Ricardo López Díaz y Antonio Franco Martínez
«La teoría actancial en una gramática funcional para la producción periodística»
Quórum Académico. Revista especializada en temas de la Comunicación y la Información, vol. 8, n.º 16, 2011
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Extracto de apartados «Introducción», «Fundamentos Teóricos-Metodológicos» y «Conclusiones», en páginas 210-216 y 221-222 del artículo en PDF
«Introducción
»Nuestro trabajo parte de la hipótesis que indica que las competencias comunicativas y lingüísticas de los periodistas y de los estudiantes de comunicación social, específicamente en el ámbito regional, pueden y deben ser más eficaces. De ahí que el estudio de la teoría actancial que proponemos situar en el contexto de una gramática funcional debe ubicarse a su vez en un modelo de comunicación. Nuestro primer punto de partida, elegido como postura teórica, concierne a las gramáticas comunicativas.
»El enfoque comunicativo se basa en los aspectos textual, discursivo y pragmático; nos referimos a una gramática descriptiva; implícita, inductiva; en ella el estudio gramatical propiamente dicho es secundario; su objetivo busca la adquisición de la competencia comunicativa; su objeto de estudio es el texto de los usos lingüísticos en el contexto; es ésta, finalmente, una gramática del texto y del discurso (Franco, 2007).
»Este amplio enfoque teórico, que describiremos a continuación, pretende servir de base para futuras aplicaciones en el proceso de organización de la comunicación periodística, fundamentalmente impresa.
»Fundamentos Teóricos-Metodológicos
»Nuestro estudio se inscribe en los postulados teóricos del modelo lingüístico-comunicativo propuesto por Pottier (1977) y dividido en cuatro niveles: referencial, conceptual, lingüístico y discursivo, enfoque integrador de la semántica y la lingüística textual.
»La revisión que hemos realizado a un apartado muy específico de la gramática de dependencias puede, igualmente, insertarse en el marco de la producción periodística. El recorrido de la onomasiología, de la producción del discurso, es el que prevalece en nuestro estudio. No obstante, el énfasis de nuestro enfoque está puesto en la pragmática; seguidamente, en la semántica. A partir de ahí, revisamos los aportes de Tesnière a la luz de una serie de posibilidades teóricas basadas en la necesidad de emplear más de una valencia (que puede ser cuantitativa o cualitativa), o de varios niveles de valencias. Todo ello con el fin de justificar la elección de un modelo lingüístico, el módulo actancial, que determinará a su vez la elección y realización del verbo y sus actores en el drama del discurso.
»2.1. El módulo actancial y el sistema casual
»Inspirado en la idea del “drama”, Tesnière [NOTA 1] propone que la presentación sintáctico-semántica de un evento puede compararse a la acción (proceso) proporcionada por el verbo, “el eje de la oración, el nudo de la cláusula” (Franco, 2006: 31), que evoca a los actantes (actores) y las circunstancias en las que se realizan las acciones. En su momento, los postulados de Tesnière cambiaron la perspectiva del estudio sintáctico de la oración: a partir de sus aportes, el verbo encabeza el árbol o estema constituido por los actores o circunstantes, algunos de ellos obligatorios, otros facultativos y otros opcionales en la puesta en escena del sentido. Franco recuerda que Tesnière enfatiza la distinción de los actantes por número y orden... actante 1, actante 2, actante 3: “Esto tiene como objeto señalar que el actante uno determina semánticamente el agente que realiza la acción, que en la gramática tradicional se relaciona con el sujeto. El actante dos, semánticamente es el que ‘soporta la acción’ (paciente); la gramática tradicional lo designa como complemento directo de la voz activa. El actante tres es el que se beneficia o perjudica de la acción; para la gramática tradicional es el complemento indirecto” (Franco, 2006: 30).
»Franco señala que el actante es vital para que la acción se realice, tenga sentido, significación; los circunstantes, por otro lado, se consideran facultativos, aunque es posible que en el discurso periodístico esto no siempre ocurra. Por otro lado, la relación del nudo con los actantes o circunstantes se ha conocido como la valencia o actante. El término se ha tomado prestado de la “analogía entre el verbo y el átomo con ganchos” (Franco, 2006: 32). Las valencias son, pues, las relaciones o conexiones entre el verbo y los actores; relaciones de tipo semántico-sintáctico que dan pie a la predicación. Los expertos han clasificado al verbo, según el número de valencias que puede presentar, en monovalentes (de una valencia); bivalentes (dos valencias); trivalentes (tres valencias).
