Ana Virginia Rubio | ZoomNews
«La práctica del periodismo en nuestro país se ha visto gravemente afectada por la crisis económica que persiste hoy en día debido, principalmente, al descenso de la inversión publicitaria. En el caso de la prensa escrita, la situación es más preocupante aún. En los últimos años hemos presenciando una innumerable sucesión de cierres de medios impresos. Recordemos el caso del diario Público, que anunció concurso de acreedores a principios de 2012 para comunicar, unos meses después, que cesaba su edición impresa aunque continuaba con la digital. La causa no fue otra que la dificultad por parte de la empresa editora del diario, Mediapubli, de encontrar inversores que apoyaran económicamente el proyecto.
»Dentro de este entorno multimediático se ha producido una transformación en los modos y formas de participación ciudadana, lo que ha generado un cambio sustancial de las relaciones emisor-receptor. Este último, sujeto siempre pasivo y consumidor impasible de las noticias producidas por los medios de comunicación, ha pasado a ser receptor activo gracias la interactividad que permiten las plataformas digitales. Ahora el usuario no solo es capaz de seleccionar con mayor facilidad de acceso y rapidez los medios donde desea informarse, sino que también puede participar y formar parte del medio en cuestión, puesto que no deja de ser testigo directo de infinidad de hechos que muchos periódicos no logran abarcar.
»Esto entronca, principalmente, con lo que ha venido a denominarse periodismo ciudadano, que no es otro que las aportaciones informativas realizadas por los usuarios en un medio digital por su propia voluntad. Esta clase de periodismo nace de la iniciativa del público a participar activamente de la labor informativa diaria efectuada por los medios. Para algunos autores, otra de las posibles causas de su aparición es la quiebra interna del periodismo que, olvidando su principal función de responsabilidad social y garante de la democracia, se ha ido acercando demasiado al poder político y económico, dejando aparcado la esencia propia del periodismo.
»El mayor riesgo al que se enfrenta un medio impreso, aparte de la competencia, es la falta de capacidad innovadora por parte de sus editores. Dicho riesgo nace de la incapacidad para analizar con precisión las evoluciones del mercado actual de la información, así como de la incorporación extemporánea de las nuevas tecnologías. En nuestros días, la capacidad de innovación es crucial pues jamás la prensa escrita, y en particular la digital, estuvo tan asediada por la competencia como en la actualidad.
»No es de extrañar pues que, precisamente en defensa de los valores democráticos y los ideales de justicia social, solidaridad e igualdad, hayan surgido medios digitales que abogan por la creación de un periodismo riguroso pero a la vez honesto e independiente. Un periodismo cuyo foco se centra en atender las necesidades de los ciudadanos y no de los partidos políticos o los intereses empresariales. Un periodismo realizado por periodistas que reivindican su oficio y aspiran a comprar su libertad, en el sentido de que ambicionan convertirse en los dueños de la redacción en la cual trabajan de tal modo que no vean sometido su trabajo a intereses empresariales o partidistas.
»En algunos medios digitales de reciente aparición, la principal relación con sus lectores se establece a través de los socios. En este sentido, todos los medios coinciden en el modelo de financiación, que no es otro que una fórmula mixta, basada en los ingresos procedentes de la publicidad y en las aportaciones que realizan sus colaboradores. Desde su aparición los diarios han protagonizado campañas para captar socios, haciendo hincapié en la idea de que solo es posible la puesta en práctica de un periodismo libre e independiente cuando no hay detrás ningún tipo de interés político o empresarial.
»En cualquier caso, la aparición de estas cabeceras ha supuesto un acto de rebeldía, como en su día lo fue la aparición de la prensa gratuita, en el sentido de que han supuesto un modo de romper con el modelo tradicional de la economía de la empresa periodística basado exclusivamente en la venta de espacios publicitarios y optar por una financiación en la que hace partícipe de manera directa al lector, en forma de socio o accionista, a través de sus aportaciones económicas.
»Como indicó Arsenio Escolar, director editorial de 20 Minutos, al recibir el premio Víctor de la Serna que concede la Asociación de la Prensa de Madrid en 2007: "Recordad lo que decía Darwin, cuando hablaba de la evolución de las especies: no sobreviven las especies más fuertes, no sobreviven tampoco las especies más inteligentes. Sólo sobreviven las especies que son capaces de adaptarse a los cambios".»
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