Margarita Isabel Asensio Pastor
«Una aproximación al gramático árabe Ibn Ŷinnī»
Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Sección Árabe-Islam, n.º 68 (2019)
Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Sección Árabe-Islam (@CanalUGR) | Universidad de Granada | Facultad de Filosofía y Letras | Departamento de Estudios Semíticos | Granada | ESPAÑA
Se incluye a continuación un extracto seleccionado de las páginas 53, 62 a 63 y 66 a 75 de la publicación en PDF. Las referencias pueden consultarse en la ubicación original.
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«Resumen
»Este artículo se centra en uno de los gramáticos árabes más representativos de la tradición lingüística árabe, el gramático iraquí Ibn Ŷinnī del siglo X. Asimismo, este artículo pretende colaborar en la difusión de los estudios lingüísticos árabes para incluirlos en el estudios generales de lingüística, puesto que la lingüística árabe ocupa, hasta hoy en día, un lugar marginal dentro de este campo. Como demostramos en este trabajo, a través de la figura de Ibn Ŷinnī, la tradición lingüística árabe tuvo un importante desarrollo, especialmente durante la denominada Edad Media, y más concretamente desde el siglo X en el que afloran una serie de ideas lingüísticas que sorprenden hoy en día por su singularidad y hasta similitud a los presupuestos lingüísticos actuales. En concreto, Ibn Ŷinnī destaca por someter el hecho lingüístico a la lógica ofreciéndonos estudios minuciosos y detallistas que abarcaron diversos campos como fueron los fundamentos de la lengua, los estudios fónicos y morfológicos, entre otros, los cuales le imprimió su propia idiosincrasia e innovación.
»La escuela filosófica de la Mu‘tazila
»Ibn Ŷinnī perteneció a la escuela filosófica de la mu‘tazila, al igual que su maestro al-Fārisī. Una lectura pormenorizada de las obras de Ibn Ŷinnī nos de-muestra muy claramente la influencia de la filosofía racional sobre su pensamiento lingüístico, ya que en todas sus obras, y sobre todo en sus libros al-Jaṣā’iṣ y Sirr al-Ṣinā’a, acude al juicio racional y somete a la lógica las reglas de la gramática. Un ejemplo irrefutable nos lo proporcionan los primeros capítulos de su libro al-Jaṣā’iṣ, cuya lectura nos hace sentir que no estuviésemos leyendo un texto sobre la lengua sino, más bien, sobre lógica.
»Con el nombre de “mu‘tazila” se designa, siguiendo a Corbin, a un grupo de pensadores musulmanes, encabezados por el teólogo y ascético Wāsil Ibn ‘Aṭā’, que crearon un movimiento filosófico en la primera mitad del siglo II/VII en la ciudad de Basora y se extendió con gran rapidez hacia Bagdad, aglutinando a una buena parte de la élite musulmana cultivada hasta que fue prohibida y perseguida con dureza en la época de al-Mutawakkil.
»La doctrina mu‘tazilí está centrada en dos principios: el primero está relacionado con Dios, principio de trascendencia y de unidad absoluta (la unidad de Dios y la Justicia divina); el segundo con el hombre, principio de libertad individual que implica la responsabilidad inmediata de nuestros actos o libre albedrío. Estos dos principios giran, a su vez, en torno a cinco tesis: las dos primeras, conciernen a la divinidad; la tercera tiene una dimensión escatológica y, por último, la cuarta y quinta que atañen a la teología moral.
