enero 20, 2016

«La acción ciudadana y las herramientas digitales en el proceso de percepción y transformación del paisaje urbano»



Sergio Colombo Ruiz
«La acción ciudadana y las herramientas digitales en el proceso de percepción y transformación del paisaje urbano»

ASRI - Arte y Sociedad. Revista de Investigación, n.º 8, 2015

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Extracto de los apartados «Introducción» y «La construcción del espacio futuro en la palma de la mano» del artículo en PDF. Véanse las referencias bibliográficas en la publicación original.




«Introducción

»El arquitecto en su labor, bien sea por voluntad propia o no, debe reinventarse cada cierto tiempo, como la misma historia lo describe, sometido a procesos de cambio para luego destacar como diseñador del espacio, donde el hombre según el tiempo, la necesidad y cultura, habita. En la entrada del nuevo siglo XXI, surgen crisis de toda índole, se acusan constantes desastres, quizás para muchos el fin de los tiempos, pero al indagar en el pasado, parece ser que las crisis son ciclos, y de ellas surgen nuevas ideas, nuevos valores y nuevos conceptos, donde después de profundas reflexiones es posible emerger. La crisis que se desarrolla en la primera década del siglo XXI, poco tiene que ver con la vertiginosa construcción de imperios virtuales, tanto en lo que ofrecen en datos, o softwarey en equipos físico, hardware, trabajado tanto en ordenadores y móviles que comparten cada día más similitud. Estos artilugios, no parecen conocer de crisis, pues ahora están en las manos de la mayor parte de los ciudadanos, actualizándose contantemente.

»A su vez, se referencian en el nuevo milenio, otros fenómenos a partir de la consagración de estos imperios, como los son la amplia integración a la red de internet, la creciente globalización en todos los ámbitos, el acortamiento de las distancias físicas por las virtuales, el uso de un tiempo presente constante, y en el caso de la arquitectura, el arraigo de una arquitectura de autor, con obras que difícilmente presentan referencias en la memoria de donde son construidas y que en ellas parece expresar solo una visión particular. En resumen, al estado de crisis, se da el auge de las herramientas digitales presentes en todos los ámbitos, que parecen abrir nuevas opciones al entendimiento del espacio y de su potencial transformación, “y es que la informática ya no se ocupa de los ordenadores, sino de la vida misma” (Negroponte 1995:20).

»En la actualidad el avance de las herramientas digitales toca de cerca el progreso de la arquitectura, pues parece concentrarse en el amplio alcance que brindan a través de la representación digital, aumentada por la posibilidad de trabajar en un espacio virtual, que permite la construcción de modelos tridimensionales con la especial característica de recorrer virtualmente los espacios en tiempo real; es así como la manipulación de la imagen visual parece haberse convertido en el mayor potencial de la arquitectura del nuevo siglo. Lo digital y su amplia difusión, le han dado poder al pragmatismo, que parece ser el fundamento en el pensamiento, basado en la rapidez en el acceso y verificación de la información.

»El alto nivel técnico necesario en el manejo de estas herramientas en la representación de la arquitectura, a través del uso de software especializado, ha concentrado en muchos casos el medio antes que el fin, focalizándose en la manipulación de diferentes comandos según sea el programa para construir digitalmente un determinado elemento. La concentración en la posibilidad de parecer cada vez más real, anula en muchos casos el valor del objeto en sí mismo, focalizado en el impacto visual que pueda tener sobre el usuario. Estos avances se han concentrado en la supremacía de la vista, parece ser el más poderoso sentido que mueve a la arquitectura, el poder de la imagen, poder que a su vez queda en entre dicho con la banalización de ella misma, que al ser sometida por los diferentes tecnologías tiende en el mayor de los casos a manifestar lo mismo, o en su poder de cambio constante, parece hacerse invisible a la percepción del hombre, ajustada a ese cambio acelerado. En esta vorágine de la imagen, y en la técnica utilizada para generarlas que están al alcance de tantos, aumenta a la par la idea de verse a uno mismo, de sentirse parte de un colectivo, y de tener la posibilidad de crear un mundo virtual personal con el reflejo de su imagen, todo esto desde una materialidad física aislada del resto de las personas. “Es posible sentir más cerca a personas que están en la distancia que aquellos que permanecen cerca, se pierde el cuerpo y el contacto con el otro físicamente” (Moya Pellitero 2011:64).

