diciembre 05, 2019

«Ante los cambios incesantes, nos preguntamos qué es lo que seguiremos haciendo los humanos en esta sociedad cada vez más automatizada»


Borja Álvarez Rubio, Camilo Vázquez Bello y Ángela Gutiérrez Sánchez de León
«La promoción de las industrias culturales y creativas como herramienta para la acción exterior de España»
Real Instituto Elcano (@rielcano)



«¿Dónde estamos? Las industrias culturales y creativas [ICC] y la revolución digital

»“El arte y el hombre son indisociables. No hay arte sin hombre, pero quizá tampoco hombre sin arte. Pero con éste, el mundo, se hace más inteligible, más accesible y más familiar. Es el medio de un perpetuo intercambio con lo que nos rodea, una especie de respiración del alma, bastante parecida a la física, sin la que no puede pasar nuestro cuerpo. El ser aislado o la civilización que no llegan al arte están amenazados por una secreta asfixia espiritual, por una turbación moral”. Así expresa René Huyghe, historiador y filósofo del arte, el valor del arte para el hombre.

»El arte es, por lo tanto, “algo intrínsecamente humano, quizás la forma más intensa del individualismo que el mundo ha conocido”, en palabras de Oscar Wilde.

»Esta cualidad humanística del arte, que podemos asociar a las industrias culturales y creativas, es un valor al alza en un entorno de cambios vertiginosos, en los que la revolución digital y la acumulación masiva de datos está transformando el mundo a una velocidad inusitada. Una revolución que, ante nuestro asombro, automatiza cada vez más procedimientos y tareas que hasta el momento habían sido inequívocamente humanos.

»Ante los cambios incesantes, nos preguntamos qué es lo que seguiremos haciendo los humanos en esta sociedad cada vez más automatizada: ¿dónde podremos aportar algo mejor de lo que ya hace un algoritmo? Y ahí es donde podemos apreciar que existen actividades en las que los humanos siguen teniendo una ventaja respecto de las máquinas. Tareas de carácter social y creativo como la creación de nuevas ideas, la comunicación compleja, o el reconocimiento de patrones son reconocidas como cualidades mucho más difíciles de emular por la inteligencia artificial, y ganarán cada vez más importancia en la sociedad y economía digital. De ahí el valor de esas actividades “intrínsecamente humanas”, de las actividades culturales y creativas, que se basan precisamente en ese tipo de habilidades.

»La importancia de las industrias culturales y creativas en esta nueva economía digital ya hace tiempo que viene siendo anunciada en el ámbito internacional. Ya en el año 2010, la Comisión Europea publicó su Libro Verde Liberar el potencial de las industrias culturales y creativas, en el que señalaba que “el valor inmaterial determina cada vez más el valor material, ya que los consumidores desean obtener “experiencias” nuevas y enriquecedoras”.

»Como señalaba la Comisión Europea en dicho Libro Verde, el valor de mercado de los productos se determina cada vez más en base a su originalidad, singularidad, rendimiento y apariencia. Además, el mercado laboral demanda trabajadores creativos y con gran capacidad para la comunicación y la resolución de problemas; y las decisiones en torno a la localización de empresas se toman cada vez más teniendo en cuenta factores como la disponibilidad en el lugar de una fuerza de trabajo creativa y la calidad de vida que la zona ofrece a los trabajadores.

»Todos estos son factores que refuerzan el valor estratégico de lo que se ha denominado industrias culturales y creativas (ICC), que emplean a más de 7 millones de personas en la UE y suman un 4,2 % del PIB.

»Pero el valor de las ICC no se queda ahí, puesto que, por su valor simbólico, generan un “efecto arrastre”, fomentando el crecimiento de otras áreas económicas como el turismo; crean e inspiran tecnologías y servicios digitales, y producen beneficios para la educación, la inclusión y la innovación social. En definitiva, crean una “marca-país” con sinergias positivas para otros muchos sectores.