»La mu‘tazila, en gramática, supuso someter toda reflexión sobre la lengua a la lógica y acreditar la analogía y la justificación. La metodología a seguir en toda investigación lingüística debía basarse en liberar las facultades del pensamiento, como expone Ibn Ŷinnī en al-Jaṣā’iṣ, “tratar la lengua como una materia natural inteligible cuyo único medidor es la naturaleza humana y la percepción”. Se preocuparon por aplicar un método gramatical racionalizado, lo que supuso una gran revolución y jugó un papel importante en el desarrollo de algunas teorías lingüísticas tales como la del origen y naturaleza del habla, cuestión que preocupó a Ibn Ŷinnī y sobre el que hace una amplia reflexión en su obra al-Jaṣā’iṣ. Al igual que Ibn Ŷinnī, existen otros gramáticos de especial relevancia para los estudios lingüísticos tales como Sībawayh, al-Ajfāš al-Awsaṭ, al-Farrā’, al-Māzinī, al-Mubarrid, al-Fārisī o al-Rummānī, entre otros.
»El pensamiento lingüístico de Ibn Ŷinnī
»En los epígrafes precedentes, atendimos a los aspectos más destacados de la vida de Ibn Ŷinnī, que intervinieron en su formación y que podemos concretar en tres cuestiones fundamentales: su adscripción a la tendencia filosófica de la mu‘tazila, sus mentores y las lecturas que este realizó —directa o indirectamente a través de sus profesores—. Así pues, estas tres premisas nos ofrecen información para conocer sus ideas lingüísticas y, en consecuencia, poder definir el pensamiento lingüístico de este. Dicho pensamiento lo materializó en una amplia y variada producción tanto de creación propia, es decir, elaboración de sus propias conceptualizaciones o a través de la sistematización de las ideas de otros gramáticos.
»En efecto, la producción de Ibn Ŷinnī es amplia y variada, en ella trató y desarrolló los más diversos temas como sintaxis (al-naḥw), morfología (al-taṣrīf), fonética (dars al-aṣwāt) y otras materias tales como la métrica y las lecturas coránicas (al-qir’āt), además de la poesía. También fue un profundo conocedor de la jurisprudencia islámica.
»El mismo Ibn Ŷinnī indica en la introducción de al-Jaṣā’iṣ que el objetivo que pretende alcanzar es el de establecer los fundamentos de la gramática a la manera de los estudiosos que trataron los fundamentos del kalām y del fiqh; asimismo, plantea que hay que considerar al gramático como un jurista, faqīh, en el sentido de que este debe tener una actitud ecléctica y adoptar un punto de vista a partir de diversos elementos extraídos de diversas opiniones. En palabras de al-Sāmarrā’ī: “si hojeamos los libros de Ibn Ŷinnī no cabe duda de que encontraremos a un hombre de extensa cultura y profundos conocimien-tos” (“ اذا تصفحت كتب ابن جني فلا شك في انك ستلقى رجلا عميق الثقافية ”). Por otra parte, esta variedad temática le llevó a ser un gramático muy productivo.
»En la introducción que hace al-Naŷŷār a la edición de al-Jaṣā’iṣ de Ibn Ŷinnī, se dispone de una lista detallada y comentada de todas sus obras, en concreto, Yāqūt con-tabilizó en cuarenta, de las cuales veintisiete se descubrieron en el siglo XX. Su pensamiento lingüístico está fuertemente marcado por su tendencia racionalista mu‘-tazilí y su visión de jurista; estas le sirvieron para desarrollar y fundamentar su exigencia de explicarlo todo y, al mismo tiempo, le proporcionó un método de investigación basado en la observación de hasta el más mínimo detalle que con-cierne a la lengua al estilo de su maestro Abū ‘Alī l-Fārisī.
»En definitiva, Ibn Ŷinnī fue un gramático con una gran inquietud intelectual. Asimismo, fue un gran innovador y virtuoso de la lengua interesado en los más variados temas, motivo por el cual resulta bastante complicado no encontrar el nombre y las opiniones de Ibn Ŷinnī en obras de sintaxis, morfología o fonética árabe posteriores a él, aunque durante largo tiempo fue ignorado por los estudiosos como señala Carter.