»El módulo actancial constituye, a partir de este punto, el centro o médula de la gramática funcional actancial propuesta por Franco en el marco de su modelo lingüístico-comunicativo (2004, 2007). Su base teórica descansa en los postulados propuestos por Pottier (1977) y Molero (1985). Se trata de una estructura verbal que puede memorizarse y que se caracteriza sintáctica y semánticamente por la elección de los lexemas y su posterior puesta en escena en el “drama” evocado por el verbo, el núcleo del módulo, la base sobre la que el resto de los actores (actantes) desempeñarán un determinado papel o función en el amplio entramado lingüístico.
»El módulo, asimismo, muestra “rasgos casuales marcados por los actantes”; estos rasgos constituyen, a su vez, el sistema o módulo casual, que “mira hacia el establecimiento de casos conceptuales y sus realizaciones concretas en los casos lingüísticos” (Franco, 2006: 43).
»De todo, aunque de ello no nos ocuparemos en este trabajo, tal vez uno de los aspectos más relevantes a considerar en la teoría de casos sea su eminente carácter semántico. “El valor expresado es de dominio conceptual y se manifiesta a través de las formas. Un aspecto que contribuye al valor esencial del caso es su participación en la organización gramatical del discurso” (Franco, 2006: 43). En esta organización, cada caso asume un puesto, una posición, en el contexto de zonas delimitadas por el acontecimiento o evento, que, como núcleo, orienta el sistema sobre la “dimensión dirección”; los casos más próximos al núcleo revelan mayor fuerza semántica; los más alejados, menor.
»Cabeza y Molero (2007) estructuran una matriz para explicar el funcionamiento de los casos y su puesta en escena como medio para adaptar la teoría actancial en el análisis de diversos discursos. Reproducimos, a continuación, este cuadro de los autores:
Fuente: Cabeza y Molero, 2007.
»En síntesis, el módulo actancial se describe a través de las funciones casuales que son manifestadas por los casos presentes en los actantes. En cada módulo actancial existe un módulo casual. Se trata, en suma, de un conjunto de elementos relacionados y memorizados en la competencia del individuo hablante, de un modelo lingüístico.
»2.2. El estudio de la valencia
»Varios autores, no obstante, se preguntan en qué aspecto de la lengua sitúa Tesnière sus postulados, si en el plano formal o en el plano nocional. Barrio de la Rosa (2004), por ejemplo, defiende, en primer lugar, “la necesidad de introducir un nivel semántico-conceptual en el que se sustente la valencia léxica” (Barrio de la Rosa, 2004: 23); en segundo lugar, introduce la dicotomía valencia cuantitativa-valencia cualitativa para definir los conceptos de voz y diátesis, todo ello relacionado con los órdenes propuestos por Tesnière (orden estático y orden dinámico); y, en tercer lugar, ofrece una solución interesante para lograr una distinción adecuada entre actantes y circunstantes: en este sentido, propone una “caracterización de los complementos en nucleares frente a marginales con respecto a la valencia cuantitativa y en /±central/ frente /±periférico/ con respecto a la valencia cualitativa” (Barrio de la Rosa, 2004: 24).
»Con estos aportes, queremos distanciarnos de la concepción meramente cuantitativa en el estudio de la actancia para adaptar los componentes pragmático, semántico y sintáctico al desarrollo de la valencia, que asimismo da lugar a tres niveles. Así, hablaremos de una valencia lógica-semántica, de una valencia sintáctica y de una valencia pragmática [NOTA 2]. Barrio de la Rosa, que presta atención a los valores cualitativos, justifica la utilización de métodos basados en las escenas de Fillmore, la distinción diátesis- voz, los esquemas oracionales, la perspectiva para explicar por qué es necesaria la ampliación del término de valencia: “La sintaxis es superficial si no se atiende a la semántica y tanto una como otra dependen, en muchas ocasiones, de las necesidades pragmático-comunicativas” (2004: 31).
»Apoyado en gramáticos como Helbig, el autor español refuerza esta necesidad de distinguir la valencia en tres niveles debido a la “mediación entre representación lógica, significado y codificación sintáctica que debe prevalecer en el análisis” (Barrio de la Rosa, 2004: 33).
