mayo 11, 2016

cardinales



Academia Española de la Lengua
Diccionario panhispánico de dudas
«Artículos temáticos»
s.v. cardinales




«1. Los numerales cardinales expresan cantidad en relación con la serie de los números naturales, incluido el cero, que expresa ausencia de cantidad. Normalmente funcionan como adjetivos:

He leído cinco libros este verano;


pero pueden funcionar también como pronombres:

—¿Necesitas rotuladores?

—Sí, tráeme dos;


o como sustantivos, cuando se emplean para nombrar las cifras o los números:

Has escrito un nueve un poco raro.

El número premiado es el mil trescientos veintidós.


Suelen incluirse en la serie de los numerales cardinales algunas palabras que, al igual que estos, expresan cantidad exacta, pero que, a diferencia de ellos, son sustantivos, como es el caso de millar, millón, millardo, billón, trillón y cuatrillón (→ [véase más abajo el apartado] 6).

A continuación se ofrece la serie completa:



Número o cifra

Numeral cardinal

0

cero

1

uno, fem. una; apocopado: un (→ [véase más abajo el apartado] 4).

2

dos

3

tres

4

cuatro

5

cinco

6

seis

7

siete

8

ocho

9

nueve

10

diez

11

once

12

doce

13

trece

14

catorce

15

quince

16

dieciséis

17

diecisiete

18

dieciocho

19

diecinueve

20

veinte

21

veintiuno, fem. veintiuna; apocopado: veintiún

22, 23, etc.

veintidós, veintitrés, etc.

30

treinta

31

treinta y uno, fem. treinta y una; apocopado: treinta y un

32, 33, etc.

treinta y dos, treinta y tres, etc.

40

cuarenta

41

cuarenta y uno, fem. cuarenta y una; apocopado: cuarenta y un

42, 43, etc.

cuarenta y dos, cuarenta y tres, etc.

50

cincuenta

60

sesenta

70

setenta

80

ochenta

90

noventa

100

cien(to) (→ ciento)

101

ciento uno, fem. ciento una; apocopado: ciento un

102, 103, etc.

ciento dos, ciento tres, etc.

110

ciento diez

111, 112, etc.

ciento once, ciento doce, etc.

120

ciento veinte

121

ciento veintiuno, fem. ciento veintiuna; apocopado: ciento veintiún

122, 123, etc.

ciento veintidós, ciento veintitrés, etc.

130

ciento treinta

131

ciento treinta y uno, fem. ciento treinta y una; apocopado: ciento treinta y un

132, 133, etc.

ciento treinta y dos, ciento treinta y tres, etc.

200

doscientos, fem. doscientas

300

trescientos, fem. trescientas

400

cuatrocientos, fem. cuatrocientas

500

quinientos, fem. quinientas

600

seiscientos, fem. seiscientas

700

setecientos, fem. setecientas

800

ochocientos, fem. ochocientas

900

novecientos, fem. novecientas

1000

mil (también, como sust., un millar)

1001

mil uno, fem. mil una; apocopado: mil un

1002, 1003, etc.

mil dos, mil tres, etc.

1010, 1011, etc.

mil diez, mil once, etc.

1020

mil veinte

1021

mil veintiuno, fem. mil veintiuna; apocopado: mil veintiún

1022, 1023, etc.

mil veintidós, mil veintitrés, etc.

1030

mil treinta

1031

mil treinta y uno, fem. mil treinta y una; apocopado: mil treinta y un

1100

mil cien

1101

mil ciento uno, fem. mil ciento una; apocopado: mil ciento un

1102, 1103, etc.

mil ciento dos, mil ciento tres, etc.

1200, 1300, etc.

mil doscientos, fem. mil doscientas; mil trescientos, fem. mil trescientas, etc.

2000

dos mil

2001

dos mil uno, fem. dos mil una; apocopado: dos mil un

2002, 2003, etc.

dos mil dos, dos mil tres, etc.