»Para concluir, su pensamiento lingüístico se caracteriza por el análisis racional del hecho lingüístico y por un afán en la unificación y la conceptualización y sistematización de las aportaciones de los gramáticos anteriores a este. No obstante, también supo imprimirle su propio pensamiento a las diversas cuestiones que trató, prueba de ello son sus principales aportaciones a la ciencia del lenguaje que giran en torno a tres cuestiones: el origen de la lengua, la fonética y la morfología.
»El origen de la lengua
»Se trata de una de las cuestiones que más ha preocupado al ser humano, especialmente a filósofos, teólogos y lingüistas. Se puede decir que desde el momento en que los lingüistas comenzaron a utilizar la dimensión diacrónica en sus investigaciones, rápidamente se preguntaron por el origen de las palabras y las frases que constituían el objeto de su investigación y el germen para las futuras investigaciones sobre el origen de la lengua.
»En el caso concreto de la tradición lingüística árabe, sin embargo, resulta bastante llamativo que casi no se encuentren discusiones serias sobre esta cuestión. De hecho, la tradición árabe inicialmente era un tanto reacia a abordar la pregunta de la proveniencia de la lengua porque esta negaba o rechazaba principios diacrónicos: a) la posibilidad del desarrollo y el cambio de la lengua, b) el reconocimiento de la existencia de diferentes variedades dialectales de esta lengua.
»Todo ello encuentra su explicación en la creencia de que la lengua árabe era superior a las demás al ser “la lengua de Dios”. Este origen divino directo la hacía perfecta y, por tanto, sus principios, eran inamovibles y atemporales, en palabras de Versteegh “the grammarians could devote their exclusive attention to the study and explanation of their immutable linguistic system, and this they did great fer-vour”. Como nos indica Versteegh, fueron, precisamente, los pensadores mu‘tazilíes los que se adentraron en estudiar el origen de la lengua en la primera mitad del siglo IX; si bien, este no llegó a alcanzar su madurez expositiva hasta el siglo X.
»Así pues, el debate sobre el origen de la lengua se planteó sobre esta pregunta ¿quién ha creado la lengua, Dios o el hombre? y como resultado, se desarrollaron dos posturas conceptuales encontradas:
»a) La teoría de la inspiración divina, es decir, la lengua fue creada por Dios (tawqīf - waḥy – ilhām): la lengua es “revelación”, o enseñanza asignada al ser humano por Dios.
»b) La teoría de la convención humana, la cual defiende que la lengua es producto de la actividad humana, que ha sido creada por el hombre gracias a la libertad que Dios le ha dado (tawāḍu‘- iṣṭilāḥ - tawāṭu‘)
»Estudios sobre fonética
»La obra Sirr Sinā’at al-i‘rāb de Ibn Ŷinnī es una de sus grandes aportaciones al campo de estudio de los fonemas. Antes de la aparición de este libro, la fonética no solía tratarse como una materia independiente, sino como una materia complementaria dentro del campo de las lecturas coránicas (al-qirā’āt); y de una manera poco sistematizada, como un complemento de la morfología. Su cometido era el de ocuparse de las alteraciones tales como la disimilación, asimilación o metátesis que resultaban impactantes en la formación de palabras.
»Por su parte, Ibn Ŷinnī elaboró una teoría sistematizada y ordenada de las teorías expuestas por los gramáticos que le precedieron:
»a) El Kitāb al-‘Ayn de Jalīl estableció los principios de la prosodia árabe.
»b) La Ŷamhara de Ibn Durayd ofrece con precisión los nombres de los fonemas, sus puntos de articulación y las características de cada uno de ellos.
»c) El Kitāb de Sibawayh hizo numerosas observaciones al respecto de esta materia. Sin duda, las más abundantes y las más precisas hasta el momento.
»Pese a que Ibn Ŷinnī no inventa nada nuevo, su originalidad estriba en la claridad y orden con que expone aquellos datos que en la obra de Sibawayh aparecían confusos y, sobre todo, en realizar un gran esfuerzo de sistematización de los principios que rigen la asociación y las combinaciones de las consonantes para formar las palabras.
