julio 16, 2015

Enrique Laviada: «España, no retórica»



NTR Zacatecas




«Me tomo por mero gusto literario la licencia de compartir con usted, estimado lector, algunas líneas de un viejo texto del gran Alfonso Reyes, incluidas en una compilación de valor incalculable sobre esa España que ha sido siempre, dice el maestro con fina ironía, una Europa sui géneris y a mucha honra.

»Pienso que es oportuno y muy sensato reproducir las palabras de Reyes, escritas hace más de un siglo, por la sencilla razón de que gozan de una impresionante actualidad, además de la sabiduría que encierran y, como es natural, que forman parte de una herencia cultural compartida a la que debemos respeto y aprecio.

»Debo incluir en esta breve introducción, antes de dar la palabra a don Alfonso Reyes, la referencia de que la reunión de su obra relacionada con España la debemos, como resulta frecuente, a una magnífica edición del Fondo de Cultura Económica, fechada en los buenos años editoriales previos al cambio de milenio.

»Todo lo que sigue, citado por Cascabel, es textual de Alfonso Reyes, salvo lo dicho entre paréntesis a modo de contexto:


»“Nada hay más desacreditado aquí que las prédicas de hispanoamericanismo, que las campañas para ‘estrechar lazos’ intercontinentales, que las fiestas de la Raza, que el cambio de serpentinas retóricas de uno a otro lado del Atlántico”.


»“La España de hoy (es decir, la de hace más de un siglo) es algo como nuestra prima carnal, y mejor nos quiere para camaradas de su graciosa y nueva infancia (nótese la actualidad vibrante), que no para novios oficiales de ramito en la solapa y sombrero y faldón ridículos (ironía insoslayable del maestro)”.


»“El descrédito del americanismo en España se debe a dos causas (me encanta la yuxtaposición) complementarias: la ignorancia de los emisarios de América y la ignorancia de los americanistas oficiales encargados de recibirlos”.


»“España y América han mantenido una activa y solícita correspondencia de insultos, como es doloroso reconocerlo [...] (y agrega con mordacidad literaria) se ha abusado de la Ilíada, asegurando que Hernán Cortés era un simple matador de hombres y Moctezuma un ‘Agamenón que manda en lejanas tierras’ [...] Y no se ha dicho, a todo esto, lo único que había que decir: que América es muy distinta de España, pero que es en la tierra lo que más se parece a España (lo que suscribo de manera íntegra y que no es ironía)”.


»“La verdadera fraternidad (se entiende que entre España y susantiguas colonias) excluye las continuas protestas de mutuo amor, y que así como podemos decir que América no era independiente mientras sentía la necesidad de acusar a España, podemos afirmar que América no será la verdadera hermana de España mientras una u otra se crean obligadas a jurarse fraternidad [...] y que también conviene el pudor en las cosas internacionales, y que aquí como en Góngora, ‘manda amor, en su fatiga, / que se sienta y no se diga': que se obre más y se hable menos, dejando las palabras para artesonado del infierno... dejémonos de campañas verbales, y hagamos –de acuerdo y tan juntos como sea posible– la campaña de la vida’”.»






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