M. Antonia Martínez-Linares
«El disco está besado por Justin, la novela ya está leída: a propósito de las construcciones resultativas con estar»
Estudios de Lingüística de la Universidad de Alicante (ELUA), n.º 29, 2015
Estudios de Lingüística de la Universidad de Alicante (ELUA) | Universidad de Alicante | Departamento de Filología Española, Lingüística General y Teoría de la Literatura | Alicante | ESPAÑA
Extracto de apartados enpáginas 191 y de la publicación en PDF. Véanse las referencias en la publicación original.
«Resumen
»Este trabajo tiene por objeto indagar sobre dos aspectos de las construcciones resultativas formadas por un participio y el verbo estar: por un lado, la vinculación de estas construcciones con el concepto de ‘estado resultante’; por otro lado, la existencia de construcciones resultativas de sentido atributivo que incorporan complementos referidos al agente y/o no están formadas por verbos que incluyan en su estructura léxica un estado resultante. El examen muestra que “estado resultante” se usa al menos con dos sentidos que se relacionan asimismo con dos tipos de construcciones resultativas: unas de sentido atributivo o cualitativo, más comúnmente reconocido, otras con un sentido “de fase” más temporal, asociado a la interpretación del “aspecto perfecto”. Muestra igualmente que las complementaciones agentivas contribuyen a formar el sentido cualitativo propio de las construcciones atributivas y que ninguna de estas dos clases de construcciones se restringe a verbos que incluyan en su estructura léxica un “estado resultante” ni su formación puede explicarse tomando como base las clases léxico-aspectuales de predicados o rasgos exclusivamente gramaticales sin tomar en consideración aspectos contextuales y pragmáticos.
»PALABRAS CLAVE: Estado resultante, construcción resultativa, aspecto perfecto, complementaciones agentivas, adverbio de fase.
[...]
Partiendo de las características “clásicas” atribuidas a las combinaciones “estar+participio” que se consideran “resultativas”, se ha examinado, en primer lugar, el concepto de ‘estado resultante’, clave en el análisis de estas construcciones; se ha mostrado que el término se usa frecuentemente de un modo impreciso y que de su empleo se infieren al menos dos sentidos relacionados a su vez con dos tipos de construcciones “resultativas” que, si bien pueden estar vinculadas, difieren en su interpretación y en sus condicionamientos.
»Así se ha visto que los rasgos atributivos, “de caracterización”, que se asignan a construcciones “resultativas” como “La barra está doblada”, “La ciudad está destruida”, descansan en un concepto de “estado resultante” cualitativo, intensional, según el cual denota propiedades producto del proceso al que alude el verbo base del predicado.
»Pero también se ha mostrado que, aunque algunos estudios han incluido en la misma clase enunciados del tipo “La novela ya está leída”, “La cima ya está alcanzada”, “Los platos ya están fregados”, asumiendo que denotan igualmente un “estado resultante”, en realidad esta clase de construcciones no vehiculan el mismo significado atributivo, ni responden a los mismos condicionamientos, ni se les puede aplicar ese mismo sentido cualitativo, intensional, de “estado resultante”. Antes bien, les subyace otro sentido más “temporal”, asociado a la interpretación del “perfecto”, que permite conceptuarlas como perífrasis de “fase”: focalizan el estadio, la fase, subsiguiente a la conclusión del evento denotado por el verbo —es decir, un ‘estado resultante’ en otro sentido del término—, que, además, suele encuadrarse en un marco de tareas que han de ser superadas; de ahí la frecuente presencia en este tipo de enunciados del adverbio de fase ya asociado tanto a la lectura del aspecto perfecto como a la expectativa que crea ese marco de tareas; las resultativas atributivas, por el contrario, ni requieren o implican ya, ni tampoco un guion “contextual” que proyecte una serie de fases que se han de culminar.
»Se ha puesto de relieve, asimismo, que estas combinaciones de sentido más temporal no se hallan circunscritas a verbos que incorporan en su estructura léxica un “estado resultante” en su sentido más restrictivo; se construyen de hecho con verbos de clases distintas, incluso con verbos como besar, cantar, cruzar, frecuentemente señalados como inadecuados para las formaciones resultativas por su significado; solo se necesitan condiciones contextuales que permitan incluir el evento denotado en “some implicit frame concerning one or more supposed or scheduled tasks” (Bosque, 2014: 69).
»En cuanto a las atributivas —como “La puerta está abierta”, “La casa está bien construida”—, no se pone en tela de juicio la desfocalización del evento en que se sustenta su condición estativa, ni tampoco el hecho de que los verbos bieventivos de cambio, con un evento causativo de acción y un evento resultativo de estado, sean los más capacitados para formar construcciones que asignan al sujeto propiedades interpretables sin “esfuerzo pragmático”. Pero sí se ha hecho hincapié en que la interpretación “cualitativa” propia de esta clase de construcción está mucho más extendida de lo que podrían predecir las explicaciones clásicas basadas en rasgos aspectuales.
»Según se ha visto, la propiedad atribuida no solo puede provenir del significado lexicalizado por el verbo; puede derivar de otras facetas más enciclopédicas del contenido de las unidades verbales que permiten construir un “efecto” más o menos perceptible en la entidad afectada por el proceso –como “El piso está fregado”–, o puede ser una propiedad no perceptible, más sutil, inmaterial, con un componente evaluativo o valorativo configurado a partir de inferencias dependientes del conocimiento del mundo “contextually available” y/o de “otros materiales”, como los complementos con por alusivos a un agente que o bien deja una “huella” visible de su participación o bien tiene un “impacto” valorativo que aporta ese componente cualitativo requerido por la construcción: “La comida está preparada por verdaderos expertos”, “El material está revisado por especialistas”, “La medalla está besada por el Papa”.
»Como se admitía al principio, aún queda mucho por analizar en el campo de las construcciones grosso modo resultativas formadas mediante un participio y el verbo estar. Bosque (2014: 69), por ejemplo, señalaba recientemente que no había podido encontrar en la bibliografía sobre estas construcciones muchas referencias al factor “efecto fasal” tan vinculado al uso de “ya”; en cuanto a las atributivas, si bien se admite que el evento denotado por el predicado ha de tener un efecto que se pueda medir o evaluar, no parece fácil sistematizar cuándo y cómo se configura un efecto que se pueda medir o evaluar. Pero sí se habrá comprobado que ninguna de las dos lecturas que se pueden diferenciar en el grupo de las construcciones resultativas relacionadas con dos sentidos de “estado resultante” se hallan constreñidas a verbos que lexicalizan un estado resultante ni pueden explicarse partiendo solo de clases aspectuales o de factores estrictamente gramaticales, sin tomar en consideración aspectos pragmáticos y contextuales.»
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