»En definitiva, la importancia de su obra Sirr Sinā’at al-i‘rāb está en ofrecernos una descripción anatómica precisa de los puntos de articulación de los sonidos. Además, proporciona una definición de los sonidos así como una clasificación de los mismos dándonos sus características.
»Aportaciones en el campo morfológico
»La morfología fue uno de los terrenos fundamentales que trató nuestro gramático, prueba de ello es que le dedicó una atención prioritaria a lo largo de su producción científica. En concreto, sus grandes aportaciones en este terreno fueron: la teoría de la derivación mayor (al-ištiqāq al-akbar), el método de la analogía (qiyās) y la causalidad (al-ta‘līl) o explicación de las “causas gramaticales”, que desarrollaremos en los apartados siguientes.
»La Derivación Mayor (al-ištiqāq al-akbar)
»Ibn Ŷinnī entiende la derivación como una ciencia a caballo entre otras ciencias de la lengua como son la morfología y la sintaxis y va unido, al mismo tiempo, a la semántica y a la fonética. Esto da idea de su tendencia a considerar la lengua como un sistema cuyos elementos se relacionan a diversos niveles. Como vimos, para Ibn Ŷinnī, al igual que para los estoicos griegos, existía una ligazón entre sonidos y significados, entre noción y palabra. Además, la derivación es entendida por él como un mecanismo válido por el que un nuevo término se adapta a la lengua a partir de una palabra ya existente.
»Para nuestro gramático, existen dos tipos de derivación: la menor y la mayor.
»La derivación menor consiste en coger todas las palabras de la misma raíz y establecer el vínculo semántico que puede existir entre ellas. La particularidad de este tipo de derivación es que la sucesión de consonantes es siempre la misma cualquiera que sea la palabra que se considere para hacer la derivación y cualesquiera que sean las transformaciones que pueda sufrir. Por tanto, la derivación mayor consiste en la suposición de un orden semántico que subyace a las combinaciones trilíteras en las que se conforma, principalmente, la lengua árabe. En palabras del propio Ibn Ŷinnī: “consiste en tomar una raíz trilítera y poner al frente de ella y de sus seis combinaciones [posibles] un único significado, [de manera que] las seis composiciones [posibles], y las derivadas de cada una de ellas, comparten un mismo significado común”.
»Ibn Ŷinnī considera que el camino a seguir con la derivación mayor es análogo al que se sigue en la derivación menor, pero en el caso de la primera (la mayor) se debe atender al orden de las letras. Es precisamente esto lo que explica el por qué le dio el nombre de derivación mayor, para poner de manifiesto que es una ampliación de la otra derivación, la menor. Podemos definirla como la combinación de las radicales que conforman una raíz árabe, hasta obtener seis esquemas a los que subyace un significado común como sucede con las operaciones matemáticas en la que tres números podrán ser combinados entre sí hasta seis ve-ces obteniendo siempre el mismo resultado (ejemplo, 1+2+3=6; 1+3+2=6; 2+3+1 =6; 2+1+3=6; 3+2+1=6; 3+1+2=6).
»En resumidas cuentas, Ibn Ŷinnī trata de hacer una teoría de la palabra, de explicar cómo se estructuran y conforman las palabras en árabe. Y el método que sigue para ello es determinar las particularidades que caracterizan a la estructura de la raíz, destacando entre estas particularidades: el número de las consonantes que constituyen la raíz, los esquemas que presenta y las transformaciones que son susceptibles de explicar el aspecto definitivo de la palabra en cuestión. La razón última es —como hemos dicho anteriormente— buscar el equilibrio de la lengua árabe, tratando de demostrar el equilibrio de las letras radicales de las palabras.
