lugares de origen y de destino mediante el juego de locativos—, ya que no todas van a querer mostrar valoraciones o comparaciones explícitas entre estos lugares. Nótese que la utilización de estas estrategias de comparación, en definitiva de valoración, coloca a las informantes en una posición narrativa vulnerable frente al interlocutor.

»Volviendo a los ejemplos de comparación del corpus, se observa que, mientras el adverbio locativo genérico acá aparece muy a menudo acompañado del nombre de la ciudad Lima, el adverbio allá casi nunca está especificado; esto es, predomina la generalización que en el caso del acá implica a toda Lima, con la excepción de la entrevista XXIII que habla de los barrios en los cerros, o la entrevista VIII que habla de los alrededores de Lima que opone a los barrios de clase alta de Miraflores y San Isidro. Debido a la falta de especificación del adverbio locativo allá, las narradoras se sirven de sus experiencias diferentes en lugares de origen precisos para caracterizar el territorio extra-capitalino peruano entero. El grado de generalización en cuanto a los lugares de origen es muchísimo más elevado en la mayoría de los casos. Aunque predomina el uso de la comparación explícita, no siempre están completas las informaciones dadas y se procede por insinuación:

»(8) a. (XX) Sí la verdad es que Cusco es horrible. Bueno, para una empleada es horrible. Para uno que hace turismo, que va con su dinero es bonito pero ya. Pero allá ser una empleada es un calvario. Allá es un infierno. Yo lo califico que es un infierno porque a mí me ha ido muy mal allá.

»b. (XVIII) Es decir porque allá, mayormente lo que se hacen las personas es que ya si eres muy joven ya quieren casarte. [...] La gente, que había mucha gente y casas lejos lejos. Estaba acostumbrada.


»Las estrategias de comparación que utilizan las narradoras a partir de la explotación de los locativos no sólo pueden hacer variar la perspectiva espacial adoptada, como vimos en la sección anterior, sino también permiten aplicar criterios diferentes para caracterizar y valorar los espacios distintos. Así, se comparan los aspectos climáticos y medio ambientales de los diferentes lugares, el grado de urbanización e industrialización, la infraestructura, los aspectos culturales como los diferentes tipos de comida, las lenguas habladas, la vida social o los aspectos económicos. En este sentido, hay casi unanimidad en valorar Lima de manera muy positiva cuando se habla de las posibilidades que ofrece la ciudad para estudiar y de la mejor calidad de su educación. Solamente Lorenza (XXIII) subraya que también en Juliaca, su lugar de origen, hay ahora dos universidades que ofrecen oportunidades a los jóvenes. Hay también unanimidad en valorar Lima como un mercado de trabajo más interesante. En cuanto a la valoración de las distintas variedades lingüísticas de los lugares de origen, la mayoría considera que el español de Lima es mejor que el de provincias.

»En definitiva, la valoración implícita a la geografía “commonsense” se hace en términos de cantidad (más cosas, más grande), de evolución (más moderno, más evolucionado) y de educación (más correcto); algunas informantes, no obstante, desarrollan criterios de evaluación individuales basados por ejemplo en los valores, la autenticidad de la vida, etc.

»En algunos de los ejemplos que muestran comparación, observamos la interferencia del paradigma de los locativos en /-í/:

»(9) a. (XXVI) Cuando llegué, bueno, me pareció bonito. Más mejor porque era más mejor que la provincia de Huancayo, era más bonito acá. [...] Porque hay más- allí hay unas- más facilidades acá para poder estudiar que... Acá, puede ser un ejemplo que el instituto de acá tiene el mismo balance que la universidad de Huancayo.

»b. (XXVII) Porque allá el estudio no es tanto como en Lima. No se preocupan tanto por la educación. Entonces porque aquí en Lima sí había- de todas maneras tenía un nivel alto que en provincia. Cuando yo vine con tercer grado de allá, me bajaron a segundo grado.


»A la vista de casos como estos, podríamos pensar que el paradigma de locativos en /-á/ es insuficiente para caracterizar, comparar y valorar los espacios diferenciados de manera particular por cada informante. Cuando se trata de matizar el esquema categorial colectivo o de posicionarse frente a los espacios definidos, caracterizados, las narradoras recurren a herramientas lingüísticas diversas. Vamos a dar una visión de conjunto de los valores encontrados en el paradigma de locativos en /-í/ antes de afrontar cómo estas mujeres explotan el juego completo de locativos en sus narraciones.




»Conclusión

»El análisis del uso de los adverbios locativos en el sentido expresado por Schegloff nos ha permitido no solamente reconstruir la geografía “comonsense” como contexto de las historias de migración recopiladas, sino que ha contribuido a explicitar la relación existente entre las referencias espaciales y la construcción de la identidad que hacen las migrantes a través de sus discursos. También ha permitido comprobar que el uso de los locativos contribuye a recrear el “issue of recognizability”, (SCHEGLOFF, 1971/1972, 110) es decir, el posicionamiento social de las migrantes:

»It is by reference to the adequate recognizability of detail, including place names, that one is in this sense a member, and those who do not share such recognition are ‘strangers’ (SCHEGLOFF, 1971/1972, 113). [NOTA 10]


»Las informantes que quieren presentar solo su asimilación al discurso establecido se limitan a usar los locativos en /-á/ de manera no comprometida para ellas. El sometimiento a este discurso socialmente aceptado les permite marginar sus experiencias individuales y manejar la “vergüenza de ser ellas mismas” que deviene de manera lógica de este discurso mediante el uso de “máscaras para ser otros” (MONTOYA, 1992, 29). Carlos Iván Degregori (1993, 125) define este discurso como una estrategia predominante en las migrantes andinas en Lima: “La lengua y el vestido tradicional, los dos marcadores étnicos más visibles, son dejados de lado para evitar la estigmatización en las ciudades”. Sin embargo, también observamos que este contexto es variable en función del objetivo interactivo desarrollado por las informantes: “Interactants particularize their contributions so as to exhibit attention to the ‘this-one-here-and-now-for-us-at-this-point-in-it’ character of the interaction.” [NOTA 11] (SCHEGLOFF, 1971/1972, 131) Las informantes con alguna tendencia a la singularización en la construcción de su identidad crean un contexto más complejo que matiza la geografía “commonsense”. Además de los locativos en /-á/ necesitan entonces explotar los locativos en /-í/ que les permite matizar sus discursos sobre los grandes espacios conceptuales “acá”–“allá”, lo que hacen a partir de sus experiencias individuales vividas.