»Queda claro, por lo tanto, que hoy en día las ICC son un sector estratégico, tanto por el valor económico que tienen por sí mismas, como también por su valor cultural y simbólico, que genera externalidades positivas en otros muchos sectores económicos y realidades sociales.

»Remarcada esa importancia, cabe preguntarse a qué nos referimos cuando hablamos de “industrias culturales y creativas”. El propio Libro Verde intentaba dar respuesta a dicha pregunta.

»Industrias culturales son las que producen y distribuyen bienes o servicios que, en el momento en el que se están creando, se considera que tienen un atributo, uso o fin específico que incorpora o transmite expresiones culturales, con independencia del valor comercial que puedan tener. Además de los tradicionales sectores artísticos (artes escénicas y visuales, o patrimonio cultural, incluido el sector público), también abarcan el cine, el vídeo, la televisión y la radio, los videojuegos, los nuevos medios de comunicación, la música, los libros y la prensa.

»Industrias creativas son aquellas que utilizan la cultura como material y tienen una dimensión cultural, aunque su producción sea principalmente funcional. Aquí se incluye a la arquitectura y el diseño, que integran elementos creativos en procesos más amplios, así como subsectores tales como el diseño gráfico, el diseño de moda o la publicidad.


»¿En qué situación están las ICC en España? Dimensión económica e imagen exterior

»En España, las ICC suponen un 2,4 % del PIB, de acuerdo con la cuenta satélite de la cultura con datos de 2015, y ascienden al 3,2 % si se considera el conjunto de actividades económicas vinculadas con la propiedad intelectual. En cuanto al empleo, asciende en 2017 a 584 300 personas, un 3,1 % del empleo global, lo que supone aproximadamente un incremento del 7,3 % respecto de 2015. Por lo tanto, las ICC tienen un tamaño considerable en la economía de nuestro país y, además, en términos de empleo son una industria en ascenso que se está recuperando rápidamente de la crisis.

»[...]


»¿Cuál es el resultado potencial que cabría obtener?

»Las ICC españolas han alcanzado en los últimos años un gran crecimiento y fuerte presencia en el exterior de nuestro país. Tanto los sectores vinculados con la innovación y la creatividad como el diseño, la moda, la arquitectura, la publicidad, los nuevos medios de comunicación, los videojuegos y las artes interactivas, como los sectores culturales más tradicionales vinculados a las artes escénicas, las artes visuales, el patrimonio cultural, el cine, la televisión, la radio, la música, los libros y la prensa, han conseguido un gran impacto a nivel internacional, generando un importante crecimiento económico de dichas industrias, y su traslación en una muy buena imagen de España como marca.

»El trabajo de estos años ha generado una serie de oportunidades que miran al futuro con optimismo. Estas oportunidades se enmarcan en la importancia de la creatividad y la innovación como rasgos distintivos de las industrias culturales, así como su carácter dinámico. Además, la diversidad de contenidos culturales y creativos han generado una oferta que da amplia respuesta a las crecientes demandas del mercado internacional. En este sentido, hay una presencia española destacada en la gran mayoría de manifestaciones culturales, desde las más clásicas hasta las más innovadoras.

»La evolución de la tecnología y la consolidación de la economía digital ha supuesto una dinámica de renovación permanente de oportunidades de negocio, la aparición de nuevos formatos, tipos de contenido y formas de distribución al público, nuevas aplicaciones para productos ya existentes, nuevas opciones de desarrollo de una carrera creativa, así como nuevas fórmulas de captación de ingresos.

»Todo este potencial de desarrollo y presencia internacional de las ICC debe ser apoyado desde la Administración General del Estado en una estrategia más amplia de acción tanto dentro como fuera de España porque sus grandes beneficios repercuten de forma importante tanto en otros sectores económicos como en la propia imagen de marca de nuestro país.

»Esta estrategia de acción, que en España se articula a través del antes citado Plan de Fomento de las Industrias Culturales y Creativas liderado por la Secretaría de Estado de Cultura, debería tener su reflejo en el exterior a través de la estrecha coordinación de las principales instituciones públicas bajo el patrocinio del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación como responsable de la acción exterior del Estado.