»Ahora bien —y aquí reside una de las aportaciones de Ibn Ŷinnī a la teoría de la derivación mayor— ese equilibrio no se debe sólo al número de las consonantes que integran la raíz, sino también al orden de éstas, que a su vez viene determinado por sus particularidades fonéticas. La otra aportación a destacar es la relación que establece entre la forma y el significado, pues, para Ibn Ŷinnī, la elección de las consonantes de la raíz está condicionada por la noción que con ellas se quiere expresar.
»El método de la analogía (qiyās)
»El qiyās es la cuarta fuente del Derecho islámico empleada para solventar casos no previstos a través del estudio de determinadas cuestiones que ya habían sido resueltos. Este se puede definir como “razonamiento por analogía”, que consiste en establecer una comparación basada en la existencia de una característica común entre “el caso de base” y “el caso análogo”. En Gramática aparece este término atestiguado en el Kitāb de Sibawayh y supone el instrumento que permite medir el comportamiento morfológico o sintáctico de una palabra desconocida a partir del comportamiento conocido de otra palabra con la que se relaciona en virtud de una cierta analogía.
»Además, el qiyās se utiliza —junto al samā‘— como un principio metodológico para reglamentar el sistema de la lengua, un instrumento que permite al gramático observar el comportamiento morfológico o sintáctico de una palabra desconocida a través de la analogía por transmisión (naql) o por tradición oral (samā‘). A lo largo de la tradición gramatical árabe se dan dos aplicaciones del qiyās:
»a) La primera consiste en partir de los hechos perfectamente establecidos para, sobre su modelo, crear las formas, esquemas y giros que no están atestiguados formalmente por los informadores. Los uṣūl (categorías de base) son los modelos de cuya imitación se siguen los empleos correctos.
»Como en toda lengua, en árabe existen unos datos constantes y unas posibilidades de proceder por analogía. Sería algo similar a la analogía en las lenguas occidentales, es decir el establecimiento de una “relación o similitud entre estructuras gramaticales” o “ciertas alteraciones que sufren determinadas palabras con el fin de acomodarse a un modelo morfológico que les atribuye el hablante, pasando así a hacerse semejantes a otras forma más normal o abundante”.
»b) La segunda concepción del qiyās es la de considerarlo como un método que permite justificar la estructura y la naturaleza de la lengua y probar su conformidad con las exigencias de la razón. Se trata de someter la lengua a unos principios lógicos, según los cuales todo el material lingüístico se integra armoniosamente dentro de un sistema perfecto. Postura que recuerda al concepto de analogía utilizado por la gramática griega y latina, como “coherencia de formas en el lenguaje”: el lenguaje es un sistema de signos estructurado en paradigmas regulares y gobernados por leyes que rigen la relación entre las formas lingüísticas y las categorías lógicas. Esta concepción de la analogía se apoya en un razonamiento lógico según el cual se da una correspondencia natural, no arbitraria, entre concepto y palabra, entendiendo que si el lenguaje procede de la naturaleza, debe mostrar en su organización la regularidad de esa naturaleza.
»Es, precisamente, esta segunda aplicación del qiyās la que conduce a buscar los ‘ilal, las causas de cada elemento del edificio lingüístico, y a demostrar que los diversos datos están totalmente de acuerdo con los principios que rigen la lengua, postura que defiende Ibn Ŷinnī. Para ello, los gramáticos se ven obligados a recurrir a principios como el taqdīr (‘suposición’), es decir, admitir un sentido virtual bajo el sentido natural de una palabra. En cierto modo, el gramático, al proceder así, está actuando como el juez, que decide, no sobre el hecho en sí, sino sobre la intención del que lo realiza. El motivo último es encontrar un orden lógico y una justificación para todo, mediante la aplicación de un qiyās sistemático y racional. La organización perfecta y el equilibrio natural que se le suponen a la lengua árabe hacen establecer una relación perfecta entre la realidad de las reglas y la naturaleza de esa lengua, lo que da lugar a un conjunto de especulaciones.
