enero 22, 2016

«Muebles y enseres al servicio de la imagen. El teatro de la apariencia doméstica en la Cataluña del 1700»



Rosa Creixell Cabeza
«Muebles y enseres al servicio de la imagen. El teatro de la apariencia doméstica en la Cataluña del 1700»

Res Mobilis. Revista internacional de investigación en mobiliario y objetos decorativos, vol. 5, n.º 5, 2016

Res Mobilis. Revista internacional de investigación en mobiliario y objetos decorativos | Universidad de Oviedo | Campus de Humanidades | Departamento de Historia del Arte y Musicología | Oviedo | ESPAÑA


Extracto de páginas 1 y 19 del artículo en PDF




«A partir de las tramas más públicas de la cotidianidad, así como de las prácticas más particulares de aquello público, la aristocracia catalana del siglo XVIII perfiló como el resto de Europa nuevas maneras de mostrarse y presentarse al mundo. La creación de una máscara lujosa tuvo en la ornamentación de las arquitecturas habitadas el marco adecuado para construir una escenografía perfecta. Arquitecturas particulares, percibidas siempre como espacios ocupados en constante evolución, como reflejo de personalidades, gustos y modas de una época determinada, como escenarios poliédricos de acciones, deberes, deseos y funciones, en definitiva como ―obra compuesta‖. Imágenes de ornato y atrezzo, donde vestir el cuerpo, descubrir los tempos en el ejercicio de las relaciones y pasearse por los espacios amueblados configuran los verdaderos vertebradores de una correcta geografía del habitar.

»[...]

»En definitiva, podemos decir que ningún acto, —moverse, vestirse, adquirir, recibir o invitar— llevado a cabo por la aristocracia del momento escapaba al hecho y deseo de mostrarse. Así la elección de los enseres domésticos, de un mueble, de los ropajes o la ornamentación del espacio privado, de manera consciente o inconsciente, siguiendo modas o gustos, fueron la herramienta perfecta para crear una determinada imagen pues hablaban calladamente de su propietario o poseedor. Y en este entramado el lujo jugó un papel fundamental tal y como se ha venido demostrando. Como apuntó Baltasar Gracián ―No ay velleza sin Ayuda, ni perfección que no dé en bárbara sin el realce del artificio: a lo malo socorre y lo bueno lo perfecciona. (...) Todo hombre sabe a tosco sin el artificio, y ha menester pulirse en todo orden de perfección”. [NOTA 25: GRACIÁN, Baltasar, Oráculo manual i arte de prudencia, 12, Edición digital a partir de la edición de Huesca, Juan Nogués, 1647 y cotejada con la edición crítica de Emilio Blanco, Madrid, Cátedra, 1997.]»





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