2010, 2011, etc.

dos mil diez, dos mil once, etc.

2020

dos mil veinte

2021

dos mil veintiuno, fem. dos mil veintiuna; apocopado: dos mil veintiún

2022, 2023, etc.

dos mil veintidós, dos mil veintitrés, etc.

2100

dos mil cien

2101

dos mil ciento uno, fem. dos mil ciento una; apocopado: dos mil ciento un

2102, 2103, etc.

dos mil ciento dos, dos mil ciento tres, etc.

3000, 4000, etc.

tres mil, cuatro mil, etc.

10 000, 11 000, etc.

diez mil, once mil, etc.

20 000

veinte mil

21 000

veintiún mil, fem. veintiún mil o veintiuna mil (→ [véase más abajo el apartado] 3)

30 000

treinta mil

31 000

treinta y un mil, fem. treinta y un mil o treinta y una mil (→ [véase más abajo el apartado] 3)

40 000, 50 000, etc.

cuarenta mil, cincuenta mil, etc.

100 000

cien mil

200 000, 300 000, etc.

doscientos mil, fem. doscientas mil; trescientos mil, fem. trescientas mil, etc.

1 000 000

un millón

1 000 001

un millón uno, fem. un millón una; apocopado: un millón un

1 000 100

un millón cien

1 001 000

un millón mil

2 000 000

dos millones

10 000 000

diez millones

100 000 000

cien millones

1 000 000 000

mil millones o un millardo (→ millardo)

1 000 000 000 000

un billón (→ billón)

1018

un trillón (→ trillón)

1024

un cuatrillón




2. Hay cardinales simples —de cero a quince, todas las decenas (diez, veinte, treinta, etc.), cien(to), quinientos y mil— y cardinales compuestos, los formados por la fusión o suma de varios cardinales simples. De los compuestos, se escriben hoy en una sola palabra los correspondientes a los números 16 a 19 y 21 a 29, así como todas las centenas: dieciséis, dieciocho, veintiuno, veintidós, doscientos, cuatrocientos, etc. Las grafías complejas, diez y seis, veinte y uno, cuatro cientos, etc., son anticuadas y deben evitarse.

A partir de treinta, los cardinales compuestos que corresponden a cada serie se escriben en varias palabras y se forman, bien por coordinación, bien por yuxtaposición de cardinales simples; así, los correspondientes a la adición de unidades a las decenas se escriben interponiendo entre los cardinales simples la conjunción y: treinta y uno, cuarenta y cinco, noventa y ocho, etc.; el resto se forma por mera yuxtaposición: ciento dos, mil cuatrocientos treinta, trescientos mil veintiuno, etc.

No obstante lo dicho, por analogía con la serie de los cardinales compuestos de diez y de veinte, se documentan casos de grafía simple en los correspondientes a otras decenas (treintaicinco, cuarentaitrés, cincuentaiocho, etc.):

“Olvidé a Frieda y la versión treintaidós de esta su letanía” (Onetti Viento [Ur. 1979]).

“Era la una y cincuentaicinco minutos» (Martini Fantasma [Arg. 1986]);


pero todavía son mayoritarias las grafías complejas (treinta y cinco, cuarenta y tres, cincuenta y ocho, etc.).

Son vulgares los compuestos correspondientes a la primera decena en los que se ha simplificado el diptongo: diciséis, dicisiete, diciocho, dicinueve.

Tampoco son admisibles formas como treinticinco, cuarentiocho, cincuentiuno, etc., en las que se ha eliminado la -a final de la decena.

Tanto en la grafía como en la pronunciación esmerada debe mantenerse el diptongo que hay en los compuestos de veinte (→ veintiuno), así como en treinta y sus compuestos (→ treinta); son, pues, vulgares formas como ventidós, trenta o trentaicinco, en lugar de veintidós, treinta y treinta y cinco (o treintaicinco).

Por último, los cardinales correspondientes a la séptima y a la novena centenas son setecientos y novecientos, respectivamente (y no sietecientos ni nuevecientos).