»Así pues, Ibn Ŷinnī en al-Jaṣā’iṣ dedica cinco capítulos a esta cuestión, a lo largo de los cuales explica cómo los árabes gustan de la afinidad (tayānus, homogeneidad, semejanza) y la semejanza (tašābuh), lo que les lleva a asimilar cosas próximas entre sí y a calcar (haml) una cosa secundaria (far‘) sobre otra original (aṣl). Pero ese gusto por la similitud lleva a los árabes, a veces, a proceder de forma inversa, calcando una cosa original sobre una secundaria, de manera que puede darse que una cosa “rara” (qalīl) pueda convertirse en “norma”, mientras que otra más frecuente (katīr) no lo es. Asimismo, Ibn Ŷinnī habla de las relaciones entre el qiyās y la “tradición oral” (samā‘) y el uso (isti‘māl) distinguiendo cuatro casos:
»– Lo que está generalizado (muttarid) según la analogía —y la norma que podemos extraer de esta— y el uso (qiyās y samā‘): sería la perfección buscada.
»– Lo que es general según la norma, pero excepcional según el uso: se adopta entonces aquello cuyo uso es más frecuente.
»– Lo que es general según el uso y excepcional según la norma: se adopta entonces ‘lo oído’ (masmū‘), pero no se reglamenta sobre este uso oral otra cosa nueva.
»– Lo que es excepcional según la norma y el uso: esto es ʻreprobableʼ (mardūl, ‘despreciable, vicioso’) y debe ser rechazado (muttarah).
»Concluye Ibn Ŷinnī afirmando que los gramáticos consideran lo reglamentado como análogo y, por tanto, parte de la lengua árabe, incluso aquello que no se hubiera dicho si estuviera sustentado analógicamente.
»La causalidad (al-ta‘līl)
»El estudio de las “causas” gramaticales deriva de la aplicación del método analógico en gramática. En efecto, es el desarrollo del procedimiento metodológico del qiyās a la lengua árabe lo que da lugar a la creación de complicadas teorías sobre el principio de causalidad o al-ta‘līl en la gramática árabe (recordemos que la “explicación causal”, illa, es uno de los cuatro principios del qiyās), de modo que esta cuestión se convierte en parte esencial de la teoría lingüística árabe clásica. Este, en última instancia, venía motivado por diferentes factores, algunos de los cuales son de naturaleza lingüística y otros extralingüísticos, pues el propósito último, al aplicar el ta‘līl, o principio de causalidad, era el de demostrar la estructura lógica de la lengua árabe y poner de relieve la superioridad de esta lengua.
»Los gramáticos, en su afán por demostrar el sistema perfecto de la lengua árabe, tratan de buscar una explicación y una “causa” para todo fenómeno lingüístico, no en vano la gramática árabe es, además de descriptiva, eminentemente explicativa. En este contexto, los gramáticos establecen distintos niveles de causalidad, sobre los que se extienden en clasificaciones y detalladas casuísticas.
»Se considera a Abū Ishāq al-Hadramī como el primer gramático que trató la cuestión de las ‘ilal y el ta‘līl; posteriormente lo hicieron al-Jalīl y Sībawayhi y a partir de aquí la aplicación y teorización de este se extiende entre los integrantes de la escuela de Basora y, en menor grado, entre los de Kufa. El tema de ‘ilal se convirtió en objeto de estudio exhaustivo, llegando a componerse numerosas obras monográficas sobre el este por autores tales como Ibn al-Sarrāŷ, al-Zaŷŷāŷī e Ibn Ŷinnī, etc.
