septiembre 04, 2015

Las unidades fraseológicas pragmáticas



Pablo Zamora Muñoz
«Los límites del discurso repetido: la fraseología periférica y las unidades fraseológicas pragmáticas»

Verba. Anuario Galego de Filoloxía, vol. 41, 2014

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Extracto de los apartados en páginas 214-219 del artículo en PDF




«INTRODUCCIÓN

»En los pocos decenios de vida de la fraseología teórica se ha cuestionado dónde llegan los lindes del universo fraseológico, qué tipo de unidades y secuencias son consideradas como tales y cuáles quedan fuera de su ámbito. Asimismo, sigue habiendo dudas respecto a los rasgos distintivos lingüísticos pertinentes y esenciales que las caracterizan y a los procesos constitutivos que sufren.

»Hoy en día la mayor parte de los fraseólogos admiten las dos concepciones de la fraseología: a) la fraseología en sentido estricto, que restringe el estudio de las UF a aquellas unidades pluriverbales que significan en bloque y tienen un significado semántico en mayor o menor medida idiomático —las denominadas locuciones cen¬trales o estándar—; b) la fraseología en sentido amplio, que, desde una óptica global, se ocupa además de las unidades univerbales [NOTA 2] o pluriverbales que constituyen actos de habla, que poseen un significado pragmático y/o situacional, el cual se activa únicamente en el discurso. Me refiero a las unidades fraseológicas pragmáticas —de ahora en adelante UFP—, ubicadas en la zona periférica de la fraseología.

»Tradicionalmente en esta zona periférica se ha ido agrupando y clasificando una vasta gama de secuencias heterogéneas, cuyos rasgos distintivos en muchas oca¬siones son muy dispares y diversos entre sí. Por otro lado, las múltiples y variadas etiquetas [NOTA 3] con las que se ha denominado a estas UFP tampoco han contribuido a una delimitación precisa. Las UFP se han convertido en el nuevo “cajón de sastre” den¬tro del cual se coloca cualquier secuencia fija “molesta”, alejada de los rasgos dis¬tintivos de las locuciones estándar prototípicas. Dentro del cesto de los enunciados fraseológicos, de las fórmulas, de los fraseologismos, se ha depositado una consi¬derable cantidad de unidades cuyo común denominador es constituir enunciados marcadamente pragmáticos en cuanto cumplen actos ilocutivos y/o funcionan como marcadores discursivos [NOTA 4]; el significado y valor de estas UFP se carga, depende y varía según los contextos lingüísticos y paralingüísticos en los que se insertan [NOTA 5]. Estas unidades sin embargo, como se ha indicado anteriormente, muestran peculiaridades, por lo que se refiere a su forma, a su significado y a su función, muy diferentes entre sí; dentro de este maremagno, hay subclases de UFP que convergen en ciertos rasgos y difieren en otros. Coincido con Martí (2012: 29) cuando afirma que “el universo fraseológico está, pues, constituido por un conjunto de muestras bastante heterogéneas, que pueden ordenarse con la ayuda de diversos criterios distinguidores —frágiles— que se entrecruzan entre sí”.

»No obstante, a pesar de la confusión reinante en torno a las UFP, no se debe asociar la noción de periférico con la marginalidad, más bien todo lo contrario, puesto que son las unidades que muestran una mayor frecuencia de uso en el discurso, especialmente en el registro coloquial [NOTA 6]. En publicaciones anteriores (Zamora, 2003, 2005 y 2012), teniendo presente las aportaciones teóricas de Casadei (1995), Corpas (1996), García-Page (1995, 1997 y 1998) y Penadés (1997), entre otros, y siguiendo criterios formales y funcionales, llevé a cabo una primera clasificación de las UFP, subdivididas en cuatro subclases: a) Las locuciones idiomáticas pragmáticas —“¡La carne de burro no es transparente!”— tienen estructura oracional, en general se basan en imágenes conceptuales y su significado no es semántico, sino pragmático situacional, en cuanto no equivale a un lexema como las locuciones, sino que el hablante las emplea “cuando…” o “para…”. b) Los enunciados implico-situacionales —“No es lo que parece…”— tienen estructura oracional pero no se basan en imágenes y su significado es pragmático-situacional, predominando en este especialmente las inferencias e implicaturas. c) Los enunciados fraseológico-pragmáticos —“¿Qué le vamos a hacer?”— suelen ser sintagmas, aunque no faltan los que poseen un estructura oracional [NOTA 7]; no se basan en imágenes conceptuales y su significado es exclusivamente pragmático en cuanto se trata de actos ilocutivos, enunciados unimembres o bimembres [NOTA 8], en los predomina la función pragmática y/o discursiva que cumplen en el discurso. d) Los esquemas sintácticos fraseológico-pragmáticos —“¡Pero qué viaje ni qué viaje!”— son secuencias formadas por un armazón sintáctico fijo, el cual se completa con uno o más constituyentes libres ya antes de activarse en el discurso.


