Estíbaliz Barriga Galeano
«Una nueva visión de la gramática en el aula. El libro Enredos de palabras: gramática y uso de la lengua en nuevos espacios de comunicación [María del Carmen Quiles Cabrera, Aurora Martínez Ezquerro e Ítaca Palmer, Barcelona, Graó, 2019, 169 páginas]»
Catalejos, vol. 4, n.º 8 (2019)
Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños | Universidad Nacional de Mar del Plata | Facultad de Humanidades | CELEHIS (Centro de Letras Hispanoamericanas) | Mar del Plata | ARGENTINA
Se incluye a continuación un extracto seleccionado de las páginas 207 a 208 y 209 a 210 de la publicación en PDF. Las referencias pueden consultarse en la ubicación original.
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«Solo con observar el título, el lector puede hacerse una idea de lo que va a encontrar: gramática vista desde un enfoque mucho más cercano a los nuevos escenarios de comunicación que han ido surgiendo.
»Es necesario tener en cuenta, que 50 años atrás, la educación era exclusivamente formal y se limitaba a clases magistrales, con alguna práctica en casos aislados, sin embargo en la actualidad, el acceso a la información es mucho más amplio, y no se trata solo de emplear las aulas para trasmitir una información, sino para relacionar ésta con el entorno y gustos de los discentes. Los nuevos escenarios, hacen referencia por lo tanto a la información que se transmite, junto con el entorno, los temas transversales y por supuesto, las opiniones y gustos de los discentes.
»Tal y como señalan las autoras en la Introducción, de esta manera se propone una reflexión y una nueva perspectiva de la enseñanza de la gramática y de la comunicación en general, dejando de ser una mera impartición de conocimientos para ser más bien un diálogo que permita el aprendizaje, logrando llegar más allá del mero código, sin restar importancia a la gramática, que no deja de ser el objeto principal de estudio.
»El prólogo, realizado por una de las profesoras de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la universidad de Extremadura, Gloria García Rivera, subraya el reconocimiento en el libro del área de Didáctica de la Lengua y la Literatura como disciplina de intervención, que precisa para construirse tanto de la realidad del aula como de los sujetos que conviven en ella.
»Por tanto, el buen uso de la lengua no debe conformarse como una asignatura aislada del resto, o un tema exclusivo de entornos educativos, sino tratarse de forma globalizada y transversal, afectando a todos los ámbitos, académicos o no. Pues como también comentan las autoras, “conocer las reglas no es sinónimo de una buena elaboración de discursos”, y teniendo en cuenta el entorno del alumnado, y proporcionando la consideración adecuada a este entorno, será posible lograr una comunicación eficaz en ambas partes, docentes y discentes, donde la información y conocimientos transmitidos, van a ser comprendidos y asimilados por la parte receptora.
»El libro destaca la importancia de poner en práctica escenarios favorables para la lectura y la escritura que en el libro se proponen, como es, por ejemplo, la calle. No se trata únicamente de llevar estas prácticas al aula sino de llevar las aulas a los lugares o contextos de estas prácticas. Si un grafiti se ha realizado en una pared en la calle, ¿qué problema podemos encontrar para enseñar gramática en la calle a través de este elemento?, los profesores de Educación plástica y Visual salen al parque para que sus alumnos dibujen plantas o paisajes, sin embargo, no ocurre lo mismo en las clases de Lengua y literatura, y puede resultar muy motivador para el alumnado encontrar la relación existente entre las imágenes que ven cada día y la información que se transmite en el aula.
»Pero sin duda, la verdadera novedad de este volumen, como ya se ha señalado anteriormente, es su apuesta por presentar la gramática española en un contexto de educación formal, reglada, a través de contextos educativos informales, con características de fuera de las aulas. Las autoras desean llamar la atención de los lectores sobre la importancia de incluir el entorno social en la enseñanza formal. En el capítulo 3, “El uso de la lengua y los nuevos espacios de comunicación: fundamentos y tareas para el aula”, en su apartado sobre “textos a pie de calle”, se refleja esta idea a la perfección. Así, se analizan y dan pautas para trabajar en el aula la gramática a través de elementos sociales, a priori, reivindicativos como son los tatuajes y los grafitis. Modificamos por lo tanto, cómo se enseña, sin descuidar la base que queremos enseñar, no olvidemos que se trata de impartir conocimientos sobre gramática y usos de la lengua para lo que las autoras, conscientes de la existencia de este tipo de textos en el entorno del alumnado, nos muestran cómo aprovecharlos para las aulas.
»Sin embargo, es cuestionable la alusión a Acción Ortográfica [NOTA: Se trata de una práctica en extensión de grupos que se dedican a corregir la ortografía en los grafitis que otros han escrito]. Si bien en la línea de trabajar la gramática partiendo de espacios sociales más cercanos al alumnado es una actividad realmente buena, hay que considerar, y por lo tanto concienciar a los discentes de que tanto el que ha escrito esos textos (grafitis) con faltas en lugares públicos, como el que los corrige, está contribuyendo en muchos casos a actos vandálicos, pero ya estaríamos entrando en otros ámbitos que no son los que conciernen al libro que se está analizando.
»La práctica en sí, corregir la ortografía, y como muestra social es buena, pero no puede ser catalogada de excelente por las consecuencias que puede tener si no es usada correctamente, ya que si el mediador que propone trabajar mostrando las actividades de Acción Ortográfica no explica correctamente qué partes de esta práctica están bien (son legales) y qué partes no son correctas, podríamos estar fomentando actos delictivos.
»Defendiendo la necesidad de aclarar ciertos conceptos para no caer en ideas equívocas, es de destacar un apartado dedicado exclusivamente a la formación del mediador, de quien en ocasiones este tipo de manuales se olvida, centrándose únicamente en contenidos sin importar la forma de cómo trasmitirlos.
»Es importante la construcción del aprendizaje por parte del alumnado; es más, es necesaria una construcción sólida de los contenidos para poder asimilarlos y, en este sentido, el aprendizaje académico es resultado de un proceso de unión del aprendizaje del alumnado, los contenidos que se enseñan y el profesor o mediador que ayuda a que se asimilen correctamente (Serrano y Pons, 2008).
»Si dejamos que el alumnado por sí solo construya el aprendizaje sin la ayuda del mediador, sin un guía, puede llevar al desistimiento de la búsqueda de conocimiento por falta, principalmente de comprensión. Las autoras preconizan esta idea, de ahí la importancia de esta parte del libro. No tendría el valor que adquieren las otras partes, sin la figura de un mediador que pueda aplicarlas. “La labor del profesor/mediador debe incluir acciones encaminadas a ofrecer ayuda y orientación a sus estudiantes, para que adquieran la capacidad de construir significado y atribuir sentido sobre los contenidos de aprendizaje, como también para que tengan la capacidad de revisar, modificar y construir esquemas de conocimiento que les permitan aprender a aprender durante toda su vida”. (Zapata, 2016).
»En resumidas cuentas, esta nueva publicación sobre gramática y uso de la lengua nos ofrece una nueva perspectiva en el trabajo de la Didáctica de la Lengua, teniendo en cuenta las necesidades actuales y el uso de espacios alternativos, como puede ser la calle, donde cobran importancia las vivencias del alumnado y pueden desarrollarse como un excelente recurso didáctico que claramente aportan una ayuda real a los docentes actuales en los problemas y metodologías que deben abordar en sus aulas».
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