Ángel Vargas, La Jornada (@lajornadaonline)
Imagen de Revista La Peste en Twitter.
«La falta de visibilidad es el principal escollo que enfrentan los sellos editoriales independientes en México, afirma Genoveva Muñoz Castillo, presidenta del Comité de Editores Independientes de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) [@CANIEMoficial].
»Para coadyuvar a subsanarlo es que esa instancia, en colaboración con Era Ediciones, realiza desde este miércoles y hasta el sábado 16 de noviembre el primer Salón del Libro Independiente, en la sede de esa casa editorial, en la capital de la República. Participa una treintena de sellos editoriales con sus novedades y los principales títulos de sus respectivo catálogos. Entre ellas se encuentran Almadía, El Milagro, Tecolote, Trilce, Ediciones Sin Nombre, La Cabra, El Tucán de Virgina y la Universidad Autónoma de Nuevo León.
»“Actualmente es muy difícil, si no imposible, que la edición independiente tenga un lugar en las librerías del país. Esta iniciativa es una apuesta por dar a conocer la enorme riqueza de la edición mexicana que las librerías no han incorporado a su oferta”, explica a La Jornada Genoveva Muñoz, quien asimismo es directora de La Cifra Editorial.
»En entrevista, resalta que en las librerías se encuentran, sobre todo, las novedades de los grandes sellos, que además tienen la capacidad de tener nuevos títulos cada mes, y el tiempo que las editoriales independientes comparten en ese espacio es muy reducido.
»“Nos dan de dos a tres semanas de exhibición y de ahí pasamos a estanterías. Al no verse nuestro material, se vuelve complicado que la gente nos encuentre como una propuesta distinta. Adolecemos de falta de espacios, eso puede verse de manera muy clara. En cualquier librería, sobre todo las de cadena, siempre están los mismos sellos editoriales exhibidos al frente”, indica.
»“Para nosotros es muy difícil, porque apostamos por otros contenidos, otros formatos, otras cosas, y los libreros nos dicen que sí pueden ponernos al frente pero no tanto tiempo. Entendemos que necesitan vender, pero pasa lo del huevo o la gallina: ¿no vendemos porque no estamos visibles o porque nuestras temáticas no son interesantes? Estoy convencida de que hay gran calidad en la apuesta de las editoriales independientes”».
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