»RASGOS DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS Y DEL DISCURSO REPETIDO

»Cabe preguntarse una vez más cuáles son los parámetros distintivos pertinentes de las UF. Corpas (1996: 27) sostiene que la idiomaticidad sólo es una característica potencial de las UF; Ruiz Gurillo (1997: 103) añade que el rasgo primario e inhe¬rente de la fraseología es la fijación formal y no la idiomaticidad. Con el transcurso de los años, el concepto de fijación se ha ido transformando; de hecho, Corpas y Mena (2003: 183) consideran que la fijación debe entenderse como una propiedad relativa y no como una propiedad absoluta. Por tanto, se ha producido un cambio de perspectiva de la noción de fijación; de la fijación en sentido estricto, se ha pasado en este decenio a la fijación relativa.

»El desarrollo y los avances de la lingüística del texto, de la pragmática, de la lingüística cognitiva y de la lingüística de corpus han originado que se analice el comportamiento de las unidades en el texto y/o discursivo y no en el sistema de la lengua, lo que ha abierto nuevas expectativas y vías de análisis. Cualquier UF, central o periférica, debe ser examinada teniendo presente su forma, su uso y su función en los distintos contextos discursivos; en la interacción se producen y se pueden obser¬var las transformaciones y metamorfosis que experimentan las unidades, es decir, las formas, los valores y funciones que estas potencialmente tienen y adquieren [NOTA 9].

»Al igual que la idiomaticidad y la fijación estricta, otros rasgos primarios e inherentes de las unidades fraseológicas centrales o prototípicas, la segunda esfera de Corpas (1996: 88-125), han dejado de ser consustanciales para el análisis de la fraseología en su globalidad; me refiero, entre otros, a la pluriverbalidad, a la no composicionalidad del significado, a la imagen conceptual, al homófono literal y al equivalente lexemático.

»La proliferación más o menos reciente de estudios centrados en las UF marcada¬mente pragmáticas ha acarreado la aparición de nuevos parámetros a la hora de esta¬blecer, dentro de un continuo, los rasgos de las UFP: contexto lingüístico, situacional y paralingüístico, significado pragmático, funcionalidad, valores metadiscursivos, implicaturas conversacionales, variaciones interpretativas. Las UFP, equivalentes a la tercera esfera de Corpas (1996: 132-212) y que la lingüista denomina enuncia¬dos fraseológicos y fórmulas rutinarias, son enunciados y estructuras específica¬mente pragmáticas en cuanto, a diferencia de las UF centrales, están estrechamente vinculadas a actos lingüísticos concretos en contextos situacionales bien precisos. Por otra parte, comparten y experimentan los mismos procesos constitutivos que indica Martí (2005a, 2008 y 2012) para el resto de las UF: rutinación —las secuencias se convierten en rutina y los hablantes pierden la conciencia de su uso distinto—, memorización —las unidades inventariadas y memorizadas en el lexicón se emplean automáticamente—, subjetivación —implicaturas que al inicio son ocasionales y que paulatinamente se van generalizando, hasta convencionalizarse—, pragmatización —dependencia contextual y función pragmática—, gramaticalización —pérdida parcial o total del valor original de la secuencia— y fraseologización —creación y difusión de una unidad preexistente o no ya como tal— [NOTA 10].

