«La piratería desalienta la creación de nuevas obras literarias en América Latina, donde aún falta mucho por hacer para combatir este flagelo que afecta a la cultura, afirmaron este jueves varios expertos durante la Feria Internacional del Libro de Panamá.
»“El plagio y la piratería es un evento que ayuda a desestimular que los autores escriban”, manifestó a la AFP el colombiano Wilson Ríos, abogado y consultor en materia de propiedad intelectual y nuevas tecnologías.
»La piratería de libros “si se extiende” puede hacer “imposible que haya gente que esté dispuesta a apostarle a producir más contenido” literario, dijo a la AFP el también colombiano Yecid Ríos, subdirector de derechos de autor del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.
»Wilson Ríos y Yecid Ríos participan en la Feria del Libro de Panamá como ponentes en un Congreso sobre derechos de autor.
»Según ambos expertos, el plagio desalienta la producción literaria porque el escritor ve mermadas sus ganancias en una región donde, a pesar de la existencia de leyes contra la piratería, éstas son letra muerta porque no son aplicadas.
»“Todavía falta mucho por hacer, no solamente en el campo de la sanción, sino de la educación”, especialmente entre los más jóvenes, dijo Yecid Ríos, quien añadió que la piratería digital “va a impactar mucho más y ahí todavía nos falta mucho porque no tenemos una regulación específica”.
»Paradójicamente, sin embargo, un libro digital pirateado es más fácil de descubrir que uno en formato tradicional ya que la red permite buscar un texto y rastrear desde qué dirección IP (número que identifica a una computadora conectada a la red) se ha descargado, indicaron.
»“Hace unos años si tú estabas en España y alguien en Burkina Faso, Noruega o Uruguay distribuía tu libro, no te enterabas. Ahora, en la red pones el nombre en el buscador y vas a encontrar un sinnúmero de coincidencias con tus textos”, explicó Wilson Ríos.
»Los expertos manifestaron que la literatura es un tema “estratégico” para América Latina, ya que la industria editorial no sólo aporta a la economía de los países sino que visibiliza las expresiones culturales de cada región.»
Ricardo Burgos, «'Piratería' le cuesta a Perú 400 mdd» | Televisa
«Recientemente, monseñor Luis Cipriani, primado de la iglesia peruana, hizo noticia fuera de los púlpitos, por plagiar textos de los Papas Pablo VI y Benedicto XVI en sus columnas de opinión publicadas en el diario El Comercio de Lima.
»El blog peruano de noticias Utero lo puso al descubierto, convirtiendo al jefe de la iglesia católica peruana en noticia mundial.
»No obstante, el alto prelado justificó su acción señalando que la doctrina y la fe no tienen propiedad intelectual.
»“Este patrimonio común de nuestra fe no tiene, por decirlo así, una propiedad intelectual, pero es habitual y correcto citarlos para una mejor comprensión y en ocasiones, para reforzar la autoridad de la doctrina que se expone”. Y concluyó: “Lamento que la brevedad del espacio me llevó a omitir las fuentes y reconozco ese error”.
»El diario donde escribía no aceptó la explicación cardenalicia y optó por cancelar sus artículos.
»El caso Cipriani, hizo recordar a los peruanos otro célebre plagio en el que incurrió el famoso escritor Alfredo Bryce, autor de Un mundo para Julius a quien se responsabilizó de plagiar 16 artículos periodísticos de 15 autores diferentes.
»El instituto que protege la propiedad intelectual en Perú (INDECOPI) lo multó con 71 mil nuevos soles, equivalentes a 24 mil dólares y la Academia de la lengua, en sanción moral draconiana, decidió no volver a presentar a Bryce a futuros premios literarios.
»El escritor peruano Alfredo Bryce, una de las figuras épicas de la literatura latinoamericana, ha seguido, sin embargo, ganando premios, aunque hasta hoy nadie sabe a ciencia cierta por qué algunas de sus columnas periodísticas se emparentaron con el plagio.
»No han faltado, por cierto, otros clamorosos casos de apropiación de la propiedad intelectual en los sinuosos terrenos de la política. Una ex congresista, Rosa Florián, plagió parte del plan de gobierno de la presidenta chilena Michelle Bachelet cuando postuló al cargo de gobernadora regional en la localidad peruana de Cajamarca.
»Ahora bien, para nadie es un secreto que el plagio en Perú, tiene sitial de privilegio y forma parte de la cultura cotidiana. El semanario Perú Económico cita, por ejemplo, que solo 2 de cada 100 discos musicales son originales. Y lo propio ocurre en el mundo doméstico de las películas, DVDS y libros.
»Como será la cosa que, según estadísticas del 2013, el Perú pierde al año 600 millones de dólares anuales por la apropiación ilícita de la propiedad intelectual. A esa impresionante cifra, se suman otros 1,000 millones de dólares por contrabando.
»A todas luces, es un mundo de dinero basado en la apropiación indebida e ilegal del trabajo, ideas y creatividad de otros. Al respecto, los especialistas señalan que la comercialización de los productos plagiados en Perú, conocidos también como “piratas” o “bambas” es del orden del 65%, mucho más que en Brasil, Chile o México aunque menor a Zimbabue, Giorgia o Moldavia donde los números del plagio se elevan sideralmente a 90%.
»Naturalmente, su majestad el plagio, no es patrimonio exclusivo de los peruanos o latinoamericanos, un delito que en el mundo supera la barrera de los 63 mil millones de dólares. Después de todo, según recuerda la investigadora peruana Angélica Gutiérrez, incluso antes de Cristo hubo casos de plagio. Por esas épocas, el poeta Batilo se adjudicó unos versos del genial Virgilio, los que copió en una de las puertas del palacio de Augusto.
»Y más recientemente, el gran Willie Colón no salió bien parado de una querella judicial en tribunales peruanos al ser sancionado con una multa de 5 millones de nuevos soles, más o menos millón y medio de dólares, por plagiar la canción “La banda” del compositor peruano Walter Fuentes. Lo que demuestra que en materia de plagios reza la frase proverbial “en todas partes, se cuecen habas”.»
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