»Mientras más se avanza en el poder sistemático de estas herramientas, pareciera que se amplía la imposibilidad de escuchar y sentir al otro. Ya las llamadas son solo excusas, pues el texto y la imagen se han materializado como canal óptimo para comunicar. Esto también ha potenciado el control por editarlo todo, corregir, revisar para luego mostrar, donde lo que se percibe y se siente se edita, y solo se muestra luego de una exhaustiva revisión. El poder de la edición, ha hecho creciente un falso control de la realidad y del tiempo, y por ende del espacio en que se vive. Con la manipulación de la imagen y de sus consecuencias, se está al límite de lo real, que provoca consecuencias entre el espacio real y el virtual. En este contexto, los ciudadanos cada vez más nómadas, por las condiciones de vida que ofrece este nuevo siglo, tienen en sus manos, con el uso de las herramientas digitales, el poder de la ubicuidad, pues parecen estar en muchos lugares a la vez desde una misma ubicación. Esta posibilidad, le ha hecho volcar sus ojos sobre pantallas, y muchas veces a pasar por alto lo que sucede a su alrededor, pues parecen acostumbrados a los espacios de los no lugares, sin referencias, sin memorias, con características muy similares entre sí, pero en diferentes latitudes donde en la transparencia de los espacios, parecen habitar siempre el mismo lugar.

»La posibilidad de almacenamiento y difusión de las herramientas digitales, hacen posible además que los datos expuestos sean conocidos globalmente. La experiencia no se registra solo con fotos, textos, videos o grabaciones de sonidos, es posible crear un mapa con las representaciones personales, de los diversos espacios físicos donde se generan las experiencias, que son posible repetir o seguir con nuevas expectativas, más que las comunes turísticas. Estos mapas además incitan al movimiento, a recorrer la ciudad, y descubrir con nuevos ojos el espacio urbano.



»La construcción del espacio futuro en la palma de la mano

»Es fácil pensar que el asumir la construcción del espacio desde una óptica de lo efímero, de lo colectivo pueda parecer intrascendente, pero al transitar por estos nuevos canales y crear mapas, mapas de recuerdos y de memorias, de percepciones y sentimientos, no solo se transforma el espacio, sino también formas y conceptos nuevos, de abordar los sistemas de representación.

»Podría asumirse que la incidencia de estas nuevas tecnologías con base en el fomento de la experiencia perceptiva del espacio, es beneficiosa en todos los sentidos, pero como cualquier manifestación del hombre y sus consecuencias, presenta aspectos buenos y otros a mejorar o superar. La constante actualización de las herramientas digitales, son una clara referencia del momento en que se vive, que se basa en el ensayo y el error, se ensaya al poner en manos del colectivo, y en función de la reacción al acierto o al error, se programa una nueva edición, que busca superarse a sí mismo.

»Existen numerosas publicaciones sobre la dirección que debe tomar la arquitectura en cuanto al uso de las nuevas herramientas digitales, muchos se concentran en las propiedades de su representación, pero parece que ello va mucho más allá, la intención debe establecer los vínculos entre lo digital y lo real, donde el punto común sea el espacio físico, que se ve afectado, cambiando la percepción del usuario con nuevas imágenes, y transformando el paisaje urbano. Reseña Kevin Lynch, que estas imágenes colectivas son necesarias para que el individuo actúe acertadamente dentro de su medio ambiente y para que coopere con sus conciudadanos. Así mismo acota, “cada representación individual es única y tiene cierto contenido que solo rara vez o nunca se comunica” (Lynch 1998:61). Con el uso de las herramientas digitales se abre esta oportunidad de poder expresar, el efecto de estas manifestaciones en el espacio urbano.

»Para muchos el uso de la tecnología, pudiera devenir en el final de los tiempos, y en el control del hombre por las mismas maquinas, cuando su sentido siempre debería ser lo contrario, sólo tienen sentido cuando es la conciencia del hombre quien utiliza las máquinas que poseen características o mecanismo que permitirían una eventual mejora en la calidad de vida. En la arquitectura, el avance de la tecnología, ha supuesto además la creación de nuevas estrategias de percepción de los espacios, con el uso de iluminación y pantallas, que presentan nuevas estrategias para comunicar las propiedades de los espacios, y permitir nuevas formas de percibir el espacio y el objeto arquitectónico, siempre con mayor fuerza en lo visual.

»Como acota William Mitchell llego el momento de reinventar el diseño y el desarrollo de las ciudades y de redefinir el papel de la arquitectura, es alto el beneficio y el riesgo, pero no hay elección a desentenderse: “Debemos aprender a construir ciudades servidas electrónicamente y conectadas globalmente para el amanecer del milenio”. (Mitchell y Valderrama 2001:13) Los escenarios donde se desarrolla la vida del hombre se están convirtiendo en algo kitsch producido en serie y con un enfoque universal., en un mundo donde todo se vuelve parecido, insignificante e intrascendente, el arte y la arquitectura tienen que conservar las diferencias de significado y, en particular, los criterios de calidad sensorial experiencial y existencial. “Sigue siendo responsabilidad del artista y del arquitecto defender el enigma de la vida y el erotismo del mundo vivo” (Pallasmaa y Puente 2012:168).»






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