3. Los cardinales, cuando son sustantivos, son siempre masculinos: el tres, un millón.

Cuando funcionan como adjetivos o como pronombres carecen de variación de género, a excepción de uno y sus compuestos (→ uno, 2), que tienen formas específicas para el femenino: una, veintiuna, treinta y una, etc.; y de los correspondientes a las centenas, a partir de doscientos, cuyos femeninos adoptan la terminación -cientas (salvo quinientos, que tiene forma propia y cuyo femenino es quinientas): doscientas, trescientas, etc.

El género del numeral lo determina el sustantivo al que se refiere: De las trescientas páginas que tiene el libro, me he leído cuarenta y una.

En el caso de las centenas, el cardinal en función adjetiva debe concordar necesariamente en género con el sustantivo al que cuantifica, tanto si lo precede inmediatamente (doscientos kilos, trescientas toneladas) como si entre ellos se interpone otro elemento, por ejemplo, la palabramil, si se trata de numerales complejos (doscientos mil kilos, trescientas mil toneladas).

En lo que se refiere al cardinal uno y sus compuestos, la concordancia es obligada cuando el numeral precede inmediatamente al sustantivo: treinta y un kilos, veintiuna toneladas (no veintiún toneladas); pero si entre el numeral y el sustantivo femenino se interpone la palabra mil, la concordancia de género es opcional (→ uno, 2.2): veintiún mil toneladas o veintiuna mil toneladas.




4. Cuando el cardinal uno y sus compuestos se anteponen, en función adjetiva, a un sustantivo masculino, adoptan siempre la forma apocopada un: un libro, veintiún soldados, ciento un opositores.

También es normal la apócope de la forma femenina una cuando el numeral precede a un sustantivo femenino que comienza por /a/ tónica: un águila, veintiún hachas, ciento un armas; pero no se considera incorrecto, aunque en la lengua actual es muy poco frecuente, utilizar en estos casos la forma plena una (→ uno, 2.1): una águila, veintiuna hachas, ciento una armas.

Solo es correcta la apócope ante sustantivos; así pues, no debe decirse el treinta y un por ciento, sino el treinta y uno por ciento.




5. Cuando se usan como sustantivos, los cardinales sí presentan variación de número y adoptan el plural que les corresponde según su forma (ceros, unos, doses, treses, cuatros, cincos, seises, [...] dieces, onces, doces, treces, etc.):

“Toda la historia empezó con una partida de dados, si antes de la tercera salen cinco seises te mato” (Cela Cristo [Esp. 1988]).

“El cazador Rosario me sirvió cinco cartas: me tocaron tres doces” (Scorza Tumba [Perú 1988]).


Cuando son adjetivos o pronombres, carecen de variación de número; por su significado, el cardinal uno solo se refiere a sustantivos singulares:

Tengo solo un abrigo.

Este mes solo me han puesto una multa.


Los demás cardinales, puesto que indican siempre cantidad superior a la unidad, solo se refieren a sustantivos plurales:

Necesito que me prestes mil doscientos euros.

Este mes ya llevo tres multas.


El cardinal cero constituye un caso especial, pues aunque expresa ausencia de cantidad, se antepone siempre, como adjetivo, a sustantivos plurales:

“De regreso a París, me encontré con [...] cero pesos en la cuenta bancaria” (Jodorowsky Danza [Chile 2001]).




6. Las voces millar, millón, millardo, billón, trillón y cuatrillón son sustantivos, a diferencia de los demás cardinales, cuya función primaria es adjetiva; por lo tanto, cuando estos numerales cuantifican por sí solos a un sustantivo, este debe ir necesariamente precedido de la preposición de: un millón DE personas, dos billones DE pesos; pero si, por formar parte de un numeral complejo, van seguidos de otros cardinales, el sustantivo cuantificado no va precedido de preposición: un millón doscientas mil personas. Lo mismo sucede si se escriben con números: 1 000 000 DE personas, 1 200 000 personas.

