enero 14, 2016

«El argumento de probabilidad (τὸ εἰκός) en la retórica griega»



Heiner Mercado-Percia
«El argumento de probabilidad (τὸ εἰκός) en la retórica griega»
Perseitas, vol. 3, n.º 1, enero-junio de 2015

Perseitas | Fundación Universitaria Luis Amigó | Medellín | COLOMBIA


Extracto del apartado “Conclusiones” del artículo en PDF




«La retórica es un arte en el que se despliega el conocimiento del ser humano, de sus acciones y de conductas. Para lograr la persuasión el orador expone argumentos que versan sobre comportamientos reconocidos como normales, habituales o como raros, poco frecuentes, inimaginables por el auditorio. En esa medida, el uso de recursos como el argumento de probabilidad resulta legítimo toda vez que, sobre el conocimiento de las acciones humanas, no tenemos sino opiniones consideradas ciertas por la mayoría de los hombres.

»Esto convierte a los argumentos de probabilidad en recursos útiles a la hora de tomar una decisión y actuar correctamente en la esfera pública. Tanto en las definiciones de Anaxímenes como las de Aristóteles, los argumentos de probabilidad tienen un carácter doxástico y por ende no deben ser considerados como sinónimos de engaño o instrumentos de manipulación del auditorio como lo consideró Platón y que, en cierta forma, sigue Guthrie. En otras palabras, los argumentos de probabilidad recogen y explotan el conjunto de convicciones de una sociedad, muestran que la retórica, tal como la sistematizaron los sicilianos, no busca el conocimiento ontológico de las cosas sino el acuerdo y la resolución política y jurídica de los problemas humanos.

»El mismo Aristóteles lo confirma en su Retórica cuando dice que el discurso científico es propio de la docencia mientras que, en el contexto político, jurídico y moral, frente al pueblo lo que valen son las pruebas por persuasión (Rh.1355 a 25 - 30) La retórica no ofrece un conocimiento verdadero y universal sobre la justicia, el bien o cuál es el mejor sistema de gobierno sino un conocimiento teórico sobre medios de convicción más pertinentes para cada caso. Ofrece un conocimiento teórico sobre el razonamiento, las pasiones y los caracteres de los seres humanos que son necesarios para elaborar un discurso eficaz desde el punto de vista persuasivo, expone un conocimiento teórico sobre las partes del discurso y su expresión y sobre lo convincente, que siempre “lo es en relación con alguien y, o bien es convincente y persuasivo inmediatamente y por sí, o bien parece serlo porque puede ser demostrado mediante de esta naturaleza” (Rh.1356 b 27 - 30).

»También podría aceptarse que aquellos oradores sicilianos que desarrollaron una retórica basada en argumentos de probabilidad no sólo lo hicieron por necesidad de que se impartiera justicia, en relación con aquella usurpación de tierras que perpetraron los tiranos Gelón y Gerón en el siglo V a. C., a pesar de la falta de pruebas materiales que dieran la razón a los despojados, sino porque tal vez, de manera inconsciente, estarían construyendo lo que llegó a ser parte de las convicciones compartidas y aceptadas por el conjunto de la comunidad. Valdría la pena ahondar en el estudio de los argumentos de probabilidad como un elemento más de la red de conceptos retóricos que, junto con los tropos y las figuras retóricas, son consideradas desde el punto de vista cognitivista como estructuradores del pensamiento humano.

»Así como la metáfora ya no se considera un simple recurso literario del que se vale el orador o el poeta para buscar un efecto puramente estético sino como concepto metafórico que por su naturaleza moldea el pensamiento, la percepción y hasta rige nuestros comportamientos (Lakoff & Johnson, Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra, 2012, p. 39-42). Los argumentos de probabilidad no deben entenderse como recursos de engaño y adulación para agradar al auditorio sino como el resultado de la sistematización de procesos del pensamiento que caracterizan una comunidad. Una investigación a fondo desde una perspectiva cognitiva daría luces sobre la construcción y recepción de los argumentos de probabilidad en lugar de su contrastación con una teoría de la verdad platónica.»






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