»Estos nuevos parámetros, junto a los procesos constitutivos, han incrementado los horizontes respecto a la noción de las UF o de los fraseologismos y sembrado dudas en relación a sus límites, llegando a la conclusión de que fraseología es, en cierta medida, sinónimo de discurso repetido; dicho de otra manera, toda secuencia fija o combinación estable cuyo significado esté rutinizado, memorizado, subje¬tivado y pragmatizado pertenece al ámbito fraseológico. Parafraseando a Corpas (1996: 224), se considera fraseológica cualquier secuencia fija que presente valores adicionales y que haya generalizado las implicaturas conversaciones que forman parte del conjunto de los conocimientos previos compartidos por los hablantes de una determinada lengua.

»En definitiva, la noción de fijación, los procesos constitutivos y la índole idio-sincrásica —unidades usadas e interpretadas idiosincrásicamente, regidas por normas culturales, que generan implicaturas conversacionales generalizadas (Martí, 2005a: 52 y 2005b: 72-74)— constituyen los pilares fundamentales que permiten establecer y delimitar la pertenencia de una determinada secuencia a la fraseología, siendo estos parámetros y estos procesos constitutivos el problema pero a la vez la solución.


»LA GRAMÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES, LA GRAMÁTICA DEL DISCURSO Y LA FRASEOLOGÍA

»El acercamiento de la gramática de las Construcciones y de la gramática del discurso, enfoques interrelacionados entre sí, a la fraseología se revela como un pro¬cedimiento sumamente valioso en cuanto consiente ampliar los límites del denomi¬nado discurso repetido e incluir, dentro de las UFP, una serie de secuencias-réplicas que hasta la fecha no han sido objeto de estudio de forma pormenorizada por parte de los fraseólogos.

»Desde el enfoque construccionista, cuyos pioneros fueron Lakoff (1978), Fillmore (1989) y Goldberg (1995) entre otros, se conciben las construcciones, según indica Gonzálvez-García (2012: 254-261), como entidades teóricas idiosin¬crásicas, no composicionales, con estatuto e independencia propia, resultado de una serie de regularidades y/o generalizaciones. Las construcciones son el resultado de las correspondencias convencionales entre una forma y su significado semántico y/o funcional discursivo, el cual origina el significado construccional. Respecto a esta correspondencia convencional, Garachana y Hilferty (2005: 387-388) afirman que “las construcciones engloban la sintaxis, la semántica, la fonología, la prosodia, los valores discursivos y los conocimientos enciclopédicos compartidos por los hablan¬tes”. Ibarretxe y Valenzuela (2012: 28-30) añaden que, formalmente, son configu¬raciones que surgen de regularidades estadísticas, es decir, una construcción es una secuencia que comparece habitualmente en el discurso con una determinada forma fija y con una serie de rasgos y valores pragmático-funcionales consolidados.

»La afinidad entre la fraseología y la gramática de las Construcciones es manifiesta; los fraseologismos y las construcciones comparten dos rasgos básicos e inherentes: la fijación formal relativa y la condición idiosincrásica. Cuando la fraseología habla de fijación, el enfoque construccionista de regularidades o gene¬ralizaciones; cuando la fraseología se refiere a secuencias o esquemas, el enfoque construccionista a configuraciones.

»Por lo que concierne a la gramática del discurso, Montolío (1996: 330-338) sostiene que la lengua coloquial conversacional posee sus propias construcciones y secuencias, cuyo empleo está estrechamente relacionado con numerosos factores y estrategias conversacionales y pragmáticas. La lingüista aboga por la necesidad de elaborar una gramática de la interacción, centrada en el análisis de las construcciones estrictamente dialógicas, sirviéndose de las herramientas necesarias y adecuadas para tal fin. Gras (2011: 529) agrega al respecto que “la interrelación entre forma gramatical, entonación y función comunicativa, que se observa en muchas estructuras, supone un inconveniente para acercamientos teóricos a la gramática que atienden únicamente a la dimensión formal”.

»Salvador (2000: 29) indica que un cuantioso número de estrategias discursivas son asimismo fruto de los procesos de rutinación y de convencionalización y, por tanto, forman parte de la fraseología en cuanto se trata de secuencias fijas y recorda¬das, reconocidas, memorizadas, inventariadas, subjetivadas y pragmatizadas. Como afirma el propio lingüista (2000: 22), son repeticiones discursivas automatizadas que se han convertido en combinaciones rutinarias, mecanismos fijados tanto en la producción discursiva como en el proceso de interpretación del discurso, opinión que comparte Cuenca (2012: 283), cuando afirma que las estrategias discursivas son formas gramaticales fijadas cuyo empleo remite a los criterios de economía, expresi¬vidad y simplicidad estructural, criterios característicos del discurso oral espontáneo. A ello hay que apostillar que su comparecencia en la interacción, en determinados contextos de uso, es igual de previsible que la de cualquier otra UFP [NOTA 11], en la medida en que se trata de secuencias cuyo contexto lingüístico y situacional es restringido.»