Además, estos sustantivos numerales, cuando se usan en singular, deben ir siempre precedidos de un determinante:

Acudieron UN millón doscientas mil personas (no Acudieron millón doscientas mil personas).

Mañana te devolveré EL millón de pesos que me prestaste.


El caso de mil es especial, puesto que pertenece a ambas categorías: mil es el adjetivo cardinal correspondiente al número 1000: mil casas, mil personas; mientras que el plural miles es un sustantivo masculino sinónimo demillares (→ mil): miles de euros, muchos miles de personas, etc.




7. Cuando la cuantificación es imprecisa, los numerales cardinales se combinan con las expresiones “y tantos” e “y pico” (→ pico, 2).




8. Además de su uso propio para expresar cantidad, los cardinales se emplean a menudo, en el lenguaje corriente, para expresar orden, reemplazando en su función a los ordinales (→ ordinales):

“Un pibe se cayó desde el piso once y se salvó” (Rovner Pareja [Arg. 1976]).


Este fenómeno es tanto más frecuente cuanto mayor es el número de orden que debe expresarse; así, frente a expresiones como “el quincuagésimo séptimo aniversario”, de carácter marcadamente culto, en la que se ha utilizado el ordinal propiamente dicho, encontramos con mucha más frecuencia, en la lengua corriente, “el cincuenta y siete aniversario”.

Lo que no debe hacerse, en ningún caso, es mezclar ambas series, ordinales y cardinales, como ocurre en este ejemplo:

“Se realizó [...] un homenaje a Roque Sáenz Peña con motivo de cumplirse el trigésimo un aniversario de su muerte” (Arenas Buenos Aires [Arg. 1979]);


debió decirse el trigésimo primer aniversario o el treinta y un aniversario.

Aunque el uso de los cardinales con valor ordinal es más frecuente cuando se refieren a números altos, también se da en referencia a números bajos; así, se dice tanto piso siete como séptimo piso o piso séptimo.

En cuanto a su colocación, los cardinales con valor ordinal se anteponen a los sustantivos que designan acontecimientos, aniversarios o celebraciones, pero se posponen en el resto de los casos; así, se dice la cuarenta y una edición del festival, el treinta y cinco aniversario, pero no *la treinta y cinco página, sino la página treinta y cinco.

Cuando el cardinal con valor ordinal se pospone a un sustantivo femenino, es posible la concordancia de género: la página doscientas, la habitación trescientas doce; pero suele ser más frecuente el uso en aposición del sustantivo masculino que corresponde al nombre del número: la página doscientos, la habitación trescientos doce.

De manera general y sistemática se emplean siempre los cardinales para expresar orden en la designación de los años: (año) mil novecientos noventa y ocho, (año) dos mil uno, etc.; y de los días del mes: tres de diciembre, cuatro de octubre, etc., aunque para referirse al día uno puede usarse también el ordinal primero (→primero, 3).

En el caso de las series de papas y reyes con igual nombre, se utilizan, en la escritura, los números romanos (→ números, 3), que se leen como ordinales hasta el número diez (aunque en este último caso puede usarse también el cardinal): Felipe IV (se lee Felipe cuarto), Enrique VIII (Enrique octavo), Alfonso X (Alfonso décimo o diez); pero a partir del diez se leen siempre como cardinales: Luis XVI (Luis dieciséis), Juan XXIII (Juan veintitrés).

Para referirse a los siglos, del I al X se usan indistintamente cardinales y ordinales, con preferencia culta por estos últimos: siglo I (se lee siglo primero o siglo uno), siglo II (siglo segundo o siglo dos), etc.; pero del siglo XI en adelante, el uso general solo admite los cardinales: siglo XI (se lee siglo once), siglo XVIII (siglo dieciocho), siglo XXI (siglo veintiuno), etc.




9. Los numerales que corresponden a las decenas se utilizan pospuestos a la palabra año para expresar la década correspondiente: los años treinta (→ década, 2).







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