»Los valores de las referencias espaciales que encontramos no son extraordinarios, pues ya han sido descritos de manera general por distintos estudiosos. Lo que sí es novedoso en este trabajo es analizar el uso que las migrantes hacen de estos locativos en función de la contextualización específica de los mismos en una geografía “commonsense” que reconstruimos en el corpus. Es preciso señalar que encontramos los mismos valores contextualizados de los adverbios locativos en el corpus que Rocío Caravedo (1989) recopiló a partir de entrevistas orales a personas de una posición sociocultural mucho más elevada que las informantes en las que se basa este artículo. Es decir, que la particularidad de nuestros resultados no se encuentra en la dimensión sistémica observada, sino en el uso específico que cada narradora hace de los recursos gramaticales limitados que el sistema de la lengua pone a su disposición (HICKMANN/ROBERT, 2006, 4). Lo que varía es la manera en la que cada hablante explota el juego de locativos que está a su disposición. Así, consideramos que la explotación del juego de locativos es una de las herramientas lingüísticas de las que se sirven las informantes para desarrollar su estrategia narrativa y efectuar la construcción particular de su identidad. La variación que muestran en la creación de sus estrategias pasa por el uso de los locativos de un solo paradigma, por la explotación (de partes) del juego de locativos completo o por la combinación creativa de valores semánticos y pragmáticos de estos.

»Por medio del análisis del uso particular de formas lingüísticas específicas, el sistema de locativos en español, hemos obtenido algunas conclusiones relevantes para el análisis de las formas lingüísticas, que pueden reducirse a lo siguiente: la necesidad de abordar el análisis lingüístico teniendo en cuenta tanto la creatividad y economía inherentes al sistema de la lengua (MARTINET, 1964, 16) como la complejidad característica de las prácticas sociales en las grandes metrópolis como Lima, (RIVAROLA, 1990; CERRON PALOMINO, 2003; GARATEA GRAU, 2010; GODENZZI, por aparecer). Igualmente, necesitamos tomar en consideración no solamente el contexto “commonsense” en el que se inscribe el uso de las formas lingüísticas, sino también la re-/co-/construcción, apropiación y transformación particular que hace de este contexto cada hablante en función de sus objetivos conversacionales y de sus estrategias discursivas. Consideramos, en definitiva, que la combinación del análisis de las formas lingüísticas y de las estrategias discursivas es indispensable para satisfacer las exigencias y los retos que enfrenta la investigación en los escenarios complejos actuales como el presentado en este trabajo.




»Notas

»[NOTA 5] De allí no tiene valor espacial sino temporal similar a ‘después’. Es un marcador que permite avanzar en el relato. En el español peninsular se usaría de ahí.

»[NOTA 6] De acá para allá es una locución adverbial que significa de una parte a otra sin permanecer en ninguna (Diccionario de la lengua española: http://drae.rae.es/ ).

»[NOTA 10] Traducción: La membresía o pertenencia a un grupo se reconoce por las referencias a detalles concretos, incluyendo los nombres de lugares, por lo que los que no comparten estas referencias son ‘extranjeros’.

»[NOTA 11] Traducción: Los interlocutores desarrollan contribuciones individualizadas en las que destacan el carácter situacional de la interacción, en el ‘ahorita-y-aquí-mismo-para-nosotros’.




»Referencias

»CARAVEDO, R. 1989. Estudios sobre el español de Lima. Lima: PUCP, Fondo Editorial.

»CERRON PALOMINO, R. 2003. Castellano Andino. Aspectos sociolingüísticos, pedagógicos y gramaticales. Lima: PUCP.

»DEGREGORI, C.I. 1993. “Identidad étnica, movimientos sociales y participación política en el Perú”. En: ADRIANZEN, A. (ed.). Las formas políticas de la democracia en los países andinos. Lima: Instituto de Estudios peruanos/IFEA, 113-133.

»GARATEA GRAU, C. 2010. Tras una lengua de papel. El español del Perú. Lima: Fondo Editorial PUCP.

»GODENZZI, J.C. Por aparecer. “Ecological approach to language in urban processes: The case of Spanish in Lima”. En: LUDWIG, R. / MÜHLHÄUSLER, P. / PAGEL, S. (eds.). Language ecology and language contact. Amsterdam, Benjamins.

»HICMKANN, M. / ROBERT, S. 2006. Space in Languages. Amsterdam: Benjamins.

»MARTINET, A. 1964. Eléments de linguistique générale. Paris: Armand Collin.

»MONTOYA, R. 1992. Al borde del naufragio. Lima: SUR.

»RIVAROLA, J.L. 1990. La formación lingüística de Hispanoamérica. Lima: Fondo Editorial PUCP.

»SCHEGLOFF, E.A. 1971/1972. “Notes on a Conversational Practice: Formulating Place”. En: GIGLIONI, P.P. (ed.). Language and Social Context. Baltimore: Penguin Books, 95-251.»






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