NOTAS

«NOTA 2 La incorporación al ámbito fraseológico de las unidades univerbales es una cuestión controvertida no resuelta por parte de los fraseólogos. Es indiscutible que la mayor parte de las UF son pluriver¬bales; de hecho, tradicionalmente, se ha afirmado que una UF es un conjunto de constituyentes que significan en bloque. Es obvio que, para significar en bloque, tiene que haber más de un elemento. Esta definición, válida para las locuciones centrales, no siempre es válida para las UFP en cuanto existe un reducido grupo de unidades pragmáticas que son univerbales: las españolas “¡Puerta!”, “¡Aire!” o las italianas “Figurati!”, “Capirai!”, cuyo equivalente funcional en español es pluriverbal: “¡Ya ves!” Sabban (1998) es una de las primeras lingüistas que considera que estas formas univerbales son fraseológicas.

»NOTA 3 Fórmulas de fijación pragmática (Zuluaga, 1980), fórmulas de comunicación o frases idiomáticas pragmáticas (Skytte, 1988), locuciones pragmáticas situacionales (Penadés, 1997), lexemas com¬plejos interjectivos o expresiones cristalizadas formularias (Voghera, 1994), expresiones modales o interjectivas (Fuentes, 1994), expresiones formularias (Casadei, 1995), fraseologismos oracio¬nales (García-Page, 1995), enunciados fraseológicos (Corpas, 1996), pragmatemas (Mel’čuk, 1998), fórmulas metalingüísticas del lenguaje común (Zuluaga, 2004), unidades fraseológicas pragmadiscursivas (González y Olza, 2011).

»NOTA 4 Corpas (1996: 380) diferencia esencialmente dos tipos de fórmulas rutinarias: las fórmulas psico-sociales, que constituyen actos de habla, y las fórmulas discursivas, que cumplen funciones meta¬textuales y ayudan a organizar y gestionar la interacción.

»NOTA 5 Vid. Escandell (1996) para los conceptos de la teoría de los actos de habla y los elementos de las situaciones comunicativas.

»NOTA 6 En una publicación anterior (Zamora, en prensa), llevé a cabo un estudio con el fin de establecer la frecuencia de uso de las UF mediante un corpus cinematográfico formado por 23 películas italianas, equivalente a 40 horas de conversación. Las UFP suman un total de 841 ocurrencias frente a las 147 de las locuciones centrales. Las UFP que muestran un mayor porcentaje de uso son los enunciados fraseológico-pragmáticos –470 presencias–, seguidas de los esquemas sintácticos fraseológico-pragmáticos –287–; a mayor distancia, las implico-situacionales –48– y las locucio¬nes idiomáticas pragmáticas –36–. Por lo que concierne a las locuciones centrales, cabe señalar que, de 147, 116 son unidades transgresivas en mayor o menor grado disfemísticas.

»NOTA 7 Hay enunciados fraseológico-pragmáticos que formalmente son sintagmas –“¡Anda!, ¡Vamos!”– y otros, en cambio, son frasales –“No sé qué decirte… ¿Qué te puedo decir?”–.

»NOTA 8 Respecto a los enunciados pragmáticos estándar, Cresti (1992: 502 y 2000: 65-72) y Escandell (1999: 2940) indican que un enunciado es completo unimembre cuando se trata de una secuencia formada por una única unidad tonal; si a la unidad tonal le sigue un comentario, se convierte en una secuencia con dos unidades tonales de información y, por tanto, es completo bimembre.

»NOTA 9 Vid. Mellado (2009) y Corpas (en prensa).

»NOTA 10 El lingüista se basa en Levinson (2004 [2000]) para el proceso de subjetivación y en Traugott y Dasher (2001) para los procesos de pragmatización y gramaticalización.»



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