»En el caso concreto de Ibn Ŷinnī le dedicó una obra específica, así como un importante espacio en su obra al-Jaṣā’iṣ, en donde relaciona la metodología gramatical con la del fiqh, el kalām, o teología, considerando una triple dimensión de la palabra ‘illa (‘causa’) tiene una acepción léxica, otra jurídica y otra teológica todas ellas relacionadas con la idea de buscarle una lógica y una racionalidad al funcionamiento de la lengua árabe ya que todo en gramática está justificado por una u otra causa. Concretamente, Ibn Ŷinnī utiliza el término ‘causa’ gramatical’ (illa) en varios sentidos:
»a) La “causa” como fenómeno lingüístico que se basa en las nociones de ‘ligereza’ (jaffa) frente a ‘pesadez’ (tiqal). Este tipo de causa sirve, por ejemplo, para justificar los cambios de flexión desinencial en las palabras árabes, sobre la base de la mayor o menor frecuencia de las funciones: el hecho de que la vocal ḍamma marque el nominativo y la fatha el acusativo no es arbitrario, sino que se debe a que esta es más fácil de pronunciar que la ḍamma, y como en la frase suele haber más complementos que sujetos, se reserva a los complementos la vocal más fácil de pronunciar, que es la fatha.
»b) El segundo tipo de causa la denomina tašbīh (‘similitud o aproximación entre dos hechos’). Así por ejemplo, el hecho de que la segunda vocal de los verbos cóncavos sea una vocal larga, se explica por la tendencia a que el imperfectivo sea similar y conforme al perfectivo, cuya segunda radical es una vocal larga, consecuencia de una serie de transformaciones fonéticas.
»c) Otro tipo de “causa” es el que se explica por el fenómeno de la compensación. Así por ejemplo, la causa de la existencia de verbos intransitivos de la forma IV (af`ala) —que es la forma transitiva por excelencia— y verbos transitivos de la forma IV (fa‘ala) es que la transitividad de fa‘ala compensa la intransitividad de af‘ala.
»d) Otras veces Ibn Ŷinnī invoca una “causa” para justificar la existencia de excepciones: la causa de que existan excepciones es confirmar la regla.
»De la misma manera, no fue un tema que se agotase, sino que después del siglo X continuó el interés por este en al-Andalus, donde gramáticos como al-Zubaydī o al-A‘lam al-Šantamarī le dedicaron un importante espacio en sus obras.
»Conclusiones
»Como se desprende de lo expuesto en los epígrafes precedentes, acercarnos a la figura de Ibn Ŷinnī supone hacerlo también a la lingüística árabe por el carácter aglutinante de ideas y conceptos de dicho gramático. Si bien, durante un largo tiempo, muchos estudiosos consideraron a este gramático como un mero compilador de las enseñanzas de otros estudiosos, especialmente de Abū ‘Alī l-Fārisī.
»Sin embargo, Ibn Ŷinnī fue un gramático preocupado por el hecho gramático, que realizó un arduo esfuerzo por sistematizar muchas de las teorías anteriores a él y que eran dadas por consabidas.
»Además, sometió el hecho lingüístico a la lógica ofreciéndonos un estudio minucioso y detallista del mismo con sus propias apreciaciones y donde se observa la conjunción disciplinar del fiqh, el kalām y la lógica.
»Así pues, entre sus aportaciones destaca el estudio del hecho fónico y se adelanta diez siglos a la idea de fonema que hiciera el Círculo de Praga estableciendo una distinción de rasgos pertinentes y no pertinentes; el estudio analítico que realiza de los fundamentos de la gramática; la labor por establecer la posible relación semántica de un conjunto determinado de consonantes y sus posibles combinaciones.
»El género conocido como “fundamentos de la gramática” a través del cual en esta labor se observa que Ibn Ŷinnī es uno de los gramáticos árabes más singulares de toda la historia de la lingüística, tanto árabe como general, ya que con sus planteamientos teóricos se adelantó varios siglos a algunos de los enfoques lingüísticos actuales, como tomar la lengua como objeto de estudio en sí misma.
»Muchos de estos planteamientos gramaticales están cercanos a lo que conocemos como “Gramática Descriptiva”».
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