enero 12, 2017

«Cervantes es el prototipo de la generosidad, de la apertura de ánimo, de la cordialidad ante todo»



Julián Marías
«Un español del reinado de Felipe II: Cervantes*»

Cuenta y Razón, segunda etapa, n.º 38, primavera de 2016
* Resumen de la conferencia de clausura del Curso dirigido por Julián Marías El Mundo de Felipe II (noviembre 1997 - marzo 1998). Publicado por primera vez en el n.º 107 de la revista, primera etapa, julio-agosto de 1998


Cuenta y Razón | Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) | Madrid | ESPAÑA


Extracto de páginas 118-119 de la publicación en PDF




«Destacó Marías cómo se supone que el poderío español terminó con la invencible, lo cual no es cierto: fue en 1805 en Trafalgar, y en cambio se subraya que el poderío naval turco no acabó en Lepanto. La importancia del evento viene dada por el hecho de que supuso un quebranto decisivo y se superó una crisis pavorosa con independencia de que Argel continuó siendo un nido de piratas y una amenaza hasta 1830 cuando Francia ocupó esta ciudad.

»Cervantes tiene esta especialísima experiencia naval, la militar no termina ahí. Cuando al final decide regresar a España es hecho cautivo, conducido a Argel donde pasa cinco años tremendos, de los que habla muchas veces en su obra, especialmente en el teatro. Tiene directamente “la experiencia del otro”, de los musulmanes, los judíos a quienes conoce en Argelia y de quienes trata de evadirse una vez y otra: son evasiones frustradas, de las cuales se hace directamente responsable, a pesar de lo cual no lo empalan como solían hacer en Argel con los fugitivos. Debía tener tal dignidad, tal valor, tal simpatía que desarmaba a los feroces amos que lo tenían en Argel y sobrevive y puede volver a España después de cinco años de cautiverio.

»Llega a la España triunfal de Felipe II; precisamente hacia 1580 se ha producido la culminación de la gloria y el poder con la incorporación de Portugal.

»Cervantes, que está en Portugal, en Lisboa, cuando ya era parte de la misma corona, sigue haciendo “la experiencia del otro”.

»Tiene un conocimiento general de España, de toda España, sin distinciones; recorre España y habla de sus diferentes partes, con conciencia de las diferencias entre ellas existentes, que acusa, pero que no afectan a la condición española.

»Por otra parte tiene viva simpatía por otros países: enorme simpatía por Italia, por la que tuvo fascinación, que conoce, donde ha vivido y ha sido feliz; la evoca una vez y otra: Roma, Nápoles y tantos otros lugares que aparecen en su obra.

»Pero tiene viva simpatía por Portugal, por Francia y habla con simpatía hasta de Inglaterra a pesar de que hay una lucha política permanente. Es un hombre lleno de filias y sin fobias. Es decir, es el prototipo de la generosidad, de la apertura de ánimo, de la cordialidad ante todo.

»Es un hombre del tiempo de Felipe II, criado y formado en la España de Felipe II, que participa de lo que es España entonces, de las glorias de España, de los riesgos, de los problemas, que está pidiendo que se movilice el poderío de España para superar Argel, para eliminar ese foco de piratería que él ha padecido en su carne durante cinco años.

»Hay unos cuantos rasgos de la vida española que aparecen en la obra de Cervantes con un subrayado enérgico. Es un hombre que admira la libertad, la libertad es lo más precioso que puede tener el hombre, cualquier sacrificio es pequeño para la libertad.

»Conoce su valor: la vida es inaceptable sin ella y la ejerce, la ejerce absolutamente. Por otra parte destaca en su personalidad el valor. Cervantes ha experimentado el valor, ha mostrado el valor. Recordó Marías el capítulo del Quijote correspondiente al “discurso sobre las armas y las letras”, que se considera una especie de explicación retórica un poco convencional.

»En opinión de Marías es todo lo contrario, está lleno de conocimiento directo, de las dos vidas, de las armas y las letras. Habla del valor de las armas como instrumento de la paz. Ahora, dijo Marías, se habla de los ejércitos como hacedores de paz. Es lo que está de moda y lo que se habla todo el tiempo. Es la tesis tratada con profundidad extraordinaria por Cervantes, la función de la guerra es garantizar la paz, es dar la libertad, la seguridad de las personas y de los países, es evitar las invasiones, el bandidaje, el pillaje, es la paz precisamente el fruto de la guerra.

»Describe con toda precisión lo que es la vida del soldado, los padecimientos, la pobreza, el hambre, el frío, el calor, el riesgo permanente, las heridas y la muerte probable. Y por otra parte las letras, principalmente las jurídicas, pueden tener valor si están sostenidas por las armas: ve claramente ese concepto de “vigencia” que puso en circulación Ortega. Por otra parte habla de otras letras que son las suyas, las de la imaginación, las letras de la invención, de la novela o la poesía, que son precisamente las que hacen que se pueda cantar y contar lo que han hecho las armas, el valor que tienen las armas, y por tanto a última hora reciben una consagración y una última unción, de las letras imaginativas, literarias y poéticas.

»Es ese maravilloso discurso un alarde de comprensión de la realidad, de fidelidad a lo real en todos los sentidos, de altura de miras, y lo pone en boca de D. Quijote. No lo dice Cervantes, lo dice Quijote, con una extremada cordura.

»El valor tiene para Cervantes una extraordinaria significación. D. Julián Marías ha dicho muchas veces que es justo que en español el sentido fuerte de la palabra valor no sea “lo valioso” sino lo valiente, la valentía, porque sin un poco de valor se hunden todos los valores. Hace falta un cierto valor para sostener los valores y es lo que expresa maravillosamente en el discurso de las armas y las letras.

»Cervantes siente fascinación por la belleza: toda la obra está respirando entusiasmo por la belleza; la belleza de las ciudades, de los paisajes, de la mujer por supuesto, y la belleza del amor, que tiene un puesto en la obra de Cervantes extraordinario.

»Sabemos muy poco de la vida amorosa de Cervantes. Sabemos que tuvo una hija con Ana Franca. Sabemos que se casó en Esquivias. De su matrimonio no sabemos demasiado, pero su obra respira entusiasmo por el amor, el amor explica todo: un amor que no se puede forzar ni se puede cohibir.»





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