marzo 31, 2017

«Un arte a buen ritmo: el auge del flyer artesanal en Córdoba»




Artículo publicado en el suplemento Vos @voscomar, del diario La Voz, firmado por Javier Mattio.


La presente página es una reproducción de dicho artículo a cuya publicación puedes acceder a través del enlace proporcionado. Visita este artículo para encontrar los enlaces a los sitios web de los autores y obras aquí citados.




«Cada vez más, las bandas locales buscan artistas de calidad para ilustrar los pósters de sus shows que circulan en la red. VOS juntó a tres diseñadores destacados de una labor dedicada y en expansión para que cuenten su experiencia.

»Raperos en detallista blanco y negro alternados en un altar con un dinosaurio, un dios pagano de guirnaldas festivas que abre su máscara al infinito cósmico, una misteriosa casa en las afueras que atestigua una abducción alienígena. Las imágenes sugestivas pertenecen a los pósters o flyers (volantes) digitales de Freshcore, Kitten Mochi y Fundie Biela para las fiestas Bullybass, La Celebración y Undertones que tendrán lugar en los próximos días en Córdoba, tríada que supone la expresión condensada de una gran constelación: a tal punto ha crecido el nivel cualitativo y cuantitativo de la gráfica de shows que ya es impensable pensar un evento local sin su estampa correspondiente, aunque el gesto sea efímero, virtual y de autoría a menudo desapercibida.

»Freelancers cercanos a la treintena dedicados profesionalmente al diseño gráfico y no formados necesariamente en la materia, trabajadores digitales con base en el dibujo y portadores férreos del seudónimo, los artistas nombrados fueron reunidos por VOS en el acorde y amplio espacio-taller Artillería (Castelar 926, Alta Córdoba). Ellos son algunos de los más activos practicantes del póster de rock o electrónica junto a colegas suyos como Leo Martin, Nicolás Melo (Melón) y Manu Manso, en una tendencia afín a la escena porteña en la que sobresalen George Manta, Santiago Motorizado y varios más, en tales casos con obras impresas y circulación distinguida en galerías. Ese es el paso que falta dar en Córdoba, si bien los autores prefieren la exhibición en redes (Facebook, Instagram) y optan por el perfil bajo, a veces ni siquiera firmando los trabajos.

»“Me gusta el arte y sé que cualquiera de nosotros podría ser considerado artista, pero con las galerías nunca me sentí muy identificado. No sé qué define a un artista. En los cómics veo más inspiración que en una muestra entera del Caraffa”, dispara Freshcore (también conocido como Firpo), pionero del flyer vinculado a la fiesta electrónica Bullybass. Su estilo cartoon, fumeta y sideral recuerda en efecto a gigantes de las viñetas como Moebius y Robert Crumb. “Saco cosas del pop y de la calle. Me inspira tanto una caja de Zucaritas como el verdulero de la esquina de casa”, agrega el diseñador, que viene de pasar una temporada en un barrio latino de Nueva York.

»Las historietas, el diseño, la cultura skater, el grafiti, el tatuaje y los dibujos animados forman el horizonte común de la joven camada, que así le da la vuelta millenial y 2.0 a un género histórico y rabiosamente contracultural emergido al calor de la psicodelia, el punk y el grunge (y, más atrás, a los elegantes carteles del art nouveau). La revista Göoo, la web Gig Posters, el colectivo israelí Broken Fingaz, los proyectos porteños Doma y Kid Gaucho y el estudio A1 Design (responsable actual de los afiches de Massacre y Morbo y Mambo) son influencias puntuales del trío diseñador.

»“Cuando (la banda stoner) Hijo de la Tormenta me llamó para que haga sus afiches me dijeron ‘Queremos que seas nuestro A1’. A1 fue el estudio que profesionalizó esto”, dice Fundie Biela, y menciona la impresión que le causó la gráfica de rock del nuevo milenio en Buenos Aires y el contraste con Córdoba, donde el único que se animaba a algo similar era el entonces incipiente Freshcore. Fundie Biela siguió el ejemplo y se largó a trabajar con Los Cocaleros, jujeños como él.

»“Me llamaron y dijeron ‘Vos dibujás bien’ —recuerda el artista—. Fui a un ensayo y pensé ‘Qué les pasa, por qué hacen música surf en medio de un lugar donde hay montañas’. Ellos iban a mi colegio en Jujuy, donde tampoco hay mar. Y les dije ‘Bueno, me quedo, pero no sé nada de esto. Vamos a aprender juntos'. Yo no usaba computadora, y ahí arranqué con el programa Illustrator’”.

»Ese arrojo temerario parece estar en la génesis de toda labor afichista: Kitten Mochi, cantante de Un Día Perfecto Para el Pez Banana bajo su nombre civil Lucila Escalante, se inició un poco por voluntad y otro por fuerza: ella era la única que dibujaba en la banda. Sus primeros flyers fueron creaciones en papeles de colores que después escaneaba; los mails y las bases de datos se encargaban del resto. Con el tiempo, las facilidades de la ilustración y difusión digital expandieron el fenómeno, que se hizo visualmente natural (y obligatorio) en redes sociales.

»Hoy, con un estilo sofisticado y transformado tras su paso por el Caribe (donde vivió una temporada el año pasado junto a su banda), Kitten Mochi asume que los pósters tienen que invocar una simbología y operar como semillas ópticas: “Ilustrar un póster te permite contar una historia. Ahora estoy resolviendo un branding de un ciclo de vinos y ahí no puedo contar una historia. Los primeros pósters del ciclo La Celebración los hice en República Dominicana. Yo practico budismo y allá empecé a vivir el sincretismo vudú, entonces las ilustraciones salían con budas negros, algunos con habanos en mano. Esa historia solamente la podés contar con la música. No sé si lo que hago es nuevo, pero es mío”, reconoce.

»Y agrega: “También tiene que haber algún elemento de memoria, pero nunca sé cuál es. Te lo tiene que tirar el ojo, lo tenés que ver. He hecho pósters con ilustraciones buenas pero que no quedaban. Te vas dando cuenta lo que tenés para dar. Es hacer un ganchito”.


»Trazos etéreos

»La tecnología ha equiparado gráfica y música, en tanto ambas artes han pasado a consumarse y consumirse en la red. Así, el arte del póster digital se homologa al del disco, que en su visualización streaming se ha vuelto volátil. No por nada los tres artistas cordobeses han aportado su labor para álbumes: Kitten Mochi para Universo de azar de Nuna Malta, Fundie Biela para El manto de la especie de Hijo de la Tormenta (junto a Flo Cossutta) y Freshcore para el EP Viaje 28 de Carballo y Fractals del británico dubstep Silkie. De igual manera, los trazos en papel retroceden y el arte se compone en múltiples capas de software, así como se graba el sonido de los discos.

»“Mis flyers son fieles a la porquería cibernética. No es lo que yo dibujo a mano —señala Kitten Mochi—. Estoy abandonando el trazo, la línea. Busco explorar la herramienta, si no es una pelea”. Freshcore agrega: “Realizamos collages con dibujos, acomodamos elementos en un plano para que tengan cierta armonía o balance y generen algo agradable. Hacemos electrónica del lado gráfico”.

»“Hacer afiches es samplear, poner cosas arribas de cosas”, ejemplifica Fundie Biela. Y cierra: “A mí igual siempre me gusta que en las cosas que hago haya por lo menos un elemento hecho a mano. Una piedra, un pedacito de nube. Tiene que haber un rastro humano. No todo debe ser digitalizado, porque perdés la mano. Y finalmente es el gesto lo que hace que la gente te busque”.»





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