Nina Ferrer Araújo
«Los nuevos movimientos sociales y las ciudadanías emergentes: reflexiones desde el concepto de democracia radical y el movimiento LGBTI en Colombia»
Estudios Socio-Jurídicos, vol. 19, n.º 1 (2017)
Estudios Socio-Jurídicos | Universidad del Rosario | Facultad de Jurisprudencia | Bogotá | COLOMBIA
Extracto de apartados en páginas 43-44, 45, 60-62 y cuadro en página 53 de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original del texto.
«Resumen
»El presente texto, es un artículo de reflexión que constituye parte de la base teórica del Proyecto de Investigación denominado “Ejercicio del derecho al trabajo de la población transgenerista de la ciudad de Cartagena: análisis de las condiciones laborales frente a los estándares de trabajo digno”, que incluye el análisis del caso concreto en uno mucho más general: la ciudadanía trans en el Distrito, como una identidad colectiva en construcción en la que los patrones de represión y violencia han constituido un punto importante de acción y reacción, entendiendo la identidad transgénero como una de las presentes en el Movimiento Social LGBTI de la ciudad y de Colombia.
»Para tales fines será necesario abordar un breve desarrollo teórico del concepto de ciudadanía, para entrar en el campo de la acción colectiva y los movimientos sociales como agencias de democracia radical, so pretexto de comprender la articulación entre el movimiento social y la consecución del estatus ciudadano de la población transgénero, asunto que, a pesar de los avances democráticos a partir de la Constitución Política de 1991, continúa siendo conflictivo, principalmente porque la ciudadanía trans es reconocida de manera incompleta.
»Palabras Clave: Ciudadanía, democracia radical, ciudadanías emergentes.
»Introducción
»Es un hecho histórico que la perspectiva de ciudadanía ligada al Estado Nación y al devaluado concepto de igualdad del liberalismo no se ajusta a las necesidades de los Estados de hoy en los que coexisten diferentes etnias, distintas naciones y distintos grupos representativos de necesidades e intereses.
»Esto supone también que la idea de democracia como gobierno de las mayorías tampoco satisface esa situación porque el concepto de mayoría es sumamente excluyente. Por tales razones han tomado fuerza las teorías que propugnan por una democracia radical que entiende la ciudadanía como una forma de identidad política basada en la identificación con los principios del pluralismo, es decir, en la afirmación de la libertad y la igualdad para todos y todas.
»La ciudadanía de hoy, no es solo una identidad entre otras, como en el liberalismo, ni es la dominante que anula a todas las demás, como en el republicanismo cívico (Mouffe, 1992, p. 9), es una identidad política común entre personas comprometidas en muy diversas empresas y con diferentes concepciones del bien, pero vinculadas las unas a las otras por su común identificación con una interpretación dada de un conjunto de valores ético-políticos.
»En una democracia radical es donde puede entenderse la ciudadanía como un concepto articulador de las diferentes posiciones del agente social —concilia los intereses comunes y las libertades individuales—, es por ello que la ciudadanía plena LGBTI solo es posible en un Estado radicalmente democrático, donde los grupos que históricamente han sido discriminados alcanzan el estado de completitud en el reconocimiento y ejercicio libre de sus derechos.
»Conclusiones
»La categoría de ciudadanía que se edificó desde la antigua Grecia y aún hasta mediados del siglo XX es una especialmente excluyente, ya sea a partir del concepto de “unos” a quienes se les reconoce o desde el “todos” a quienes se les reconoce, siempre ha aparecido como una categoría condicionada y de la que algunos grupos de individuos han sido excluidos en la medida en que no se corresponde con el concepto de ser humano, que sí abarca a la totalidad.
»Puede hablarse incluso de la existencia de un sistema estratificado de ciudadanía, que distingue ciudadanos, ciudadanos no plenos y no ciudadanos. Los ciudadanos plenos tendrían tanto el reconocimiento institucional de sus derechos como el ejercicio libre de los mismos, mientras que los no plenos a pesar del reconocimiento formal encuentran su ejercicio limitado; finalmente, los no ciudadanos carecen incluso del reconocimiento formal.
»El proceso histórico ha demostrado que la movilización de una categoría a otra normalmente se realiza en escenarios de conflicto, en los que los movimientos sociales se constituyen como verdaderos motores de cambio.
»En este sentido, es necesario reconocer que las gestas de los movimientos sociales representan un punto de inflexión para el desarrollo de sociedades más democráticas que garanticen el progreso del ser humano en toda su extensión, alcance y complejidad; comprender que el reconocimiento de los derechos del campesinado no implica el desconocimiento de derechos de los industriales o que la reafirmación de derechos de las mujeres no implica detrimento de los derechos de los hombres, y concretamente que generar un sistema de normas que reconoce la diversidad sexual y de identidad de género como una categoría de inclusión y no de exclusión fortalece la condición de ciudadanos, al mismo tiempo que fortalece la identidad colectiva LGBTI.
»Solo de esta manera es posible practicar una verdadera democracia radical que comprende y es coherente con el hecho que los derechos humanos limitan el poder soberano, por tanto no es entendible que desde los mismos ciudadanos se restrinja la posibilidad de tal limitación.
»La acción colectiva LGBTI reafirma el derecho de todos y cada uno de los seres humanos a ser iguales ante la ley, a desarrollar su personalidad de manera libre, a formar una familia, a controlar su cuerpo, a gozar de garantías y seguridad social, a escoger su profesión y oficio, y a expresar su identidad, entre otros. Razón por la cual, es necesario fortalecer categorías tales como género-sensitivos, heterosolidarios, nuevas masculinidades, en fin, todas las que actualmente designan aquellos individuos que sin ser parte de la identidad colectiva comparten los objetivos de la misma porque son conscientes de la necesidad de democratizar las relaciones entre Estado y ciudadanía en Colombia.»
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