»De acuerdo con esta base teórica, en el nivel lógico los predicados elementales abren huecos o argumentos que se relacionan, en el nivel semántico, con marcas semántico-funcionales (casos). Por último, en el nivel sintáctico, los complementos o actantes formalizan los argumentos siguiendo las marcas semánticas. En este sentido, la valencia sintáctica formaliza en actante los rasgos y los casos semánticos y las relaciones semánticas se organizan en relaciones gramaticales (Barrio de la Rosa, 2004).
»Las relaciones semánticas se convierten en relaciones sintácticas y se organizan en esquemas oracionales. En el nivel sintáctico, pueden no aparecer realizadas todas las valencias semánticas, sino que su realización dependerá, en muchas ocasiones, de la situación y la intención comunicativa del hablante; ésta es la valencia pragmática (Barrio de la Rosa, 2004).
»Apoyamos los presupuestos de esta teoría justamente por su correspondencia con el modelo lingüístico y por su evolución en el marco de las gramáticas comunicativas y funcionales. Creemos que justifica el recorrido de la valencia y del caso en el triple componente pragmático, semántico y sintáctico. Y que es, de acuerdo con los argumentos ya desarrollados, un material adecuado para la aplicación del campo periodístico que estudiamos. Revela, por un lado, que en la activación de las escenas se confirma la postura de Pottier (2000) en cuanto a la visualización de las entidades, proceso anterior al comportamiento que éstas asumirán. Así, el hablante ve primero el “avión” y la “pista”, y luego dice que “despega”. Ve primero a “Juan” y a “María”, y dice luego que “se casan esta noche en el pueblo”. El verbo siempre determina la perspectiva, pero las razones que argumentan la participación de los actantes da cuenta en primer lugar del contexto, de la pragmática; su semiotización, lexemización, de la semántica; la forma en la que asumen sus posiciones en la perspectiva del predicado, y por qué lo hacen así, de la sintaxis. Desde nuestro punto de vista, los postulados descritos refuerzan la validez y vigencia del modelo lingüístico-comunicativo.
»2.3. Una noción de estilo según el modelo lingüístico-comunicativo
»La noción de estilo periodístico es susceptible de ser descrita según el doble acercamiento del plano del enunciado (aspectos verbal, sintáctico, semántico) y del plano de la enunciación (relación entre los protagonistas del discurso: locutor/receptor/referente) (Todorov, 2006). Nos ha parecido esta postura más acorde con el enfoque semántico-pragmático del modelo comunicativo empleado, del cual, como se ha indicado antes, la teoría actancial constituye su columna vertebral.
»Los manuales de redacción concebidos por varios diarios de habla hispana definen el estilo periodístico como un conjunto de normas de escritura basadas en principios clave como la claridad, la precisión, la economía en el lenguaje, la agilidad. Aunque el fin de estos textos es meramente normativo, apegado a la gramática tradicional, se intuye por su contenido que el estilo, por un lado, es materia de la subjetividad; cada periodista, de acuerdo con su formación y personalidad, goza hasta cierto punto de la libertad de presentar una noticia según su enfoque particular (y según la línea editorial del medio, por supuesto y ante todo). Una situación parecida ocurre cuando se elige un género periodístico determinado: la narración de un acontecimiento evidenciará cambios importantes si se escribe en “clave” de reportaje, crónica o noticia. El estilo, en este sentido, nos remite a un concepto de forma; al armazón, a la apariencia; a la sintaxis, si buscamos relacionarlo con el modelo que estudiamos.
»La definición de Todorov, aunque muy amplia, es válida porque toca el aspecto de la enunciación (el componente pragmático) y el del enunciado (componente semántico-sintáctico). Es decir, por un lado, incluye la relación locutor-receptor-referente; el lenguaje en uso, el contexto comunicativo, los actos de habla, todo ello puesto de manifiesto en el discurso referido (rapporté) que ha servido de base para una importante línea de investigación discursiva, y, por el otro, dice que el estilo responde a ciertos criterios según el plano del enunciado. En este sentido, “estudiar el aspecto verbal en el nivel de la frase o del enunciado significa buscar sus propiedades rítmicas y melódicas” (Todorov, 2006: 345). Esta definición indica la posibilidad de estudiar un texto por el número y distribución de sus unidades mínimas; el modo en que las escenas y los marcos se activan en el proceso (lógico)-semántico de la valencia y el caso.