»En este esfuerzo conjunto debería tener un papel preponderante la Secretaría de Estado de Cultura, Acción Cultural Española (AC/E), el Instituto Cervantes, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y TURESPAÑA, junto con el Alto Comisionado para la Marca España y la promoción del español, implicando de forma activa a las grandes empresas, los sectores culturales más destacados y el conjunto de la sociedad civil.

»El diseño de una estrategia de acción exterior específica para el fomento de las ICC supondría aunar capacidades con el establecimiento de líneas prioritarias de actuación por parte de las administraciones públicas, facilitando la coordinación de recursos públicos hacia el sector cultural y creativo, un sector claramente vinculado a la marca-país y con un alto valor económico y simbólico, generando beneficios también dentro de España a través de su influencia en el sector del turismo, como hemos comentado al comienzo de este texto.

»Esta estrategia de acción exterior serviría de apoyo a las ICC en su expansión internacional, no sólo en mercados ya consolidados como la UE o Iberoamérica, sino en mercados emergentes en Asia y África. La calidad, innovación y diversidad del producto cultural y creativo español reforzaría la imagen de país multiplicando los retornos positivos y reforzando la influencia política de España en la esfera internacional.

»Nuestra política exterior no debe ser ajena a las ventajas de tener una posición de protagonismo en el llamado “poder blando”. La progresiva influencia de la acción cultural en el desarrollo de las relaciones internacionales a través de la “diplomacia cultural” es una realidad evidente en la que muchos países de nuestro entorno han realizado importantes inversiones con buenos resultados.

»Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la globalización de la economía, y la movilidad masiva de personas por razones de trabajo, turismo, ocio o necesidad hacen de los sectores culturales y su desarrollo industrial un instrumento muy destacado a tener en cuenta en el diseño de una estrategia política de acción en el exterior.

»Desde la Secretaría de Estado de Cultura se han venido desarrollando, en el marco de sus competencias y respondiendo a los objetivos marcados por el Plan Cultura 2020, un conjunto de actuaciones para favorecer la internacionalización de la cultura española. El objetivo es mejorar el desarrollo de la competitividad del producto cultural y creativo mediante el establecimiento de medidas que incrementen su acceso al mercado internacional, su presencia en eventos, ferias, congresos, festivales de teatro o cine fuera de nuestras fronteras, así como mejorando la oferta turística cultural a través de aplicaciones vinculadas a las nuevas tecnologías.

»Entre estas medidas se destaca la puesta en marcha en 2018 de un plan de acción anual de promoción cultural de España en el exterior, en coordinación con Acción Cultural Española y el Instituto Cervantes, con el que se pretende incentivar y coordinar las acciones de fomento de la cultura a nivel internacional.

»Otras de las medidas ha sido la mejora de la aplicación informática “INFOX Cultura”, que asegure una efectiva consulta de información sobre actividades y programas de proyección cultural en el exterior entre las distintas instituciones públicas con competencia en materia internacional. Previo mapeo de las principales bases de datos de las distintas unidades de la Secretaría de Estado de Cultura, así como de otras instituciones que realizan actividades culturales en el exterior, permitirá de forma inmediata y aprovechando las nuevas tecnologías, la consulta e información de las acciones que se lleven a cabo en el exterior.

»A la vista de lo expuesto, la promoción de las industrias culturales y creativas como herramienta para la Marca España debería ser una de las líneas prioritarias de nuestra acción exterior en un esfuerzo coordinado entre las administraciones públicas, las empresas culturales y creativas, y la sociedad civil, para consolidar los importantes beneficios que genera tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

»En efecto, y como señaló Alexander Graham Bell, “grandes descubrimientos y mejoras implican invariablemente la cooperación de muchas mentes”. En nuestro caso, estamos seguros de que la cooperación de todos para la promoción de nuestras ICC es el mejor camino para la proyección exterior de España y el refuerzo de nuestra imagen de marca país».


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