»Ciertamente, estos conceptos pueden aplicarse a otros campos de las ciencias del lenguaje. Nuestra interpretación y relación con el modelo lingüístico, la gramática comunicativa, los componentes esenciales de estudio de la lingüística discursiva, el desarrollo de la valencia en la teoría actancial sirven de base para el estudio de la muestra y se resumen como se aprecia en el siguiente cuadro:
Adaptado de Franco (2007), Todorov (2006), Barrio de la Rosa (2004).
»Conclusiones
»La teoría actancial, según Franco (2007), es materia de estudio fundamentalmente del nivel lingüístico del modelo comunicativo. En este artículo, hemos querido proponer que es igualmente tema de análisis del componente pragmático. La estrategia discursiva, el “por qué lo digo”, marca la pauta, el tono predicativo, desde el nivel referencial hasta el discursivo, pasando por los grandes procesos del evento, la tematización, la predicación y la organización. Todo ello refuerza, según nuestro punto de vista, la justificación de la teoría actancial y su aplicación en el estilo periodístico. Cuando un periodista-emisor sabe cómo hacer uso de su referencia, de su entorno, para estructurar su discurso de manera eficaz y competente, valiéndose del verbo y los actores que activarán las escenas gramaticales determinadas a su vez por las valencias, podemos decir que el contrato de comunicación del que forma parte es, al menos desde una perspectiva lingüística, mucho más adecuado.
»Y es que gran parte del futuro de la lengua descansa en el uso que le dan los medios de comunicación social (Franco, 2007). Su expansión y difusión dependen, entonces, del periodista. De su creatividad, del manejo apropiado, pertinente y coherente del idioma. De su competencia lingüística. La comunicación, que depende a su vez de la cognición, es el instrumento clave por el que los humanos logran que sus enunciados sean comprensibles y puedan, a su vez, formar parte de la sociedad en la que viven.
»El estilo periodístico, finalmente, puede entenderse desde el doble concepto del enunciado y la enunciación. El primero, recordamos, obedece a la disciplina del verbo, la semántica y la sintaxis. El segundo analiza la relación entre el emisor, el receptor y la referencia. Aplicar la teoría actancial a la producción periodística constituye, de este modo, un punto de partida sobre el cual estructurar nuestra gramática comunicativa siempre según un modelo de pragmática lingüística.
»[Notas]
»[NOTA 1] Sugerimos la lectura de la edición original en francés: TESNIÈRE, Lucien. 1976. Éléments de syntaxe structurale. Klincksieck, París (Francia).
»[NOTA 2] Por el enfoque de nuestro trabajo, y a diferencia de la propuesta de Barrio de la Rosa, consideramos que el primer nivel de valencia a estudiar es el relacionado con la pragmática.
»Referencias bibliográficas [en el texto anterior]
»Barrio de la Rosa, Florencio (2004). El régimen de los verbos en español medieval, disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html? Ref=14118&ext=pdf&portal=180. (Consulta: 2009, febrero 17).
»Cabeza, Julián y Molero, Lourdes (2007). “El enfoque semántico-pragmático en el análisis del discurso: teoría, método y practica”. En Adriana Bolívar (Comp.), Análisis del discurso. ¿Por qué y para qué? (pp. 201-226), Caracas, Universidad Central de Venezuela.
»Franco, Antonio (2004). El discurso periodístico a través de la lingüística textual, Opción, Nº 43, 77-100, Maracaibo, Universidad del Zulia.
»Franco, Antonio (2006). Fundamentos de una gramática funcional actancial para el estilo periodístico, Lingua Americana, Nº 18, 27-58, Maracaibo, Universidad del Zulia.
»Franco, Antonio (2007). Gramática comunicativa, Maracaibo, Ediciones del Vicerrectorado Académico, Universidad del Zulia.
»Molero, Lourdes (1985). Lingüística y discurso, Maracaibo, Facultad Experimental de Ciencias, Universidad del Zulia.
»Pottier, Bernard (1977). Lingüística general, Madrid, Editorial Gredos.
»Pottier, Bernard (2000). Représentations mentales et catégorisations linguistiques, París-Lovaina, Peeters.
»Todorov, Tzvetan y Ducrot, Oswald (2006). Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, México D.F., Editorial Siglo XXI.»
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